DE LA DEFENSA INCONDICIONAL DE LA URSS
A LA TEORÍA DE LA AUTORREFORMA REVOLUCIONARIA DE LA BUROCRAIA SOVIÉTICA

En el III Congreso celebrado a principios de 1951, Michel Pablo (Raptis), quien por entonces desempeñaba el cargo de secretario de la Cuarta Internacional, en acuerdo con Ernest Mandel, consensuó en la IVa. una línea política que no sólo se afirmó en el presunto carácter obrero del Estado soviético, sino que fue más allá por el camnio de la lógica política implícita en los análisis de Trotsky. En lugar de la tesis sobre la irremisible naturaleza contrarrevolucionaria del stalinismo, Pablo presentó la teoría ecléctica de la autorreforma revolucionaria de la burocracia. Así fue como el oportunismo espontaneísta que presidió la política predominante en la IVa. Internacional, tomó forma en el intento de atribuir a la burocracia soviética un rol revolucionario potencial determinado por la lucha antiimperialista a nivel mundial. Según este esquema político diseñado por Pablo y Mandel, la clase obrera había dejado de ser la fuerza directriz del proceso histórico. En todo caso, sus luchas se circunscribían al conflicto entre los dos bloques estratégicos surgidos de la segunda post guerra: "el mundo capitalista y el mundo stalinista". En esta "nueva realidad social objetiva", no había lugar para la movilización política revolucionaria independiente de la clase obrera contra los regímenes imperialista y stalinista bajo la IVa. Internacional. A instancias del Pablismo, pues, el stalinismo acabó asentado finalmente sus cabales al interior de la organización concebida y creada por Trotsky para combatirle.

 

Siguiendo la lógica de esta "nueva realidad objetiva" determinada por la crisis permanente del capitalismo, Pablo concluyó que el conflicto entre los dos bloques ideológicos antagónicos era inevitable que derivara en un enfrentamiento bélico global que tendría el carácter de "guerra civil internacional", donde el movimiento trotskista no podía hacer otra cosa que tratar de ejercer influencia sobre el bloque stalinista para que profundizara su autoreforma en dirección de posiciones revolucionarias. Hasta la primera mitad de los años cincuenta, los pablistas afirmaban que la política de la IVa debía prioritar su trabajo político de auxiliar a los partidos stalinistas a nivel mundial, tratando de garantizar que la "burocracia soviética autoreformada" no se desviara de la lucha consecuentemente revolucionaria contra el imperialismo. En ese caso hipotético -según esta lógica el más favorable a los intereses estratégicos del proletariado- la revolución comunista en los principales países capitalistas pasaría durante siglos por las horcas caudinas de "Estados obreros degenerados". (Enemigo principal enemigo secundario)

 

Según el autodenominado "Comité Internacional de la Cuarta Internacional" (CICI), este viraje dado por Pablo y Mandel a la interpretación de la lucha de clases, parece haberles comprometido en acciones de encubrimiento respecto de los crímenes cometidos por la burocracia soviética contra destacados miembros de la IVª Internacional, incluido el asesinato de Trotsky y su hijo, León Sedov. A nosotros todo esto no nos consta porque no tenemos las pruebas tangibles que avalen semejante denuncia. Tampoco hemos podido saber quienes son ni de donde provienen realmente los que componen el CICI. Pero dada la gravedad de la denuncia, es necesario que se difunda para forzar a que se diriman pública y documentadamente las correspondientes responsabilidades políticas. Con mayor razón dado que muchos de quienes militaron y militan en las filas del trotskysmo no saben nada de "estos trapos sucios" dentro de la IVª Internacional. La denuncia dice lo siguiente:

<<54. La capitulación pablista al stalinismo no se detuvo en estas revisiones del programa trotskysta. También condujo a un encubrimiento de los crímenes de los agentes de la GPU-KGB de la burocracia del Kermlin contra la Cuarta Internacional. Desde los años 50, los pablistas se opusieron a cualquier investigación sobre las actividades de los agentes stalinistas que organizaron los asesinatos de los dirigentes de la Cuarta Internacional, inclusive el de Trotsky y el de su hijo León Sedov.. Después del desenmascaramiento de Mark Zbrowski -el agente clave en el centro de la cuarta Internacional en París, quien dio la información utilizada por los stalinistas para matar a Sedov, Rudolf Klement (secretario de la IVª Internacional), Ignace Reiss, quien desertó de la GPU- Ernest Mandel se opuso rotundamente a la propuesta de organizar una investigación de las actividades anteriores de Zbrowski.

55. En 1975, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional inició la Seguridad y la Cuarta Internacional, una investigación sobre el asesinato de León Trotsky que fuera la primera desde la del abogado del SWP, Albert Goldman, directamente después del crimen. Cientos de documentos oficiales del gobierno de los EE.UU., que previamente eran clasificados, fueron descubiertos bajo la Ley de la Libertad de Información. Estos documentos iluminaron la red masiva que la GPU organizó para el asesinato. Desde su inicio, esta investigación fue denunciada por los pablistas, quienes temían que las revelaciones del CICI sobre los crímenes de la GPU contra el movimiento trotskysta iban a chocar contra su propia y cada vez más abierta colaboración con los partidos stalinsitas

56. La oposición de los pablistas se convirtió en ataque histérico cuando la investigación del CICI descubrió información que acusaba a Joseph Hansen -el lider pablista que sirvió por un tiempo como secretario de León Trotsky en Coyoacán- de haberse reunido en secreto con la GPU antes del asesinato de Trotsky en 1940, y luego iniciado charlas con el gobierno de los EE.UU., pidiendo contacto secreto "con quien pueda impartir información con impunidad". En base al testimonio juramentado de miembros sobrevivientes de la dirección del SWP, el CICI supo luego que el partido no sabía nada sobre los contactos de Hansen con el gobierno norteamericano.

57. Los pablistas rechazaron repetidamente los llamados del CICI para el establecimiento de una comisión de investigación que examinara y juzgara la evidencia que el CICI había obtenido sobre La Seguridad y la Cuarta Internacional. Al contrario, organizaron una campaña internacional para denunciar a la investigación como "incriminación desvergonzada". Entre aquellos que defendieron como víctimas inocentes de la llamada "incriminación" estaban no sólo Hansen, sino también Sylvia Franklin, secretaria personal de James P. Canon a fines de los años 30 y 40, quien había sido desenmascarada como una espía stalinista por el desertor de laGPU, Louis Budenz. A pesar de la desaparición repentina de Frankin después de las revelaciones de Budenz y de su colaboración posterior con el gobierno estadounidense en la preparación del proceso contra su viejo controlador de la GPU, Robert Solben, Hansen y el SWP siguieron alabándola como una "camarada ejemplar". El líder del SWP, Jack Barnes, declaró públicamente que Franklin era su heroína personal. Pero en 1983, como resultado de un pleito iniciado por un miembro del SWP, Alan Gelfand, contra el gobierno de los EE.UU. y sus agentes en el liderazgo del partido, el testimonio -previamente secreto- de Franklin ante un jurado federal en 1954 y 1958 fue finalmente revelado. Los apógrafos mostraron que Franklin había admitido que era espía stalinista dentro del SWP. Gelfand también obtuvo evidencia que explicaba la defensa implacable de Hansen y el SWP respecto de Franklin. Surgió de la correspondencia privada de Hansen que él también había sido identificado por Louis Budenz como un agente de la GPU. No obstante esta prueba irrefutable de las acusaciones del CICI, los pablistas continúan en la defensa de Franklin y de Hansen. Esta defensa de agentes, y su indiferencia hacia los crímenes que se cometieron al servicio del stalinismo y el imperialismo contra la IVª Internacional, es sólo una expresión grotesca de la traición del trotskysmo por los pablistas.

58. Con sus revisiones programáticas y su encubrimiento de los crímenes del stalinismo, los pablistas buscaron desviar a la IVª Internacional lejos de la lucha revolucionaria contra el stalinismo, promover ilusiones en la burocraia, distorsionar el contenido del análisis de Trotsky, quitarse el filo revolucionario y justificar la liquidación del programa independiente de la IVª Internacional. Recordar estas falsificaciones pablistas del trotskysmo -que han sido refutadas por la historia- no es un ejercicio académico. Es vital que las lecciones de la lucha contra el revisionismo se asimilen completamente para enfrentar a los nuevos desafíos políticos impuestos por la crisis del stalinismo>> (CICI: "La crisis del capitalismo mundial y las tareas de la IVª Internacional". Agosto/88)

mayo 2001

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