d.- La IVª Internacional y el conflicto palestino

En el caso de Palestina, atada por fuertes vínculos con la ultrarreaccionaria burguesía árabe, la OLP ha tratado de mantener al movimiento obrero y a la juventud palestina dentro de los límites políticos aceptables para la burguesía árabe, al tiempo que la política del nuevo gobierno autónomo, ha servido para aislar deliberadamente al movimiento nacional de las masas palestinas respecto del proletariado del Medio Oriente. En su resolución del 10 de octubre de 1982, el Secretariado Unificado se lo pasó dando al movimiento palestinio sucesivas manos de cal y arena. Empezó señalando que la derrota de junio del 67 puso en evidencia el fracaso de las direcciones nacionalistas radicales de origen pequeñoburgués, de la misma manera que la derrota del 48 evidenció el de las direcciones conservadoras. Protestó contra la OLP por su línea política de subordinación al conjunto de las burguesías árabes, reprochándole de haberse inhibido de inducir a la extensión del movimiento de la resistencia en todos los países árabes -sobre todo en los que el refugio palestino es más numeroso, como Jordania y El Líbano- renunciando a organizarla democráticamente so pretexto del respeto al principio internacional de la "no intervención" en los asuntos internos de los Estados árabes que financian y, de ese modo, limitan, la política de la OLP. Pero inmediatamente dio una mano de cal -y de esperanza- diciendo que, con Al Fatah como motor, la nueva dirección rompió con la antigua orientación que privilegiaba el terreno diplomático proclamando la guerra popular contra el Estado sionista "en el cuadro de la lucha de los pueblos oprimidos contra el imperialismo" (sic.), dejando constancia de que el movimiento progresó más por causa de una línea política general de impulso a la movilización de las masas que por efecto de los éxitos en el terreno militar:

<<Esta dirección afirmó su voluntad de emanciparse de la tutela de los estados árabes y puso en pie organizaciones militares eficaces capaces de emprender la lucha armada desde bases en Jordania y en el Líbano. Los éxitos obtenidos entre 1968 y 1970, no se debieron solamente a las operaciones militares sino también a las movilizaciones de masas que hicieron fracasar las actividades reaccionarias (en Jordania, 1968, y en el Líbano, 1965) contra la resistencia palestina. Ésta apareció, pues, como la vanguardia del movimiento nacionalista y revolucionario árabe en su conjunto...>> (Op.cit.)

Todo el documento va y viene resbalando sobre la misma contradicción del SU, tironeado por la fuerza ideológica de la tradición bolchevique-trotskysta, que reclama su permanencia en la ortodoxia revolucionaria, y las fuerzas epicúreas del reformismo hegemónico en el movimiento real, que le hacen gravitar desde y hacia fuera de esa línea recta. El resultado de esta contradicción respecto a la política de la IVª en el Medio Oriente, es que, por un lado, se denuncian -aunque la mayor parte de las veces como "errores"- las carencias de clase del movimiento, pero por otro lado se alienta entre las masas árabes la esperanza en la regeneración revolucionaria de la organización política burguesa OLP, comprometiendo a la IVª en un explícito apoyo. Así quedó reflejado en las consignas conclusivas de la resolución:

<< -Libertad de acción para la OLP en todos los Estados árabes.

-Reconocimiento de la OLP como representante legítimo del pueblo palestino.

-Solidaridad con las masas palestinas y con el movimiento antiimperialista libanés>>(Ibíd)

mayo 2001

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