Introducción

Cuando recibimos su e-mail donde nos pone en conocimiento de la propuesta que hizo la "Liga socialista revolucionaria", a raíz de los últimos acontecimientos en Argentina, nosotros acabábamos de llevar a nuestra página http://www.nodo50.org/gpm una carta dirigida a esa organización opinando respecto de su posición en la polémica que se suscitó ante unas declaraciones de la señora Hebe de Bonafini, en relación con los atentados del 11 de setiembre en New York y Washington. Como podrá comprobar, si le interesa, argumentamos allí para recusar el oportunismo de esta organización con el que consideramos enemigo político más importante del proletariado en el llamado tercer mundo desde hace ya muchos años: el reformismo nacionalista radical pequeñoburgués, opción política que, en Argentina, tiene precisamente a Hebe por mascarón de proa. Ahora, si, tal como parece, ha decidido usted difundir esta propuesta, es de suponer que la comparte, de modo que así lo hemos de considerar y a continuación nos ocupamos en ofrecerle nuestra posición a respecto.

Vaya por delante que nosotros cuidamos de ser consecuentes con la máxima acuñada por Marx y Engels en el "Manifiesto":

<< Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos>>
(Op. Cit. Cap. IV)

También acordamos con la línea sin rupturas entre Marx y Lenin, en el sentido de que sin fundir, unir o vincular la teoría revolucionaria: el materialismo histórico, con el movimiento asalariado espontáneo, para dirigir sus luchas, no puede haber revolución socialista realmente posible. Y a cualquier proletario consciente, incluso al menos versado en marxismo, no es necesario aclararle que la fusión entre la teoría revolucionaria y el movimiento obrero espontáneo es la definición marxista más clásica y rigurosa del partido independiente del proletariado, condición "sine que non" para la toma del poder, la destrucción del Estado burgués y la iniciación del tránsito hacia la sociedad comunista. O sea, que sin partido revolucionario no puede haber movimiento efectivamente revolucionario o, lo que es lo mismo: a través de la lucha elemental o espontánea del proletariado, es imposible romper con el sistema para subvertirlo. Esto es el ABC de la política marxista-leninista.

Y el caso es que, hoy día, la teoría revolucionaria está ausente del movimiento espontáneo, de la conciencia (burguesa) del proletariado en general y del argentino en particular; desde hace mucho, pero hoy todavía más, la práctica política de la militancia en los llamados "partidos de la "izquierda marxista" -incluida naturalmente la LSR- demuestra que el pensamiento político de Marx y Lenin es, para estos partidos, un abalorio. La prueba está en que sus obras no son acicate para la industria editorial y han desaparecido de las librerías en todo el mundo.
enero 2002

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