El Juicio del 11-M

Como hemos dicho más arriba, respecto de la causa material de los atentados —o tipo de explosivo utilizado en ellos— el juicio estuvo plagado de graves irregularidades jurídicas que lo invalidan para dictar sentencia con arreglo al derecho. Y esto ha ocurrido tanto en su fase sumarial —desde el auto del 18 de junio de 2004, hasta el auto de procesamiento del 10 de abril de 2006— como en la Comisión de Investigación Parlamentaria.

Tras producirse los atentados del 11M, los distintos organismos represivos pusieron manos a la obra tratando de esclarecer lo sucedido, entre ellos el servicio de Policía Científica, que se encargó de realizar el análisis químico de los explosivos encontrados. Tras la localización de la furgoneta Kangoo a las 9,50 en la Estación ferroviaria de Alcalá de Henares y, más tarde, la misteriosa mochila-bomba “que no explotó” en “El Pozo del Tío Raimundo” —y fue la única de las tres en idénticas circunstancias que no se intentó explosionar— la investigación comenzó comparando tres muestras distintas de explosivos:
a) Los restos que habían sido encontrados dentro de la furgoneta Kangoo aparcada frente a la Estación de Alcalá de Henares [1] .
b) El contenido en la mochila-bomba encontrada en la Comisaría de Puente Vallecas.
c) La muestra de Goma-2 ECO que los Tedax entregaron como "muestra patrón".

Aquí es donde empiezan las sospechosas contradicciones de la actuación policial en torno a este asunto. En efecto, antes de que finalizaran esos análisis, el jefe de los T.E:D:A:X., Sánchez Manzano, hizo circular un informe “preliminar” con fecha 12 de marzo, en el que afirmaba textualmente:

<<En las pruebas analíticas, aún no finalizadas, los resultados obtenidos hasta el momento confirman que se trata de la misma sustancia que la hallada en la furgoneta Renault ya mencionada, que a su vez se corresponde con la muestra patrón de dinamita Goma-2 ECO.>> "El País" 22-06-05

Pocas horas después, en el informe que presentó ese mismo día, la Policía Científica no confirmó precisamente lo que Sánchez Manzano se había apresurado a difundir. En las conclusiones del análisis realizado por ese organismo se dice, efectivamente, que la mochila de Vallecas sólo contenía Goma-2 “ECO”. Pero también afirma que, tanto el explosivo hallado en la furgoneta “Kangoo”, como la "muestra patrón" —además de los componentes normales que definen el explosivo tipificado como Goma-2 “ECO”— ambos contenían metenamina. (Ver Pág. 153 del Auto de procesamiento del 10/04/06). ¿Por qué la “muestra patrón tomada de un cartucho de dinamita Goma 2 ECO” (Pág. 86) contenía metenamina, si ésta es una sustancia impropia no componente de la Goma2 “ECO”? Buena pregunta. Porque de ser así no podría hablarse en sentido estricto de dinamita, como lo hizo el comisario jefe de los T.E.D.A.X., Juan Jesús Sánchez Manzano, en su informe preliminar.

Esta sustancia —científicamente conocida como hexametilentetramina— es un compuesto altamente tóxico que se utiliza para fines terapéuticos —especialmente como desinfectante de las vías urinarias— pero también como precursor de uno de los más potentes explosivos militares. De la metenamina se obtiene la “cyclonita”, conocida también como exógeno o RDX, siglas en inglés de la expresión: Royal Demolition Explosive. El exógeno, regularmente es usado en explosivos, es decir, en combinación con otras sustancias explosivas, como el TNT. De hecho, se recomienda no usarlo solo, sino con algún otro explosivo, dado que es menos sensible a la detonación que el mercurio fulminante, o la nitroglicerina. No se conocen ni el sabor ni el olor del RDX. Es un producto sintético que no aparece naturalmente en el medio ambiente. Cuando se quema con otras sustancias produce humo pero no provoca incendio. Es decir, no deflagra, solo explota, tal como sucedió con los “trenes de la muerte” el 11M, y con el piso de la calle de Martín Gaite, en Leganés, donde —según los testimonios fílmicos y fotográficos de los hechos— supuestamente se inmolaron los presuntos autores materiales de esa matanza.

Inventado en la última década del siglo XIX, el RDX empezó a experimentarse en los años veinte del siglo pasado y su empleo data de la segunda guerra mundial, considerado desde entonces como el de mayor alcance y “brisant” de entre los altos explosivos militares convencionales. Brisant es una medida de la rapidez con la cual un explosivo desarrolla la presión máxima de la onda expansiva que provoca. Dicho más claramente, el “brisance” es una medida de la capacidad destructiva de un explosivo.

En este contexto, las implicaciones de la química con la política son evidentes, tanto como decisivas las conclusiones del primer informe presentado por la Policía científica, porque si el explosivo hallado en la furgoneta Kangoo fue el que efectivamente se utilizó en los atentados, la hipótesis oficial —que atribuyó la autoría de los hechos a la trama delictiva asturiana asociada al terrorismo islamista— quedaba desvirtuada, y a la investigación judicial sólo le quedaban dos alternativas políticas: orientarse hacia una posible implicación de ETA —tesis que ha venido sosteniendo el Partido Popular y sus socios mediáticos desde el principio— o bien volverse hacia el interior del aparato estatal [2] .
En el auto de fecha 18/06/04, el Juez Del Olmo transcribe el informe —sobre los análisis efectuados— presentado al juzgado Nº 6 el 26 de marzo de 2004 por la Unidad Central de Desactivación de Explosivos-N.B.Q., firmado por el Jefe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos-NBQ, Comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, en el que se dice lo siguiente:

<<Las analíticas efectuadas a los restos de explosivos encontrados en la furgoneta de Alcalá de Henares RENAULT KANGOO, apuntan la presencia en su composición de Nitrocelulosa, Nitroglicol, Nitrato Amónico, Ftalato de Dibutilo, Metenamina y Carbonato Cálcico; las realizadas a la sustancia explosiva del artefacto desactivado en la Comisaría del Distrito de Puente de Vallecas ofreció el mismo resultado anterior; y las realizadas con muestra patrón de Dinamita GOMA 2 ECO, da el mismo resultado analítico; todo lo cual viene a determinar que en ambos casos (el de la furgoneta de Alcalá y el de la mochila de Vallecas) se utilizó el mismo explosivo>> (Op. Cit. )

O sea, que en este informe del 26 de marzo, Manzano desmintió lo dicho por él mismo en su “informe preliminar” del día 12, lo cual sigue en contradicción con las conclusiones de la Policía Científica en cuanto a que, según su informe de ese día 12, la dinamita de la mochila que —todavía no se sabe cómo— apareció en la comisaría del Puente Vallecas, no contiene metenamina [3] .

El 25 de enero de 2005, la Guardia Civil envió al Juez Juan Del Olmo un informe (registro 2854/Q/04. (Página 218/19 del Auto del 10 de abril de 2006 sobre el análisis realizado a unas muestras de cartuchos de dinamita recogidas en Asturias, según el cual se comprobó que entre su composición química, estaban las cinco sustancias constitutivas de dos variedades de dinamita: Goma2 “ECO” y Goma2 “EC”, excepto la metenamina, componente del explosivo militar “RDX” o “cyclonita”.

El 21 de marzo de ese mismo año, la Comandancia de Toledo de la Guardia Civil, habiendo previamente analizado el explosivo contenido en la mochila-bomba —que no hizo explosión— en el intento de atentado sobre la vías del AVE, y sabiendo ya que no contenía metenamina, solicitó al Juez la ampliación de datos sobre la composición química de las muestras de explosivos encontradas en la casa de Leganés, donde supuestamente se inmolaron los presuntos ejecutores de los atentados del 11M. En esa petición al Juez, firmada por el Teniente Ángel Dorado Sánchez, no consta que la Guardia Civil hubiera encontrado metenamina en los restos de la mochila del AVE.

El 5 de abril, el Juez Juan del Olmo dirigió una providencia a la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, solicitando que la Unidad Central de Desactivación de Explosivos averigüe si la sustancia conocida como metenamina aparece en la “muestra-patrón” del explosivo Goma2 de la marca “ECO” —fabricado por Unión Española de Explosivos (UEE)—, y si se trata de “una sustancia contaminante ajena y extraña a la composición originaria de la sustancia explosiva Goma2”.

Según reporta “El Mundo” en su edición del viernes 12 de agosto de 2005, con fecha 20 de abril de ese mismo año, el Comisario Jefe de los T.E.D.A.X., Sánchez Manzano, contestó al Juez Juan del Olmo empezando por atribuir a un “error de transcripción” que en su informe del 26 de marzo de 2004 se nombrara la metenamina como formando parte de la Goma 2 “ECO” contenida en la mochila-bomba encontrada en la Comisaría de Vallecas. A continuación y como queriendo restar importancia al detalle, Manzano explicó que la metenamina “no es una sustancia explosiva en sí misma”, que se emplea como desinfectante de urinarios y que, por tanto, se trata de un producto “irrelevante para la identificación de un explosivo”. Sólo por semejante afirmación que niega los principios más elementales de la química —este burócrata policial no debería permanecer un minuto más al frente de un organismo como los T.E.D.A.X. El Nitrato de Potasio es un oxidante poderoso que tampoco en sí mismo es explosivo. Pero mezclado en determinadas proporciones con metenamina y Nitrato de Amonio, constituye la base química del potente RDX o exógeno, de una capacidad destructiva una vez y media superior al TNT o dinamita.

En este punto, vamos a incluir otro testimonio; se trata de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la Estación de Atocha en el momento de hacer explosión tres de los artefactos aquel 11 de marzo a las 7,38, donde no parece que los estallidos se hayan producido al interior de los vagones del tren estacionado en el andén, sino en el mismo andén, lo cual contradice la versión oficial. Pero lo más importante es que se verifica la naturaleza del explosivo utilizado, porque, efectivamente, no hubo deflagración sino explosión, dado que en el punto preciso del que parte la honda expansiva, puede verse un intenso pero fugaz destello de fuego que deja paso a una abundante y densa humareda

Según Robert Andrew, quien se prestó a colaborar en la dilucidación de la verdad acerca de la matanza del 11M en Madrid, este experto americano en explosivos ha dicho que, a la vista de las imágenes cabe hablar de un “impacto transversal de carga hueca”. Transversal o colateral, porque la carga explosiva llevaba una dirección que cortó, chocó o interceptó la dirección en que estaba dispuesto el tren estacionado en el andén, aunque no se puede saber con qué ángulo de incidencia se produjo el impacto. Un explosivo de “carga hueca” o “dirigida”, se define por la geometría de la carcasa que lo contiene, cuya superficie dirigida contra el objeto transversal a destruir, en vez de ser plana o convexa, tiene forma cóncava, con el vértice hacia dentro del artefacto. En 1888, el físico norteamericano Charles Eduard Munroe descubrió que una carga explosiva con esa forma en su parte anterior, aumentaba su poder destructor, porque la conicidad hace que toda la carga explosiva se concentre sobre esa superficie de contacto, que es la de menor resistencia a la expansión de los gases producidos por la explosión al interior de la carcasa. En el caso de un proyectil de punta hueca, una vez alcanzado el blanco la cabeza con esa oquedad choca contra la superficie de impacto —por ejemplo, la coraza de un vehículo blindado— y se "adhiere" igual que una "ventosa" durante el momento de explosión de la carga interna, produciéndose así el "efecto Munroe": al mismo tiempo que explosiona la carga por el impacto del proyectil sobre el blanco, en toda la superficie de contacto perfora la coraza y, a través del agujero producido penetra el metal fundido incandescente al interior del carro blindado, con lo que la temperatura se eleva en varios centenares de grados provocando la muerte casi instantánea de sus ocupantes, junto con la explosión de la munición o el combustible allí existente.

A despecho de la tinta que corrió para desvelar la verdad sobre este asunto —como en los manantiales subterráneos sólo perceptibles para algunos espeleólogos de la política— recién un año después, en la página 85 del auto fechado el 10 de abril de 2006, el juez Juan del Olmo corrigió lo dicho en aquél “informe preliminar” por el comisario de los T.E.D.A.X., Juan Jesús Sánchez Manzano, en cuanto a que el explosivo encontrado en la furgoneta de Alcalá, tanto como la muestra patrón extraída por la policía científica de un cartucho de Goma2 “ECO”, estaban contaminados con metenamina. Pero ratificó al comisario-jefe al considerar “irrelevante” la presencia de metenamina en la muestra recogida por la policía de la furgoneta marca Renault modelo “Kangoo” en la mañana del 11M:

<<En los análisis realizados en el Servicio de Análisis Químicos de la Comisaría General de Policía Científica, a una muestra de esta sustancia (la encontrada en la Furgoneta “Renault” Kangoo), y a otra muestra patrón, tomada de un cartucho de dinamita GOMA 2 ECO, se detectó, en ambas sustancias, los siguientes componentes: Nítrocelulosa, Nitroglicol, Nitrato Amónico, Ftalato de Dibutilo, Metenamina y Carbonato Calcico (ANEXO II).
La presencia, a priori, de la metenamina, es significativa en cuanto a que la dinamita GOMA 2 ECO no incorpora esta sustancia, pero no es relevante para la identificación de sustancias explosivas, como se recoge en el Informe Pericial del 20 de abril de 2005 sobre sustancias químicas y explosivos, de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y NRBQ, en el que se determina que la presencia de esta sustancia es debida a una contaminación (ANEXO III).>> (
Juan del Olmo: “Auto de procesamiento” del 10/04/06 Pp. 86)

La conclusión es obvia: los explosivos utilizados para la comisión de los atentados ha sido simple dinamita GOMA2 “ECO”, provista a los terroristas por la trama delictiva asturiana con base operativa en Avilés. Hasta abril de este año de 2006, ésta ha sido la tesis que prevaleció en el espíritu del Juez Juan del Olmo, quien ha mostrado muy poca enjundia y vocación personal para que prevalezca la justicia como un poder efectivamente independiente del ejecutivo. Porque su auto de procesamiento no estuvo basado en la evidencia empírica de las pruebas de cargo que alumbran la verdad de los hechos y sus causas, sino que prevaleció en él la falacia de autoridad dimanante de informes policiales “ad hoc”, ese “hilo de Ariadna” al que determinados poderes fácticos han tratado de condicionar el siempre imprevisible laberinto judicial.

Y así ha sido, en efecto: si la marca de dinamita GOMA 2 “ECO” encontrada en la furgoneta de Alcalá contiene metenamina, debemos decir que se trata de una presencia “a priori” ajena al explosivo —previamente escogido como prueba de cargo— para poder vincular convenientemente los supuestos ejecutores islamistas de los atentados, con la trama delictiva asturiana que supuestamente se lo proveyó. Así, dados nuestros fines judiciales políticamente preconcebidos, decidimos que la metenamina contenida en el explosivo de la furgoneta de Alcalá y en el piso de Leganés, “no es relevante para la identificación de sustancias explosivas” del tipo que a nosotros nos interesa identificar, por lo cual juzgamos técnicamente “que la presencia de esta sustancia es debida a una contaminación” y la consideramos como no existente. Así de sencillo. Es decir, que mediante una especie de ilusionismo jurídico basado en una falacia de autoridad técnica dimanante de informes oficiales, logramos que el explosivo militar RDX realmente utilizado en los atentados, sea sustituido en el auto del juez por un teórico explosivo Goma2 de la marca “ECO” supuestamente salido de la mina “Conchita”. Tal es el “hilo de Ariadna” por donde el Juez Juan del Olmo se ha dejado llevar muy cómodamente desde el auto del 18 de junio de 2004, hasta el auto de procesamiento del 10 de abril de 2006 ya citado.

¿Qué hizo durante todo este tiempo el estamento mediático que de hecho vino sirviendo a los intereses del Partido Popular en la oposición al actual bloque histórico de poder burgués encabezado por el PSOE? Emplear el mismo método de los sofistas y de los escolásticos: lo importante y decisivo no fue saber la verdad de los hechos, sino hacer prevalecer la “verdad” que nos conviene para derribar al adversario en el gobierno —en este caso al PSOE—, tratando de causar el menor daño posible a las instituciones del Estado en la conciencia colectiva de las clases subalternas.

De modo que primero se cogieron al hilo argumental de la nitroglicerina, atacando lo dicho por el Comisario Álvarez Manzano durante la sesión de la Comisión de investigación parlamentaria sobre el 11M reunida el miércoles 7 de julio de 2004. Todo comenzó por la pregunta que el representante del Partido Popular, Ignacio del Burgo, le hizo al Jefe de los T.E.D.A.X., Juan Jesús Sánchez Manzano, acerca de unas declaraciones que subdirector general operativo de la Dirección general de la Policía hizo públicamente al mediodía del día 11M en presencia de los más altos mandos policiales, en el sentido de que el explosivo utilizado en los atentados había sido Goma2 de la marca “Titadyn” —años ha muy usada por ETA en sus atentados— ante lo que Sánchez Manzano respondió:

<<Desconozco en qué se puede haber basado, pero yo le puedo explicar el proceso que seguimos en estos casos. La Unidad Central de Desactivación de Explosivos es una unidad especializada, eminentemente técnica, con una normativa específica que regula cada uno de los procedimientos y de los pasos que se tienen que dar, incluso en cuanto a la gestión de la información que se genera desde el punto de vista técnico, y siempre procedemos de la misma manera. Aquí, por supuesto, acentuamos el rigor para que las cosas se produzcan exactamente como se tienen que producir, por dos razones fundamentales: una, porque nos lo dice la normativa específica que lo regula y otra porque, como ustedes saben, si es eminentemente técnica y no seguimos los procedimientos rigurosamente, perdemos credibilidad, con lo cual la calificación de técnicas se nos derrumbaría.
He dicho que los restos de los focos de las explosiones llegan a la unidad a las 12:30; se inicia su análisis y se obtienen los primeros resultados en torno a las 14:00 horas. Tampoco le sé precisar ahora exactamente a qué hora pudo ser cuando se obtuvieron los primeros resultados fiables sobre los que ya se puede pronunciar el jefe de unidad o cualquier especialista, porque si no, no lo hacen. Ahí el resultado que se obtiene es que es dinamita, sin poder precisar la clase comercial de dinamita.
Esto es así porque cuando se produce la explosión, la alta combustión destruye todos los componentes de los explosivos. En algunos casos, no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas.>>
(Op cit. Pág. 4. Subrayado nuestro)

Y ante una pregunta del diputado Labordeta para que diga si a las 14 Hs. del día 12 de marzo se podía saber efectivamente que tipo o marca de dinamita había sido utilizada en los atentados, Sánchez Manzano volvió sobre el mismo argumento más clara y taxativamente:

<<A las 14 horas, como son muestras obtenidas en los restos que ha dejado la explosión, lo único que se puede averiguar es que es dinamita, porque lo único que se puede encontrar es nitroglicerina, que es componente común en todas las dinamitas; con independencia de la clase comercial que sea, siempre tienen ese componente.>> (Ibíd. Pág. 17) [4]

El equívoco de Sánchez Manzano en la Comisión de Investigación al decir que la nitroglicerina es el componente común a todas las dinamitas, tal fue el clavo ardiendo al que el Partido Popular se mantuvo agarrado, tratando de defender la tesis de que el explosivo utilizado en los atentados no fue GOMA2 de la marca “ECO” sino de la marca “Titadyn”, que es el que había venido utilizando ETA desde 1999. Y es que la equivocación de Álvarez Manzano, consistió en que no es cierto que todas las dinamitas contienen nitroglicerina. Porque, precisamente lo que distingue a la dinamita del tipo “Titadyn”, es que contiene nitroglicerina, en tanto que la dinamita del tipo GOMA2 contiene nitroglicol. De modo que si es cierto que en los focos de las explosiones se encontró nitroglicerina, no puede ser igualmente cierto que el explosivo GOMA2 utilizado el 11M haya sido de la marca “ECO”. Menos aun si ese explosivo contenía metenamina.
Así, en su artículo titulado: “La dinamita fantasma: Los informes periciales no sólo conducen a Mina Conchita”, el periodista de “El Mundo”, Fernando Múgica, dijo lo siguiente:

<<El estudio riguroso de la procedencia y composición de los explosivos utilizados en el 11-M es esencial para poder esclarecer los atentados. Hasta ahora, se han manejado dos verdades absolutas que se consideran indiscutibles: las bombas que explosionaron en los trenes estaban fabricadas con Goma 2 y la dinamita utilizada salió de Mina Conchita, en Asturias.
Se va a cumplir el primer aniversario de la masacre y, a la vista de los datos policiales que el juez Juan del Olmo ha sacado a la luz, las dos afirmaciones se sostienen con pruebas meramente deductivas.
En las propias conclusiones policiales se lee con absoluta claridad: “No se puede afirmar el tipo de dinamita que explosionó en los trenes”. Los componentes encontrados no son suficientes como para confirmar que fuera Goma 2. En definitiva, a pesar de la desenfrenada polémica que ello suscitó, un año más tarde de los atentados no puede concretarse el tipo de dinamita que provocó la matanza.
Existen incluso expertos que aseguran que los daños estructurales en los trenes no se corresponden con una explosión provocada por dinamita si no está reforzada con otros materiales como, por ejemplo, la nitroglicerina en forma de gelatina. Sin embargo, hay una cosa clara: el material explosivo que se encontró en la Comisaría de Vallecas, en la furgoneta aparcada en Alcalá de Henares, en el artefacto encontrado en las vías del AVE y en la dinamita hallada en el piso de Leganés, eran Goma 2.
No obstante, entre los propios miembros de la Unidad Central de Información de la Guardia Civil (UCIE) se extiende cada vez más el convencimiento de que 10 kilogramos de dinamita, sea Goma 2 o Titadyn, no hubieran roto por sí solos la estructura de la base de los vagones, ni hubieran abierto los mismos como si se hubiera utilizado un abrelatas.>>
(Op. Cit 08/03/05 Subrayado nuestro)

Pero ni este ni los demás periodistas de investigación que giraron de hecho en torno a la órbita política del Partido Popular en todo este asunto, se despegaron un ápice de la premisa mayor sostenida por ese partido en cuanto a que atribuyen a ETA haber participado en los atentados. En efecto, si el explosivo contenía nitroglicerina era Titadyn utilizado regularmente por ETA desde 1999. Y si contenía metenamina era explosivo militar del tipo RDX, que ETA había presuntamente adquirido a las FARC colombianas.
Finalmente, el 19 de julio último, después de la tremenda presión ejercida por los intelectuales afines al P.P., llamados “conspiranoicos” sobre el Juez del caso, recién hemos podido conocer un detalle del dictamen de la funcionaria a cargo del laboratorio de los T.E.D.A.X., que a las 14 hs. del 11M suscribió el análisis sobre los restos hallados en los focos de las explosiones detonadas ese día en los “trenes de la muerte” [5] . Y el detalle en cuestión es que en el informe presentado ante el Juez Juan Del Olmo —que la citó a comparecer el pasado martes 18 de julio—, la química Teresa de Lara dice que dicho análisis se hizo aplicando la “cromatografía de capa fina”, añadiendo que esta técnica de análisis sólo permite saber “el tipo genérico” del explosivo utilizado, no la totalidad de sus componentes. A raíz de la mención a las presuntas limitaciones de esta técnica de análisis, se generó un debate nacional por Internet del que participaron algunos reducidos medios de irrisorio alcance social, excepto el periódico de P.J. Ramírez: “El Mundo”. Como sucede con las demás cuestiones políticas domésticas que afectan a la estabilidad de los gobiernos de turno y pueden salpicar la imagen del Estado, esta discusión pasó una vez más desapercibida para el grueso de la población, ante el riguroso silencio de los “mass media” del país (radio y televisión).

El debate giró en torno de si la “cromatografía de capa fina” permite determinar todos los componentes de una sustancia o sólo algunos, según el tamaño de la muestra recogida en el lugar de los hechos y con elementos ajenos que “interfieren” la identificación —como sostuvo ante el Juez la Inspectora Jefe del Departamento de Analítica de los T.E.D.A.X.— o si es posible hacerlo independientemente de tales limitaciones. Pero sólo en cuanto a si los explosivos analizados contenían nitroglicerina o nitroglicol. Entre la prensa escrita de relativo mayor alcance, solo “El Mundo” en sus ediciones del 30 y 31 de julio de 2006, implicó políticamente a la incordia presencia de metenamina en los análisis a la muestra del explosivo recogida de la furgoneta “Kango” hallada en Alcalá el día de autos, así como entre los escombros del piso de Leganés.

El debate acerca de si el estado actual de la ciencia química aplicada permite o no determinar precisamente los componentes de cualquier sustancia, se está extendiendo cada vez más entre técnicos e investigadores con distinto grado de conocimiento y experiencia en “cromatografía de capa fina”. Así, según reporta “El Mundo” en su edición del 30 de julio de 2006:

<<Para los expertos consultados resulta totalmente inverosímil la versión de los hechos que han defendido ante el juez Juan del Olmo el comisario Jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, y la inspectora que realizó los análisis sobre el explosivo hallado en los trenes, según la cual es imposible determinar los componentes de las bombas y solo puede decirse que se trata de dinamita.>> (Op. cit.)

La misma edición de este periódico incluye la opinión del catedrático de física aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares, quien asegura que, según sus respectivas especificaciones, los cromatógrafos actuales de uso comercial son capaces de separar “muestras de sustancias químicas para cantidades del orden de 0,00001 gramos o incluso menores, siempre que se utilicen disoluciones líquidas de esa sustancias, o de cantidades muy inferiores —del orden de 0,000000001 gramos— si las muestras son vaporizados y se utilizan aparatos denominados de cromatografía de gases, que son también estándar en muchos laboratorios de química analítica.

Ese mismo día, el portavoz del Partido Popular en la Comisión de Investigación sobre el 11M, Jaime Ignacio del Burgo, instó al Juez Del Olmo a que aclare “de una vez por todas” la sucesión de errores y contradicciones que se están poniendo de manifiesto en torno a los explosivos utilizados en la masacre:

<<Si no fuera así —advirtió del Burgo— sobre el Juzgado de la audiencia Nacional planearía la palabra prevaricación [6] .>> (“El Mundo” 31/07/06 Pp. 9)

 

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[1] Según consta en la denuncia policial, las llaves de esa furgoneta fueron sustraídas a su dueño ocho meses antes. Y desde que la robaron hasta que fue encontrada en Alcalá de Henares, sólo había recorrido 200 km. Por tanto, no pudo ser éste el vehículo donde supuestamente se transportó el explosivo utilizado el 11M.

[2] A la vanguardia de los socios mediáticos del Partido Popular en todo este asunto, destacan “El Mundo” y “Libertad digital”, contando con reputados “periodistas de investigación” como Fernando Múgica y Luis del Pino. Y aunque por ahí se dice que ETA dispone del explosivo militar RDX supuestamente entregado por las (FARC) Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Ver:
http://paz-digital.org/new/content/view/576/26/ aunque no hay antecedentes de que alguna vez lo haya utilizado. De este asunto sobre la posible implicación de ETA en la matanza del 11M nos hemos de ocupar brevemente más adelante.


[3] Según reporta el periodista Luis Del Pino en http://www.libertaddigital.com/php3/noticia.php3?cpn=1276260669, el Jefe del Grupo de desactivación de explosivos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid —que el 11 de Marzo coordinó las operaciones de los TEDAX en el escenario de los hechos— “ordenó revisar por dos veces los bultos que hubiera en los trenes debido al hecho de que habían aparecido artefactos sin explotar. Su orden era tajante: ‘dos veces, de la cabecera a la cola’. Además, hizo especial hincapié en dejar claro al juez que él no sólo coordinó la acción en Atocha sino en todos los escenarios del ataque”.

[4] Esta concreta mención a la nitroglicerina desapareció en el informe que le llegó al juez Del Olmo un mes después de los atentados. El análisis en este otro contexto, versó sobre “muestras diversas de metal, plástico, telas, clavos diversos, restos de material aislante, tierras y sustancia pulverulenta de color rosado (posible polvo de extinción de incendios)” recogidas en los distintos focos de explosión.

[5] En esa comparecencia ante el Juez estuvieron también presentes la fiscal del caso, Olga Sánchez, y la abogada de la “Asociación 11M Víctimas del terrorismo”, presidida por la señora Pilar Manjón.

[6] En el lenguaje jurídico, prevaricar significa emitir un fallo o sentencia a sabiendas de que es falso.