La aplicación por el Partido Popular gobernante, del artículo 155 añadido a la Constitución española en Cataluña.

       <<Ni es la primera vez que surgen movimientos nacionales en Rusia ni le son inherentes a ella sola. La época del triunfo definitivo del capitalismo sobre el feudalismo, estuvo ligada en todo el mundo a movimientos nacionales. La base económica de estos movimientos estriba en que, para la victoria completa de la producción mercantil, es necesario que la burguesía conquiste el mercado interior, es necesario que territorios con población de un solo idioma adquieran cohesión estatal, eliminándose cuantos obstáculos se opongan al desarrollo de ese idioma y a su consolidación en la literatura. El idioma es el medio principal de comunicación entre los hombres; la unidad de idioma y el libre desarrollo del mismo, es una de las condiciones más importantes de una circulación mercantil realmente libre y amplia, correspondiente al capitalismo moderno, de una agrupación libre y amplia de la población en cada una de las diversas clases; es, por último, la condición de un estrecho nexo del mercado con todo propietario, grande o pequeño, con todo vendedor y comprador.

       Por ello, la tendencia de todo movimiento nacional es formar Estados nacionales, que son los que mejor cumplen estas exigencias del capitalismo contemporáneo. Impulsan a ello factores económicos de lo más profundos, y para toda la Europa Occidental, es más, para todo el mundo civilizado, el Estado nacional es por ello lo típico, lo normal en el período capitalista.

       Por consiguiente, si queremos entender lo que significa la autodeterminación de las naciones, sin jugar a definiciones jurídicas ni "inventar" definiciones abstractas, sino examinando las condiciones históricas y económicas de los movimientos nacionales, llegaremos inevitablemente a la conclusión siguiente: por autodeterminación de las naciones se entiende su separación estatal de las colectividades de otra nación, se entiende la formación de un Estado nacional independiente>>. (V. I. Lenin: “El derecho de las naciones a la autodeterminación”. Versión digitalizada. Ver en Pp. 1 Cap.1).

A): Discurso del Rey de España Felipe VI el pasado 03 de octubre

          Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada ilegalmente la independencia de Cataluña.

          Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.

          Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.

          Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada.

          Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.

          En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.

          Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía.

          Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.

          A los ciudadanos de Cataluña —a todos— quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.

          Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.

          Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.

          Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.

          Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España.

B1): Discurso de Javier Pérez Royo, catedrático de derecho constitucional en la Universidad de Sevilla, pronunciado el pasado 25 de noviembre:

  <<Se entiende por sufragio activo al derecho de la persona física, reconocida en la legislación de cada Estado, según el cual, los electores podrán emitir un voto para elegir representantes o para aprobar o rechazar referendos. Aquellos sujetos con derecho al sufragio pasivo que fueren elegidos, estarán vinculados a los electores mediante el vínculo denominado mandato representativo. En el supuesto del referéndum, el resultado del proceso electoral supondrá un vínculo de mandato imperativo (con sus electores). En ocasiones, el ordenamiento jurídico restringe el derecho al sufragio activo. Tal restricción proviene de dos clases de circunstancias: Mayoría de edad: Aquel sujeto que no ha alcanzado la mayoría de edad es considerado por el ordenamiento como incapaz y, por lo tanto, no puede tener acceso al sufragio activo. (Varía de un ordenamiento a otro. En España, la mayoría de edad se alcanza a los 18 años)>>. (https://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_activo).

 

          <<Electoralmente Catalunya se ha ido distanciando de España poco a poco. Desde las elecciones del 15 de junio de 1977 hasta las catalanas de otoño de 2010 hay una notable homogeneidad en términos electorales, entre lo que ocurre en el sistema político español y en el catalán. Si me apuran, diría que hasta las de 2011 municipales de mayo y generales de noviembre. Lo único que singulariza los resultados electorales catalanes de 2010 y 2011 respecto de los anteriores, es el descenso muy acusado del PSC/PSOE compensado con la subida de CiU y PP. Pero la suma de las tres formaciones políticas, CiU, PP y PSC/PSOE, por un lado, y la suma del PP y PSC/PSOE, por otro, todavía se corresponden en los procesos electorales de 2011 con los de 1980 y todos los posteriores.

          En las elecciones generales de 2011, CiU, PP y PSC/PSOE sumaron 41 escaños de 47 (43 en 2008, 37 en 2004, 44 en 2000, 43 en 1996 y 1993, 42 en 1989, 45 en 1986 y 1982). PP y PSC/PSOE sumaron en todas más del 50% de los escaños salvo en 1989 (46,2%) y en 1911 (47,3 %).

          Los tres partidos políticos que habían gestionado la gobernabilidad de Catalunya y de España y que daban estabilidad al sistema político en su conjunto, y los dos partidos de gobierno de España, cuya presencia en Catalunya hacía que hubiera homogeneidad entre el sistema político español y el subsistema político catalán, se mantenían a finales de 2011 como lo habían hecho desde 1982. No con el mismo porcentaje y número de escaños cada uno, pero sí todos juntos. La pérdida del PSC/PSOE quedaba compensada por la fortaleza de CiU y PP. La correlación entre el sistema electoral catalán y español se mantenía prácticamente intacta. La integración de Catalunya en el Estado no parecía un problema para el que no se pudiera tener respuesta con base en la Constitución de 1978.

           La apariencia de estabilidad empezaría a desmoronarse a partir de 2012 al calor del avance de la reivindicación del llamado “derecho a decidir”, que ha provocado un terremoto en el sistema de partidos de Catalunya y, como consecuencia de ello, un terremoto también en la relación entre el sistema de partidos catalán y el español. En Catalunya esa inestabilidad ha conducido primero a la desintegración de CiU y después a la desaparición de los dos partidos que integraban la coalición, que están en proceso de refundación uno y liquidado el otro. La relación entre Catalunya y el Estado, ha conducido a la reducción a la mitad de la presencia de los partidos de gobierno de España en Catalunya. Los 13 escaños de los 47 posibles que el PP y el PSOE han sumado en las elecciones generales de 2015 y 2016 los han convertido en partidos que casi rozan la marginalidad dentro del sistema de partidos catalán.

          PSE/PSOE y PP pudieron constituir gobierno en 2009 en el País Vasco. Hoy están en una posición casi marginal

          La desintegración del sistema de partidos en Catalunya, que está en consecuencia en un proceso de recomposición, y el divorcio entre el sistema de partidos de Catalunya y del Estado, han venido para quedarse. No parece que, al menos en el tiempo en que es posible hacer predicciones, vayamos a volver a una situación parecida a lo que fue el sistema de partidos que podríamos calificar de “la transición”.

          Y este es un problema muy serio en general, pero, sobre todo, para encontrar una respuesta a la integración de Catalunya en el Estado. El pasado 30 de octubre, el profesor Rodríguez Teruel publicaba un artículo en El Periódico con el expresivo título “La debilidad del PP en Catalunya no facilita la salida”, en el que afirmaba: “mientras se mantenga esa anómala situación en la que el partido más importante de España es testimonial en Catalunya, las opciones para resolver el asunto resultarán poco creíbles”.

          En mi opinión, la debilidad del PSC/PSOE es por lo menos tan preocupante como la del PP, si no todavía más. Y ambas debilidades juntas dibujan un escenario de una complejidad extrema. Porque además, el divorcio catalán se ha extendido al País Vasco. PSE/PSOE y PP pudieron constituir gobierno en 2009 en el País Vasco. Hoy están en una posición casi marginal.

          En un momento en que se empieza a hablar de reforma de la Constitución, con algo más de consistencia de lo que se ha hecho en el pasado y en el que va a empezar a andar la Comisión en el Congreso de los Diputados, pactada entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, no se puede perder de vista que el sistema de partidos que se configuró a partir de los resultados electorales del 15 de junio de 1977, tanto en Catalunya como en el Estado, que se reproducirían en las elecciones de 1979 con los que se negociarían los Estatutos de Autonomía de Catalunya y País Vasco, tiene poco que ver con la relación que existe entre el sistema de partidos de ambas nacionalidades y el del Estado.

          El divorcio electoral entre Catalunya y el País Vasco de un lado, y el resto del Estado del otro, es un dato con el que habrá que contar en el proceso materialmente constituyente que ya tenemos abierto en España>>. (Cfr.: https://www.ara.cat/es/opinion/Divorcio-electoral_0_1912008990.html).  

 B2) Severa crítica de Javier Pérez Royo al discurso del Rey.

            <<Un discurso como el que dirigió el Rey Felipe VI a la sociedad española por televisión el pasado 3 de octubre, no tiene cabida en una Monarquía Parlamentaria, en el único tipo de Monarquía compatible con un Estado Democrático de Derecho. El Rey se arrogó un protagonismo político que no le corresponde, anteponiendo el principio monárquico del artículo 1.3 en la Constitución española (CE) — al principio de legitimación democrática del art. 1.2 CE.

          Lo hizo, además, con una torpeza extrema, identificándose con el discurso del Presidente del Gobierno, con un “discurso de parte”, que, entre la “angustia” que atravesaba por igual a las dos mitades en que estaba dividida la sociedad catalana —la nacional autonomista y la republicana independiendiente—, tomaba partido por una de ellas contra la otra. Su agresividad contra la primera mitad nacionalista y el apoyo incondicional a la otra mitad con una retórica españolista, no podía conducir más que a hacer más profunda dicha división.

          En dicho discurso estuvo el origen de la activación del art. 155 CE de la forma en que se acabó haciendo, que no es la prevista en la Constitución. La Constitución contempla una reacción “de naturaleza política” frente a un “ejercicio desviado del poder por una Comunidad Autónoma”. Se trata de una respuesta política por parte del Estado para imponer a la Comunidad Autónoma el cumplimiento de la Constitución o de la Ley que esta última está desconociendo. El 155 en la Constitución Española (CE) es un instrumento de “protección excepcional o extraordinaria” del Estado Nacional frente a una emergencia de naturaleza política independentista.

          En la forma en que se ha activado, la reacción de naturaleza política ha desembocado en una reacción de “naturaleza penal”, que no estaba prevista de ninguna de las maneras en la Constitución. Políticamente el art. 155 CE va a tener una duración breve: los cincuenta y cinco días del proceso electoral y los días que sean necesarios para la investidura del President de la Generalitat. Penalmente va a tener una duración indefinida. Ya son 28 los dirigentes políticos investigados por el Tribunal Supremo, 18 de los cuales son parlamentarios electos.

          Lo que estaba previsto en la Constitución para “corregir políticamente un comportamiento políticamente desviado”, se ha convertido en una persecución penal de toda la política desplegada por el nacionalismo catalán en los últimos años. Para esto es para la que está siendo utilizada la activación del art. 155 CE.

          Políticamente en el Parlament y en el Govern va a estar la misma mayoría parlamentaria y el mismo Govern que antes de la activación del 155 CE. La diferencia va a estar en que los máximos dirigentes de dicha mayoría van a estar procesados penalmente. Y en que, como consecuencia de ello, la línea que divide políticamente por mitad a la sociedad catalana se ha hecho más ancha y más profunda.

          El art. 155 CE ha dejado de ser un instrumento de “rectificación política de una conducta políticamente desviada”, para convertirse en un instrumento de “persecución penal del adversario político”, algo muy común en las sociedades pre-democráticas, pero que no ha ocurrido nunca en un Estado Social y Democrático de Derecho.

          Una democracia no puede operar si se utiliza el sistema de Administración de Justicia lato sensu, Ministerio Fiscal, Tribunales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en su función de policía judicial, contra el adversario político. No hay nada de qué hablar políticamente. Esa es la posición del Presidente del Gobierno nacional avalada el 3 de octubre por el Rey.  Para eso disponemos de los Fiscales, Jueces, policías nacionales y guardias civiles.

          En esto es en lo que ha acabado desembocando la activación del art. 155 CE. Y esto es lo que desató el Rey Felipe VI con su imprudente e inmoderado discurso del 3 de octubre.  “A por ellos” no puede ser nunca el discurso de un Jefe del Estado. Y menos si carece de legitimidad democrática.

          Felipe VI parece haberse dado cuenta de su error. En su discurso de felicitación de la Navidad del 24 de diciembre ha corregido el tono e incluso el contenido de su discurso anterior. No puede reconocerlo, pero es obvio que así ha sido. Implícitamente ha reconocido que no puede ser portavoz de una parte de la sociedad catalana contra la otra.

          El problema es que llega tarde. El mensaje dirigido a todos los parlamentarios elegidos el 21-D de que tienen que trabajar juntos con el objetivo de servir al conjunto de la sociedad catalana, difícilmente puede abrirse camino, cuando los dirigentes de una parte de ellos están en la cárcel o amenazados con penas de cárcel. ¿A qué acuerdo se puede llegar bajo una amenaza de esta naturaleza?

          ¿Por qué dice la Constitución en el artículo 14 que “los españoles son iguales…”? ¿Por qué no dice “los seres humanos” o “las personas” son iguales…? Por el derecho de participación política reconocido en el artículo 23 de la Constitución, que está reservado a los ciudadanos españoles.

          La igualdad constitucional es el resultado de la confluencia de un principio antropológico de carácter universal, la dignidad humana, reconocido en el artículo 10 CE y de un principio político de carácter territorialmente circunscrito, la participación en condiciones de igualdad en la formación de la voluntad general mediante el ejercicio del derecho de sufragio, reconocido en el artículo 23 a los españoles exclusivamente. Por eso, todos los seres humanos son titulares de derecho, pero únicamente los españoles lo son en condiciones de igualdad, porque únicamente ellos son titulares del derecho de sufragio. Exactamente igual ocurre en Francia con los franceses, en Alemania con los alemanes y así en todos los países democráticamente constituidos. La igualdad constitucional no es nunca exclusivamente humana. Es siempre también política. (Cfr.: http://www.eldiario.es/zonacritica/discurso-rey_6_722387764.html. (El subrayado y lo entre paréntesis nuestro).

          El derecho de sufragio es el derecho específicamente constitutivo de la vertiente política de la igualdad. Es el calificativo de la igualdad humana, con base en el cual se constituye el Estado Democrático. Sin el derecho de sufragio la Democracia como forma política no es ni intelectualmente pensable ni técnicamente organizable.

          Justamente por eso, se trata de un derecho cuyo ejercicio únicamente puede ser limitado mediante sentencia judicial firme por un delito que lleve aparejada la pérdida del ejercicio del mismo. Sin sentencia judicial firme el derecho de sufragio tanto en su vertiente activa como pasiva, que son inescindibles, es un derecho intocable, que prevalece frente a cualquier otro, porque es el fundamento en el que descansa la democracia como forma política y en el que se apoya la arquitectura del Estado Constitucional.

          Impedir el ejercicio del derecho de sufragio activo o pasivo sin sentencia judicial firme es el más grave delito de PREVARICACIÓN que se puede cometer en DEMOCRACIA. Es un delito de PREVARICACIÓN CONTRA LA DEMOCRACIA DE MANERA DIRECTA.

          Causa sonrojo tener que recordar el ABC del Derecho Constitucional de la Democracia, cuando se van a cumplir cuarenta años de la entrada en vigor de la Constitución, pero es que he leído en la información de La Vanguardia y de El País, que el Gobierno de la Nación considera que está en las manos del juez instructor del Tribunal Supremo permitir que Jordi Sánchez acuda al Parlament a presentar su programa de gobierno y solicitar la investidura.

          No sé de donde habrán sacado la información los periodistas que han redactado sus crónicas, pero quienes se la hayan transmitido no saben una palabra de lo que la Constitución y la legislación de desarrollo de la misma prevén para el ejercicio del derecho de sufragio activo y pasivo.

          Con la Constitución Española no es posible impedir que Jordi Sánchez acuda al Parlament para la sesión de investidura. En el caso de que el juez instructor del Tribunal Supremo entendiera que puede impedirlo, no solamente podría Jordi Sánchez querellarse contra él por prevaricación, sino que podría también solicitar la nulidad de toda la instrucción. Es un delito tan grave el que estaría cometiendo el juez instructor que lo inhabilitaría para el ejercicio de la función jurisdiccional a partir de ese momento, además de comprometer de manera sobrevenida todas sus decisiones anteriores en esta causa.

          Obviamente la decisión sería recurrible en amparo ante el Tribunal Constitucional, que para darla por buena, tendría que desdecirse de lo que ha sido su jurisprudencia sobre el derecho de sufragio de manera ininterrumpida hasta la fecha. Y en el caso de que así lo hiciera, quedaría abierta la vía para acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

          Judicializar cuestiones que son esencialmente políticas acaba o puede acabar teniendo consecuencias como éstas. Los vericuetos judiciales son numerosos e imprevisibles a priori en asuntos como este, cuando lo que está en juego es nada menos que la integración de un ente subcentral dentro de un Estado políticamente descentralizado. Se trata de uno de los problemas político-constitucionales más enrevesados, si no el que más, de todos los que se pueden plantear. Cuáles son los derechos que van a acabar haciendo acto de presencia a lo largo de un proceso de esta naturaleza, no es algo que se pueda saber con seguridad cuando se registra la querella ante el Tribunal. Cuando el asunto es esencialmente político, el conflicto entre la Política y el Derecho puede emerger en el interior del proceso en cualquier momento y convertirse en inmanejable. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Es lo que ocurre cuando se delega en los Tribunales dar respuesta a la integración política de Catalunya en el Estado español>>. https://www.eldiario.es/zonacritica/Prevaricacion-democracia_6_745135522.html

C) La políticamente obsecuente y jurídicamente prevaricadora intervención del Juez Instructor Pablo Llarena

          ¿Obsecuente con quién? Con el corrupto Partido Popular a cargo del gobierno en España. Después de que Carles Puigdemont renunciara a la presidencia del Parlament catalán delegando expresamente su cargo en favor de Jordi Sánchez, el pasado jueves 1 de marzo Javier Pérez Royo ha manifestado en un artículo publicado por Eldiario.es, que si el juez Pablo Llarena impidiera que Jordi Sánchez se presente a la investidura de Presidente en esa institución legislativa,—dado su carácter de legítimo sujeto pasivo como diputado que es—, cometerá prevaricación:

      <<Impedir (a Sánchez) el ejercicio del derecho de sufragio activo o pasivo sin sentencia judicial firme, es el más grave delito de prevaricación que se puede cometer en democracia. Es un delito de prevaricación contra la democracia de forma directa, añadió. Según Pérez Royo, con la Constitución española en la mano no es posible impedir la investidura de Jordi Sánchez. Y apunta que en caso de que el juez la impidiera, Sánchez se podría querellar entonces contra él por prevaricación y, además, podría solicitar la nulidad de toda la instrucción. El juez instructor estaría cometiendo un delito tan grave, que lo inhabilitaría para el ejercicio de la función jurisdiccional a partir de este momento, además de comprometer de forma sobrevenida todas sus decisiones anteriores en esta causa, señaló. Impedir el ejercicio del derecho de sufragio activo o pasivo sin sentencia judicial firme, es el más grave delito de prevaricación que se puede cometer en democracia. Es un delito de prevaricación contra la democracia de forma directa, añadió Pérez Royo>>. (“El Nacional” Foto de EFE Barcelona. Jueves, 1 de marzo de 2018. El subrayado y lo entre paréntesis nuestros).

 

            Por su parte el propio Jordi Sánchez ha coincidido con el pensamiento de Pérez Royo al denunciar que:

       <<Los tribunales de justicia aplican una política vestida de Ley. La vulneración de los derechos democráticos de algunas personas, es la vulneración de los derechos de todos. El ahora ya candidato de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, Jordi Sánchez, ha llamado en una entrevista concedida a “The Times”, a la unidad del independentismo tras el rechazo por parte de la CUP a votar a favor de su investidura. "Mantenernos unidos es fundamental", ha subrayado en el diario británico, con el que ha conversado a través de su abogado, Ben Emmerson. Según el equipo de Emmerson, hay evidencias claras de que se han vulnerado derechos fundamentales de los encarcelados, como sus derechos a participación política, de asociación y a la libertad de expresión "solo por su defensa del derecho de autodeterminación del pueblo catalán". Ha denunciado que los cargos presentados contra ellos son "insostenibles", que son "puramente políticos". Durante los próximos días, este organismo de la ONU comunicará al Gobierno que ha recibido el recurso y que pone en marcha una investigación. Los expertos analizarán los argumentos de Emmerson, y en las próximas semanas o meses se pronunciará. Si bien las conclusiones no son vinculantes, sí son un elemento de peso de cara a los tribunales internacionales. El grupo de trabajo ha tratado casos de vulneraciones de derechos humanos en países como Venezuela, Ruanda o Irán. Es el mismo grupo que hace dos años dictaminó que Julian Assange, que está recluido en la embajada de Ecuador en Londres, había sido detenido arbitrariamente.

       Según el equipo de Ben Emmerson, hay evidencias claras de que se han vulnerado derechos fundamentales de los encarcelados, como sus derechos a la participación política, de asociación y a la libertad de expresión "solo por su defensa del derecho a la autodeterminación del pueblo catalán". Ha denunciado que los cargos presentados contra ellos son "insostenibles", que son "puramente políticos".

       Durante los próximos días, este organismo de la ONU comunicará al Gobierno español que ha recibido el recurso y que pone en marcha una investigación. Los expertos analizarán los argumentos de Emmerson, y en las próximas semanas o meses se pronunciarán. Si bien las conclusiones no son vinculantes, sí son un elemento de peso de cara a los tribunales internacionales. El grupo de trabajo ha tratado casos de vulneraciones de derechos humanos en países como Venezuela, Ruanda o Irán. Es el mismo grupo que hace dos años dictaminó que Julian Assange, todavía recluido en la embajada de Ecuador en Londres, había sido detenido arbitrariamente.

       “Esperamos una declaración muy clara del grupo", ha afirmado el jurista, una eminencia en el terreno de los derechos humanos, que se ha mostrado muy optimista. Espera que lo que diga este grupo de la ONU, aunque no sea vinculante traslade "presión política" al Estado español para que rectifique. Ha advertido que estos encarcelamientos remiten hasta una "época muy pasada de la historia de España".

       El abogado británico ha avisado de que este caso del Estado español puede suponer un "precedente peligroso" contra el derecho de protesta pacífico en todo el mundo. “He reiterado que los delitos de los que se les acusa requieren de una violencia que no existió”, y ha recordado que desde 2005 ya no es delito celebrar un referéndum en el Estado español.

       "Imaginad por un momento que el Reino Unido encarcelara a los líderes del Partido Nacionalista Escocés para defender la independencia de Escocia", ha rebatido. "Pues esta es la situación que tenemos en España".

       Por su parte, la abogada Rachel Lindon ha denunciado que "las autoridades españolas están actuando como una dictadura, encarcelando a sus opositores políticos y rechazando liberarlos hasta que renuncien a sus creencias políticas y abandonen sus cargos”. (https://www.elnacional.cat/es/politica/junqueras-sanchez-cuixart-naciones-unidas_234723_102.html).

       <<Somos optimistas porque, tras estudiar la documentación, estamos convencidos de que el encarcelamiento de los presos políticos catalanes viola la legalidad internacional. La justicia española, en un lamentable episodio de parcialidad, tiene a cuatro personas en la prisión por el simple hecho de defender pacíficamente un proyecto político diferente. Nosotros estamos seguros de que se ha procedido a una detención arbitraria, que solo busca reprimir a los independentistas y que vulnera los derechos fundamentales. La comunidad internacional se toma muy en serio los posicionamientos de las Naciones Unidas. Pese a que la opinión del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias no es vinculante, lo que esperamos es un posicionamiento contundente ante esta gravísima actuación>>.

¿Hay algún precedente similar al suyo?

       <<Sí. En nuestro recurso detallamos cada uno de los derechos blindados por tratados internacionales que ha suscrito el Estado español, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y detallamos la jurisprudencia del grupo de trabajo. Encontramos jurisprudencias en países como Marruecos, Argelia o Venezuela, entre otros. El grupo de trabajo ya se pronunció en un caso similar en Argelia, en el que se había detenido a una persona (Kamel Eddine Tekhar) no por haber cometido un delito, sino por haber participado en movilizaciones y actividades políticas no violentas. También falló contra el gobierno de Marruecos por el caso del activista Salah Eddine, que estaba a favor de la autodeterminación. El grupo concluyó que estaba encarcelado por ejercer su derecho a la libertad de expresión y opinión. En el caso catalán vemos cómo la justicia española ha transformado (tan arbitraria como) peligrosamente el significado de la palabra violencia y la equipara al simple hecho de ejercer derechos civiles como votar o presentarse a elecciones… Nada en el proceso político catalán puede ser descrito como violento. Precisamente, el grupo de trabajo se pronunció en estos términos en relación a la situación en Venezuela. Los casos son comparables>>.

¿Qué derechos se han vulnerado a sus clientes?

       <<En términos generales, derechos fundamentales como la libertad de expresión, manifestación, opinión, asociación y participación. El derecho a tener un juicio justo y la discriminación por motivos políticos. Es decir, que los afectados están en prisión por sus ideas políticas —por haber defendido el derecho a la autodeterminación de los catalanes— es un caso claro de discriminación respecto a otras actuaciones similares con diferentes personas implicadas>>, ha dejado dicho Javier Pérez Royo.

Para denegar la libertad a Jordi Sánchez, el juez Pablo Llarena argumenta que “mantiene su ideario”.

       <<Eso es suficiente para cuestionar que las detenciones son arbitrarias. Es decir, que están motivadas por sus ideas>>.

Lo que diga el grupo de trabajo no será vinculante. No sería la primera vez que la ONU advierte a España —por ejemplo sobre desapariciones forzadas— y que no cambia nada en ese país.

       <<Al menos sería un toque de atención contundente a un Estado que dice ser democrático y respetuoso con los derechos humanos>>.

¿Qué permitiría una conclusión favorable a los intereses de sus clientes?

       <<Es una buena pregunta, pero debería hacérsela al juez o al Gobierno español. Para nosotros, lo más urgente es su liberación>>.  

 ¿Confía en que la justicia europea acabe impartiendo justicia?

       <<Estamos convencidos de que así será y que los casos de Jordi Cuixart, Jordi Sánchez, Oriol Junqueras y Joaquim Forn, no quedarán impunes>>.

De momento, excepto por la violencia policial el 1-O, solo ha habido silencio en la comunidad internacional…

       <<Sí, y no es suficiente. Por eso vamos a la ONU>>.

Usted ha denunciado el autoritarismo de las autoridades españolas…

       <<Ha usado modos dictatoriales y lo reitero. Es una vergüenza que un país como España, que pasó por una durísima Guerra Civil y que aguantó la losa de la dictadura de Franco y su séquito, tolere un espectáculo judicial como este>>.

. ¿Qué opina de su respuesta al conflicto catalán?

       <<Solo puedo decir que su respuesta judicial viola los derechos de nuestros clientes>>.

¿Existe la separación de poderes en España?

       <<Si nos ceñimos al caso de nuestros clientes, parece que no>>.

Hemos visto a ministros que avanzan lo que harán los jueces, incluso al presidente Rajoy llamando a los jueces del Tribunal Constitucional para instruirles acerca de lo que deben proponer, antes de que se reúnan para decidirlo…

       <<Algunas declaraciones públicas de miembros del Gobierno español son, sin duda, violaciones de la presunción de inocencia y cuestionan la independencia de la justicia en España. (https://www.elnacional.cat/es/politica/entrevista-abogada-onu-presos-rachel-lindon_237609_102.html). El cabeza de lista de la CUP en las últimas elecciones al Parlamento catalán, Carles Riera, ha negado este lunes que los anticapitalistas se opongan a que el diputado de JxCat y exlíder de la ANC, Jordi Sànchez, sea presidente de la Generalitat, sino que rechazan investir a cualquier candidato que presente “un programa autonomista y no republicano. No vetamos a Jordi Sànchez por una razón fundamental, porque de nombres no hemos hablado. Estamos en una fase previa de hablar de qué política, de qué acción de Govern haremos, ha asegurado Riera en una entrevista de TV3. En ella ha garantizado la abstención de los cuatro diputados de la CUP a la investidura de cualquier candidato, que no lleve un programa republicano y de desobediencia. Si nos ponemos de acuerdo con un programa de Govern republicano, no es un problema de nombres, pero si no nos ponemos de acuerdo en esto que es primordial, será un problema de nombres, ha insistido. Ha criticado que JxCat quiera desplazar la República al simbolismo del exilio en Bélgica, mientras la Generalitat actúa en el marco autonómico y que ERC plantea llevar a cabo un proceso constituyente al margen de las instituciones, algo que la CUP no avalará. También ha expresado perplejidad porque el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, planteará en un artículo acercarse a “los comunes” y al PSC, y ha pedido ensanchar el acuerdo entre independentistas. En relación a todo esto, ha dejado clara su idea de que no va de tender puentes con un Partido Socialista que ha votado a favor de la aplicación del artículo 155>>.

D) ¿Qué significa en realidad bajo el capitalismo, el concepto de “autodeterminación de los pueblos”?

          Según el pensamiento de Lenin cabe contestar a esta pregunta diciendo que, cuando en un determinado país una fracción de la burguesía constituida en Comunidad Autónoma decide independizarse de su respectivo Estado nacional, es porque las condiciones socioeconómicas impuestas por ese Estado son adversas a los intereses de una de sus fracciones. ¿Y cómo explicaba Lenin tales circunstancias desde el punto de vista de la clase subalterna de los asalariados? Que semejante movimiento para nada concierne a sus intereses:

         << ¿Contestar "sí o no" en lo que se refiere a la separación de cada nación? Parece una reivindicación sumamente "práctica". Pero, en realidad, es absurda, teóricamente metafísica, y en la práctica conduce a subordinar el proletariado a la política de la burguesía. La burguesía coloca siempre en primer plano sus reivindicaciones nacionales. Y las plantea de un modo incondicional. El proletariado las subordina a los intereses de la lucha de clases. Teóricamente, no puede garantizarse de antemano que la separación de una nación determinada, o bien su igualdad de derechos con otra nación, pondrá término a la revolución democrático-burguesa. Al proletariado le importa, en ambos casos, garantizar el desarrollo de su clase; a la burguesía le importa dificultar este desarrollo, supeditando las tareas de dicho desarrollo a las tareas de "su" nación. Por eso, el proletariado se limita a la reivindicación negativa, por así decir, de reconocer el derecho a la autodeterminación [de su clase], sin garantizar nada a ninguna nación ni comprometerse a dar nada a expensas de otra nación.

         Admitamos que esto no será "práctico", pero es de hecho lo que garantiza con mayor seguridad la más democrática de las soluciones posibles; el proletariado necesita tan sólo estas garantías, mientras que la burguesía de cada nación necesita garantías de sus ventajas, sin tener en cuenta la situación (las posibles desventajas) de otras naciones.

         Lo que más interesa a la burguesía es que una reivindicación [suya] determinada sea "realizable"; de aquí la eterna política de transacciones con la burguesía de otras naciones en detrimento del proletariado. En cambio, al proletariado le importa fortalecer su clase contra la burguesía, educar a las masas en el espíritu de la democracia consecuente y del socialismo>>. (V. I. Lenin: “Sobre el derecho de las naciones a su autodeterminación”. 1914. Cap. 4: “Practicismo en el problema nacional” Versión digitalizada. Ver Pp. 8-9. Lo entre corchetes y el subrayado nuestros)

          Según esta verdad irrebatible de Lenin, los varios millones de asalariados y autónomos hoy residentes en Catalunya, que desde los últimos días de setiembre pasado se dejaron engañar una vez más por su propia e irresponsable indigencia intelectual en materia política, colmaron las calles y plazas de ese territorio clamando por separarse del Estado español, mientras otros al contrario se inclinaron por mantener el actual status quo político nacional. Ambas partes todavía embrutecidas, ignoran que hacer seguidismo en favor de la fracción burguesa que pugna por separarse de España o, por el contrario sumarse a la que rechaza tal proposición, ambas de tal modo divididas y enfrentadas no hacen más que debilitar sus propias fuerzas, que debieran unirse en su condición de explotados para los fines de su cada vez más imperiosa emancipación política como clase social explotada y oprimida. Porque de no ser así, con autodeterminación nacionalista o sin ella, el proletariado seguirá siendo la misma clase social subordinada y cada vez más empobrecida; dividida entre las dos tendencias burguesas igualmente expoliadoras y opresoras, en disputa por el territorio de Catalunya en este conflicto. Un territorio donde con autodeterminación o sin ella, el carácter de la clase social burguesa que pase a prevalecer en el poder, seguirá siendo de la misma naturaleza social y política, o sea, capitalista, totalitaria, corrupta y expoliadora; con los mismos o diferentes personajes usufructuarios a cargo de ese poder político ahora mismo en disputa, pero social y políticamente la misma. LA MISMA CLASE SOCIAL. Y si no, a ver quién puede explicar qué diferencia social y política sustancial existe, entre el burgués separatista Carles Puigdemont y su colega integrador contrincante Mariano Rajoy Brey.

          Así las cosas, para ser libres de verdad, pues, de esta realidad debieran ser plenamente conscientes los millones de asalariados y autónomos que se manifestaron en Catalunya, reclamando la autodeterminación política de ese territorio desde el pasado primero de octubre. Tan conscientes como debieran serlo esos otros trescientos y pico de mil que, por el contrario y de tal modo impulsados por el no menos estúpido sentimentalismo patriótico español integrador, se movilizaron el pasado sábado 7 de octubre reivindicando la unidad política indisoluble de España, presidida por la derecha burguesa más recalcitrante y corrupta del Partido Popular a cargo del gobierno central: 

          Decía Hegel y antes que él Baruch Spinoza, con plena razón, que “La libertad humana es el conocimiento de la necesidad”. Este conocimiento es al que se deben los ciudadanos subalternos de condición social asalariada en todo el Mundo: afanarse por comprender la verdadera realidad en que viven, explotados y sometidos. Una realidad que les empobrece, subordina y divide —relativa y absolutamente— cada vez más. Deben por tanto dejar de seguir dilapidando su fuerza política en la engañosa “democracia representativa”, que durante cada elección periódica dispersa la ingenua voluntad de los electores entre los candidatos a gobernar, que militan en los distintos partidos políticos afines al sistema capitalista, que así se disputan el gobierno de las instituciones estatales según lo que prometen y luego no cumplen. Debemos unirnos nacionalmente y a escala planetaria, pues, en torno a la necesaria e irrenunciable tarea, de afanarnos en comprender las verdaderas causas de la cada vez más insoportable realidad en que vivimos, como única posibilidad de poder trascenderla históricamente para siempre, tal como sucediera con el esclavismo y el feudalismo. Procediendo a transformarla desde sus propias raíces ya caducas.

          Puestos ante esta verdad de a puño, tal debe ser por tanto nuestra estrategia de poder en el curso inevitable del proceso hacia el final del capitalismo, por más que los políticos profesionales burgueses taimados, mentirosos consuetudinarios y oportunistas rastreros, sigan interesadamente difundiendo esa falsedad de que el sistema fundamentalmente basado en la propiedad privada sobre los medios de producción y de cambio, es tan progresivamente reformable como eterno. Al sostener semejante superchería política para sus fines de compartir indefinidamente la dictadura del capital junto a la burguesía, todos ellos sin excepción demuestran ser unos enajenados mentales como producto de sus previas y propias ambiciones personales encubiertas, que nada en absoluto tienen que ver con la verdad histórica que alumbra la inevitable perspectiva de un futuro, sin explotadores ni explotados, presidida por la “democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Tal como la definiera Abraham Lincoln el 19 de noviembre de 1863 que por consagrar esa causa suya, dos años después le asesinaron. Teniendo en cuenta que la expresión “por el pueblo”, significa y exige poner en vigencia la democracia directa de las mayorías explotadas y oprimidas que así dejan de serlo paras siempre.

          Todos los ciudadanos de condición asalariada en el Mundo debemos saber, pues, sin excepción, que mientras insistamos la mayoría de nosotros en ignorar la verdadera realidad y dividir  complacientes dispersando nuestra propia  voluntad política, delegándola irresponsablemente entre las distintas fracciones de empresarios en contubernio con sus colegas, los taimados y corruptos “representantes” políticos profesionales en cada país, para nosotros sólo habrá cada vez más miseria y opresión social sistemática sobre las mayorías, cuando no guerras de rapiña entre las minorías opulentas, donde nosotros seguiremos siendo, como siempre hasta hoy, simple carne de cañón.

          Pero la premisa fundamental para superar el actual estado de cosas en este mundo, en modo alguno pasa por señalar a determinados sujetos expoliadores y corruptos —como es el caso en la sociedad civil de los empresarios y, en los distintos estados nacionales los políticos profesionales institucionalizados—, porque toda la inmundicia moral que sigue supurando la relación entre empresarios corruptores y políticos institucionalizados corruptos, en la sociedad actual desde la Revolución Francesa hasta nuestros días, radica no en los individuos sino en el sistema económico, social y político todavía imperantes. Y al respecto de este descubrimiento nosotros por enésima vez desde 1998, volvemos a insistir aquí en apelar al pensamiento que dejó expuesto para la posteridad, uno entre los más justos y sabios precursores de la verdad en toda la historia del capitalismo:

       <<Dos palabras para evitar posibles equívocos. No pinto del color de rosa, por cierto, las figuras del capitalista y el terrateniente. Pero aquí se trata de personas en la medida en que son la personificación de categorías económicas, portadores de determinadas relaciones e intereses de clase. Mi punto de vista con arreglo al cual concibo como proceso de historia natural el desarrollo de la formación económico-social [capitalista], menos que ningún otro podría responsabilizar al individuo por relaciones de las cuales, él sigue siendo socialmente una creatura, por más que subjetivamente pueda elevarse sobre las mismas.

       En el dominio de la economía política, la investigación científica libre no solamente enfrenta al mismo enemigo que en todos los demás campos. La naturaleza peculiar de su objeto convoca a la lid contra ella a las más violentas, mezquinas y aborrecibles pasiones del corazón humano: las furias del interés privado. La alta iglesia de Inglaterra, por ejemplo, antes perdonará el ataque a treinta y ocho de sus treinta y nueve artículos de fe, que a un treinta y nueve avo de sus ingresos. Hoy en día el propio ateísmo es culpa levis [pecado venial] si se lo compara con la crítica a las relaciones de propiedad tradicionales. (Karl Marx: “El Capital” Prólogo a la primera edición. Londres, 25 de julio de 1867. Ed. Siglo XXI/1978. Volumen 1 Pp. 8. El subrayado y lo entre corchetes nuestros).

          ¿Cuál es el sustento a caballo del cual han venido prevaleciendo las tradicionales relaciones sociales, entre la irrisoria minoría relativa de determinados individuos degenerados por el capitalismo? Ese maldito germen patógeno inhumano, cosificador y genocida, no es otro que la propiedad privada sobre los medios de producción y de cambio.

E) La necesidad de la revolución y el papanatismo político pequeñoburgués interesado cómplice de la gran burguesía

         <<De una parte, los ideólogos burgueses y especialmente los pequeñoburgueses, obligados por la presión de hechos históricos (objetivos) indiscutibles a reconocer que el Estado sólo existe allí donde existen las contradicciones de clase y la lucha de clases, "corrigen" a Marx de manera que el Estado resulta ser el órgano de la conciliación de clases. Según Marx, el Estado no podría ni surgir ni mantenerse si fuese posible la conciliación de las clases. Para los profesores y publicistas mezquinos y filisteos ¡que invocan a cada paso en actitud benévola a Marx!, resulta que el Estado es precisamente el que concilia las clases. Según Marx, el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del "orden" que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases. En opinión de los políticos pequeñoburgueses, el orden es precisamente la conciliación de las clases y no la opresión de una clase por otra. Amortiguar los choques significa para ellos conciliar y no privar a las clases oprimidas de ciertos medios y procedimientos de lucha para el derrocamiento de los opresores>>. (V. I. Lenin: “El Estado y la Revolución” Cap. I  Pp. 4. Lo entre paréntesis y el subrayado nuestros).

          Dada su tradicional condición social, familiar e individual de modesta clase propietaria, a medio camino entre las dos clases universales antagónicas bajo el capitalismo, la pequeñoburguesía en general y muy especialmente su intelectualidad formada en los aparatos ideológicos del sistema, por propio instinto de conservación tiende natural y espontáneamente a que la contradicción de intereses entre las dos clases sociales universales no se resuelva y se perpetúe, manteniéndola viva sin solución de continuidad, porque esa es su propia razón de ser y existir en esta sociedad. Pero ese mismo instinto de conservación como clase dominante intermedia, le induce a mediar en esa contradicción para que se modere y sus dos extremos tiendan a conciliarse. 

          Y dado que el Estado es la institución política estratégica, encargada de administrar esa relación social necesariamente contradictoria y antagónica entre explotadores y explotados —que al mismo tiempo hace a la propia existencia de la clase propietaria intermedia—, esto explica la predilección de no pocos de sus miembros, por culminar su carrera universitaria como “catedráticos en ciencias políticas”, para cursar esa otra carrera en pugna por ocupar los más altos cargos políticos posibles en las instituciones estatales, para medrar en ellas cumpliendo su función conciliadora.

          Una carrera desde cuya perspectiva de mediadores políticos en la contradicción dialéctica entre capital y trabajo, los políticos institucionalizados de condición social pequeñoburguesa proclaman a los cuatro vientos representar a “la gente”, prometiéndole “políticas de progreso”. Pero contradictoriamente lo hacen desde la perspectiva de un Estado que constitucionalmente consagra el actual sistema de vida, basado en la propiedad privada sobre los medios de producción y de cambio, para los fines de la explotación de trabajo ajeno en sus respectivas empresas, donde durante cada jornada laboral los asalariados dejan de ser sujetos con voluntad propia, para ser lo más parecido a cosas semovientes u objetos al mando discrecional de sus respectivos patronos.

          De este modo, mal que les pese a los advenedizos oportunistas con vocación de mando político “democrático representativo” para fines de promoción económica personal —como es el caso en España de la emergente organización política “Podemos”—, el Estado moderno sigue siendo a todas luces, un órgano de dominación política despótica de la burguesía sobre los asalariados. En esencia el mismo desde los tiempos de Platón aunque un poco más civilizado, es decir, un instrumento de explotación y opresión de unos seres humanos sobre otros.

          Así las cosas, estos intelectuales de extracción social pequeñoburguesa, desde su estrecha y miope condición interesada como catedráticos en ciencias políticas, debidamente instruidos por los aparatos ideológicos del sistema capitalista, hechos a la idea de que la voluntad humana con rango jerárquico superior debe prevalecer sobre la de sus subordinados, piensan que también ese poder social tiene la omnímoda virtud y capacidad de determinar la realidad material exterior a los sujetos en general. Como si, por ejemplo, la política económica de los gobiernos de turno pudiera prevalecer sobre la economía política. Es decir, como si los hechos que son objeto del conocimiento en esta ciencia social, no se rigieran por leyes propias, objetivas —las del mercado—, que como en la física y la química se cumplen independientemente de cualquier voluntad humana.

          En la “séptima y última observación” a Proudhon de su obra escrita en 1847 titulada: “Miseria de la filosofía”, Marx dice que:

     <<Los economistas (burgueses) tienen una singular manera de proceder. Para ellos no hay más que dos clases de instituciones: Las unas artificiales, y las otras naturales. Las instituciones del feudalismo son artificiales y las de la burguesía son naturales. En esto los economistas se parecen a los teólogos, que a su vez establecen dos clases de religiones. Toda religión extraña (a la suya) es pura invención humana, mientras que su propia religión es una emanación de Dios. Al decir que las actuales relaciones —las de la producción burguesa— (entre capitalistas y asalariados) son naturales, los economistas dan a entender que se trata precisamente de unas relaciones bajo las cuales se crea la riqueza y se desarrollan las fuerzas productivas de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Por consiguiente, estas relaciones son en sí leyes naturales independientes de la influencia del tiempo. Son leyes eternas que deben regir siempre la sociedad. De modo que hasta ahora ha habido historia, pero ahora ya no la hay. Ha habido historia porque ha habido instituciones feudales y porque en estas instituciones feudales nos encontramos con unas relaciones de producción completamente diferentes de las relaciones de producción en la sociedad burguesa, que los economistas quieren hacer pasar por naturales y, por tanto, eternas>>. (K. Marx: Op. Cit. Ed. Progreso-Moscú/sin fecha. Pp. 100. Versión digitalizada).

          He aquí el origen más remoto del papanatismo político burgués interesado. Así, del modo más arbitrario, fue como se forjó la tradición teórica sin fundamento científico alguno acerca de la eternidad del capitalismo, que desde el revisionista Eduard Bernstein en 1899, hasta el inefable Francis Fukuyama en 1992 hicieron suya, anunciando el fin de la historia. Todos ellos, lacayos de la burguesía, han venido callando miserablemente acerca de lo previsto y demostrado en contrario matemáticamente por Marx, entre 1857 y 1858. ¿Y qué decir ahora de estos noveles catedráticos en ciencias políticas, quienes ante ese descubrimiento de Marx también callan por la cuenta que les trae, deambulando con su intelecto por la superficie de los hechos?:

     <<La astucia (objetiva e impersonal) de la sociedad burguesa (dada la anarquía reinante en la producción, donde cada empresa propietaria produce independientemente de las demás), consiste precisamente en esto: que “a priori” [anticipadamente] no existe para la producción una reglamentación social consciente. Lo que la razón exige y la naturaleza hace necesario, sólo se realiza en la forma de una media (promedio) que se impone ciegamente (de espaldas a los productores y a instancias de la competencia, que induce al desarrollo de las fuerzas productivas y los múltiples intercambios en el mercado). Y entonces el economista vulgar cree hacer un gran descubrimiento cuando, puesto ante la revelación de la estructura interna de las cosas, proclama con insistencia que estas cosas, tal como aparecen tienen un aspecto muy diferente. En realidad se jacta de su apego a la apariencia, a la que considera como verdad última. Entonces, ¿para qué otra ciencia? (Marx se refiere a la investigación científica para descubrir la esencia de las cosas que su apariencia oculta).

     Pero hay en este asunto otra intención. Una vez que se ha visto claro en estas interconexiones internas (de las cosas bajo el capitalismo), cualquier creencia teórica en la necesidad permanente de las condiciones existentes, se derrumba ante su colapso práctico. Las clases dominantes, pues, tienen así en este caso un interés absoluto en perpetuar esta confusión y esta vacuidad de ideas. De otro modo, ¿por qué se les pagaría a estos sicofantes charlatanes, que no tienen más argumento científico que el de afirmar que en economía política está terminantemente prohibido pensar? (Carta de Marx a Ludwig Kugelmann 11/07/1868. Ed. La Habana/1975. Pp. 107. Lo entre paréntesis y el subrayado nuestros. Versión digitalizada).

 

            Con el mismo papanatismo burgués interesado de su apego a lo que sólo parece ser —porque así se lo percibe de espaldas a la realidad y, además, conviene—, ha procedido el novel populista catedrático en ciencias políticas, llamado Iñigo Errejón, quien al ser entrevistado por el diario “20 minutos”, se ratificó en la idea de que el capitalismo es eterno, al sentenciar sin más —como Jesús en los 10 mandamientos—, que “comunistas y socialdemócratas son especies del pasado”:

<<Cien años después de Copérnico diversos científicos discutieron el movimiento rotatorio de la Tierra, con el argumento de que, en ese caso, debería percibirse directamente la vibración resultante de ello. Y 60 años después de la aparición de “El Capital” de Marx, la tendencia al derrumbe del capitalismo es discutida con argumentos similares según los cuales, hasta el momento no se ha podido percibir nada de la tendencia al derrumbe. Con ello se olvida la verdadera función de la ciencia. Se olvida que desde el momento en que el derrumbe fuese ya directamente perceptible, sus predicciones teóricas serían superfluas>>. [Henryk Grossmann: “La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista” Cap. III c) Ed Siglo XXI/1979 Pp. 342).

 

            Pero el caso es que, tal como hemos venido haciendo referencia en nuestros últimos trabajos, y como ya sucediera a fines de los años treinta el siglo pasado evocando a Henryk Grossmann, si el capitalismo de aquellos tiempos pudo superar la histórica tendencia al derrumbe del sistema, no fue por sí mismo, por esa presunta eternidad que mojigatos ideológicamente corrompidos hasta los tuétanos —como el señor Íñigo Errejón & Cía— tan estúpida y arrogantemente le atribuyen. Fue apelando a las contingentes “vibraciones” de la Segunda Guerra mundial entre 1939 y 1945, cuyos enormes destrozos y muerte por decenas de millones, permitieron retrotraer el sistema hacia condiciones económicas anteriores ya superadas. Y tan cierto es esto como que de aquél holocausto fueron plenamente conscientes los presuntos “próceres” de la época, como Benito Mussolini, Adolf Hitler, Winston Churchill y Franklin Delano Roosevelt, verdaderos genocidas que hicieron historia dejándose arrastrar por la barbarie de sus propios intereses de clase y ejecutaron aquella barbarie. ¿Para qué? Pues, para que la burguesía pudiera seguir disfrutando la misma historia. Esta historia de hoy como la de antes desde la Revolución Francesa, que hoy a sujetos como Errejón y tutti cuanti, les sigue resultando conveniente parecerles, que ya se acabó hace mucho.

 

          Como si no fuera parte de la historia el hecho de que, el desarrollo incesante de la fuerza productiva del trabajo social, contenido en los medios de producción cada vez más y más eficaces sustituyendo trabajo asalariado, acabe dejando sin sentido ni posibilidades materiales de realización, a las ganancias de los capitalistas y, por tanto, al sistema mismo:

     <<La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases industriales precedentes. Una revolución contínua en la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores. Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes de llegar a osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas>>. (K. Marx-F. Engels: “Manifiesto comunista” Cap. 1. Ed. Progreso/1989 Pp. 39. Ed. digitalizada)

 

          Despejado este interrogante, el hecho de que bajo semejantes condiciones económicas terminales, los actuales candidatos a representantes políticos sin distinción partidaria en todo el Mundo, se disputen el gobierno de las instituciones estatales prometiendo a estas alturas de la historia “políticas de cambio y de progreso”, con ello no hacen más que confirmar el típico carácter embaucador de sus promesas: 

    <<Parafraseando a Marx, la burguesía ha conjurado a un brujo —la robotización, la producción automática, el software y las tecnologías de la comunicación– cuyo único propósito es desembarazarse de la mano de obra. La acelera­ción de la velocidad de las computadoras y la ampliación de la aplicación de la informática a las industrias, servicios y profesiones, ha alcanzado un nuevo nivel histórico.

     Esto significa que la tasa a la que el capital necesita relativamente cada vez menos mano de obra, también ha alcanzado niveles históricos. Y los despidos de trabajadores, el aumento del desempleo y del subempleo y la reducción de los salarios [por la presión que ejercen los parados sobre los que aún conservan su trabajo], es cada vez mayor.

     Lo que los autores y analistas burgueses no tienen nunca en cuenta, es que nada avanza siempre en línea recta. Mucho antes de que se definan estas pesadillas tecnológicas que los angustian, la clase obrera y los oprimidos van a intervenir en el proceso económico y social para poner de manifiesto su papel estratégico en la sociedad. La tecnología está dirigida contra la clase trabajadora multinacional. Su objetivo es obtener cada vez más plusvalía, [cuando en realidad el progreso tecnológico incorporado a los medios de producción, sustituye el empleo de mano de obra y, con él, disminuye la ganancia que sólo puede surgir del trabajo humano explotado], de modo que la tecnología está destinada a convertirse en un acicate para la lucha de clases. Esta es la auténtica pesadilla de la burguesía ilustrada, ya incapaz de vislumbrar un poco más el futuro.

     Como ha dicho Sam Marcy, la revolución científico-tecnológica tiende a “disminuir [el empleo de] la fuerza de trabajo, al mismo tiempo que trata de aumentar la producción”. Por lo tanto, la revolución tecnológica es un salto cualitativo cuyos efectos [sociales] devastadores [ente la clase asalariada], exigen una estrategia revolucionaria para neutralizarlos.

    Las maravillas de la tecnología que deberían utilizarse para aliviar la carga del trabajo humano y crear abundancia para la sociedad, en realidad se están utilizando para aumentar la miseria y la pobreza. El desarrollo tecnológico en la era digital solo podrá avanzar y alcanzar nuevos horizontes para la humanidad, tras la destrucción del capitalismo. El capitalismo está ahora mismo en un callejón sin salida, al igual que el feudalismo lo estuvo hace quinientos años>>. (Fred Goldstein: “El capitalismo en un callejón sin salida” Cap. 8 Pp. 95 Lo entre corchetes nuestro).

 

            O sea, que este callejón sin salida para la burguesía, no está precisamente sólo determinado por la miseria relativa creciente que genera el sistema entre las filas del proletariado, sino porque la ganancia de los capitalistas aumenta progresivamente menos que el gasto invertido en capital fijo para producirla, hasta el punto de no resultar rentable. Y llega a este este extremo porque la competencia intercapitalista exige una inversión cada vez mayor de capital fijo más y más eficiente, en detrimento del empleo asalariado, que es lo que en realidad genera la ganancia, de modo que así ésta última crece cada vez menos, al mismo tiempo que el gasto en capital fijo y circulante aumenta sustituyendo al proletariado, que de tal modo deriva en la miseria más absoluta.

 

          Así las cosas, para compensar la ganancia cada vez más irrisoria en la industria, los capitalistas procuran convertir la creciente miseria relativa del proletariado en absoluta, atacando hasta el extremo las condiciones de vida y de trabajo de los explotados, inyectando en la circulación monetaria dinero fiduciario para disminuir su poder adquisitivo. Para ello utilizan lo que Rudolf Hilferding dio en llamar capitalismo financiero, entendido como fusión entre el capital industrial y el bancario.

 

          El origen de esta fusión se remonta a la etapa del desarrollo tecnológico entre 1850 y 1914, cuando posibilitó un aumento extraordinario de la producción industrial, y la expansión del ferrocarril originó el crecimiento de industrias complementarias como las del hierro, el carbón y el acero. Así fu cómo desde fines del siglo XX crecieron también las industrias químicas y eléctricas. Ante semejante expansión de la industria y el crecimiento económico, los bancos ampliaron sus actividades otorgando gran cantidad de préstamos o créditos a largo plazo y, en muchos casos, los mismos bancos invirtieron capitales en esas empresas industriales. Esta etapa se caracterizó por la frecuente unión empresarial entre las industrias y los bancos. En Francia, por ejemplo, este proceso de fusión estuvo encabezado por los bancos Credit Mobilier —fundado en 1852— y el Credit Lyonnais creado en 1863. En Alemania, el Darmastadter Bank y el Deustche Bank adquirieron grandes industrias en ese país y extendieron su influencia y proyección hasta Rusia, Austria e Italia. Fue la época en que únicamente las grandes empresas —vinculadas a los “bancos— pudieron hacer frente a los altos costos de incorporar los adelantos tecnológicos en las fundidoras de hierro y los convertidores de acero, por ejemplo. Por su parte, los bancos otorgaban mayores facilidades de crédito y capital a las empresas dedicadas a esas nuevas actividades industriales, que eran las que permitían obtener mayores ganancias. En estas condiciones, las pequeñas empresas no pudieron competir con las más poderosas y, por ello, tendieron a desaparecer, quebrando y vendiendo sus bienes, lo cual dejó expedito el paso a lo que por entonces se dio en llamar capitalismo monopolista que Marx definió como centralización del capital social en cada vez menos propietarios privados.

 

          Pues bien, durante esa misma etapa exultante de la burguesía empeñada en aquél desarrollo del capitalismo, entre a 1857 y 1858 Marx se adelantó a dejar negro sobre blanco su obra que tituló en alemán: “Grundrisse” (fundamentos). Allí demostró que, a caballo de la competencia intercapitalista el consecuente desarrollo científico-técnico incorporado a los medios de trabajo, dejaría expedita la tendencia histórica objetiva al derrumbe del sistema capitalista y la emancipación social del proletariado. Pero que según el propio Marx pudo verificar, esa predicción es sólo una tendencia que nunca podrá ser de automática realización. Es decir, que sin mediar la acción política decisiva del proletariado dicha emancipación superadora del capitalismo será imposible:

     <<En fin, dando por sentado que estos tres elementos: salario del trabajo, renta del suelo, ganancia e interés son las fuentes de ingreso de las tres clases, a saber: la de los terratenientes, la de los capitalistas [incluyendo naturalmente a los políticos profesionales institucionalizados] y la de los obreros asalariados, como conclusión la LUCHA DE CLASES, en la cual el movimiento [capitalista] se descompone y es el desenlace de toda esta mierda>>. (Carta de Marx a Engels 30/04/1868. Ed. La Habana/1983 Pp. 218. Lo entre corchetes nuestro).

 

            Como ya informáramos en el en el trabajo inmediatamente anterior a éste, en junio de 2012 el Presidente del gobierno español Mariano Rajoy Brey durante la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Congreso, ha recordado que "todos los países de la UE han apoyado a sus bancos". Añadió que sólo en 2009 los estados miembros europeos gastaron en inyecciones de capital a sus entidades financieras 1,5 billones de euros”. Y que la deuda externa española de administraciones, familias, empresas y entidades financieras, en total superaba por entonces los 982.000 millones de euros. Por su parte, el todavía ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó en esa misma reunión que el crédito de hasta 100.000 millones de euros concedido a España por la Unión Europea para recapitalizar a la banca en este país, no tendría coste alguno para sus ciudadanos”.

 

            El rescate del gobierno a la banca española fue de 60.600 millones de euros. ¿Qué hicieron los banqueros con ese dinero? Especular con él y malversarlo, prestándolo a terceras personas con fines gananciales a determinadas tasas de interés. ¿Cuál fue el resultado desde la perspectiva de los asalariados en este país?:

       <<Dejemos aquí el ámbito de la producción de riqueza y volvamos a prestar atención por un momento a la circulación discrecional de dinero fiduciario. ¿Qué pasa con él en manos de los bancos? Imaginemos la economía en un determinado país llamado “fidulandia”, donde solo se producen cuatro televisores y hay dinero en circulación por valor de 1.000 euros. Cada televisor tendrá un valor de 250 euros = 1.000 / 4. Sobre esta base de riqueza material comercializada y su contraparte correspondiente de dinero circulante, supongamos que el Banco central en ese país decide imprimir billetes y monedas por valor de otros 1.000 euros, que así su circulación aumenta hasta un total de 2.000 euros. ¿Cuál es el resultado? Que cada televisor se ha encarecido al doble: 250 euros más, en total, 500 euros = 2.000 / 4, lo cual determina que sea necesaria una mayor cantidad de billetes y monedas para comprar el mismo bien puesto a la venta, al mismo tiempo que la masa de dinero emitida por el Banco central emisor se devalúa, de tal modo que aun cuando el valor que aparece impreso en cada billete de papel-moneda en circulación, sea el mismo que antes, en realidad su poder adquisitivo ha disminuido a la mitad. O sea, que las cosas fabricadas y expuestas a la venta por los empresarios, pasan a valer el doble que antes, de modo que así el sistema empobrece relativamente todavía más a los asalariados compradores, enriqueciendo a los burgueses vendedores. Así es cómo los patronos recuperan el lucro cesante que les supone sustituir trabajo humano por maquinaria. Esto es lo que ahora mismo está sucediendo en los mercados, donde el aumento de la masa de dinero fiduciario en circulación, determina que su poder adquisitivo disminuya y, por lo tanto, los precios de las cosas producidas aumenten, mientras millones de asalariados sin empleo (a raíz de la creciente mecanización de la producción) son arrojados al infierno de la pobreza extrema y la exclusión social>>. (https://www.nodo50.org/gpm/Catalunya/00.htm. El subrayado nuestro).

           

            ¿Y qué decir de los jubilados? Hoy la llamada “hucha de las pensiones” en España ya está casi completamente vacía. Cuando Mariano Rajoy Brey llegó a ser Presidente del Gobierno en diciembre de 2011, el fondo de reserva estaba en el tope máximo habiendo alcanzado los 66.815 millones de euros. Lo cual quiere decir que este instrumento, creado en el año 2000 con el objetivo de acumular reservas para pagar las pensiones, que permitieran atenuar los efectos causados por las reseciones en los ciclos económicos, han menguado desde la llegada del PP al poder un 87,88%. Y en diciembre de 2017 solo había en esa reserva 8.095 millones. Poco más que un 10%. El otro 90% se había esfumado por malversación del gobierno a cargo del mismo Mariano Rajoy Brey. La última de esas malversaciones acaba de ser anunciada el pasado 12 de marzo por el ministerio de defensa a cargo de María Dolores de Cospedal, quien según lo acordado en una reunión del gabinete presidencial decidió destinar 10.805 millones para la compra de armamento. Como si eso fuera lo más importante. Y vaya uno a saber entre quienes se repartió “la mordida” de ese dinero, gracias al secreto discrecional antidemocrático y pro-delictivo que permite la “virtuosa democracia representativa”.  

 

          A todo esto y como consecuencia inevitable de la competencia intercapitalista —que acelera el progreso científico-técnico incorporado a los medios materiales de la producción en todos los ámbitos industriales creadores de riqueza—, la sustitución acelerada de trabajadores asalariados activos por maquinaria cada vez más eficaz, con la misma fatalidad que aumenta la pobreza extrema y la exclusión social de buena parte de los trabajadores sin empleo, al mismo tiempo reduce significativamente no sólo la ganancia de los capitalistas, sino los aportes al fondo de pensiones para la subsistencia de los jubilados. Y este último no es un problema demográfico sino económico determinado por el propio devenir del sistema en decadencia.

 

          El resultado de toda esta basura histórica, es que el capitalismo tienda objetivamente a dejar de ser por sí mismo. O sea independientemente de la voluntad de nadie. Y esa tendencia objetiva a dejar de ser consiste, precisamente, en que aun todavía intacto, el sistema de vida burgués según sus propios hechos pierde la condición de seguir existiendo.

 

          Pero insistimos con Marx en que bajo tales condiciones se trata sólo de una tendencia a la superación, que no resuelve nada sin previamente mediar la imprescindible comprensión y consecuente necesidad política de realizarse. Y esa comprensión de que la tendencia a la superación del capitalismo se haga realidad es, por lo tanto, una tarea que concierne exclusivamente a la clase obrera, que ha venido sufriendo en mayor grado las cada vez más penosas consecuencias del sistema.

 

          Tal es la condición suficiente para impulsar la decisión política y la fuerza, capaces de hacer realidad lo que todavía hoy es solo una tendencia, o sea, el cada vez más imprescindible cambio revolucionario de la realidad económica, política y social, que sólo pueden llevar a término esas mayorías sociales explotadas y oprimidas. Porque como una vez le dijera Marx a su amigo Wilheim Weitling: La ignorancia jamás ha sido de provecho para nadie.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             GPM.