Anarquismo y marxismo

En cuanto a si lo que persiguen los anarquistas es diferente de lo que pretenden los comunistas, en primer lugar deberíamos tener una noción clara de qué son y qué pretenden los anarquistas. Sociológicamente, todos ellos son descendientes directos del artesanado gremial de la época post-feudal, donde la libertad se confundía con la independencia individual de unos maestros artesanos respecto de los otros, y por un odio común hacia los burgueses que disolvieron en la dependencia salarial con el patrón capitalista su mundo de relaciones corporativas libres.

Los anarquistas son anticapitalistas, pero no son comunistas. Permanecen aferrados a la propiedad del artesano, del pequeño productor. A diferencia de los comunistas, para quienes la libertad individual pasa por la organización igualitaria y democrática de los productores asociados, los anarquistas conciben la libertad íntimamente vinculada a la propiedad individual. Se dividen en dos grandes categorías.

Por un lado están los individualistas, que se caracterizan por la consagración del concepto de individuo que en la producción decide por sí mismo, sin otra relación económico-social con los demás que la puramente mercantil, siendo radicalmente contrarios a toda autoridad Este tipo de anarquismo pretende prescindir, hasta donde sea posible de toda organización, tanto social como estatal, por considerarlas coactivas.

Por otro lado, están los anarco-socialistas -cuyas figuras más representativas fueron Kropotkin y Bakunin- coinciden con los individualistas en el rechazo a toda autoridad estatal, que consideraban artificial o contra natura, pero aceptan las organizaciones sociales como resultado de lo que consideran una tendencia natural o gregaria de los seres humanos al agrupamiento para la cooperación. Negando toda relación política coactiva, llegan al extremo de repudiar la democracia, esto es, la autoridad de las mayorías sobre las minorías, de ahí que el concepto marxista de "dictadura del proletariado", tanto como el de partido de clase para la acción política, les parezcan aberraciones humanas intolerables.

Esta última categoría, la de los anarco-socialistas ha sido la de mayor proyección social. Creen que los pequeños grupos entre individuos pueden ser organizados de tal modo que queden eliminados los antagonismos económicos por la tendencia natural a la cooperación, y que es posible extender el mismo principio de acción a territorios más amplios sin recurrir a ninguna clase de coacción. Esperaban realizar esto sustituyendo al Estado, organizado desde arriba, vaciándolo socialmente por gravitación de las masas laboriosas hacia el método de la "federación libre", mediante el cual las pequeñas unidades se agruparían naturalmente en función del bien común, uniéndose para formar la comuna local, y así sucesivamente hasta agruparse por sí mismas en territorios más o menos amplios para fines comunes más generales.

Estuvieron contra la idea marxista según la cual el capitalismo acabaría con los oficios e iría reduciendo la producción en pequeña escala a la mínima expresión social. Para Bakunin, al contrario de los marxistas, el resultado de la acción revolucionaria anticapitalista no está sujeta a determinadas condiciones económico-sociales, sino que es producto directo de la voluntad colectiva sin condicionamiento objetivo alguno. Así es como llegó a proponer que la transformación al anarquismo de la sociedad europea capitalista basada en la gran producción, se lleve a efecto por los pueblos ruso y eslavo dedicados a la agricultura y al pastoreo. Bakunin esperaba que los obreros del Occidente europeo apoyarían esa revolución basada en condiciones de vida de mayor penuria e incultura, que ellos ya habían superado de la mano de la burguesía. Otro tanto ocurriría al revés, si ese mismo proletariado industrial quisiera hacer la revolución en Europa sin ocupar una posición social predominante en la industria, capaz de hacer inmediatamente por los campesinos de ese continente, tanto o más de lo que la burguesía francesa fue capaz de hacer por los campesinos en tiempos de Napoleón Bonaparte. Kropotkin, por su parte, queriendo someter el irreversible desarrollo de la producción capitalista europea en gran escala al sueño de una sociedad compuesta por pequeños productores individuales, propuso desmantelar las grandes fábricas que proveían a los mercados de ultramar, para convertirlas en cooperativas de obreros, lo más pequeñas que permitiesen una producción eficiente. Y que todo esto se hiciese sin el recurso a la autoridad sobre la burguesía -que por mandato de la ley del valor ya tenía montado el tinglado de otra manera- sino por consenso social inspirado en la supuesta tendencia natural de los seres humanos genéricos a la cooperación en pequeña escala. Como si las clases no existieran.

Los anarquistas sacan las premisas de su acción de simples ideales de vida a los que tienden a ajustar la realidad. Los comunistas no tenemos ideales. Las premisas de nuestra acción transformadora están en la naturaleza de las cosas, en las contradicciones de las formas de vida vigentes que señalan la tendencia general de su movimiento hacia la resolución de esas contradicciones que culminan necesariamente en otra forma de vida superadora. Para nosotros se trata de comprender la tendencia objetiva del movimiento de la sociedad en cada etapa histórica y actuar políticamente en el mismo sentido de esa tendencia, de su necesaria resolución. La libertad del sujeto sin el referente de la necesidad histórica objetiva, es un solipsismo teológico, según el cual, las cosas del mundo son según mis ideas. Para los comunistas, la libertad, es el conocimiento de la necesidad objetiva, de lo necesario al margen de las apetencias personales o ideas preconcebidas. Sólo se es libre en tanto se descubre lo que tiende necesariamente a su realización y se actúa para preparar las condiciones que lo hacen posible:

<<Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que debe sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual.>> K.Marx-F. Engels: "La Ideología alemana". 2)

Para el materialismo histórico -la única actividad del pensamiento metódico aplicado a la sociedad que merece el calificativo de ciencia- el movimiento real que anula y supera el estado actual de cosas, discurre según lo resumido muy apretadamente en los puntos I a IV de la presente.

Un saludo:

Grupo de Propaganda Marxista (GPM)

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