05. Epílogo
Desde 1959 —cuando a instancias de las
respectivas familias asociadas de los americanos Bush con los árabes
sauditas Bin Laden—, EE.UU. reclutó a miles de fanáticos muyahidines
para desatar el caos terrorista islámico en territorio de Afganistán, aquello
fue el principio que acabó desintegrando a la ex URSS en 1991. Y ahora que
los mismos idiotas útiles de la siguiente generación de islamistas fueron
inducidos al mismo ritual de la Yihad —en la creencia de que esta vez combatían
a los infieles del Occidente cristiano—, los recientes atentados en París
no han sido sino más de lo mismo. Pero hoy sus inductores aliados en la OTAN
moviendo aquellos mismos muñecos, apuntan hacia el objetivo de colonizar los
territorios del Cercano y Medio Oriente. Y para eso han empezado por generar
el caos en Libia y Siria, como también lo están propiciando en Ucrania. Pero
han topado con la Rusia capitalista. Aquí ya tenemos todos los ingredientes
preparados, como para que se pueda cocinar el genocidio de la cada vez más
posible Tercera Guerra Mundial.
Al día siguiente del atentado en París
ocurrido el día 13 de noviembre, Hollande declaró la guerra al Estado Islámico.
Cuatro días después de que el 09 de noviembre, la nave Mecid Aslanov,
perteneciente a la compañía BMZ Group, de Necmettin Bilal Erdogan (hijo
del presidente turco), saliera del puerto
francés de Fos-sur-Mer. Ese barco, acababa de entregar impunemente
a Francia un cargamento de petróleo al más bajo precio del mercado, supuestamente
extraído en Israel pero en realidad robado en Siria por el
Emirato Islámico, para poder financiar las armas con las cuales combate al
gobierno de Bachar al Asad.
¿Qué cabe concluir de todo esto? Que
las mayorías sociales estamos siendo explotadas y compulsivamente gobernadas
por una minoría relativa de psicópatas
sociales; una enfermedad mental provocada por la arraigada propensión a
simular, mentir y engañar, para los fines de manipular conductas ajenas en
beneficio propio. Para los psicópatas, la simulación y la mentira son actos tan
reflejos como la respiración. Tal es la idiosincrasia que ha venido
identificando a mercaderes y políticos profesionales institucionalizados, desde
los tiempos en que el comunismo
primitivo, basado en las relaciones de parentesco y la propiedad colectiva sobre los
medios de trabajo y sus productos, dejó paso a la propiedad privada y al intercambio regular de productos
en la sociedad multifamiliar y policlasista
arraigada en distintos territorios, dando origen a los diversos Estados
nacionales:
<<La sociedad antigua, basada en las
uniones gentilicias, salta al aire a consecuencia del choque de las clases
sociales recién formadas; y su lugar lo ocupa una sociedad organizada en Estado,
cuyas unidades inferiores no son ya gentilicias, sino unidades territoriales;
se trata de una sociedad en la que el régimen familiar está completamente
sometido a las relaciones de propiedad y en la que se desarrollan libremente
las contradicciones de clase y la lucha de clases, que constituyen el contenido
de toda la historia escrita hasta nuestros días>> (F. Engels: “El origen de la
familia, la propiedad privada y el Estado” Prefacio
a la primera edición Pp. 1.
.
Y tan cierto es esto de que la
sociedad espontáneamente organizada en distintas familias, de la misma forma dejó paso a la sociedad organizada
en distintas clases sociales sobre
distintos territorios, como que según Jean-Baptiste
Lamarck:
“la función hace a su órgano respectivo”.
Así las cosas, el fundamento más
originario de la moderna psicopatología criminal burguesa, fue la
función de la propiedad privada
que dividió a la sociedad humana no ya en familias sino en clases sociales, explotadoras y explotadas. O sea, que la
evolución de las distintas sociedades no fue ni sigue siendo algo puramente subjetivo
sino propiamente orgánico, históricamente
objetivo y sistémico, impuesto
a los sujetos por circunstancias determinantes
con carácter de ley, que no han dependido de la voluntad de nadie en particular.
La sociedad humana se dividió en
clases sociales explotadoras y explotadas, desde que arraigó en ella la
propiedad privada, que así evolucionó
desde el esclavismo hasta el capitalismo, pasando por el feudalismo. Una
evolución que en la sociedad actual está determinada
por la competencia, una
función social que induce al desarrollo
progresivo incesante de la fuerza productiva del trabajo social
aplicado a todas las esferas de la producción. Incluida naturalmente la fabricación
de armamentos para la destrucción material y la muerte masiva, cada vez más
eficaces. Y el caso es que, en semejante contexto social, las guerras han sido
y son el fruto de una enfermedad endémica
del capitalismo, cuyo germen patógeno es la
propiedad privada sobre los medios de producción y de cambio.
Una plaga que no radica en los
individuos sino en su sistema de vida,
y que se manifiesta en épocas de crisis
económicas periódicas cada vez más frecuentes y difíciles de superar,
donde la plétora de riqueza se trueca en penuria generalizada, de modo que si en la fase expansiva todos los
capitalistas asociados ganan —aunque unos más que otros según la masa de
capital con que cada empresa participa en el común negocio de explotar trabajo
ajeno—, durante la fase depresiva
lo que unos ganan otros lo pierden. Y aquí es donde irrumpe el espíritu de las
guerras, que se apodera de los más acaudalados empresarios y políticos
profesionales, convertidos por su propia función
orgánica en verdaderas bestias
selváticas, típicos depredadores irrefrenables sin límites, cuya
propensión a la violencia belicista —con fines de rapiñar riqueza ajena y aumentar
los territorios bajo su ejercicio del poder—, ha venido venciendo en ellos cualquier
escrúpulo personal, despojados por completo de conciencia humana racional, pacífica y fraterna. Tanto más
criminal y destructivo deviene su belicismo, cuanto mayor es el adelanto
científico-técnico incorporado al armamento disponible. Hasta el extremo de
amenazar no solo la existencia del género humano en el Planeta, sino la del
Planeta mismo. Una posibilidad real que ya se conoce por “doctrina de la
destrucción mutua asegurada”.
En nuestro informe publicado el pasado
01 de diciembre, aludimos al negocio que Bilal Erdogán, hijo del Presidente
turco Recep Tayyip Erdogán se trae entre manos con el petróleo, procedente de
territorio sirio e irakí en poder de los terroristas del Estado Islámico:
<<Toda
esta información surgió a raíz de que en la zona fronteriza con Siria, la
fuerza aérea de Turquía derribó el pasado martes 24 de noviembre con misiles
aire-aire, un avión militar ruso SU-24, precisamente cuando atacaba los medios
de transporte terrestre propiedad de Bilal Erdogán, cargados con petróleo del
Estado Islámico. Según informó el ministro ruso de relaciones exteriores,
Serguéi Lavrov, al día siguiente durante una rueda de prensa:
“El
accidente de ayer tuvo lugar después de que nuestra aviación inició ataques
bastante eficaces de puntería contra los camiones cisternas de petróleo, en
general, contra los yacimientos petroleros. También dije que con el accidente
del martes (Turquía) presenta de otro modo el asunto del
comercio ilegal de petróleo y en general de la industria petrolera que creó el
Estado Islámico en su territorio”>>. (http://mundo.sputniknews.com/rusia/20151125/1054055155/su-24-derribo-ei-ataques.html. (Lo entre
paréntesis nuestro. GPM).
Leer más en: http://mundo.sputniknews.com/prensa/20151127/1054182819/bilal-erdogan-exporta-petroleo-ei.html#ixzz3ssL0mIeA.Y en: http://www.bitsrojiverdes.org/wordpress/?p=12777
.
Ahora sabemos que aquello fue una trampa
de la OTAN, en cuyo montaje se implicó también el Estado español, actuando en
connivencia con el gobierno turco y el visto bueno de Washington:
<<La
situación internacional se ha tensado hasta extremos inimaginables. El derribo
del SU-24 ruso sobre territorio sirio fue una emboscada. Los cazas de la OTAN
conocían todos los parámetros de vuelo, altitud, velocidad, dirección,
objetivos, tipo de armamento... Fue un acto planificado desde el CAOC (Centro
Aéreo de Operaciones Combinadas) en Torrejón de Ardoz (Madrid), desde donde se
coordina la defensa aérea de Turquía. Por lo tanto, el jefe del estado mayor de
la fuerza aérea turca, general Abidin Unal, debería haber informado al
comandante del CAOC, el general español Rubén García Servert. La orden final se
la atribuyó el propio presidente turco; todo ello, evidentemente, con el visto
bueno de Washington. Turquía se vale tanto del apoyo de Obama como del hecho de
ser miembro de la OTAN para violar el derecho internacional más elemental>>. (http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=5343)
<<Ha
quedado meridianamente claro que el rol jugado por Turquía en la guerra de
agresión contra Siria es esencial. Es el primer proveedor de hombres y
armamento para los grupos terroristas al mismo tiempo que es el primer
beneficiario del robo del petróleo y gas sirio e iraquí. El hijo de Erdogan
(Bilal Erdogan) es el intermediario fundamental de este tráfico a gran escala.
Es por ello que la reacción del premier turco fue tan airada cuando los
bombarderos rusos tomaron como objetivo la destrucción de este tráfico ilícito
que hace ingresar en las arcas del Estado Islámico más de 40 millones de
dólares mensuales. Este petróleo barato también es adquirido por occidente.
Así, nuevamente, los países europeos (especialmente Francia e Inglaterra), que
han sido los promotores de la destrucción de Siria pretenden saquear nuevamente
sus riquezas>>. (http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=5343).
Teniendo en cuenta la irrefutable aportación del
evolucionista Lamarck a la ciencia de la zoología, cabe preguntar: ¿qué es necesario y cada vez más urgente hacer hoy en esta ya
caduca sociedad de clases? Y la respuesta es: acabar con ella inhabilitando la función que desempeñan los
explotadores y sus propensiones belicistas. Tal es el único principio activo eficaz que permitirá de una vez por
todas alumbrar una nueva organización
de la sociedad humana mundial, basada en relaciones entre sujetos realmente libres e iguales. Pero
para eso, es condición ineludible
dejar fuera de la ley a la propiedad
privada sobre los medios de producción y de cambio. ¡¡No hay otra
salida que no sea ésta!!
Y todas aquellas mayorías sociales subalternas irresponsables, que siguen
optando por ignorar esa necesaria salida e insisten estúpidamente procediendo en
sentido contrario contra sí mismos, dejándose conducir “democráticamente” por las minorías que detentan el poder y
la riqueza, no hacen más que agudizar y prolongar el sufrimiento del inevitable proceso hacia la
libertad del género humano, favoreciendo a los inescrupulosos y desaprensivos explotadores criminales de guerra,
incluyendo entre ellos a sus políticos profesionales institucionalizados.
Mucho nos llenamos la boca diciendo amar
a nuestros hijos, pero descargamos sobre ellos todo el peso de una historia,
que debiéramos asumir nosotros. Vaya nuestra congratulación, hacia ese 35,07% de los abstencionistas
españoles en las elecciones generales del pasado domingo 20 de diciembre.
http://www.nodo50.org/gpm
e-mail: gpm@nodo50.org