Función
del partido revolucionario
De todo esto se desprende que, desde el
punto de vista revolucionario la práctica
social es una unidad dialéctica complementaria entre práctica teórica y práctica política, donde la primera
funge -para decirlo en términos aristotélicos- como causa formal o guía de la segunda que es su causa eficiente, ambas en función
de la causa final que es la
revolución[39]. El corolario
de este razonamiento, es que si la práctica teórica y la práctica
política constituyen la practica
social como unidad dialéctica de la práctica teórica y de la práctica política, y si la práctica social del partido revolucionario
consiste en fundir la teoría revolucionaria
con el movimiento obrero, la práctica social del movimiento obrero revolucionario
consiste en hacer la revolución.
¿Qué significa esto de "fundir la teoría
revolucionaria con el movimiento obrero"? Por un lado supone que el partido
interviene en el movimiento obrero espontáneo, que sus miembros llevan allí
la teoría revolucionaria aplicada
a la lucha de clases, tanto bajo la forma de propaganda, esto es, de explicación
de las razones de clase políticas de cada conflicto, como bajo la forma de agitación,
de propuestas concretas de acción.
Esta práctica
social no sólo lleva implícita la práctica
teórica de explicarse y explicar, sino, de hecho, la práctica política de dirigir al movimiento espontáneo.
Y cuando hablamos de la teoría, del
materialismo histórico aplicado a cada conflicto, queremos significar
que no se trata de explicar los principios generales del materialismo histórico,
la herramienta en sí misma, qué es y cómo está hecha esa herramienta política,
sino de explicar cómo se usa esa herramienta.
¿Por qué? Pues, porque el movimiento espontáneo aprende por experiencia, por
manejo de una cosa para hacer otra. Antes de la toma del poder, los revolucionarios
no tenemos universidades de masas con capacidad material y tiempo para enseñar
a todos los asalariados los
fundamentos teóricos del materialismo histórico. Apenas si podemos aprender
estos fundamentos como autodidactas, entre nosotros, dentro del partido, en
las escuelas de cuadros, apelando a la memoria teórica del movimiento, que con
eso es más que suficiente.
En el curso de esta experiencia, aquellos
compañeros más lúcidos y abnegados en la lucha que demuestren interés por conocer
los fundamentos del materialismo histórico, todas estas cosas que decimos aquí,
esa demostración es signo de que están sobre el camino de la autoconciencia,
de la conciencia de clase. Esos pasan a engrosar el partido. Así procedieron
los bolcheviques; tal es, sumariamente, la lógica que Lenin desplegó en su "¿Qué
Hacer?"
En síntesis, para el GPM, el Partido Comunista Internacional debe formar parte constitutiva
del movimiento real de la sociedad, actuando al interior del movimiento obrero,
entendido como unidad dialéctica complementaria
entre el movimiento obrero espontáneo y el movimiento político autoconsciente.
Pero éste último se concibe organizado independientemente,
tanto respecto del movimiento espontáneo como respecto de los demás partidos,
sean de composición obrera o burguesa. Lo entendemos como la fusión orgánica
entre el materialismo histórico y la parte de la clase asalariada que decida
convertirse en portadora de esas ideas revolucionarias. Su objetivo es unificar
políticamente al movimiento obrero espontáneo en torno a las ideas del materialismo
histórico aplicado, cuya síntesis es el programa, para actuar con conciencia de clase en el sentido
de las leyes que presiden el movimiento económico de la formación social burguesa
previstas por la teoría revolucionaria, tratando de trasladar las contradicciones
económicas y sociales cada vez más agudas del sistema al terreno político, dirigiendo
el proceso en sentido revolucionario al mismo tiempo que tratando de "acortar
y mitigar los dolores" del necesario parto socialista.
La formación
del partido no pasa, pues, por la tarea previa de unificar a la clase en torno
a la lucha reivindicativa pretendidamente independiente de la patronal y de
la burocracia sindical, como lo sugiere el BIPR en "El movimiento de los piquetes", sino que es al revés, dadas
las condiciones objetivas y subjetivas favorables, el proceso de unificación
clasista del proletariado se desarrolla y extiende según el ritmo en que una
parte socialmente significativa de su vanguardia política se unifica en torno
a la teoría revolucionaria: el materialismo histórico. Tal es la acertada significación
de las palabras de Lenin cuando en su "¿Qué Hacer?" dijo que: "sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento
revolucionario"
De hecho,
los gérmenes del partido bolchevique no surgieron de ninguna experiencia previa
de unificación clasista del proletariado ruso por la base, sino que su principio
activo, discurriendo por completo al margen del movimiento espontáneo de las
luchas obreras -aunque estimulado por él- consistió en unir a la intelectualidad
revolucionaria rusa en torno al materialismo histórico. Desde 1895 en que se
constituyó la "Liga para la liberación
de la clase trabajadora de San Petersburgo" -uno de cuyos miembros
principales fue Lenin en compañía de Plejanov, Martov, Axelrod y otros- el cumplimiento
de esa tendencia a la unidad socio-política de la teoría revolucionaria, fue
el resultado de un proceso de lucha ideológica encarnizada entre distintas corrientes
de pensamiento al interior del movimiento político del proletariado. En ese
momento Lenin se dio cuenta de que el aglutinante para que una pequeña organización
o grupo de organizaciones moleculares dispersas sintetizaran en un gran partido,
es la teoría revolucionara, el materialismo histórico aplicado a la realidad
económico-social de Rusia, porque de ahí surgen con exactitud las líneas directrices
de la acción política y el programa del futuro partido. Esta idea inspiró su
gran obra fundamental: "El desarrollo
del capitalismo en Rusia", arma con la que el POSDR dio su exitosa
batalla contra el populismo encarnado en los "eseristas" del "Partido
Socialista Revolucionario". En
el curso de ese proceso, aun cuando sería totalmente falso decir que los soviets
de 1905 fueron teóricamente previstos por el POSDR, lo cierto es que sus militantes
contribuyeron muy mucho a que el movimiento obrero ruso sintetizara políticamente
en esa forma organizativa singular de eficacia revolucionaria históricamente
insuperable.
En este sentido, si después de todo parecemos
acordar en:
1) Que la función del partido no
consiste en "acelerar" la
clarificación de nada que el proletariado espontáneo pueda supuestamente comprender
por sí mismo en algún momento por el sólo hecho de "luchar", como
el espontaneismo revolucionario le hace sugerir al BIRP. No. El partido, es
en sí y por sí la comprensión y la clarificación del quehacer revolucionario;
es la condición suficiente
de ese conocimiento y de esa clarificación. Es atribución exclusiva suya, pero
sólo en la medida que demuestre capacidad para ello. Tal es el matiz de diferencia
con los partidos revolucionarios autoproclamados tales. Aquí es donde adquiere
todo su significado político la segunda tesis sobre Feüerbach.[40]
2) Que el partido no sólo está
para clarificar los procesos políticos, sino para dirigirlos.
Pero seguidamente
a lo que acabamos de comentar críticamente, los compañeros agregan:
<<Esto permite
aclarar por qué la emergencia
del partido comunista, apenas concebida y deseada por nuestros ínfimos núcleos
políticos, cierra y condensa todo un periodo de preparación
social y política hacia la revolución, cuyo recorrido, por su propia
naturaleza, no tiene lugar fuera, sino en y por el proceso histórico, en y por
la praxis revolucionaria>> (Ibíd)
Entonces, si la vanguardia revolucionaria
organizada, el partido comunista, es la condición que "cierra y condensa
todo un período de preparación" -de verdadera transformación sustancial
del capital variable en proletariado autocinciente-, y dado que en Argentina
esa condición ha venido brillando por su ausencia, debemos concluir que, aun
en el caso de que estuviera preparado -en el sentido de volverse totalmente permeable a
las ideas revolucionarias-, el proletariado espontáneo de ese país está muy
poco o nada capacitado para "identificar a su enemigo de clase" y
menos aún para "romper con él".
http://www.nodo50.org/gpm
apartado de correos 20027 Madrid 28080
e-mail: gpm@nodo50.org
[39]
Pero
falta aquí la causa material, esto es, de qué se compone o está hecho
el movimiento real del que hablan Marx y Engels en "La Ideología alemana": <<Para nosotros, el comunismo
no es un estado que debe implantarse,
un ideal al que debe sujetarse la
realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula al estado de cosas actual. Las condiciones de este
movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente>> (Op.cit).
¿Cuál es esta premisa? La sociedad civil, modo de producción, estructura,
o base económica y social del sistema capitalista. ¿En qué consiste este movimiento real, en la sociedad
capitalista? En los componentes sociales y políticos que interactúan al interior
de la formación social capitalista,
en tanto unidad dialéctica de estructura económica y superestructura ideológica,
política y cultural.
[40] "El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. E1 litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico." (K. Marx: Op.cit.) Para negar la teoría como elemento sustantivo de la autoconciencia, los "hombres de acción" del movimiento, incluidos los espontaneistas revolucionarios más recalcitrantes, han interpretado esta tesis de Marx como si no hubiera otra práctica que no fuera la política, como si la práctica teórica no fuera tan terrenal y válida como la práctica política, como si la ciencia no tuviera nada que ver con la lucha de clases, como si no formara parte de la práctica social en su conjunto. Una vez desterrada la práctica teórica de sus organizaciones, este prejuicio prácticista fue utilizado por los reformistas para hipotecar la verdad del marxismo al veredicto de la práctica política, al hecho de que todavía ellos no advierten los indicios de una sociedad superadora del mercado capitalista. En realidad, no es que el materialismo histórico tenga hipotecada su razón a los resultados prácticos de la historia. Al contrario, es la historia la que está pendiente de levantar su hipoteca con la razón científica del materialismo histórico. Y lo hará cuando el proletariado lleve a cabo su cometido histórico previsto. Incluso, el hecho de llevar esa razón por adelantado, da a la ciencia un carácter político que trasciende su objetividad teórica, al hacer de ella un poderoso arsenal revolucionario. Tal es el sentido de las palabras de Marx al decir que la teoría "puede abreviar y mitigar los dolores del parto". Pues bien. El partido revolucionario es esto: la encarnación orgánica del materialismo histórico, que no tiene su sede en a lucha de clases elemental