La humanidad frente al peligro latente de otra guerra mundial

 

01. Introducción

 

         Durante la llamada “guerra de los Balcanes” en 1999, la OTAN impuso militarmente a Serbia la segregación de su población oriunda de Kosovo, de mayoría étnica albanesa. Un territorio en disputa ubicado en la península de los Balcanes, al sudeste de Europa, con una superficie de 10.887 km² habitado por cerca de 2,2 millones de personas. Su capital es Pristina, que limita con Montenegro, Albania, Macedonia y la región de Serbia Central, y está compuesto por las regiones históricas de Kosovo y Metohija[1].

 

       Su historia más reciente se inicia el 1 de diciembre de 1918 con la modificación geopolítica surgida como resultado de la Primera Guerra Mundial, cuando ese país quedó integrado en el llamado Reino de los serbios, croatas y eslovenos, al que pocos días después se incorporó el Reino de Montenegro. Unión que se dio en llamar Reino de Yugoslavia, pero que al ser invadido por las potencias del Eje, en 1941, fue oficialmente abolido entre 1943 y 1945, pasando a predominar en su territorio el movimiento de lengua croata llamado Ustacha, que gobernó apoyado por Hitler durante la segunda guerra mundial en Croacia, Bosnia y Herzegovina, asesinando cientos de miles de serbios. Un proceso que, a caballo del odio entre serbios y croatas, signó el fin de Yugoslavia como país. 

 

       Tras el triunfo de las fuerzas aliadas y partisanas lideradas por Yosif Bros Tito en la Segunda Guerra Mundial, la formación geopolítica en la que los ciudadanos kosovares permanecieron integrados, en 1945 pasó a llamarse República Democrática Federal de Yugoslavia, denominación que al año siguiente cambio por República Federal Popular de Yugoslavia, hasta 1963 en que pasó a llamarse República Federal Socialista de Yugoslavia (RFSY), la de más larga duración en su historia, donde Kosovo.

 

       En 1989, el gobierno socialdemócrata serbio bajo la presidencia de Slobodan Milošević, suprimió la autonomía de la provincia de Kosovo. Desde entonces, las tensiones políticas entre Serbia y su provincia de tendencia separatista, han ido en aumento, hasta que ese conflicto se resolvió durante la Guerra de Kosovo entre 1998 y 1999, donde las tropas del Ejército de Liberación de Kosovo fueron derrotadas por el ejército yugoslavo y las milicias serbias. Este conflicto al interior de la República yugoslava, fue aprovechado por la burguesía internacional europea y norteamericana, que se coligaron militarmente a favor de los intereses separatistas kosovares.

 

       Pero no sin antes preparar ese premeditado enfrentamiento militar, tanto como para que ante la opinión pública internacional pareciera tan inevitable como justificado. Esta preparación quedó escenificada durante las negociaciones de Rambouillet, en las que los representantes de la coalición europeo-norteamericana se mostraron como “mensajeros de la paz” defraudados por la tozuda y “belicosa” Serbia. Y para ello, conscientes de su enorme superioridad bélica, le plantearon a ese país balcánico una propuesta que no pudiera aceptar: la práctica independencia de Kosovo, con su propio sistema constitucional y el ordenamiento autónomo de sus tres poderes, donde incluso el poder judicial yugoslavo no tendría jurisdicción sobre territorio Kosovar. Y todavía algo más intolerable que convertía al propio Estado Yugoslavo en un protectorado cuasi colonial:

<<El personal de la OTAN tendrá, junto con sus vehículos, buques, aeronaves y equipo, el paso libre y sin restricciones y el acceso sin obstáculos a lo largo de la República Federativa de Yugoslavia como asociados del espacio aéreo y aguas territoriales. Esto incluirá, sin limitaciones, el derecho de acceso, maniobra, y la utilización de los lugares o las facilidades requeridas para el apoyo, entrenamiento y operaciones>>.

 

         Tras el ya previsto fracaso de las negociaciones, el ex secretario norteamericano de Estado,  Henry Kissinger fue totalmente sincero acerca de semejante arrogancia imperial:

<<El texto de Rambouillet, que instó a Serbia a admitir tropas de la OTAN en Yugoslavia, fue una provocación, una excusa para iniciar los bombardeos. Rambouillet era un documento que ni un serbio inocente podría haber aceptado. Era un terrible documento diplomático que nunca debió haber sido presentado en esa forma>>

                                                                                                      Henry Kissinger en: The Daily Telegraph

                                                                                                         

       La “honra” de aquél crimen de guerra que fue la guerra contra Serbia y se saldó con 12.000 muertos, recayó sobre quien por entonces fue Secretario General de la OTAN, el español “socialista” Javier Solana, miembro de la Ejecutiva del P.S.O.E. El mismo que 18 años antes, cuando en diciembre de 1981 el gobierno de la U.C.D. aprobó por mayoría en las Cortes, el ingreso de España en esa organización militar multinacional, junto a sus colegas como Felipe González, Alfonso Guerra y tutti cuanti en ese partido, mantuvieron aquella hipócrita consigna: “OTAN: de entrada no”, prometiendo que cuando fueran gobierno convocarían un referéndum para salir de ese engendro. Promesa que tras su abrumadora victoria electoral en octubre de 1982 y ya como flamante presidente del gobierno, “Felipillo” dejó pasar cuatro años a ver si el tiempo aletargaba la memoria popular. Hasta que cuando en 1986 finalmente decidió convocar el referéndum, el P.S.O.E. sin fisuras en sus filas propuso que se vote justamente lo contrario, aun cuando con la vaselina de algunas condiciones “moderadoras”, perfectamente compatibles con la esencia  política belicista imperante en esa alianza militar europeo-norteamericana[2]. El resultado del escrutinio con un 52,4% de los votos a favor, fue que de una OTAN de entrada no, se pudo pasar a una OTAN de salida tampoco.

 

02. ¿Augura hoy el conflicto en Ucrania un nuevo Rambouillet?

<<¿Está repitiéndose la historia? Para Willy Wimmer, quien fue presidente de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la seguridad y la cooperación en Europa (OSCE) —durante la guerra de la OTAN contra Serbia—, el ultimátum de la Unión Europea a Rusia es muy similar a lo sucedido antes y durante la conferencia de Rambouillet sobre Kosovo: los occidentales siempre fingen buscar la paz cuando en realidad quieren la guerra. Pero Rusia no es Serbia y el riesgo de guerra mundial es muy real>>.  Red Voltaire

                                                                          

       Un reciente sondeo realizado por una fundación del norte de Alemania ha demostrado claramente la fragilidad del respaldo de la población alemana a la orientación marcial del gobierno federal y del presidente, de la Unión Europea y de la OTAN hacia Rusia. Peter Gauweiler,  jefe adjunto de la CSU (Unión Social Cristiana) y diputado del Bundestag de Munich, resaltó ese hecho en su importante discurso, pronunciado ante los graduados de la Universidad de la Bundeswehr (la Fuerza de Defensa Federal de Alemania). La decisión de la Unión Europea, presentada por los presidentes salientes, Barroso y van Rompuy, acentuará esa tendencia, por varias razones de gran importancia. ¿Está viviendo Europa un momento apropiado para lanzar ultimatums como el que se planteó a Serbia en 1914 inmediatamente antes de iniciada la Primera Guerra Mundial?

       La Unión Europea está exigiendo a Rusia que emprenda, en un plazo de 72 horas, una negociación sobre el «plan de paz» del presidente ucraniano [1]. ¿Y si no lo Hace? ¿Se recurrirá al uso de la fuerza a las 5 horas y 45 minutos de la mañana?

       Uno tiene la impresión de que la Comisión Europea y el Consejo Europeo de Bruselas, representados por los dos señores anteriormente mencionados, se han vuelto locos y quieren a toda costa empujar el continente a la desgracia.

       No hace falta haber estado en Ypres ni haber visitado sus inmensos cementerios militares para darse cuenta de cuan fatales pueden resultar ese tipo de lenguaje y esa actitud.

       Hace precisamente 15 años nuevamente se emprendió ese camino «con éxito» tratando de obligar la República Federal de Yugoslavia, mediante supuestas «negociaciones» en Rambouillet y en contradicción con los supuestos «Acuerdos de Viena», a someterse a conversaciones internacionales para obedecer el dictado de la OTAN, que exigía paso a través de Yugoslavia. Para que Belgrado entendiera bien, la OTAN había presentado proyectos que correspondían punto por punto a los planes de Adolf Hitler para Yugoslavia en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Rambouillet no era más —como hoy sabemos perfectamente— que el pretexto para la guerra que se inició pocas semanas después con el bombardeo desatado contra Belgrado. Durante la guerra contra Yugoslavia, la OTAN utilizó además groseramente los muertos de Racak, que la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea. Referencia nuestra: GPM) —representada en Pristina por William Walker— quería atribuir de todas maneras a Serbia.

       ¿Son las sanciones económicas previstas el paso intermedio antes del inicio de la violencia? ¿No le basta a Estados Unidos con todo lo que ya ha provocado en Irak, en Siria y en todo el Medio Oriente? ¿No está satisfecho con haber incendiado ya toda esa región? ¿Tiene que estimular también una guerra contra Rusia?

       Desde la guerra olímpica de Georgia contra Rusia, nadie logra pensar en otra cosa que en la posibilidad de que alguien esté preparando una agresión militar a la sombra de una competencia deportiva internacional. ¿Está haciendo Europa exactamente lo contrario de lo que preconiza el espíritu olímpico, según el cual la paz y las ideas de paz deben presidir eventos deportivos como el que se desarrolla en Brasil?

       ¿Por qué lanzar un ultimátum a Rusia? ¿Por qué amenazar con sanciones económicas? ¿Por qué la señora canciller de Alemania no recurre al Bundestag? ¿Por qué se pone, por el contrario, del lado de las sanciones? ¿Por qué no explica a las señoras y señores del parlamento alemán —es allí donde tiene que hacerlo—, y al público alemán a través de ellos, dónde ve ella las razones que justificarían tal comportamiento hacia un vecino europeo [Rusia] que nos concedió hace 25 años la posibilidad de unificar el Estado de nuestra nación?

       ¿Qué está sucediendo en la cabeza de la señora canciller que juró obrar por el bienestar del pueblo alemán? ¿No fue acaso su versatilidad lo que impidió, con un pretexto que no engañó a nadie, la firma de un acuerdo de cooperación con Ucrania hace sólo 2 años? ¿Únicamente por causa de la dama de la trenza rubia en forma de corona (Timoshenko Referencia nuestra: GPM), a quien la mayoría de los alemanes no quieren otorgar la menor influencia sobre los intereses alemanes? Ahora resulta que la señora canciller prefiere adoptar la vía administrativa de Bruselas, para no tener que decirle la verdad al pueblo alemán y poder negarnos toda explicación.

       Ya estamos acostumbrados a oír al secretario general de la OTAN vociferar y estimular constantemente el odio contra Rusia. Basta ver sus discursos para comprobarlo. Cuando alguna manera de actuar de Rusia en la frontera ruso-ucraniana plantea y va a plantear interrogantes, ¿por qué la OTAN, la Unión Europea, la canciller alemana y el ministro de Relaciones Exteriores no consultan a la OSCE, concebida precisamente para eso?[2] Habrá que felicitar a los británicos por haber anunciado públicamente el nuevo camino que van a tomar como puesto avanzado de Europa.

       Bruselas anuncia sanciones económicas y aumenta así el peligro de guerra en Europa. Mientras tanto, Cameron hace firmar acuerdos por un monto de varios miles de millones de dólares entre BP y Rosneft, el mayor consorcio energético ruso. Por supuesto, eso no impedirá que Londres y los poderosos de Washington sigan empujando a Europa y la Unión Europea hacia el desastre.

       Porque el ultimátum de la Unión Europea a Rusia no es otra cosa.

Fuente: «Ultimátum de la Unión Europea a Rusia, ¿un nuevo Rambouillet?», por Willy Wimmer, Horizons et débats (Suiza), Red Voltaire, 12 de julio de 2014, www.voltairenet.org/article184753.html

03. ¿Está la caída del avión MH17 sobre Ucrania en la deriva belicista?

       Lo está siquiera sea porque los que acusan no aportan pruebas fehacientes incriminatorias. Pero hay más. Porque según la agencia periodística digital RT, un presunto controlador aéreo del mayor aeropuerto de Ucrania, llamado Carlos, ha declarado por “twitter” que el avión de Malasia Airlines B-777 “fue escoltado por dos cazas ucranianos hasta minutos antes de desaparecer de los radares”. Y que  “nada más desaparecer, la autoridad militar de Kiev informó del derribo. ¿Cómo lo sabían?", se pregunta irónicamente. Por su parte, la emisora británica “BBC” publicó un reportaje en ruso de su corresponsal, Olga Ivshina, donde recoge el testimonio de residentes al Este de Ucrania, explicando cómo vivieron la tragedia, qué vieron y escucharon ese día. Ivshina afirmó que, al igual que los residentes locales a los que entrevistó, no pudo encontrar rastro en Ucrania del sistema de lanzamiento de misiles Buk. Pero tras comprobar que salieron pruebas gráficas publicadas por los propios servicios secretos ucranianos, demostrativas de que ese país dispone de ese tipo de armamento, la emisora londinense decidió retirar de circulación su reportaje[3].

       Pero según expertos rusos, el B-777 de Malaysia Airlines no fue derribado por ningún misil tierra-aire, sino por un avión militar del tipo S-U25, como los que dispone Ucrania. Y además se procedió para que cayera en territorio ruso. Un avión como el SU-25 es capaz de alcanzar en breve tiempo la altitud de 10 Km. a la que volaba el B-777. Pero según el ex-comandante de la Fuerza Aérea rusa, Vladímir Mijáilov, citado por la agencia Itar-Tass:

         <<…uno de estos aviones no habría podido entrar en la ruta de tráfico aéreo civil de diez kilómetros de ancho, ya que habría sido una maniobra demasiado detectable. Por eso le ayudó el centro de control de vuelos en la ciudad ucraniana de Dnepropetrovsk, que ordenó al Boeing desviarse hacia la izquierda, en la dirección del SU-25. El problema es que el Boeing vuela a 900 Km/hora, una velocidad inalcanzable por el SU-25 a esa altitud. Pero si el Boeing se aproximara (por arriba) al SU-25, lo único que queda por hacer es guiarlo hacia el objetivo, hasta que los sensores del misil R60M capten el blanco. La distancia óptima para el ataque es de 3 a 5 Km., lo cual fue mencionado durante la reunión en el Ministerio de Defensa —dijo Mijáilov en un programa de la televisión rusa.

         Obviamente los organizadores de este terrible ataque terrorista esperaban que el avión cayera en el territorio ruso", aseguró el experto.

         Mijáilov se mostró seguro de que el Boeing-777 fue derribado así y no mediante un sistema antiaéreo “Buk” (tierra-aire), según otras versiones. El “Buk” habría hecho más daños, aseguró (El subrayado y lo entre paréntesis nuestro)>>.

 

       A todo esto, el Ministerio de Defensa Ruso ha planteado una serie de preguntas a los servicios secretos norteamericanos, que no han sido respondidos. En todo conflicto prebélico, las mentiras siempre han corrido por cuenta del bando al que le interesa provocarlo. Así sucedió con el hundimiento de “El Maine” que desató la guerra hispano-estadounidense en 1898, tanto como en el ataque japonés a la base norteamericana de Pearl Harbor, que este último país propició para poder sacar tajada —económica y política— en el negocio de la Segunda Guerra Mundial. Y lo mismo al respecto de la historia reciente, cabe decir de los falsos pretextos esgrimidos por el gobierno de Bush (hijo) —tras el derribo de las Twin Towers el 11 de setiembre de 2001—, que permitió al  ejército norteamericano justificar su intervención en la guerra de Afganistán.

 

       De lo dicho en este trabajo hasta aquí, no debe sacarse la conclusión de que, en este conflicto interburgués, tomemos parte por uno de sus dos falsos extremos, porque ambos comparten la misma naturaleza económica, social y política de clase capitalista. Nosotros nos solidarizamos tácticamente con el Movimiento Popular para la Liberación de Ucrania. Precisamente porque proclama un régimen político de democracia directa, sin la intermediación “representativa” de políticos profesionales corrompidos por el capital. Si son políticamente consecuentes con su programa. Los compañeros se darán cuenta de que la democracia directa es absolutamente incompatible con la propiedad privada sobre los medios de producción.

 

04.¿Qué está pasando en EE.UU.?

 

       Según el Fondo Monetario Internacional, toda recesión se manifiesta en el descenso del Producto bruto al interior de una economía global, ya sea en un país, en un grupo de países o en el Mundo. O sea, es el índice a la baja de la riqueza producida. ¿En qué se manifiestan las crisis que inevitablemente desembocan en recesión? En que los precios de los productos en los mercados especulativos, aumentan más que las ganancias obtenidas con su negociación, dando pábulo, así, a las famosas burbujas piramidales que finalmente revientan acabando con la fiesta en la cúspide, porque se resquebrajan por su base.

 

       En este punto es necesario empezar por aclarar, qué es la producción y lo que de ella resulta, respecto de lo que significa e implica la especulación. Digamos sumariamente que la diferencia radica en que, produciendo riqueza real en la fase expansiva de los negocios, aunque unos más que otros —según la magnitud del capital con que cada empresa participa en el común negocio de explotar trabajo ajeno—, todos sin excepción ganan. Otra es la realidad en los mercados especulativos, donde lo que unos ganan otros lo pierden. Porque aquí no empolla la gallina de los huevos de oro ni es un sistema de reparto, sino de rapiña. Esto explica por qué en circunstancias normales, el mercado de productos especulativos es absolutamente marginal o casi inexistente.

 

       ¿Por qué aumentan los precios de los productos especulativos —como es el caso de las acciones de las grandes y medianas sociedades anónimas que cotizan en el mercado de valores? Porque aumenta su demanda a cambio de pagar con dinero por lo que cada valor de esos se cotiza. Y aquí la pregunta del millón es: ¿de dónde sale ese dinero que entra en el circuito especulativo? ¿De dónde si no es del ámbito en que se produce riqueza con ganancias crecientes a expensas del trabajo ajeno? Los intelectuales y políticos socialdemócratas —que desde sus respectivos ámbitos de actuación institucional siguen aferrados a las majaderías de su maestro: Keynes—, callan en esto tanto, como que nadie se atreve a mentar la soga en casa del ahorcado.

 

       Desde que Marx lo ha descubierto, la “fiesta” de la especulación con “valores” ficticios puramente mercantiles, comienza, pues, cuando una parte del dinero adicional que se obtiene creando riqueza, huye de la producción en busca de ganancias adicionales en los mercados especulativos. Detrás de ellos va una minoría de incautos ahorradores con delirios de grandeza que acaban arruinados. Pero esto último, para el conjunto del sistema especulativo es peccata minuta.

 

       ¿Y por qué causa ese dinero emigra de la producción hacia la especulación, si no es porque creando riqueza, las ganancias crecientes, que no dejan de aumentar, disminuyen cada vez más? Todo aumento en cualquier magnitud, se produce según lo que en matemáticas se conoce por el vocablo “razón”, que puede ser constante, creciente o decreciente. Y el caso es que todo aumento de razón decreciente acaba siendo inevitablemente = 0. Y bajo el capitalismo esta es la lógica de su sistema, el punto conclusivo de cada ciclo de los negocios, en que se produce lo que Marx ha dado en llamar “sobreacumulación absoluta de capital”, porque la ganancia deja de compensar al capital empleado para producirla.

 

       Y aquí es cuando la burbuja especulativa llega al máximo de su capacidad de ampliación. Pero no revienta ni se pincha, sino que muere de inanición. A partir de aquí, la consecuente recesión impone que ese capital supernumerario se desvalorice y/o destruya físicamente, como condición de reiniciar un nuevo ciclo. Mientras tanto, la burbuja que se alimenta del capital-dinerario que deja de invertirse en la producción, se rige por dos relaciones: el llamado  coeficiente de Tobin que refleja la relación entre el valor de mercado de una empresa y el coste de reemplazar sus activos, y el coeficiente de Shiller, que refleja la relación entre el precio de las acciones y las ganancias. En el coeficiente de Tobin, el valor de mercado de las empresas depende de la variación en la cotización de sus acciones en la bolsa de “valores”, mientras que el coste de reemplazar sus activos depende de la oferta y la demanda en el mercado real[4]. En el coeficiente de Schiller se refleja la relación entre el precio de las acciones y las ganancias resultantes de la evolución de esos precios relativos, que dependen exclusivamente de lo que sucede en ese mercado especulativo. Y para que todo en el sistema vaya bien, ambos coeficientes deben crecer[5].

 

       Ahora bien, el valor bursátil de las acciones en condiciones normales (con tasa de ganancia al alza en la producción de riqueza), los valores bursátiles aumentan o disminuyen en proporción inversa al aumento o disminución de la tasa de interés. De este modo, si el tipo de interés aumenta del 5 al 10%, el mismo título que siguiera asegurando un dividendo, por ejemplo, de 250€, ya no valdría 5.000€ sino 2.500. Bajaría a la mitad porque esa es la proporción en que ha variado la tasa de interés: ahora, 2.500 es el capital que al 10% de interés rinde 250. Esto significa que el precio de las acciones varía con independencia del valor real o patrimonio social del capital empresarial que representan. A esto se le llama volatilidad, que es mayor cuanto más bajo es el tipo de interés.

 

       Pero para superar la recesión, el PBI debe aumentar junto con el patrimonio de las empresas. Y aquí es decisivo el coeficiente de variación de Marx, según la relación entre el plusvalor o masa de ganancia y lo que cuesta producirla en términos de capital invertido para tal fin, es decir, la ley de la Tasa General de Ganancia promedio:

<<...es, ésta en todo respec­to —dice Marx— la ley más importante de la moderna economía políti­ca (.....) que pese a su simplicidad, hasta ahora nunca ha sido comprendida y, menos aún, explicada (...) Es, desde el punto de vista histórico la ley más importante...>> K. Marx: "Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política" (Grundrisse) l857/l858 Ed. Siglo XXI México /l977 Pp. 634. Subrayado nuestro).

 

       Según esta Ley expresada en su fórmula, para que la producción crezca de modo sostenido, la ganancia —que es su estímulo fundamental— debe aumentar más de lo que cuesta producirla. Y el caso es que durante el primer trimestre de 2014, la producción en EE.UU. se contrajo un 2,9%, la mayor retracción en ese país durante los últimos cinco años, presagiando unas perspectivas para los próximos años nada halagüeñas. Pero, además, la tasa de interés ronda el 0 absoluto, y la volatilidad en el precio de las acciones, de tal modo independizada de la tasa de interés, alcanzó en ese país los más altos y peligrosos extremos[6]:

<<Ni las tasas de interés cero ni negativas (que facilita la inversión productiva), ni la flexibilización cuantitativa han acabado con la crisis, que ya dura seis años. Las inyecciones de dólares y euros han llevado a un galopante incremento del precio de las acciones, pero no estimularon ni la producción ni la demanda mundial, ni ayudaron con el desempleo real. La economía mundial se convirtió en un casino gigante. En 2008 el volumen total de derivados, los contratos especulativos de riesgo, fue de cinco billones de dólares y a finales de 2014 esta cifra alcanzará dos cuatrillones. ¿Cómo se puede resolver eso?, pregunta el autor del artículo, Konstantín Siomin>>.

 

         No hemos podido saber quién es este señor Siomin. Pero a juzgar por los datos que aporta la multinacional norteamericana de inversiones bursátiles BlackRock, Inc., por mediación de su Jefe de estrategia de inversiones, Russ Koesterich, cuyos intereses en la materia no le permiten ser tan agorero:

<<…las acciones en Europa ofrecen mejor valor (más seguro) para los inversionistas que las de los EE.UU. Partes del mercado de los EE.UU. son “espumosas” mientras las compañías en Europa están todavía razonablemente apreciadas, dijo Koesterich en una conferencia de inversionistas en Nueva York, auspiciada por el mayor manejador de dinero del mundo>> (Lo entre paréntesis nuestro).

 

       Ante semejante panorama en el país al que se le supone ser el más poderoso del Mundo, el ridículo que hacen hoy con sus optimistas pronósticos esos burócratas corruptos que gobiernan actualmente a los ciudadanos españoles, con el aventurerismo de sus declaraciones de cara a las próximas elecciones generales, resulta ser de campeonato.

 

       No hay que olvidar que el centro gravitacional desde donde se irradió a Europa la presente recesión económica internacional en julio de 2007, fue precisamente EE.UU. Y esto solo se explica por los fuertes vínculos económicos y políticos que la U.E.E. mantiene con ese país. Así las cosas, hasta que la burguesía norteamericana no salga del actual atolladero en que se encuentra, difícilmente podrán conseguirlo sus colegas europeos. Pero es que, además, estamos hablando de los llamados acuerdos económicos bilaterales de Europa con ese país, y de que ambas partes integran la alianza militar estratégica de la OTAN.

 

       Y el caso es que EE.UU. está condicionado por una deuda total, que en 2010 alcanzó los 60 trillones de Dólares (60.000.000.000.000.000.000), incluyendo la pública y la privada. Los norteamericanos cabalgan, pues, sobre la burbuja de deuda más inflada de toda su historia. 27 veces más que hace 40 años. Y como toda deuda es un límite absoluto a la disponibilidad del deudor —equivalente a su importe más los intereses de demora—, cuanto más dinero adeude más estrecha es su posibilidad de invertirlo en producir riqueza y, por tanto, menor su influencia, política y militar.

 

       A comienzos del pasado mes de julio, trascendió a los medios de prensa, que EE.UU. no sabe como resolverá el problema de su deuda. Esta incertidumbre surgió a la luz pública, cuando la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, planteó la pregunta a la presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen, ante lo cual la responsable estadounidense le respondió que la deuda supone un gran desafío para el Gobierno y que:

 <<incluso después de que se introdujeran las restricciones legislativas, se conserva la probabilidad de que la situación salga del control, sin que nosotros nos demos cuenta. Eso será un gran problema para nosotros y no está claro qué hacer con ello>>

 

         En este contexto de gran incertidumbre y bajo parecidas circunstancias, tenemos al llamado B.R.I.C.S., siglas de un Mercado Común de poder económico y político global “alternativo” —de cuño Socialdemócrata—, conformado entre las burguesías de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con una andadura de ocho años: el tiempo en el que la actual recesión se apoderó del sistema capitalista mundial, sin poderse saber con certeza la deriva política que adoptará. No es esto casual, teniendo en cuenta el premonitorio y proceloso antecedente histórico inmediato de la Segunda Guerra Mundial, que enfrentó al bloque de las potencias del Eje, con el de EE.UU., Gran Bretaña, Francia y la ex-URSS, esta última república ya completamente reconvertida al sistema capitalista, por la camarilla burocrática corrupta y criminal creada por Stalin.

      

       Y es precisamente en estos momentos, cuando el actual Jefe del Estado Mayor conjunto del Ejército norteamericano, Martin Dempsey, acusó falsa y provocativamente a Rusia de intervenir con la fuerza militar en Ucrania. Y advirtió:

<<Es el primer caso desde 1939.¡Tengan en cuenta que el Ejército de Estados Unidos no le tiene miedo a la guerra! El país puede pensar de otra manera, pero cumpliremos con cualquier orden>>.

 

       El pasado 05 de enero 26 senadores republicanos enviaron al Congreso norteamericano el proyecto de Ley Nº 2277, presentando un paquete de medidas donde se autoriza el suministro al gobierno golpista ucraniano, de armas, y munición de diferente tipo, vehículos blindados, botes hinchables, dispositivos explosivos, equipos de detección de minas, radares de diferentes aplicaciones y otro tipo de equipo militar. Pero lo que más destaca en ese texto, es su manifiesta provocación belicista. Para tales fines, fuera de ese documento, para tales fines los senadores propusieron destinar 100 millones de dólares anuales de 2015 a 2017. Se quiere así, aumentar la presencia militar de la OTAN en los países vecinos de Rusia, desarrollando maniobras militares en su territorio, e incluso atribuir el estatus de aliado no-OTAN a Ucrania, Georgia y Moldavia.

       Asimismo los republicanos proponen introducir sanciones contra funcionarios y compañías rusas, al mismo tiempo que invertir dinero en el desarrollo de las instituciones “democráticas”, tanto en Rusia como en los países ex-soviéticos. EE.UU. y la Unión Europea, a la vez que ya impusieron sanciones contra varios funcionarios  y empresas rusos, después de que recientemente la república de Crimea se reintegrara en Rusia tras la celebración de un referendo, en el que más del 95% se mostró a favor de este proceso, y el domingo 12 de mayo los ciudadanos de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, decidieron en sendos referendos declararse repúblicas independientes respecto de ese país. 

05. Epílogo

       Como en toda pelea, siempre hay causas objetivas que inducen a que se produzcan, a través del necesario ingrediente provocador de su desenlace. Sin ir más lejos, la causa de la Primera gran Guerra Mundial estuvo en el agudizamiento de las contradicciones políticas del capitalismo mundial entre países —como continuación de la competencia económica por otros medios—, típicas de su etapa imperialista. Así fue cómo la disputa  de las grandes potencias por el reparto de las colonias de ultramar y demás territorios económicamente dependientes, generó una tensión política tal entre ellas, que propició alianzas políticas y militares opuestas, como la  Triple Entente y la Triple Alianza, cuyo ingrediente provocador detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando y su esposa, a manos de un terrorista serbobosnio.

 

       En  cuanto a la Segunda Guerra Mundial de 1939, tuvo su causa en la crisis de 1929 que se prolongó durante diez años. Y su ocasional provocador fue la Alemania Nazi, arrastrada al conflicto por la quiebra de sus principales industrias y el colapso de sus bancos, que dejó sin trabajo al 45% de la población activa en ese país. El mismo vértigo genocida que se ha venido apoderando de la clase dominante norteamericana, aunque por circunstancias opuestas.

 

       Todas estas condiciones e iniciativas de uno de los bandos provocadores en pugna, sin duda se vuelven a repetir hoy en una nueva dinámica de guerra, hacia la que los países del bloque conformado por la Unión Europea EE.UU y Australia, se ven enfrentados en pugna por el dominio del Mundo, con el bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

 

       Y el caso es, que estos dos grandes bloques, parecen dejarse arrastrar bajo la égida de una misma clase dominante: la burguesía, en su mutuo afán por la hegemonía política mundial, ambos en poder de medios de destrucción con capacidad de hacer desaparecer a la especie humana del Planeta, y que sin embargo no dejan de competir hasta llegar a consumar otra barbarie de proporciones más gigantescas y letales que la inmediata anterior.

 

       Tal es el resultado de la contradicción consustancial a este modo de vida irracional peligrosamente autotanático, que pone a sus dirigentes políticos ante tal eventualidad, presos como permanecen de esos intereses opuestos, paradójicamente compartidos. Son los mismos intereses sistémicos en pugna por la hegemonía, que una vez más sin duda llegarán al enfrentamiento, si es que nadie les convence y escarmiente, para que admitan lo que la realidad exige hacer porque es necesario: resolver esa paradójica contradicción, anulando ambos extremos. ¡¡He aquí al descubierto, la falsedad de que a los socialistas revolucionarios se nos acuse de ser “extremistas”!!

 

       Así es como ahora mismo la humanidad se ve como se ve, ante la posibilidad real de otra destrucción y matanza de proporciones nunca antes vistas, enfermos como están de capitalismo quienes lideran el curso político de los acontecimientos, ya sean provocadores o provocados. Y lo más trágico e inconcebible de semejante locura, es que todo esto suceda ante la inconsciente e irresponsable pasividad de la clase social explotada y oprimida, que dice amar a sus hijos hasta dar la vida por ellos, pero que incomprensiblemente se sigue negando a querer saber qué y cómo es este Mundo del revés, para poder ponerlo de una vez por todas sobre sus pies.

 

         ¿Queremos capitalismo? Pues, ¡¡toma capitalismo!!

1) Expropiación de todas las grandes y medianas empresas industriales, comerciales y de servicios, sin compensación alguna.  

2) Cierre y desaparición de la Bolsa de Valores.

3) Control obrero colectivo permanente y democrático de la producción y de la contabilidad en todas las empresas, garantizando la transparencia informativa en los medios de difusión, para el pleno y universal conocimiento de la verdad en todo momento y en todos los ámbitos de la vida social.    

4) El que no trabaja no come.

 

5) De cada cual según su trabajo y a cada cual según su capacidad.

 

6) Régimen político de gobierno basado en la democracia directa, donde los más decisivos asuntos de Estado se voten por mayoría en Asambleas por distrito, y los altos cargos de los tres poderes, sean electos y revocables en cualquier momento de la misma forma.    

 

 

 

        

 

        

 

 

            



[1] La historia de este pueblo que ha venido habitando el territorio de Kosovo, de mayoría étnica albanesa, remonta sus antepasados más originarios, los llinios, a la edad del bronce.

 

[2] Dichas condiciones fueron: 1) La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada. 2) Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español. 3) Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de Estados Unidos en España.

 

[3] Esta emisora es la misma que, a raíz del atentado terrorista en el metro de Londres en julio de 2005, preparó una ficción cinematográfica que quiso hacer pasar como la versión real de los hechos consumados, atribuyendo su autoría a una célula yihadista.

 

[4] En condiciones normales, de incremento proporcional de las ganancias en la esfera de la producción por encima de sus costes, el valor bursátil de las empresas también aumenta. Pero bajo condiciones inmediatas previas y posteriores al estallido de las crisis, este valor bursátil se torna errático y cambia, según los dientes de sierra del juego especulativo en la bolsa.   

[5] La llamada “acción”, es un título de propiedad sobre el patrimonio X de una empresa. Cuando se dice que la acción se cotiza a "la par" quiere decir que lo que cuesta es lo que vale, o sea que representa una parte alícuota o proporcional del valor real de su patrimonio. Cuando la demanda es muy grande, como ocurre con cualquier mercancía, el precio de las acciones se pone por encima de su valor real y llegan a costar bastante más de lo que en realidad valen o representan en términos de valor patrimonial. La mayor o menor "volatilidad" o inestabilidad del mercado bursátil, está obviamente en relación directa con la mayor o menor diferencia entre el precio o valor ficticio que alcanzan los títulos por la presión de la demanda y su cotización a la par o valor real. Pero cuanto más alta es la volatilidad del mercado bursátil, más desastrosas son las consecuencias del inevitable proceso de ajuste que se inicia con el "crash".

[6] La producción capitalista en gran parte funciona mediante el crédito bancario a través de las letras de cambio, cuyo precio es la tasa de interés a término, que así actúa como una sustracción de la ganancia en el ámbito de la producción de riqueza y es capitalizado por los bancos, de modo que, a menor tasa de interés mayor ganancia industrial y viceversa. Justamente al revés de lo que sucede en los mercados especulativos, donde las bajas tasas de interés disparan al alza el precio de las acciones en bolsa.  Así las cosas, el hecho de que la tasa de interés sea hoy nula e incluyo por momentos negativa, explica el grado en extremo depresivo que pesa sobre el aparato productivo de la economía global, impidiendo su recuperación.