Práctica política espontaneísta
y teoría económica estancacionista
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  1. Introducción
  2. Espontaneísmo político
  3. Estancacionismo económico
  4. Conclusión
  5. Anexo

1.-Introducción:

Señor "Katari sum":

Hemos leído la declaración publicada por el "International Boureu for the Revolucionary Party" que usted nos ha remitido, suponemos con el propósito de saber cual es nuestra opinión al respecto y aportar al debate, cosa que le agradecemos. Para eso hemos debido ampliar nuestra información acerca de las posiciones de esta organización - en especial sobre lo concerniente a la situación argentina actual- acudiendo al "web site" http://www.ibrp.org

Vaya por delante que coincidimos con estos compañeros en varios asuntos de trascendental importancia política. Dicho en propias palabras del "Bureau Internazionale per il Partito Rivoluzionario", acordamos con ellos en:

  1. << Aceptación de la Revolución de Octubre como proletaria.
  2. Reconocimiento de la ruptura con la socialdemocracia operada desde el Primero y el Segundo Congreso de la Internacional Comunista.
  3. Impugnación sin reservas del capitalismo de Estado y de la autogestión.
  4. Repulsa de cualquier línea política que supedite el proletariado a la burguesía nacional.
  5. Reconocimiento de los partidos socialistas y comunistas como partidos burgueses.
  6. Orientación de la organización de los revolucionarios hacia la asunción de la doctrina y de los métodos marxistas como ciencia proletaria.
  7. Aceptación de los principios según los cuales las reuniones internacionales son un aspecto del trabajo de discusión entre los grupos revolucionarios para coordinar su intervención política activa hacia la clase en sus luchas, con el objetivo de contribuir activamente al proceso que conducirá al Partido Internacional del proletariado, el órgano político indispensable para la dirección política del movimiento de clase revolucionario y el mismo poder proletario.
  8. La revolución proletaria o será internacional o no conducirá a nada. La revolución internacional presupone la existencia de un partido revolucionario, la expresión política concreta de la parte más consciente de la clase obrera para difundir el programa revolucionario en el seno de la parte restante de la clase. La historia ha mostrado cómo las tentativas de organizar el partido durante la revolución misma se han revelado tardías e inadecuadas.
  9. El BIPR apunta, así, a la formación de un partido comunista mundial en el momento mismo en cual existan el programa político y las fuerzas suficientes para su constitución. Sin embargo, el Buró tiene como misión luchar por el partido y no intenta ser el único núcleo originario del mismo: el partido futuro no será, en efecto, el simple fruto del crecimiento de una sola organización.
  10. Antes de que el partido revolucionario sea constituido, todos los detalles de su programa político deberán ser clarificados a través de discusiones y debates entre las partes que van a constituirlo.
  11. Las organizaciones que van a constituir el partido deben ya tener una mínima presencia al interior del proletariado de su región de procedencia. La proclamación del partido revolucionario y de sus núcleos iniciales sólo sobre la base de la existencia de pequeños grupos de activistas no representaría un gran paso adelante para el movimiento revolucionario.
  12. El objetivo de toda organización revolucionaria debe ser hoy en día el de conseguir radicarse en el seno de la clase obrera con la mira puesta en encontrarse en una posición que le permita indicar la dirección que debe tomar la lucha de clases hoy y de organizar y guiar la revolución mañana.
  13. La lección de la última onda revolucionaria no es que la clase pueda pasársela sin una dirección organizada, ni que el partido mismo sea la clase (según las abstracciones metafísicas de los bordiguistas de última hora), sino sobre todo que el liderazgo organizado en la forma de partido es el arma más potente de la cual se puede dotar la clase obrera. Su objetivo consistirá en combatir por una perspectiva socialista dentro de los organismos de masa en el período precedente a la revolución (Soviets o consejos). De cualquier modo, el partido seguirá siendo un minoría al interior de la clase obrera y no podrá ser su sustituto. El objetivo de construir el socialismo es, efectivamente, propio de toda la clase en su conjunto y es un papel que no puede ser delegado, ni siquiera a la parte más consciente del proletariado.>> (BIPR: "Plataforma": Situación general y perspectivas para la clase obrera 1997)
Respecto de la actual correlación política de fuerzas fundamentales, también acordamos con el BIPR en que:

  1. <<(...) la ideología burguesa ha penetrado con tanta profundidad en la clase obrera que toda tentativa de reacción a los efectos de la crisis por parte del proletariado es sofocada en su nacimiento. (...) todo sentido de unidad y de solidaridad de clase ha sido suprimido por el nacionalismo, por el gradualismo, por el individualismo o bien por todas aquellas formas de la ideología burguesa que los agentes del capital han conseguido difundir entre los trabajadores. El dominio de la burguesía sobre la clase obrera mediante los sindicatos y los partidos de la izquierda burguesa es la manifestación concreta de lo que Marx llamaba "la reificación de las relaciones sociales".
  2. Hoy no hay garantías de que (...) se pueda asistir a una sublevación generalizada en la cual, pese a que la clase resulte derrotada en lo inmediato, se registre un crecimiento de las fuerzas revolucionarias...>> (Ibíd).

Sobre la base de estos acuerdos, vamos seguidamente a considerar el análisis que los compañeros del BIPR hacen de la situación política concreta en Argentina tras la caída del gobierno De La Rúa-Cavallo.

2.-Espontaneísmo político

Si usted ha seguido en el web site del GPM las alternativas del debate en torno a esta cuestión, verá que nuestro modo de ver las cosas en ese país (Argentina), coincide con la perspectiva general y el pronóstico desde donde el BIPR observa los acometimientos de la lucha de clases en el mundo actual para el periodo que estamos atravesando. Y si compara usted estas conclusiones con lo dicho por los compañeros en el documento que nos ha remitido, podrá ver la contradicción entre ese análisis de la situación política general [puntos a) ; b)], y el que hacen respecto de Argentina. Este contraste es bastante más acusado en el contexto de otro documento relativo al mismo asunto publicado en su página. En efecto, en "La lección de Argentina" el BIPR se limita a dar por cierto que el proletariado argentino está "en movimiento", "determinado" por la idea de su autoorganización y <<con capacidad de manifestar el sentido de la ruptura de clase y de la identificación de su enemigo político>>. Pero en "El movimiento de los piquetes", los compañeros del BIRP van más allá, porque llegan a decir que <<En el plano político (los piqueteros) proponen la destrucción de todo el andamiaje del sistema político actual y su sustitución por lo que ellos denominan "un gobierno de los trabajadores">>, y que, <<No obstante el carácter todavía tosco y rudo de su conciencia, el movimiento de los piquetes tiende instintivamente hacia el comunismo.>>.

En estos juicios observamos una concesión - que suponemos inadvertida o involuntaria- al espontaneismo político, que no se compadece con la proclamada necesidad del partido antes de que se den las condiciones prerrevolucionarias, como condición de que el movimiento pase del instinto a la conciencia de clase. Así lo indican correctamente los compañeros en los puntos 8), 10), 11) y 12) de su "Plataforma" que acabamos de transcribir aquí. Pero en el documento sobre los piqueteros atribuyen al instinto de clase una trascendencia política que no puede tener. En efecto, según la concepción materialista histórica ratificada por la experiencia del movimiento explotado, el instinto de clase, en si y por sí, no tiende ni puede tender al comunismo. Es de naturaleza económico-social y no política. A lo sumo y excepcionalmente, solo llega a sobrepasar a sus direcciones políticas y sindicales burguesas desde el punto de vista de saber lo que no se quiere dentro de la sociedad burguesa, lo que Mandel llamó "instinto de clase relativamente autónomo. Pero nada más. El instinto de clase de los asalariados es esencialmente burgués y, como tal, no puede llegar a ser otra cosa. De no ser así, la moderna ciencia social, el partido de clase portador de esa ciencia aplicada a la realidad social capitalista, y la tarea imprescindible de fundir esos conocimiento científicos con el movimiento espontáneo, carecerían de sentido. Para decirlo más claramente, entre instinto y conciencia de clase hay una revolución espiritual, un cambio de sustancia o principio activo de la acción.

Y el caso es que, esto que Mandel llamó "instinto de clase relativamente autónomo", en los acontecimientos de la Argentina de hoy día, no aparece por ningún lado, porque la clase obrera, como tal, no está protagonizando el proceso. Si algo diferencia al gobierno de Duhalde y explica su precaria estabilidad respecto de sus dos inmediatos antecesores, es el hecho de que, hasta hoy, cuenta con el apoyo de la burocracia sindical que mantiene a los asalariados en activo completamente al margen de toda esta movida.

En cuanto al fenómeno de los "piqueteros", su relativa importancia política radica en la persistencia y tenacidad de su lucha por demandar más puestos de trabajo, pero constituyen una ínfima minoría, no sólo respecto del conjunto de los parados, sino de los que conservan su empleo. Respecto de su grado de conciencia política, insistimos en que es de carácter negativo, expresa lo que no quiere dentro del mismo sistema de vida. Y no cuestiona el sistema sino a los políticos de los partidos parlamentarios, por corruptos, y a los militantes de las organizaciones extraparlamentarias de mayoría reformista, por manipuladores, acusados de pelearse por hacer valer matices políticos que en nada afectan a lo que realmente se quiere conseguir y cuya exclusiva finalidad es destacar para el reclutamiento militante. Esto no obsta para que todos los militantes partidarios participen en el movimiento sin mencionar su filiación política y, a despecho de una ínfima minoría revolucionaria, sigan dirigiendo políticamente su accionar según los lugares comunes nacionalistas burgueses en que sus distintas organizaciones coinciden y han venido contribuyendo a educar a la gente en el antiimperialismo pequeñoburgués basado en la defensa de los valores patrios, el sentido de unidad nacional, etc., etc. Esta es la verdad, lo demás es pura imaginación, deseos teorizados y proclamados.

El programa de raíz ideológica nacionalista burguesa adoptado por las Asambleas Populares, a nuestro modo de ver se explica por estas circunstancias, muy poco que ver con una supuesta tendencia social instintiva de estos explotados a romper con el sistema. En este sentido, discrepamos con el presunto espíritu objetivo revolucionario que los compañeros del BIPR han puesto en la consigna originada al interior del movimiento "cacerolero" predominantemente pequeñoburgués y cuentapropista afectado por la confiscación de los depósitos bancarios. "Que se vayan todos y no quede ni uno sólo", carece en absoluto del más mínimo potencial de iniciativa política alternativa respecto de nada. Al contrario, es una consigna ultrarreaccionaria. Concretamente progolpista a poco de que el movimiento se extienda hasta convertirse en un problema de "orden público". Los trabajadores en paro se han unido para protestar y demandar soluciones, no para resolver por sí mismos sus problemas, porque todavía sienten lo que les viene de la cuna, de la escuela y de su disciplina laboral: que no pueden y que no saben. (el aporte del partido) Por lo tanto, en realidad no es que no saben y que no pueden, sino que no quieren, porque no tienen conciencia de lo que efectivamente saben y pueden hacer. Y este tránsito ideológico y político del no querer a la voluntad de poder, este cambio de sustancia o principio activo de la acción, es tarea del partido revolucionario constituido. Por lo tanto, decir, como sostienen los compañeros, que <<...los piquetes son la organización independiente de los trabajadores que lucha por una solución global al problema de la explotación y la miseria y postula la erección de su propio poder>>, esto, además de no sostenerse sobre nada de lo que está pasando en Argentina, se contrapone frontalmente con la teoría marxista sobre la dinámica de la lucha de clases que dice asumir el BIRP.

Que la carencia de circulante haya inducido en los afectados la inteligente inciativa de crear una institución de intercambio social informal donde desaparece la realización de todo beneficio basado en la explotación del trabajo ajeno, esto no significa que los parados argentinos juzguen nada sobre eso ni que este mercado suponga la conciencia política en acción superadora del mercado capitalista por parte de quienes participan en él - como fuerzan en extremo el intelecto para darlo a entender así los compañeros del BIRP- sino que es al revés: han sido los capitalistas quienes se vieron obligados a transgredir excepcionalmente las leyes de la circulación del dinero y del normal funcionamiento del mercado capitalista, precisamente para evitar la debacle financiera y económica del sistema, lo cual ha dado pábulo a esa iniciativa de la gente para proporcionarse lo necesario. La creación del "mercado de crédito sin dinero" no ha sido, pues, una consciente decisión autónoma de los explotados que lleve consecuentemente implícita la voluntad de superar el capitalismo, sino algo que acusa la falta de dinero y lo suple dentro del mismo espíritu objetivo del capital. Es su sucedáneo, no su sustituto. Es una iniciativa determinada por el propio capital en crisis al interior del capital mismo, a instancias de una decisión política del gobierno burgués de turno en nombre del conjunto de la burguesía, de modo que esta organización del intercambio "alternativo" no es más que la adaptación de quienes participan en él - como las distintas especies animales en la selva- al nuevo medio social selvático en que siguen viviendo. En tal sentido, esta forma de intercambio, aun siendo llamativo por su singularidad histórica, no deja de ser por eso un epifenómeno más de la crisis capitalista, hoy día sin alternativa realmente posible, un reflejo condicionado, como el de las abultadas estadísticas de suicidio, robo con violencia o accidentes de trabajo en ese país.

En otra parte del mismo documento, el BIRP vuelve sobre el contrasentido político que encierra la expresión "instinto revolucionario", generalizando a todo el país la hostilidad política hacia determinadas pequeñas y medianas empresas que - según lo que dicen los compañeros y que nosotros desconocíamos- sólo se puso de manifiesto en la norteña ciudad de Salta. A la hora de asumir la defensa de sus condiciones de vida y de trabajo, los asalariados espontáneos no condicionan su odio de clase y la enjundia de su lucha al hecho de que los patrones con quienes tienen que vérselas sean pequeños, medianos o grandes capitalistas. Otra cosa ocurre cuando el instinto de clase de esos mismos obreros espontáneos es instrumentado políticamente por unas u otras fracciones de la burguesía, a través de sus respectivos intelectuales, orgánicos o inorgánicos. Esto explica que el mismo instinto de clase conduzca a los obreros argentinos - activos o en paro- a luchar sindicalmente contra sus pequeños y medianos patrones dadas las condiciones favorables para ello, al tiempo que, políticamente, en general se mantengan fieles al proyecto frentepopulista y estatista de preservación de estos sectores capitalistas nacionales anacrónicos, ineficientes y superexplotadores, como está pasando hoy en la inmensa mayoría de las Asambleas Populares del país.

En nuestra comunicación al señor Sobrino que acabamos de publicar, nos hemos referido más extensamente a las condiciones objetivas y subjetivas del movimiento contestatario protagonizado por los "piqueteros" argentinos. Aquí sólo hemos querido llamar la atención sobre el error de análisis del BIPR, para evitar autoengaños y errores en la tarea de contribuir a reproducir en el pensamiento colectivo, la correlación política de fuerzas real entre las dos clases fundamentales del país en el momento actual.

3.-Estancacionismo económico

Otro asunto que nos parece necesario comentar, es el referente a los movimientos internacionales de capital. Los compañeros del BPRI dan a entender que la actual crisis económica argentina, que se ha manifestado violentamente en el mercado financiero y monetario, ha sido la consecuencia de <<inescrupulosas actividades especulativas y a un gigantesco proceso de apropiación parasitaria de plusvalor>>.

Dada la enorme cantidad de capital adicional excedentario de los países altamente desarrollados -donde la tasa de ganancia no compensa todo el capital en funciones- una parte de ese capital privado supernumerario anda por el Mundo a la búsqueda de beneficios inmediatos que no tienen su contrapartida en la producción de plusvalor. Es el que busca réditos en el corto plazo con la fluctuación de acciones bursátiles y divisas; también en el mercado de oro, así como en el mediano plazo con bienes inmuebles y obras de arte. Los que participan en estos mercados no se reparten el producto de la explotación del trabajo en función de la masa de capital que aportan a ese negocio común, sino que se quitan el dinero unos a otros. A esto la burguesía le llama "capital parasitario" o especulativo propiamente dicho.

Otra parte de ese capital sobrante emigra hacia los países dependientes o en vías de desarrollo en concepto de inversión extranjera directa (IED), bajo las formas de privatizaciones, reinversión de utilidades, deuda con matrices y filiales, aportes y, absorciones o cambios en la propiedad de las empresas. Respecto de la deuda con matrices y filiales, desde que se consolidó la nueva forma organizativa del capital privado conocida por "capital financiero" -que es la fusión entre el capital bancario y el capital industrial- la trasnacionalización de estos capitales fue determinando que la masa de dinero prestable tenga por tomadores de los créditos a las empresas filiales de sus centrales bancarias emisoras de los mismos, de modo que las empresas deudoras en el mercado interno de los países dependientes son ellas mismas sus propios acreedores externos. Así, la detracción de la parte del plusvalor creado por los asalariados de la empresa filial en el país dependiente, que corresponde al pago de los servicios financieros a la entidad bancaria del grupo financiero matriz, se traduce en sendas operaciones contables que, a los efectos de la cuenta de resultados del mismo capital financiero que las agrupa, se neutralizan, y el interés del préstamo se convierte en una repatriación de ganancias encubierta, a igual título que cualquier contrato de trabajo, donde el hecho de que se intercambien equivalentes encubre, sin embargo, trabajo no pagado.

Ninguno de los flujos descritos aquí conforman actos de especulación, sino distintas formas constitutivas del mismo proceso genérico de explotación directa del trabajo ajeno con tendencia a la centralización internacional de los capitales. Las deudas crediticias en este caso, pues, nada tienen que ver con los flujos internacionales de capital sobrante a corto plazo sin contrapartida en la producción y, por tanto, puramente especulativos. Son deudas a saldar en el mediano plazo, dinero a crédito para ampliar la escala de la acumulación en otro país, esto es, con fines productivos (producción de plusvalor) genuinos. En Argentina, durante el período 1992/98 la IED en términos de millones de U$S tuvo la siguiente expresión:

 

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1988

Industria manufacturera

5.937

6.640

8.182

10.316

12.459

15.645

16.549

Electricidad, gas, agua

2.291

3.229

3.691

4.876

5.286

6.567

7.526

Petróleo y minería

2.717

2.714

3.152

3.617

4.700

5.294

6.071

Bancos

1.393

1.748

1.955

2.528

3.001

4.507

5.671

Transporte y comunicaciones

1.947

1.997

2.397

2.703

3.109

3.771

3.997

Comercio

576

624

984

1.307

1.850

1.985

2.500

Otros

961

980

1.957

2.481

2.205

3.161

4.544

Total

15.822

17.932

22.319

27.828

32.609

40.929

46.858

Fuente DNCI . ME y OSP

             

Como se puede ver, nada menos que poco más del 35% de la inversión extranjera directa entre 1992 y 1998 correspondió a la industria manufacturera, índice elocuente de una economía de producción. En el cuadro siguiente se observa que la mayoría de los flujos de capital ingresados en Argentina por IED, correspondieron a transferencias accionarias de empresas de capital nacional (públicas o privadas). Para el período 1996-1998 en conjunto estas operaciones representaron un 54% de los flujos totales de IED. A lo largo de la década, la sucesiva incorporación de sectores económicos al proceso de transferencia accionaria permitió el sostenimiento de un nivel elevado de dichos flujos. La deuda con matrices y filiales comienza su más acusada progresión ascendente a partir de 1996.

 

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1988

92-98

Total de IED en Argentina

4.364

2.763

3.489

5.314

6.523

8.755

6.510

37.738

                 

Reinversión de utilidades

813

870

839

608

356

716

813

5.015

Aportes

474

628

1.287

1.685

2.011

2.541

2.874

11.500

Deuda con matrices y filiales

371

248

315

496

1.245

1.014

263

3.952

Privatizaciones

2.342

916

122

1.072

481

752

334

6.019

Cambios de manos del sector privado

384

101

926

1.453

2.430

3.732

2.226

11.252

Posición

15.822

17.932

22.319

27.828

32.609

40.929

46.858

 

Deuda con matrices y filiales

977

1.226

1.539

2.037

3.255

4.233

4.506

 

Posición sin deuda

14.845

16.706

20.780

25.791

29.354

36.696

42.352

 

Renta

1.133

1.678

1.820

1.893

1.762

2.331

2.465

13.082

Fuente DNCI . ME y OSP

 

Hasta 1993 las transferencias accionarias estuvieron lideradas fundamentalmente por el amplio proceso de privatizaciones encarado por el Sector Público Nacional y Provincial. A partir de 1994 las transferencias accionarias entre empresas privadas adquirieron una gran relevancia, no solo por su magnitud de valor sino también por la amplitud de sectores económicos involucrados. Las transferencias accionarias de empresas privadas nacionales a inversores directos privados del exterior, se concretaron con la compra de los paquetes accionarios a residentes (que corresponden al componente cambios de manos) o bien a partir de aportes de capital realizados por los accionistas no residentes en sus empresas locales con el fin de financiar la compra de otra empresa local. En el caso español, estos aportes estuvieron precedidos por amplias campañas publicitarias para inducir a la población de este país a cubrir las sucesivas ofertas públicas de acciones hace tres o cuatro años, en empresas como las del grupo BBVA (Repsol, Iberdrola, Aerolíneas), dentro de lo que se dio en llamar "capitalismo popular" cuyo pionero en Europa fue el gobierno conservador británico en la década de los ochenta (1). Esto ocurrió, no por casualidad, en el momento más alto del ciclo en ambos países.

 

Los aportes de capital productivo extranjero adquirieron una participación creciente a partir de 1994 en el total de los flujos, debido fundamentalmente al aumento de las necesidades de financiamiento para la realización de compras de empresas, la concreción de proyectos de inversión, el sostenimiento de la estructura patrimonial y el aumento de las participaciones accionarias (2). El destino de la IED determinado por la estrategia común de estos capitales, ha sido hasta el momento la siguiente:

Fuente DNCI- MEyOSP

A partir del año 1994, es el sector privado el que comenzó a tener una posición dominante en la obtención de financiamiento externo por inversión directa. Los flujos del periodo 1994-1998 estuvieron relacionados fundamentalmente con las ventas de participaciones accionarias de residentes en los consorcios de empresas privatizadas de la rama de electricidad, gas y agua (EGA), la entrada de nuevos competidores mundiales en el sector comercio, y con transferencias accionarias en favor de no residentes de los sistemas de televisión por cable (TyC), de las entidades financieras y de un gran número de empresas pertenecientes a distintos subsectores de la industria en sus distintas ramas.

A lo largo de la década, la sucesiva incorporación de sectores económicos al proceso de transferencia accionaria, permitió el sostenimiento de un nivel elevado de esos flujos. En una primera etapa, se destacaron el sector comunicaciones, petróleo y las empresas del sector electricidad, gas y agua, para luego incorporarse una gran parte de los sectores de la industria, y finalmente, los sectores comercial y bancario. En los últimos años se renovaron los flujos a los sectores comunicaciones y petróleo. El gráfico siguiente muestra la importancia relativa de cada uno de los sectores en el común negocio de la explotación del trabajo en cuanto a la centralización de los capitales vía transferencia accionaria, donde se observa que, en sus dos terceras partes, este proceso discurrió en el sector industrial y de servicios no financieros, es decir, preponderantemente protagonizado por el capital productivo.

Fuente DNCI- MEyOSP

Este movimiento del capital internacional fue inducido por un cambio "radical" en la política económica del Estado argentino a cargo del gobierno electo del justicialista Carlos Saúl Menem a partir de 1991. Esta política, producto de tres acuerdos sucesivos con el FMI, giró en torno de la sobrevaluación artificial del peso en un régimen de tipo de cambio fijo 1 a 1 con el dólar, y de la drástica disminución del déficit estatal, en el contexto económico general de un excedente agropecuario. Dado que cada moneda nacional se cotiza según la magnitud de valor de su riqueza y ésta viene determinada por la productividad del trabajo social, eliminado el tradicional recurso a la devaluación como estímulo a las exportaciones, si se exceptúan las circunstancias climatológicas que permitieron una vez más en la historia optimizar la ventaja internacional comparativa de la Pampa Húmeda en términos de producción agraria exportable como medio de financiar las necesarias importaciones de capital, la única variable de ajuste a unas condiciones que obstaculicen o retrasen el ensanchamiento de la brecha en la productividad del trabajo entre el peso y el dólar, fueron los salarios reales a la baja, esto es, la penuria relativa creciente de la mayoría social absoluta del país. Para eso, además de contar con el amarillismo sindical acaudillado por el oficialismo peronista, la IED vino acompañada de un aumento en el coeficiente tecnológico incorporado al capital fijo que determinó la más alta composición orgánica (aumento histórico más que proporcional de la inversión en maquinaria y materias primas en detrimento de la inversión en salarios) del país en su historia, así como en una mayor "racionalización" del proceso productivo en todas las ramas(3), lo cual se tradujo en un crecimiento del paro también inaudito, la más poderosa palanca de la burguesía para que los empleados no puedan salir de su abatimiento político y acepten pasivamente las condiciones de superexplotación que les exige la ley del valor en momentos de crisis(4).

Variación de la Producción y Empleo

1996/1991

Total de la Ramas

Ramas Intensivas

Industriales

en Recursos Naturales

En Capital

en Trabajo Calificado

en Trabajo No Calificado

Valor Bruto Producción (VBP)

32%

33%

30%

37%

23%

Empleo Industrial

-17%

-9%

-27%

-18%

-9%

Productividad Media del Trabajo

55% (1)

47%

78%

67%

35%

Fuente: Centro de Estudios para la producción (CEP), en base a datos de la encuesta trimestral industrial (INDEC) y datos de Cuentas Nacionales, Secretaría de Programación Económica, MEyOSP. (1) Medido con el índice de volumen físico de la producción

Como puede observarse, durante el período considerado todas las ramas han experimentado una incorporación de capital fijo extranjero y, en el conjunto de todas ellas, junto con la productividad del trabajo (55%) aumentó el paro (17%). Pero menos (9%), en las ramas industriales de menor composición orgánica del capital (con más empleo de trabajo no cualificado que capital fijo y circulante), donde la IED fue menor y la productividad del trabajo aumentó menos (35%), respecto de las empresas de mayor composición orgánica del capital y empleo de trabajo cualificado, donde la IED fue mayor y la productividad del trabajo, en promedio, aumentó más (72,5%). Aunque este cuadro no lo refleje, cabe observar también que dos ramas, como las de construcción de material de transporte y fabricación de maquinaria, aparatos y suministros eléctricos, han invertido la prelación histórica en la composición orgánica de sus respectivas masas de capital en funciones, hacia un uso intensivo de máquinas y materias primas en detrimento de la inversión en salarios, cuando hasta 1990 eran intensivas en el uso del factor trabajo. En síntesis, lo que aquí se ve es un proceso de acumulación resultado de la combinación entre el aumento el los ritmos de trabajo y el descenso de los salarios reales (plusvalor absoluto) y el incremento de la productividad basada en la aplicación de los programas informáticos a la mecánica, sobre la base de la desregulación de los mercados y utilización del paro como eje maestro de la disciplina laboral.

Tal fue el "modelo" de acumulación que el señor Menem tenía en la cabeza cuando, una vez proclamado presidente y habiendo prometido al "pueblo" todo lo contrario, salió al tradicional balcón de la Casa Rosada para emular a su líder natural pronunciando aquél inolvidable: "Síganme que no los voy a defraudar".

Y el caso es que, bajo aquellas condiciones tan contingentes como la climatología, que todavía dicta los ciclos de la producción agraria, y el precio internacional de los productos primarios, Argentina entró en una dinámica de acumulación que, si guardó algún remoto parecido con lo que el BIRP califica de <<gigantesco proceso de apropiación parasitaria de plusvalor>>, es porque, en parte, se basó en la transferencia de una proporción de la renta agraria al capital productivo, urbano y rural. Esto es lo único en que la política económica del gobierno Menem se acercó al "modelo" populista ensayado por Perón a

partir de la segunda mitad de los años cuarenta del siglo pasado. Respecto de esta última problemática, cfr: http://www.nodo50.org/gpm/argpelman/01.htm

 

1991-97: Transformación Económica con crecimiento

1991-97 Variación acumulada (siete años)

PBI

+51,5%

Producción Industrial

+41%

Automóviles

+345%

Cemento

+70%

Materiales Plásticos

+113%

Producción de Granos

+52.7%

Maíz

+188%

Arroz

+181%

Trigo

+77%

Construcción

+104%

Minería

+78%

Producción de Petróleo

+72,5%

Inversión

+184%

Fuente CEP en base a INDEC, SAGPyAyIAPG

Como puede observarse en este cuadro, motorizado por el ingreso masivo de inversiones extranjeras que alcanzó un incremento del 184%, entre 1991 y 1998 Argentina estuvo entre los países de mayor crecimiento económico acumulado en el mundo: 52,5% y con las más altas tasas en todos los sectores, especialmente significativa en la producción de automóviles, cemento y plásticos, el arroz, el maíz y el trigo. La industria de la construcción creció al doble, y aumentó la producción del maíz en un 188%, el arroz en 181% y el trigo en 80%. La industria de la construcción registró una tasa de crecimiento del doble respecto de la que había alcanzado al inicio de este período, la minería, 80% y el petróleo 72%.

En 1997, Argentina fue el país con mayor tasa de crecimiento después de China
Variación del PBI Real: 1997/1996- en % -

China

8.8

Argentina

8.6

Singapur

7.5

Malasia

7.5

Perú

7.4

México

7.1

Indonesia

7.0

Chile

6.2

OCDE

3.0

Fuente MEyOSP, the Economist y public. internacionales

En el período entre 1996 y 1997, Argentina se convirtió en la segunda economía del mundo en proceso de crecimiento, doblando a la registrada en los 26 países de la OCDE y superada únicamente por China en sólo dos décimas de punto.

En el siguiente cuadro puede apreciarse la alteración en la composición de las exportaciones, la mayor participación de los productos de origen industrial en detrimento de los tradicionales, como el trigo y el maíz. Mientras en 1990 el principal gran rubro de exportación eran las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), seguidas conjuntamente por las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), los Productos Primarios (PP) y en el último lugar los Combustibles y Energía (CyE), en 2000 las MOI pasaron a ocupar el primer lugar en importancia, seguidas por las MOA y en tercer y cuarto lugar los PP y CyE, respectivamente. La participación de los PP y las MOA se redujo 6 y 7 puntos porcentuales, respectivamente, en tanto que las MOI elevaron su participación 4 puntos y los CyE 10 puntos porcentuales.

 

EXPORTACIONES POR GRANDES RUBROS

(millones de U$S)

Participac.

1990

Participac.

2000

Variación

%

Contribución a la variación

Coeficiente explicativo

1990

2000

PP

3,339

5,428

26,73%

20,55%

62,56%

16,73%

15%

MOA

4,681

7,848

37,48%

29,71%

67,65%

25,36%

22,7%

MOI

3,364

8,196

26,93%

31,03%

143,63%

38,69%

34,71%

CYE

1,104

4,938

8,84%

18,69%

347,28%

30,70%

27,54%

TOTAL

12,488

26,409

100%

100 %

112%

112%

100%

Elaboración propia en base a datos de la DNE SE

Pero dada la mayor magnitud de su variación, son las MOI las que contribuyeron en mayor proporción (38,69%) al aumento de los valores exportados, a la vez que participaron en el mayor porcentaje de ese aumento, con un coeficiente explicativo de casi un 35%. Dentro de las MOI, el rubro que más aportó a las exportaciones fue el material de transporte, que aumentó 900% en el total vendido al exterior a partir de U$S 223 millones registrados en 1990. Las causas de los cambios observados en esta rama de las MOI se encuentran en las inversiones que realizaron distintas empresas automotrices internacionales durante la década promovidas por la implementación de un régimen especial para el sector automotriz. Algunas de ellas ya tenían presencia en el país desde mucho tiempo atrás en tanto que otras, alentadas por las elevadas tasas de crecimiento de la economía en los primeros años de la década y el régimen automotor argentino (19), decidieron instalarse en el país. Según el Decreto 2677/91, que reguló la industria automotriz local desde 1/92 hasta el 12/99, las terminales automotrices que produjesen en el país podían acceder a desgravaciones arancelarias en sus importaciones de partes y vehículos, siempre que alcanzaran la compensación de la balanza comercial en un período no mayor a tres años. De esta manera, la importación de vehículos y autopiezas efectuada por las terminales abonaban un derecho de importación de 0% cuando provenían del MERCOSUR y de 2% si provenían de terceros países.

Cierto, como decimos en http://www.nodo50.org/gpm/decadencia/09.htm, según datos proporcionados por el Banco Mundial para 1999, las exportaciones argentinas de productos tecnológicamente avanzados constituyeron aproximadamente el 9% de su Producto Bruto Interno, entre los más bajos del mundo. Junto con Brasil, Argentina es una de las economías más cerradas en este rubro del intercambio internacional. Su comercio se agota en lo que ambos países intercambian y los dos carecen de competitividad en los mercados mundiales, con la única excepción del Mercosur. Pero no es menos cierto que el dato relativo a Argentina que aportamos aquí, constituye una tendencia secular que comprende más o menos disigualmente a toda la periferia capitalista, y que la ley del valor no hará más que afianzar, haciendo cada vez más evidente que <<los países industrialmente más desarrollados no hacen sino mostrar a los menos desarrollados la imagen de su propio futuro>> (K. Marx: "El Capital" Libro I Prólogo a la primera edición alemana): http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/0.htm . Por lo tanto, no es verdad, como afirma el BPRI que: << ...en lugar de aumentar, la competitividad del sistema fue menguando progresivamente, las exportaciones se derrumbaron y el flujo de capitales en dólares languideció.>>. La realidad histórica ha demostrado que, entre 1992 y 1998 ocurrió todo lo contrario.

Con los argumentos teóricos corroborados por los datos empíricos aportados hasta aquí, no se puede negar que, entre 1991 y 1998, el "modelo" de acumulación del capital en Argentina, operó sobre la base social y técnica de una reestructuración del aparato productivo del país. ¿A quién cabe atribuir esta realidad, a la inventiva política del mafioso Menem, al monetarismo de su ministro de economía, Cavallo, a la "Trilateral", a los "técnicos" del Banco Mundial? No. A la necesidad del capitalismo tardío. Que todo este tinglado se afirmó más en el inducido descenso en los salarios reales y el paro masivo que en el aumento de la productividad aportada por el coeficiente tecnológico de las IED, esto no autoriza a reemplazar el conocimiento científico de la realidad por el prejuicio y los lugares comunes de la propaganda anticapitalista abstracta, afirmando que los capitalistas extranjeros en Argentina <<optaron, como era lógico que acaeciese, por la inversión de tipo financiero y especulativo, comparativamente más redituable>>. Los macrodesastres financieros no se explican por lo que pasa en el mundo de las finanzas sino por lo que pasa en la economía real, del mismo modo que la tierra no se explica por el cielo sino al revés.

Una cosa es la forma de manifestarse una crisis y otra muy distinta su causa. Y la actual crisis del capitalismo en Argentina, aunque no es una crisis clásica de superproducción de capital, sus causas no estuvieron en la especulación financiera, esto es, en la esfera de la circulación del capital-dinero, sino en la economía real. No fueron de origen endógeno sino inducidas desde el exterior. En 1997, el gobierno esperaba mantener una tasa anual de inflación inferior al 2%, es decir, por debajo del promedio que se registraba en los países que más comercian con la Argentina, especialmente los países de América Latina, destino principal de las exportaciones industriales. Como consecuencia del bajo nivel de inflación y del aumento previsto en la inversión privada y la productividad, se creyó que la competitividad internacional de la Argentina registrará una nueva mejora y que las exportaciones y la inversión crecieran a tasas muy superiores a las del PBI real, con lo que el crecimiento del consumo privado, si bien se mantendría por debajo del crecimiento del PBI real, sería suficiente para generar una mejora continua en las condiciones de vida de los sectores burgueses beneficiados por el modelo.

 

Precios Internacionales de productos básicos
Tasas de variación respecto al período anterior en % (1)

Producto

Especificación de precios

Unidad

1996

1997

1998

Cereales

         

Trigo

USA (fob) Golfo de Méx

U$S/TM

16.9

-22.7

-21.3

Maíz

USA (fob) Golfo de Méx

U$S/TM

34.1

-29.1

-12.8

Soja y Aceites vegetales

         

Semilla de soja

USA (cif) Rotterdam

U$S/TM

17.8

-3.3

-18.0

Harina de soja

USA (cif) Rotterdam

U$S/TM

36.0

3.0

-38.4

Aceite de soja

Puertos de Holanda (fob)

U$S/TM

-11.7

2.4

10.8

Combustibles

         

Petróleo crudo

Promedio U.K Brent, Dubai, WTI

U$S/barril

18.6

-5.4

-32.1

Gas natural

Gas natural Ruso. Alemania

U$S/1000m3

2.0

-2.9

-15.9

Nota: (1) Tasas de variación entre precios promedio del período (anuales y trimestrales
Fuente: Ministerio de Economía con información del FMI

Pero las sucesivas devaluaciones del real brasileño en enero y agosto de 1998 (la depreciación nominal de la moneda de Brasil fue de 53% con relación a igual período de 1997), y la caída de los precios internacionales de productos primarios, como el trigo (44%), el maíz (41,9%) y el petróleo (-37,5), provocaron una drástica reducción en las exportaciones argentinas de automóviles (el 86% de automóviles argentinos se exportan a Brasil), y en las exportaciones tradicionales.

Fuente MEyOSPSE

En realidad, como lo muestra este gráfico, los precios de la materias primas empezaron a caer desde el primer trimestre de 1996. Esta situación, agravada por los efectos de la devaluación del real, determinó que las exportaciones de trigo, petróleo crudo y automóviles descendieran en volumen y valor. Respecto de los automóviles, las exportaciones en el primer trimestre de 1999 se contrajeron el 59%. Esta drástica disminución de las exportaciones sólo fue parcialmente compensada con un aumento en las ventas de subproductos de oleaginosas, grasas y aceites. En total, desde el IV trimestre del 98 hasta en primero del 99, las exportaciones argentinas disminuyeron en promedio casi un 13%.

Durante el primer semestre de 1999, el valor de las exportaciones de bienes alcanzó a U$S 11.497 millones, con una caída de 15% en relación con igual período de 1998. Tal evolución se debe a la caída de los precios de exportación, ya que la cantidad exportada se mantuvo constante.

El valor de las exportaciones de bienes primarios cayó 19% durante el primer semestre de 1999 -con respecto a igual período de 1998- como resultado de los menores precios y las menores cantidades exportadas, principalmente de cereales. Por su parte, el factor determinante de la caída de las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (-1,9%) fue la disminución de los precios, ya que los volúmenes exportados aumentaron. En el caso de las manufacturas de origen industrial, la contracción (-26%) en las exportaciones se debió a las menores ventas a Brasil (en particular, de material de transporte), aunque también se registró una fuerte caída de precios internacionales (-12%). Por último, la caída de valor de las exportaciones de combustibles (-10,6%) resultó de la caída de los precios, aunque esta situación cambió en el 2000 por el aumento en el precio del petróleo.

Con los menores precios internacionales de los productos argentinos de exportación disminuyó el valor de lo exportado y los términos del intercambio, el poder de compra de las exportaciones y la balanza comercial, contribuyendo a una disminución de las reservas internacionales entre 1997 y 1999 por casi tres millones de dólares (29.2+1,325.1+1,601.1= 2,955.4 U$S).

Poder de compra de las exportaciones y ganancia ( o pérdida) del intercambio

Período

Exportaciones en millones de dólares de 1993 (A)

Índice de Términos del Intercambio (Base 1993=100) (B)

Poder de compra de las exportaciones en millones de dólares de 1993
(C )=(A)x(B)/100

Ganancia (o pérdida) del intercambio en millones de dólares de 1993
(D)=( C)-(A)

Variación con respecto al período anterior
(E)=(D)*(D-1)

1993

13,117.8

100.0

13,117.8

000.0

0,000.0

1994

15,392.8

101.5.

15,623.7

230.9

0,230.9

1995

19,267.6

101.8

19,614.4

346.8

0,115.9

1996

20,544.2

109.8

22,557.5

2,013.3

1,666.5

1997

23,620.1

108.4

25,604.2

1,984.1

-0,029.2

1998*

26,361.9

102.5

27,020.9

659.0

-1,325.1

199*

26,170.6

96.4

25,228.5

-942.1

-1,601.1

*cifras provisorias.

Fuente:INDEC

Dado que el "modelo" de acumulación que el gobierno Menem acordó con el FMI se basó esencialmente en la producción orientada hacia las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI), su descenso provocó una inmediata disminución de la inversión en medios de producción (capital fijo, materias primas y auxiliares), cuyo síntoma se puso de manifiesto en la significativa disminución de las importaciones en esos rubros:

Importaciones C.I.F. por uso económico millones de u$S

Tipo de bien

1998

1999

%Var. 1999-98

Bienes de capital

2,169.4

1,605.5

-26.0

Bienes intermedios

2,520.3

1,966.7

-22.0

Combustibles

196.5

171.5

-12.7

Piezas y acces. D/bs. Capital

1,235.7

839.2

-32.1

Bienes de Consumo

1,018.8

1,004.9

-1,4

Automotores de pasajeros

386.9

230.3

-40.5

Resto

6.5

5.0

-23.3

Total

7,534.1

5,823.0

-22.7

Fuente: INDICO

Esta situación explica que entre 1998 y 1999 hayan descendido la inversión y el volumen general de la producción (que tuvo como contrapartida social el aumento del paro). También descendieron las exportaciones (-10,49) y el consumo interno (-6,44), la masa de la ganancia capitalista industrial (-31,92), por tanto, también su tasa, al tiempo que la deuda externa aumentó 7,61% De este último montante de deuda, la cuarta parte correspondió al sector privado no financiero:

Variaciones 1998 - 1999 en millones de U$S

1998

1999

Variación en %

Inversión bruta fija

59.276

53.909

-9,05

PBI a precios de mercado

298.131

282.769

-5,15

Exportaciones de bienes y servicios

31.088

27.827

-10.49

Consumo privado

210.875

197.195

-6,44

Renta bruta del capital

686(1)

467(1)

-31,92

Deuda externa

129.800(1)

139.680(1)

+7,61

(1) primer trimestre Elaboración propia en base a datos de la DNCI - MEyOSP

Según lo razonado hasta aquí, lo que ha ocurrido en Argentina es que los burgueses en poder de crecientes masas de capital adicional en forma de dinero expulsado del circuito productivo -en última instancia por causa del bajo desarrollo económico relativo del país- dada la irrestricta movilidad internacional de los capitales fueron entre 15 y 20.000 millones de U$S los que buscaron refugio en una plaza financiera segura previendo el colapso del "modelo". Fue una fuga de capitales cuya respuesta institucional sorprendió en el "corralito" a decenas de miles de pequeños y medianos ahorristas cuando ya no tenían otra "salida" que recurrir al "pataleo" del "cacerolazo".

Hemos entendido necesario hacer esta observación sobre la naturaleza de las inversiones extranjeras en los países dependientes, porque análisis del tipo que ha hecho el BPRI, se inscriben en la lógica de un capitalismo inventado por los teóricos "neomarxistas" del estancacionismo permanente, de la cual se desprende la idea acerca de la presunta imposibilidad por parte del capital social global para ir superando el desarrollo internacional desigual entre Estados nacionales ricos y pobres. Y no sólo eso, sino que se insiste en el pronóstico del ensanchamiento de esa brecha. Una lógica de pensamiento contraria no ya a la ciencia del marxismo, a su ley general de la acumulación, sino a la evidencia empírica de los últimos cincuenta años. (Cfr. http://www.nodo50.org/gpm/decadencia/01.htm, http://www.nodo50.org/gpm/cuarta/05.htm y http://www.nodo50.org/gpm/pac/todo.htm.

Es indudable que en el subsuelo de esta crisis late el subdesarrollo relativo de la estructura productiva Argentina. Pero lo sucedido allí -como antes en el sudeste asiático, Méjico y Brasil, ratifica que es ésta una crisis de crecimiento de las fuerzas productivas. Un doloroso obstáculo más, que el capital se ha puesto a sí mismo y está en trance de superar en el proceso de acumulación, donde la centralización y unidad internacional de los capitales anunciada por Lenin como una tendencia, está dejando de ser tal para convertirse en una realidad tangible.

En varios pasajes de los "Grundrisse" y en el Tercer Libro de "El Capital", Marx se refiere a los límites u obstáculos que el capital se pone a sí mismo y supera a cada paso del proceso de acumulación, demostrando que el derrumbe automático del sistema es una falacia, aunque toda vez que salta sobre ellos, esos límites se vuelven a "erigir ante él en escala cada vez más formidable", alargando agravados "los dolores del parto socialista". Esta idea es la que subyace en sus escritos de 1853 sobre la dominación británica en la India. En esa obra, Marx denuncia el genocidio del imperialismo inglés en esas tierras, pero se pregunta si la humanidad hubiera podido superar el estancamiento y atraso de sus comunidades revolucionando su base técnica, económica y social, sin pasar por las "horcas caudinas" del capitalismo. Y a esa pregunta contesta:

<<

<<Si no puede, entonces, y a pesar de todos sus crímenes, Inglaterra fue el instrumento inconsciente de la historia al realizar dicha revolución.>> (K. Marx: "La dominación británica en la India". (Cfr: http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe1/mrxoe112.htm. Buscar por "Sin embargo")

Del mismo modo nosotros hoy, a la hora de juzgar lo que ha venido sucediendo durante los últimos cincuenta años en Argentina, debiéramos preguntarnos si este país estuvo y está en condiciones de superar su atraso relativo prescindiendo de la burguesía. Y dada la prueba de que no estuvo ni demuestra estar todavía a la altura de tales exigencias históricas -porque sigue atado al anacronismo populista- debe seguir compartiendo las consecuencias y vicisitudes de que sean los burgueses quienes, a pesar de todos sus crímenes e insensateces -y justamente por eso- acerquen el horizonte de una "realidad actual"(5) en que el salto cualitativo en la conciencia del proletariado haga realmente posible contestar afirmativamente la pregunta. ¿Cómo aporta el capital a esta posibilidad real? Continuando su misión de ser el instrumento inconsciente de la historia, desarrollando las fuerzas productivas en el cepo de las leyes de la acumulación capitalista mediante una mayor centralización internacional de los capitales y, consecuentemente, diluyendo a gran parte de la pequeñoburguesía en el proletariado, mal que les pese a los reformistas, que hacen todo lo posible por evitar eso, prolongando la barbarie capitalista (6). En este sentido, queda claro que, mientras la gran burguesía niega el capitalismo técnica y organizativamente al interior del mismo capital (7) , la pequeñoburguesía lo afirma políticamente impidiendo que aquella negatividad económica y social deje de ser meramente abstracta para convertirse en real, en acción política revolucionaria efectiva. Así resulta que la gran burguesía es el instrumento inconsciente de la revolución, al tiempo que los militantes populistas autoproclamados revolucionarios, son los instrumentos inconscientes de la contrarrevolución.

Pero hay algo más que decir acerca de esta "realidad actual" de la decadente globalización, porque dado que su fundamento es el aumento histórico de la masa de capital en funciones sobre la base del progreso técnico y económico incesante a nivel mundial, desautoriza la tesis neomarxista alentada por Trotsky en su "Programa de Transición", de que, tras la primera guerra mundial, las fuerzas productivas bajo el capitalismo habían dejado de crecer. De haber sido cierta esta tesis, la centralización y unidad internacional de los capitales sería de imposible proyección tal y como se presenta en nuestros días, y la idea del internacionalismo proletariado, relegada a la condición de cualquier aspiración puramente moral y, por tanto, utópica, vería desaparecer bajo sus pies el suelo granítico de la necesidad histórica objetiva.

4.-Conclusión

Como usted ha podido apreciar, la diferencia entre el GPM y los compañeros del BPRI es sólo de matiz en el análisis de la situación argentina. Pero esto no se debe desdeñar. En 1902 Lenin decía que <<...sólo gente miope puede considerar inoportunas o superfluas las discusiones fraccionales y la delimitación rigurosa de los matices.>>, porque <<De la consolidación de tal o cual "matiz" puede depender el porvenir de la socialdemocracia rusa durante muchísimos años.>>. [Cfr. "¿Qué Hacer?" Cap. 1 d)]: http://www.marx2mao.org//M2M(SP)/Lenin(SP)/WD02si.html

Y Fíjese si Lenin tenía razón en esto -la tiene, porque está más vivo que nunca- que uno de los matices que este trabajo ha puesto de manifiesto, está en la raíz del desvarío político en que permanece cautivo el movimiento del proletariado desde los tiempos de Stalin al frente de la URSS. Porque al opinar equívocamente que la crisis argentina ha sido de carácter especulativo, los compañeros del BPRI están -tal vez sin quererlo- haciendo seguidismo de la idea que correspondió a un capitalismo internacional de "enclave", cuando la explotación del trabajo en la periferia del sistema sólo era interesante para la extracción de materias primas baratas con destino a las metrópolis, porque la figura del capital excedentario crónico sólo era por entonces una previsión teórica todavía intangible.

Seguir sosteniendo hoy que los capitales de las grandes potencias capitalistas incursionan en los suburbios subdesarrollados del sistema para especular, es erróneo por anacrónico, porque supone obviar groseramente el salto cualitativo operado por la medida en la cantidad de capital acumulado, sobre las formas de organización del capital internacional entre la etapa de la acumulación del capital social global correspondiente al colonialismo y la actual etapa de la trasnacionalidad y libre flujo de los capitales. En esta última etapa, la ingente masa de valor excedentario procedente de las metrópolis que opera en los países de la periferia capitalista, han llegado para quedarse como capital productivo, aunque sus gestores no sean siempre los mismos y la propiedad cambie con frecuencia de manos en cuestión de horas.

Esta inercia del intelecto no tendría mayor importancia de no ser porque su corolario es que parece como si , todavía hoy, el imperialismo no tuviera ni posibilidad real ni voluntad política de aportar al desarrollo económico de los países dependientes sino al contrario, mantenerles en el atraso absoluto. ¿No es ésta la otra idea-fuerza que preside el movimiento político nacionalista burgués en los países dependientes, junto con la primordial que consagra al mercado capitalista, no sólo como el mejor sino el único medio social de distribuir recursos productivos y riqueza? ¿No está en estas dos premisas -carentes de todo fundamento científico- el derecho que la pequeñoburguesía ha venido reclamando -hasta hoy con todo éxito en el movimiento de los asalariados- a erigirse como la única alternativa de desarrollo capitalista posible contra el imperialismo? ¿No son estos los dos pilares ideológicos sobre los que la pequeñoburguesía ha venido levantando el tinglado político de los frentes populares desde el sétimo congreso de la IIIª Internacional hasta hoy?

De poco vale decirle a los asalariados que la alianza con este sector de clase burgués no conduce al socialismo y ni siquiera a la derrota del imperialismo, porque les va a traicionar negociando con él, etc., etc., si al mismo tiempo no se les demuestra lógicamente que esta clase capitalista intermedia no puede asegurar el progreso social que el gran capital les niega, porque la pequeña y mediana propiedad capitalista es incompatible con el desarrollo de las fuerzas productivas que posibilitan ese progreso, y que a lo más que han podido llegar en la historia ha sido de la mano de Stalin y de quienes en su nombre o contra él le sucedieron en el poder de la URSS. (Cfr.: http://www.nodo50.org/gpm/prd_californiano/13.htm). Darle la vuelta ideológica al testimonio de la prueba hoy en manos del aparato de propaganda imperialista, que se ceba en decir que aquello fue comunismo para mantener al proletariado del planeta en el abatimiento político, tal es el sentido primordial del trabajo de concientización para la construcción de una sólida alternativa revolucionaria al sistema. Y esto es imposible con argumentos como los que han esgrimido los compañeros quienes, al menos en los documentos que comentamos aquí, no se han puesto de este lado de la polémica.

Un Saludo: GPM.

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5.-ANEXO

Uno de los medios -tal vez el más importante- en que suele operar el capital especulativo, es la bolsa. Pero esto es excepcional. El mercado bursátil no fue concebido para eso sino bien al contrario. Junto con el crédito comercial, la bolsa es el más poderoso medio financiero para acelerar el proceso de acumulación de capital productivo, a la vez que para acercar el horizonte de cada crisis periódica de superproducción. Al eliminar el tiempo de cada rotación en que el capital productivo se metamorfosea en capital comercial y debe permanecer necesariamente en la esfera de la circulación, todo crédito como medio de compra (8) para la reproducción ampliada, como es el crédito bursátil, independiza a la producción de la circulación y realización del capital por tiempo indefinido, acelerando el ritmo de aumento en su masa y de la marcha hacia la saturación y la crisis. Convierte el tiempo de producción en un "perpetum movile" del capital productivo.

La especulación con acciones comienza cuando este movimiento se interrumpe en el punto culminante de la expansión, cuando la parte del capital productivo que ya no es compensado por la tasa general de ganancia todavía en descenso, comienza a desplazarse hacia éste y otros mercados "de sustitución", presionando sobre la demanda de los limitados valores que allí se negocian. En el caso de la Bolsa, esa presión de la demanda por parte del capital excedentario tiende naturalmente al aumento en las cotizaciones de la masa de valores bursátiles, cuyos precios se ponen así por encima de sus valores nominales (lo que cada uno representa en términos patrimoniales), configurando así la llamada volatilidad de la Bolsa (9) . En este contexto es donde la masa creciente de propietarios capitalistas en poder de capitales superfluos, especulan unos contra otros interviniendo alternativamente sobre la demanda y la oferta de acciones, para intentar comprar barato y vender caro. Esta situación se prolonga hasta que la creciente desinversión en medios de producción acaba por interrumpir la cadena de cobros y pagos en el ámbito del crédito comercial regular de este mercado (el de bienes de producción), generalizándose luego a todos los demás hasta que las tasas de interés suben por encima de la tasa de ganancia, lo cual acentúa el proceso de desinversión (10) . En efecto, si un productor cualquiera retrae parte de su capital acumulado en determinada magnitud de valor y deja de comprar medios de producción por ese equivalente a su proveedor habitual, éste, al no poder colocar toda su producción, acaba por no poder levantar las letras de cambio por el importe de sucesivas compras a crédito para fabricar esos productos invendibles. Esta situación le obliga a recurrir, al crédito bancario. Durante los momentos previos a la manifestación de la crisis, esta insolvencia se generaliza, la demanda de medios de pago a los bancos aumenta y las tasas de interés se disparan al alza dejando sin sentido la producción.

Finalmente, el alza de las tasas de interés derrumba la cotización de las acciones y el propio mercado bursátil impidiendo toda ulterior maniobra especulativa. Es aquí donde la crisis del sistema económico en su conjunto se pone violentamente de manifiesto. ¿Por qué? Porque la tasa de interés es el regulador objetivo inapelable de las cotizaciones bursátiles. Toda acción es el título de propiedad sobre los dividendos del patrimonio empresarial en funciones que representa. Y el precio de cada acción que se negocia en el mercado, en circunstancias normales es igual a la capitalización de esos dividendos a la tasa de interés vigente. Por ejemplo, si una acción rinde 100 Euros de dividendo y la tasa de interés es del 10%, la acción normalmente debería cotizarse a 1.000 Euros. Si la tasa de interés baja al 5%, la cotización sube a 2.000 Euros. Esto quiere decir que cuanto mayor es la tasa de interés, menor es la cotización de las acciones y viceversa. A la vez explica que, cuando las tasas de interés se disparan a consecuencia de la ruptura de la cadena de cobros y pagos en el mercado crediticio comercial, el mercado bursátil se derrumba sin remedio, porque a la baja objetiva de las cotizaciones le sigue de inmediato el pánico vendedor

Lo que ha pasado en Argentina, es que el desfondamiento del sistema financiero no se produjo a través de este proceso previo a las crisis clásicas de superproducción, porque los grandes capitalistas propietarios de esos 16.000 millones de U$S causantes de la crisis financiera, previendo la insostenible paridad del peso con el dólar dada la situación de un país incapaz de realizar su producción exportable, decidieron ponerse a salvo de la inminente devaluación refugiando sus capitales excedentes en EE.UU. (cfr. http://www.nodo50.org/gpm/plusvalia/00.htm). Algo parecido sucedió en Venezuela, cuando un día de 1994 los presidentes, altos ejecutivos y gerentes de los diecisiete bancos principales del país, salieron precipitadamente con sus capitales líquidos hacia los EE.UU, dejando a sus espaldas un agujero negro que costó al Estado venezolano 12.000 millones de dólares. A pesar de que los jueces emitieron órdenes de captura contra 322 banqueros, casi todos ellos consiguieron establecerse en el exterior, la mayoría en Miami y New York.

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Aclaración pública

Compañeros:

En la redacción de nuestro trabajo publicado recientemente bajo el título: Práctica política espontaneísta y teoría económica estancacionista, a pedido de una tercera persona nos referimos críticamente a dos análisis sobre la actual situación política en Argentina. La autoría de uno de ellos: El movimiento de los piquetes, corresponde al "Círculo Comunista de América Latina", una organización simpatizante del BIPR, detalle que pasó inadvertido para nosotros y del que omitimos hacer expresa mención, dado que dicho análisis aparece publicado en el web site del BPRI, y que, además, ambos documentos coinciden en lo esencial.

De este error involuntario nos acaban de sacar los compañeros del BIPR, razón por la cual entendimos necesario y considerado hacer la pertinente aclaración.

Saludos revolucionarios: GPM

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notas:

  1. Quince días antes del "crash" de 1987, la señora Tatcher proclamaba que, "por primera vez hay en Inglaterra más obreros accionistas que sindicalistas". Quince días después, muchos de ellos debieron arrepentirse de haber experimentado esa efímera metamorfosis. Otro tanto pasó en los meses previos al "crack" de 1929 según dejó testimonio el escritor norteamericano Tennessee Williams en su novela "El dulce pájaro de la juventud" (1929)

 

  1. En general, los inversores extranjeros que accedieron al mercado argentino a través de un "cambio de manos", a despecho de las pérdidas emergentes producto de la crisis actual, intentan conservar sus posiciones inyectando fondos de reserva en las empresas que absorbieron a otras en ese país anfitrión, entre ellas, Repsol-BBV. Pero no pocos de estos capitales no soportan el deterioro de las duras condiciones y deciden abandonar el país, víctimas del mismo proceso de centralización de los capitales que protagonizaron, tal es el caso de la multinacional francesa de las telecomunicaciones, http://www.elpais.es/articulo.html?anchor=elpepieco&xref=20020322elpepieco_1&type=Tes&date=, Francé Telecom, y de la española Campofrío, de productos de origen cárnico: http://www.elpais.es/articulo.html?anchor=elpepueco&xref=20020404elpepueco_5&type=Tes&date=

 

  1. A esto coadyuvó la centralización de los capitales. En efecto, toda fusión de empresas supone una mayor escala en la producción sobre la base de un más alto coeficiente técnico en detrimento del factor trabajo. Pero esta reestructuración viene acompañada por mayor racionalización del trabajo en sí mismo. El resultado es que ambos efectos de la fusión de empresas se suman para alcanzar la más alta reducción posible de los costes salariales.
  1. Pero, para llegar a eso, el proletariado debe pasar antes por una derrota estratégica en el plano político, tanto más trágica cuanto más resistencia oponga a esas exigencias del capital. Tal es la deuda de gratitud que la burguesía internacional mantiene con la última Dictadura Militar argentina y con su aparente enemigo: el reformismo burgués, armado y no armado. Una deuda tan enorme como la fístula de la hipocresía social por la que supura la filosofía de los DD.HH. en el cuerpo ético del capitalismo tardío

 

  1. Ver: http://www.nodo50.org/gpm/dialectica/10.htm

 

  1. Los treinta mil desaparecidos y los millones de noxas sociales que le sucedieron provocadas por la superexplotación del trabajo y el aumento de la penuria relativa (incremento espectacular de la morbilidad y motalidad por accidentes de trabajo, de circulación vehicular, enfermedades profesionales, psicosomáticas y psíquicas, separaciones familiares, crímenes pasionales y homicidios involuntarios, hurtos, estafas, robos, asesinatos y suicidios)., toda esta estadística de la barbarie capitalista exacerbada por los últimos acontecimientos (en los últimos tres meses ha habido 170.000 despidos, con lo que el paro ronda en 25%, que sumado al subempleo podría alcanzar al 45% de la población), es el otro filo de ese terrible "instrumento inconsciente de la historia" que contribuye a la construcción de una alternativa revolucionaria. Pero esta negación del capitalismo por su otro (las fuerzas productivas) dentro de sí mismo, no basta. Lo decisivo es la razón revolucionaria que convierta toda esa negatividad en conciencia positiva y acción revolucionaria consecuente, que sintetiza en la unidad entre el materialismo histórico y el movimiento político de los asalariados.

 

  1. Técnicamente mediante el desarrollo incesante de las fuerzas productivas. Organizativamente a instancias de las sociedades anónimas (Cfr: "El Capital" Libro III Secc. 5 Cap. XXVII. No hay versión en español digitalizada) y de la llamada "socialización objetiva del trabajo" (Cfr: GPM: "De la anarquía capitalista a la planificación socialista" en: http://www.nodo50.org/gpm/vacas locas/08.htm), donde el mercado deja de determinar la relación entre empresas de un mismo conglomerado o corporación, abarcando parcelas crecientes del proceso global del trabajo social, que así pasan cada vez más a estar en función de la organización planificada de la producción, predominante en un número creciente de grandes consorcios, hasta que, en la época de las sociedades multinacionales, el plan de producción se extiende a escala internacional afectando en el terreno jurídico a numerosos y diversos grupos de empresas en distintas ramas de la producción social.

 

  1. La diferencia que hay entre un medio de pago y un medio de compra, es la misma que existe entre una acción de bolsa y una letra de cambio. La acción es la más importante forma de crédito para la adquisición adicional de factores de la producción, para el incremento autónomo de la inversión, para ampliar la escala de la producción de plusvalor. La letra de cambio esta concebida para posibilitar la compra anticipada de los factores de la producción cuyo valor está en tránsito de ser realizado en el mercado; es un forma de crédito comercial para atender los pagos de la gestión empresarial a una determinada escala de la producción.

 

  1. Durante los meses previos al "crash" de 1987, las compras extranjeras de acciones americanas sobrepasaron los 18.000 millones de dólares, de ellos, 7500 provinieron de Japón, 4.000 de Gran Bretaña, 1.800 de Francia y cerca de 1.000 de América Latina. (Financial Times: 23/10/87). Las transacciones bursátiles de las empresas industriales japonesas han pasado de alrededor de 3,3 billones de yenes en 1983 a cerca de 17 billones en el primer trimestre de 1987, el equivalente a una porción considerable de sus beneficios que intentaron capitalizar a expensas de otros capitalistas fuera de la esfera de la economía real. En 1986 esa porción fue del 53,4% de los beneficios para la Fujisawa, 45% para Hitachi y 60,5% para Matsushita Electric Industrial. (Frederic Burgière en "Japón in extenso" Nº 6 feb/988).

 

  1. Es posible hacer una expansión a crédito cuando la tasa de interés vigente es del 3 o del 4% y la tasa de beneficio industrial sube al 8%. Pero si hay que financiar la producción con créditos cuyos intereses crecen súbitamente del 4 al 12% y la tasa de beneficio industrial en descenso no llega al 7%, la situación se hace insostenible para todos los capitalistas y la ruptura o "crack" del proceso de acumulación es un hecho.

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