q) Resumen de Engels sobre lo
actuado por los anarquistas:
<<Examinemos,
pues, el resultado de toda nuestra investigación:
- En cuanto se
enfrentaron con una situación revolucionaria seria, los bakuninistas se
vieron obligados a echar por la borda todo el programa que hasta entonces
habían mantenido. En primer lugar, sacrificaron su dogma del abstencionismo
político y, sobre todo, del abstencionismo electoral. Luego, le llegó el
turno a la anarquía, a la abolición del Estado; en vez de abolir el Estado,
lo que hicieron fue intentar erigir una serie de pequeños Estados nuevos.
A continuación, abandonaron su principio de que los obreros no debían participar
en ninguna revolución que no persiguiese la inmediata y completa emancipación
del proletariado, y participaron en un movimiento cuyo carácter puramente
burgués era evidente. Finalmente, pisotearon el principio que acababan de
proclamar ellos mismos, principio según el cual la instauración de un gobierno
revolucionario no es más que un nuevo engaño y una nueva traición a la clase
obrera, instalándose cómodamente en las juntas gubernamentales de las distintas
ciudades, y además casi siempre como una minoría impotente, neutralizada
y políticamente explotada por los burgueses.
- Al renegar
de los principios que habían venido predicando siempre, lo hicieron de la
manera más cobarde y más embustera y bajo la presión de una conciencia culpable,
sin que los propios bakuninistas ni las masas acaudilladas por ellos se
lanzasen al movimiento con ningún programa ni supiesen remotamente lo que
querían. ¿Cuál fue la consecuencia natural de esto? Que los bakuninistas
entorpeciesen todo movimiento, como en Barcelona, o se viesen arrastrados
a levantamientos aislados, irreflexivos y estúpidos, como en Alcoy y Sanlúcar
de Barrameda, o bien que la dirección de la insurrección cayera en manos
de los burgueses intransigentes, como ocurrió en la mayoría de los casos.
Así, pues, al pasar a los hechos, los gritos ultrarrevolucionarios de los
bakuninistas se tradujeron en medidas para calmar los ánimos, en levantamientos
condenados de antemano al fracaso o en la adhesión a un partido burgués,
que, además de explotar ignominiosamente a los obreros para sus fines políticos,
los trataba a patadas.
- Lo único que
ha quedado en pie de los llamados principios de la anarquía, de la federación
libre de grupos independientes, etc., ha sido la dispersión sin tasa y sin
sentido de los medios revolucionarios de lucha, que permitió al Gobierno
dominar una ciudad tras otra con un puñado de tropas y sin encontrar apenas
resistencia.
- Fin de fiesta: No sólo la Sección
española de la Internacional ―lo mismo la falsa que la auténtica―
se ha visto envuelta en el derrumbamiento de los intransigentes, y hoy esta
Sección ―en tiempos numerosa y bien organizada― está de hecho
disuelta, sino que, además, se le atribuye todo el cúmulo de excesos imaginarios
sin el cual los filisteos de todos los países no pueden concebir un levantamiento
obrero; con lo que se ha hecho imposible, acaso por muchos años, la reorganización
internacional del proletariado español.
- En una palabra,
los bakuninistas españoles nos han dado un ejemplo insuperable de cómo no
debe hacerse una revolución.>> (Ibíd.)