5.-Conclusión

Todas las clases dominantes que han sido, pues, han pretendido poner en el centro gravitatorio de la naturaleza humana, como algo inmutable y eterno, el espíritu de las leyes hechas por ellos para legitimar sus intereses históricos específicos; demostrándose tan provisorios, como las relaciones de producción que fueron creando las fuerzas sociales productivas para procesar un determinado grado de su desarrollo, modos de producción que abandonaron toda vez que se convirtieron en una traba histórica suya. De ahí que Marx, en sus "Glosas a Wagner", dijera:

<< Yo no parto del hombre sino de un período social dado>> (Op. Cit.)

En síntesis, que, tanto las categorías de "plusvalor" y de "capital, nunca pudieron tener vigencia como "realidades efectivas", antes de que las fuerzas sociales productivas alcanzaran tal grado de desarrollo, que permitieran justificar, históricamente, unas relaciones de producción fundadas en el prejuicio burgués --convertido en sentido común-- [12] de que los seres humanos son formalmente iguales en tanto "almas propietarias", con plena capacidad y libertad jurídica para disponer discrecionalmente de lo que es suyo: los obreros, su fuerza de trabajo, los capitalistas, sus medios de producción y su dinero.

En tal sentido, para Marx no hay categorías económicas generales aplicables indistintamente a los diversos modos de producción en que conforman el desarrollo intermitente o interrumpido de la historia. Cassirer distinguió entre las tres “formas simbólicas” que hasta ahora han sido. De hecho dedicó cada uno de los tres tomos de su obra a caracterizar cada una de ellas: las del mito (que no son, para él, propiamente representaciones de sentido unívoco sino meras presentaciones caracterizadas por el polisentido y hasta del equívoco típico de la subjetividad creadora por medio de intuiciones, respecto de las representaciones basadas en la lógica constructiva del lenguaje gramatical, perfeccionadas por el pensamiento abstracto de la ciencia moderna.

La única categoría general que Cassirer puede haber llegado a considerar común a todas las “formas simbólicas”, es la categoría positivista funcional de “causa-efecto” presente en todas ellas. Pero admitió que, en mayor o menor medida, con mayor grado de sofisticación, siguen todavía vigentes, aunque no como productos de la enajenación humana real, sino al revés, como creadoras de la realidad misma en tanto los sujetos rigen su comportamiento según ellas.

Pero, volvemos a repetir:

  1. En que el devenir histórico no se explica por lo común a todos sus períodos, sino por sus diferencias, procediendo desde la comprensión del modo de producción más actual, desarrollado y complejo. Y el plusvalor es una de esas categorías diferenciadas o distintivas típicas del modo de producción capitalista.
  2. Que las “formas simbólicas” registradas por Cassirer son formas de la conciencia enajenada por determinación de la enajenación real en que vivieron y siguen viviendo las distintas clases subalternas, cuyo significado o contenido, ha cambiado históricamente según el tipo o forma social de enajenación humana real, que las distintas clases dominantes han venido respectivamente consagrando como verdades eternas.

GPM 

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[12]

Sobre el concepto de "sentido común", ver: Gramsci: "El Materialismo Histórico y la filosofía de Benedetto Croce" Cap. I)