La causa de las estrategias capitalistas para evadir el pago de impuestos

  <<Las leyes generales [objetivas del capitalismo] previamente desarrolladas, pueden ser resumidas brevemente de la siguiente forma: la plusvalía real es determinada por la relación del plustrabajo [explotado ganancial] con el trabajo necesario [salario], o por la relación entre la porción del capital invertido [en maquinaria y materias primas] sustituto o cambiado por trabajo vivo. La plusvalía en la forma de beneficio es, sin embargo, medida según el valor del capital [invertido] presupuesto al proceso de producción. La tasa de beneficio, por lo tanto, —presupuesta la misma plusvalía, el  mismo plustrabajo en relación con el trabajo necesario— depende de la relación de la parte del capital [fijo], que es cambiada por trabajo vivo, con la parte [de ese capital] que existe en la forma de materia prima e instrumentos de producción. Consiguientemente, cuanto mayor sea la porción [de capital fijo en maquinaria y materias primas] cambiada por [la porción de] trabajo vivo que así deja de emplearse], tanto menor deviene la tasa de beneficio [como relación entre la ganancia obtenida y el capital invertido con tal fin]. En la misma proporción, por lo tanto, en que el capital [fijo invertido en materias primas y maquinaria técnicamente más desarrollada] adquiere un espacio mayor en el proceso de producción en proporción al trabajo [vivo] inmediato, es decir, aun cuando aumente la plusvalía relativa —como relación entre el plustrabajo y el salario—, tanto más desciende la tasa de beneficio [he aquí por qué los capitalistas se dedican a evadir el pago de impuestos]. (K. Marx: “Líneas fundamentales de la crítica de la economía política”. Tercera sección. Ed. Grijalbo/1978. Segunda mitad.  Pp. 134. “Texto original: “Grundrisse” en alemán. Confrontar con: Versión digitalizada ver en El capital Cuaderno 7 Tasa de beneficio. Página 279-280. Lo entre corchetes nuestro: GPM).

Preguntas y respuestas acerca de los paraísos fiscales

 

        José Antonio Ocampo lleva 25 años desempeñando cargos internacionales. Ha sido secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y ministro de Hacienda y Agricultura de Colombia. En la actualidad es presidente de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT por sus siglas en inglés), en la que se integran personalidades del mundo económico como Joseph StiglitzThomas Piketty y Gabriel Zucman. Para Ocampo, “las estrategias de las corporaciones multinacionales para evitar pagar impuestos son un ataque a los derechos humanos”, ya que los impuestos sirven para financiar la sanidad, la educación o la lucha contra el cambio climático. Sobre el tema de las listas negras de paraísos fiscales, Ocampo hace hincapié en que “son imprecisas por intencionalidad política” y en que la UE “también tiene problemas”, en referencia a la existencia de territorios de baja tributación en Europa (caso de Irlanda) que no se incluyen en estos listados. Asegura que nunca había conocido un momento en el que la evasión y elusión fiscal, cuyo coste se calcula en unos 250.000 millones de dólares anuales, estuvieran tan en el centro del debate, y lo achaca a los problemas fiscales de lo que llama “la crisis del Atlántico Norte” (recuerda que la crisis económica que se inició en 2008 afectó a EEUU y Europa, pero apenas a Latinoamérica y Asia). A continuación, sus respuestas a las preguntas de un desconocido.

La UE aprobó recientemente una lista negra de paraísos, pero ha metido y rápidamente sacado a Panamá ¿Cree que este país ha dejado de ser un paraíso fiscal?

          No me voy a pronunciar sobre Panamá, máxime siendo colombiano [ambos países comparten frontera y un historial de conflictos diplomáticos], pero le diría que esas listas han sido desafortunadamente imprecisas a lo largo del tiempo. Cada vez que hay una lista de esta naturaleza la acaban desmantelando por razones en gran medida políticas. Y para ser claro, en la propia Unión Europea existen problemas.

          Afortunadamente la propia Comisión Europea a través de las normas de Competencia, ha tratado de restringir algunos de estos abusos en algunos países europeos y multinacionales. Creo que estas listas pueden servir, pero en la práctica han demostrado ser imprecisas por la presión política. En la medida en que ayuden a modificar algunas normas en los países con baja tributación, bienvenidas. Pero no solucionan el problema de base que existe en la propia Unión Europea, para no hablar de Panamá.

¿Y por qué los mandatarios se resisten a aprobar normas realmente eficaces contra la evasión y la erosión de las bases imponibles?

          Tanto las tasas de tributación más bajas como las normas que facilitan la elusión tributaria son propuestas que muchas veces vienen del propio sector empresarial. Al mismo tiempo creo que ha habido un paso adelante con el proceso del G20 y en el seno de la OCDE para la iniciativa de los BEPS (del inglés “Base Erosión and Profit Shifting”, en español “Erosión de la base imponible y traslado de beneficios”), que creo que si se sigue profundizando es una línea positiva. 

¿Tienen un cálculo de lo que cuesta la evasión fiscal a nivel mundial?

          Estamos hablando de unos 250.000 millones de dólares al año, tanto evasión como elusión. El problema es el de grandes multinacionales que en muchos casos no pagan impuestos o muy pocos. Estas empresas no es que evadan impuestos, es que manejan su red de sucursales de manera que los beneficios por propiedad intelectual o por marcas acaban registrándose en un país donde no hay tributación o es muy baja. Uno de los grandes problemas en esa materia, es el contrasentido de que algunos países promocionan mucho fiscalmente, por ejemplo el desarrollo tecnológico de las empresas y no les repercute como impuesto en sus países.

Me gustaría que me explicara las principales recomendaciones al respecto, que hace en su informe la Comisión Independiente, la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT por sus siglas en inglés)

          Este último informe hace unas propuestas de transición, no es la propuesta definitiva. Incluso sugiere alternativas que se pueden adoptar parcialmente. Mal que bien, propone que los impuestos basados en residencia puedan en algunos casos servir para corregir este problema. En la corrección de los precios de transferencia, que es el precio que se paga entre sucursales de las grandes empresas, la OCDE ya ha propuesto unas metodologías alternativas y lo está usando en algunos casos concretos. También proponemos en países en desarrollo el sistema que utiliza Brasil, que es básicamente establecer unos márgenes sobre las transacciones que se hacen entre las sucursales de una multinacional y otras sucursales o su sede principal.

          Proponemos que las multinacionales sean gravadas como empresas unitarias, repartiendo su pago de impuestos en cada país con base en factores objetivamente verificables como: empleos, ventas, recursos utilizados, activos fijos, etc.

          La cuestión crucial es dónde se crea valor en una economía mundial cada vez más compleja. Creemos que nuestra propuesta es la más equitativa y, en particular, la única que satisface las necesidades de los países desarrollados y en desarrollo.

¿Qué le parecería la opción de establecer un tipo mínimo de impuesto de Sociedades para evitar el dumping fiscal entre países?

          Para luchar contra la evasión fiscal de las multinacionales, sería importante un tipo mínimo en Sociedades y que se grave a las empresas como sociedades unitarias. En el Parlamento Europeo ya hay una propuesta concreta, que va muy en la linea y esperamos que los gobiernos que son los que tienen que autorizar este nuevo régimen lo hagan. Estamos utilizando una propuesta que funciona para ciertos impuestos en países federales como EEUU o Suiza, y por tanto no lo considero descabellado, y más cuando las principales economías del mundo están sufriendo este problema. Evidentemente no es algo que se va a implantar inmediatamente, pero creo que el camino se está abriendo. Debe establecerse una tasa mínima de impuestos corporativos que evite la competencia entre los países.

          Las multinacionales son las principales beneficiarias del actual sistema tributario internacional. Incluso amenazan a los gobiernos con reubicar sus actividades económicas a menos que impongan un impuesto de sociedades que les convenga. Las estrategias de evasión fiscal de las multinacionales y la presión ejercida sobre los gobiernos para que reduzcan los impuestos corporativos, impiden el desarrollo sostenible.

Tras la publicación de grandes filtraciones como “Los Papeles de Panamá” o los “Papeles del Paraíso” el problema de la evasión fiscal se ha convertido en uno de los principales debates públicos, pero no parece que haya verdaderos avances legislativos para resolver este problema ¿o cree que sí?

          Llevo en temas internacionales por lo menos 25 años, y nunca he visto un momento en el que estos temas estuvieran tan en el centro del debate. Por tanto sí creo que es una realidad nueva, muy positiva y está dando lugar a algunas acciones, no de la magnitud que nosotros proponemos, pero sí hay acciones. Que estos temas entren en los Parlamentos, sean objeto de atención frecuente por parte de la CE, del Parlamento Europeo, del G20, como generar un impuesto único como el que proponemos en la UE, son movimientos que no se veían hace cinco años. A mí juicio sí hay un avance en esta materia.

          Cuando las grandes corporaciones, inclusive las multinacionales y los individuos ricos no pagan su parte justa de impuestos, los gobiernos no tienen las capacidades para financiar la salud, la educación, la infraestructura y la lucha contra el cambio climático. 

¿Y por qué cree que precisamente ahora está en el centro del debate?

          Tras la crisis del 2008-2009 y con las dificultades que Europa siguió afrontando, así como las crisis fiscales que se vivieron también en EEUU, con aumento de la deuda pública, etcétera, los propios países desarrollados se dieron cuenta de que aquí hay un problema serio y si no logran corregirlo, van a seguir teniendo dificultades fiscales importantes. La crisis de 2008 fue la que originó el movimiento en esta dirección.

          Y si se da cuenta, no hay ninguna otra cuestión que haya atraído tanto debate internacional en materia económica, junto a Basilea (acuerdos de regulación bancaria). Son los dos grandes temas en los que ha habido avances en la cooperación económica internacional. Una crisis que por cierto yo llamo del Atlántico Norte, porque en América Latina no tuvimos crisis, ni en los países de Asia. Estrictamente fue una crisis de los países europeos y de los EEUU. (Confrontar con: https://www.eldiario.es/economia/paraisos-fiscales imprecisas —intencionalidad politica_0_747175652.html).

          Hasta este punto es lo que dejó dicho en su publicación textualmente José Antonio Ocampo al respecto de los paraísos fiscales, como recurso de subsistencia del capitalismo en su etapa postrera.

La verdadera causa deletérea del sistema

          Parece ser como si estuviera en la defraudación al fisco que practican los grandes y medianos capitales internacionales a instancias de los paraísos fiscales, privando a los Estados nacionales de financiar suficientemente la educación, la seguridad, la salud y el bienestar general de los ciudadanos. Pero en realidad este recurso postrero de supervivencia de los empresarios capitalistas no es la causa del problema sino su necesaria consecuencia, cuya verdadera raíz histórica está contenida en la propiedad privada de los medios de producción y el dinero bancario, los dos pilares sobre los que se ha erigido este sistema de vida y ha podido cabalgar la competencia interburguesa, que objetivamente dio pábulo al incesante desarrollo científico-técnico incorporado a máquinas [de distinta finalidad] cada vez más eficaces sustitutas de trabajo vivo. Teniendo en cuenta que estos instrumentos materiales han contribuido a generar ganancias pero no a producirlas directamente, dado que junto con las demás herramientas accesorias utilizadas en la creación de riqueza, todas ellas se limitan a trasladar proporcionalmente su valor de compra-venta entre cada uno de los productos con ellas fabricados. Nada más. Así las cosas, según progresa la productividad industrial incorporada a esos medios materiales técnicos:                                                                                       

<<Tan pronto como el trabajo [humano ganancial explotado] en forma inmediata [ha ido siendo sustituido por maquinaria] dejando de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de [ese] trabajo [físico e intelectual de los asalariados] deja y tiene que dejar de ser su medida y, en consecuencia, el valor de cambio [de la riqueza producida] tiene que dejar de ser la medida del valor de uso [del trabajo explotado]. El plustrabajo de la masa [asalariada] ha dejado de ser condición para el desarrollo de la riqueza general, así como también el no-trabajo de los [relativamente] pocos [capitalistas usufructuarios dirigentes del tinglado explotador], ha dejado de ser condición de las fuerzas generales del cerebro humano [en general]. Con ello se derrumba la producción basada sobre el valor de cambio, el proceso de producción inmediato pierde la forma de [producir miseria relativa en los explotados], y el antagonismo [entre las dos clases sociales universales desaparece]. Aquí entra entonces [a manifestarse] el desarrollo de los individuos [libres e iguales], y por lo tanto la reducción del tiempo de trabajo necesario, no para crear plustrabajo sino para reducirlo en la sociedad a un mínimo, al que corresponde entonces la función artística, etc., de los individuos gracias al tiempo devenido libre y a los instrumentos [supletorios de trabajo vivo] creados para todos>>. (K. Marx: “Líneas fundamentales de la crítica de la economía Política”. En alemán “Grundrisse”. Ed. Grijalbo. Segunda mitad. El proceso de circulación del capital. Tomo II Cap. III Pp. 91. El subrayado y los entre corchetes nuestros. Confrontar esta parte citada del texto traducido por la mencionada Editorial, con la versión digitalizada en las páginas 228 y 229).

          Ergo, en estos momentos del proceso decadente por el que discurre fatalmente la deriva del capitalismo postrero —según causas objetivas que no dependen de la voluntad de nadie—, se verifica en el sistema tributario que, según Oxfam por ejemplo, el Estado español recaude poco y mal, cuyos ingresos fiscales en este país están 6,3 puntos por debajo de la media europea. Consecuentemente, es en las familias asalariadas sobre quienes recae el 84% de la contribución al erario público, frente al 13% que aporta el sector empresarial. Lo cual explica el desigual reparto de la riqueza, cuyo Estado nacional cuenta con una “recaudación impositiva insuficiente, y un sistema tributario regresivo en su diseño e injusto a la hora de frenar las fugas de dinero hacia paraísos fiscales”. Un proceso que más o menos se verifica a escala planetaria. Así las cosas, en el segundo trimestre de 2018 la deuda pública en España ha crecido en 2.333 millones de euros y se sitúa literalmente en un billón ciento sesenta y dos mil novecientos cuarenta y seis millones de Euros: 1.162.946.000.000. Esta cifra supone que la deuda pública en España alcanzó el 98,8% del PIB [producto interior bruto], mientras que en el trimestre anterior fue de 98,3. Pero no es éste el único Estado nacional endeudado, porque puede consultarse el listado completo de los países cuya deuda se incrementa (confrontar en: Deuda Pública). Y para conocer toda la información económica de España ver en Economía de España. También en ¿Fin de ciclo? La economía española empieza a mostrar signos de agotamiento. Lo mismo sucede con la elegante clientela que frecuenta el casino de Montecarlo, multimillonarios de Saint James en Paris o Connecticut en los EE.UU. El botín que custodian para ellos los paraísos fiscales se ha cifrado en 11,54 billones de dólares, el 80% del PIB norteamericano.

          Si comparamos en España la deuda pública en el segundo trimestre de 2018 con la del mismo trimestre de 2017, vemos que anualmente se ha incrementado en 27.808.000.000. La deuda per cápita en el primer trimestre de 2018, fue de 24.874€ por habitante. En el cuarto trimestre de 2017 fue de 24.525€. Como puede verse en el ranking mundial de Deuda Pública, España, está entre los países con más deuda pública del mundo. La más abultada en EE.UU. con 18.036.300.000.000 en 2016. Seguida por el Reino Unido en 2017 con 2.013.316.000.000, Alemania en 2017 con 2.071.401.000.000, Italia en 2017 con 2.263.056.000.000 y Francia con 2.216.436.000.000.

                                                                                                                                                   GPM.

 

La historia de la deuda pública global y sus consecuencias

Por Marco Antonio Moreno Cerón.

 

          <<La historia de la deuda pública es la historia misma del poder: la forma en que se ha ganado y también cómo se ha perdido. La arrogancia, los sueños y las fantasías del poder, siempre han conducido a los hombres a disponer de los recursos de los demás, sea en la esclavitud, en la colonización, o en los planes para consolidarse en el poder. Varios momentos de la historia dan cuenta del sorprendente auge de la deuda producto de las guerras y el costoso derramamiento de sangre. Pero nunca se había visto un nivel de endeudamiento tan elevado en tiempos de paz, como los producidos desde 1980 en adelante. La gráfica muestra la deuda de Estados Unidos y su aceleración desde los años 80. Nunca la deuda había crecido a niveles que amenazaran la estabilidad política y la calidad de vida futura.

 

          El tema de la deuda no es nuevo. Lo nuevo es la forma en que hoy los acalorados debates proclaman como única salida los draconianos recortes presupuestarios que están hundiendo aún más a la economía mundial. Coludidos con las agencias calificadoras de riesgo y con los tenedores de bonos, se pretende hacer creer que los actuales niveles de endeudamiento son el umbral de la próxima crisis. Se olvidan que el colapso de la deuda es una consecuencia directa de la crisis que generó la burbuja, en décadas de falso crecimiento alentadas justamente por la deuda. En esa etapa de la plata dulce y el consumismo fácil, nadie se ocupó de atender la deuda y considerar sus desastrosas consecuencias. ¿Por qué hacerlo ahora tras el estallido de la burbuja?

Hasta antes de la crisis, a toda persona que hablara de los peligros del abultado endeudamiento lo acusaban de pesimista y agorero. Y ahora, cuando los gobiernos deben endeudarse para luchar contra la crisis, se cierran todos los mecanismos de crédito incluso de las instituciones que deberían velar por la estabilidad económica mundial. La historia se repite con exactitud implacable y se sabe que una crisis financiera originada por un abultado apalancamiento puede tardar una década entera en normalizar la actividad económica. Una década que marca la necesaria transición entre el pasado y el futuro. ¿Qué han hecho las autoridades mundiales para sincerar que los años del consumismo fácil, vía burbuja de crédito, han terminado, y que ahora viene una dolorosa etapa de bajo consumo?

          A lo largo de la historia, como la que refleja esta gráfica para la deuda pública del Reino Unido, en cada situación de elevado endeudamiento, los gobiernos tenían ocho opciones para evitar el desastre: 1. elevar los impuestos; 2. disminuir el gasto; 3. aumentar el crecimiento; 4. tener una tasa de interés más favorable; 5. producir inflación; 6. provocar una guerra; 7. buscar ayuda externa; 8. operar por decreto. Estas ocho opciones se han empleado en los últimos mil años, pero sólo una de ellas es hoy plausible y deseable: el crecimiento. Una economía en crecimiento (lo que aumenta los ingresos fiscales) permite la absorción de la deuda y restablece la sostenibilidad de las finanzas públicas. A continuación, puede reanudar el flujo de préstamos y animar a un mayor crecimiento de la economía. Los gobiernos responsables no pueden financiar sus gastos con los préstamos, y deben realizar sus inversiones en un nivel que sea sostenible, es decir, que se puedan pagar.

Como señalamos a comienzos de año, en España se ha comenzado a librar la batalla final por el destino del euro. Una batalla sin cuartel tensionada por los problemas de la deuda, el desempleo y los grandes desequilibrios amplificados por una idea de convergencia que nunca llegó. En las teorías de crecimiento económico vigentes (Solow y Barro) existe la fantasiosa idea de una tendencia a la convergencia. Esta fue la llave para la instalación del euro, dado que en teoría los salarios y las productividades convergerían gradualmente en los países de la eurozona. Pero la convergencia no pasó de ser una utopía, y las enormes brechas salariales demuestran que una vez más la teoría falló, con Premios Nobel incluidos. La deuda, el desempleo, y el decrecimiento con deflación son los pasos de esta nueva fase de la crisis que implicará recortes con “hachas y motosierras” sea cual sea el gobierno de turno.

 

          El estallido de la burbuja de crédito a nivel mundial no sólo condujo a la primera gran recesión desde la década de los años 30, sino que también dejó una enorme carga de deuda que pesa sobre los objetivos de la recuperación económica en su conjunto, tal como planteamos hace año y medio en La crisis de la deuda global está en sus inicios. Se pensó que el problema de la crisis era algo totalmente transitorio y que bastaba con inyectar liquidez a los mercados para que todo comenzara a fluir tal como antes del estallido de la crisis. Si bien hoy todas las discusiones se centran en los posibles mecanismos que ayuden a impedir crisis similares en el futuro, lo cierto es que se ha avanzado muy poco a nivel global para superar la crisis del presente. Es como dar instrucciones de dieta alimenticia a un paciente que aún se encuentra en estado de coma. Gran parte de este flagelo responde al mezquino sinceramiento con que se ha enfrentado el tema, en el cual han primado intereses individuales por sobre los intereses colectivos.

 

          En el caso de la deuda española, el año pasado Global Mc. Kinsey Institute presentó una importante investigación en la cual dio cuenta del abultado crecimiento de la deuda y del sobreapalancamiento financiero en los años previos a la crisis. Este informe dio cuenta de los verdaderos orígenes del apalancamiento financiero de los países industrializados, y para el caso de España presentó la siguiente gráfica:

          Hasta 1980 la deuda total de España era levemente superior al PIB, siendo la deuda de las empresas no financieras responsable de un 57% del endeudamiento. El sector financiero alcanzaba un endeudamiento del 11% del PIB, el mismo que mantuvo durante veinte años. Nótese que para el año 2000, el sector financiero presenta el mismo 11% de endeudamiento, pero para el primer trimestre de 2009 su porcentaje de deuda se multiplicó ocho veces para llegar al 82% del PIB. En sólo 9 años, o mejor, en la década del euro, la deuda de las instituciones financieras aumentó 750%, mientras en este mismo período la deuda pública bajó del 63% al 56% del PIB. Las empresas no financieras multiplicaron su endeudamiento al pasar del 74% del PIB al 141%. Es decir, en la década del euro la deuda total se duplicó hasta llegar al 366% del PIB.

 

          Frente a esa deuda, originada principalmente por la desaceleración continuada de la industria y el comercio, se pretende pasar factura a la parte más desfavorecida y humilde de la sociedad. Una cosa es que Warren Buffett considere que todos somos culpables de la crisis, y otra es condonar a los verdaderos responsables. La economía actual se encuentra ante un nudo gordiano que está rebasando los límites de la estabilidad social. El desempleo global, no sólo en España, se encuentra en los niveles más elevados de las últimas dos décadas, y hasta que no se comprenda que el trabajo productivo es el tema central de la economía, la economía seguirá por el camino que se instauró hace treinta años: el despeñadero>>.  

 

Marco Antonio Moreno Cerón

 

Epílogo

 

          ¿Dónde ha ido a parar esa enorme masa de dinero equivalente a la deuda pública mundial, que recae sobre los distintos Estados nacionales? En su mayor parte sin duda se concentró en las más poderosas empresas multinacionales, a instancias de la competencia interburguesa históricamente predeterminada por la todavía vigente propiedad privada de los medios de producción y el dinero bancario. De ahí que Marx haya demostrado irrefutablemente, que la democracia representativa sea el sistema más avanzado de la dictadura política del Capital sobre la sociedad”, muy especialmente sobre los ciudadanos más numerosos y empobrecidos. Tal es el despotismo absoluto que los dirigentes políticos profesionales institucionalizados en todo el mundo, en el nombre de la “libertad” y la “justicia” le han venido consintiendo a la grande y mediana burguesía internacional. Un consentimiento que hoy día explica la continuidad delincuencial de los evasores de impuestos, apelando impunemente a los paraísos fiscales:  

      <<Las 200 empresas multinacionales más poderosas del Mundo dictan la política mundial y el comportamiento de gobiernos y ejércitos. El comercio mundial (en más de un 50%) y la inversión de capital en el extranjero (en más de un 75%), se concentran en tres únicos polos: EEUU, Japón y la UE [Unión Europea]. Y excluye áreas enormes del Planeta, en África por ejemplo, marginándolas de los flujos de mercancías y de capitales. Las cadenas del viejo colonialismo militar reaparecen en la etapa de la globalización como cadenas financieras y económicas.

       Después de algunos titubeos, la palabra globalización se ha impuesto, diríase que definitivamente, para designar los cambios económicos producidos en las dos últimas décadas del siglo XX, y los cambios políticos, sociales y culturales relacionados. Puede que la impresionante manifestación de Seattle contra la reunión de la Organización Mundial del Comercio, haya sido el momento simbólico de una toma de conciencia colectiva e internacional. Antes de la que ha dado en llamarse “primera movilización del siglo XXI”, hubo otras acciones que se describieron como protestas o revueltas contra la llamada globalización [mercado internacional] pero lo eran en un sentido objetivo, por así decir, independiente de la intención explícita de los protagonistas. En cambio, en Seattle había ya conciencia de resistir y protestar contra la globalización capitalista, y conciencia del ámbito realmente global de la protesta>>. (Revista “Rebelión 2012. El subrayado y lo entre corchetes nuestros).

        El lema de Libertad, igualdad y fraternidad, surgió por primera vez en Francia corriendo el año 1791, a raíz de la creación de una fuerza pública para la defensa del territorio nacional. La libertad consiste en ser capaz de hacer cualquier cosa que no dañe a otros. Así, el ejercicio de los derechos naturales de cada individuo —varón o mujer— no tiene otros límites que los que garantizan a otros miembros de la sociedad el goce de esos mismos derechos. La igualdad significa en la sociedad civil, que de cada cual según su trabajo, a cada cual según sus obras y la ley debe ser la misma para todos, ya sea que proteja o castigue. Y en el Estado todos los ciudadanos, sin ninguna distinción, serán igualmente elegibles para todos los altos cargos, puestos públicos y empleos, según su capacidad, virtudes y, talentos. Y por último la fraternidad, aunque no tiene una definición específica, se afirma en que: “Pertenece a otra dimensión, la de las obligaciones morales más que los derechos”.

 

        Pero el caso es que la naturaleza de una determinada sociedad es la que por lo común hace a la moral de los individuos y no al revés. Y ya hemos visto que la sociedad capitalista se ha erguido sobre la manifiesta desigualdad social, tal como John Francis Bray lo ha podido demostrar categóricamente, y que nosotros reproducimos aquí porque nunca parece ser suficiente:                        

<<Por la naturaleza misma del trabajo y del intercambio, la estricta justicia exige que todos los que intercambian obtengan beneficios no solo mutuos, sino iguales (all exchangers should be not only mutually but they should likewise be equally benefited). No hay más que dos cosas que los seres humanos pueden cambiar entre sí, a saber: el trabajo y los productos del trabajo. Si los cambios se efectuasen según un sistema equitativo, el valor de todos los artículos se determinaría por un coste de producción completo; y valores iguales se cambiarían siempre por valores iguales (If a just sistema of exchanges were acted upon, the value all articles would be determined by the entire cost of production, and equal values should always exchange for equal values). Si, por ejemplo, un sombrerero que invierte una jornada de trabajo en hacer un sombrero y un zapatero que emplea el mismo tiempo en hacer un par de zapatos —suponiendo que la materia que ambos empleen tenga el mismo valor— y cambian estos artículos entre sí, el beneficio obtenido de este cambio es al mismo tiempo mutuo e igual. La ganancia de una de las partes no puede ser una pérdida para la otra, puesto que ambas han suministrado la misma cantidad de trabajo. Pero si el sobrerero recibiese dos pares de calzado por un sombrero, no variando las condiciones arriba supuestas, es evidente que el cambio sería injusto. El sombrerero usurparía al zapatero una jornada de trabajo. (…); y procediendo así en todos sus cambios, recibiría por el trabajo de medio año el producto de todo un año de otra persona (…). Hasta aquí hemos seguido siempre este sistema de cambio eminentemente injusto: los obreros han dado al capitalista el trabajo de todo un año a cambio del valor de medio año (the workmem have given the capitalist the labour of a whole year, in exchange for the value of only half a year). De ahí, y no de una supuesta desigualdad de las fuerzas físicas e intelectuales de los individuos [de condición asalariada], es de donde proviene la desigualdad de riquezas y de poder. La desigualdad de los intercambios, la diferencia de precios en las compras y en las ventas, no puede existir sino a condición de que los capitalistas sigan siendo capitalistas y los obreros, obreros (…) La transacción entre el trabajador y el capitalista es una verdadera farsa: en realidad no es, en miles de casos, otra cosa que un robo descarado, aunque legal. (The whole transaction between the producer and the capitalist is mere farse: it is, in fact, in thousands of instances, no other than a barefaced though legalised robbery). (John Francis Bray: Op. Cit. Pags. 45, 48, 49 y 50. Cita de Marx en “Miseria de la filosofía” Ed. Progreso-Moscú Pp. 61). Versión digitalizada Ver Pp. 26-27. El subrayado nuestro).

La consideración del objetivo y de la misión de la sociedad me autoriza a hacer la conclusión de que no sólo deben trabajar todos los hombres y de obtener de este modo la posibilidad de cambiar], sino también que valores iguales deben cambiarse por valores iguales. Además, como el beneficio de uno no debe ser una pérdida para otro, el valor se debe determinar por el gasto en la producción. Sin embargo, hemos visto que, bajo el régimen social vigente, el beneficio del capitalista y del rico, es siempre una pérdida para el obrero, que este resultado es inevitable, que bajo todas las formas de gobierno el pobre queda siempre abandonado enteramente a merced del rico, mientras subsista la desigualdad de los cambio, y que la igualdad de los cambios sólo puede ser asegurada por un régimen social que reconozca la universalidad del trabajo…La igualdad de los cambios hará gradualmente  que la riqueza pase de manos de los capitalistas actuales a manos de la clase obrera (John Francis Bray Op. cit. Pp. 53-55).  

Mientras permanezca en vigor este sistema de desigualdad en los intercambios, los productores [asalariados] seguirán siendo tan pobres, tan ignorantes, estarán tan agobiados por el trabajo como lo están actualmente...Sólo un cambio total de sistema, la introducción de la igualdad del trabajo y de los cambios, puede mejorar este estado de cosas y asegurar a los seres humanos la verdadera igualdad de derechos… A los productores les bastará hacer un esfuerzo —son ellos precisamente quienes deben hacer todos los esfuerzos para su propia salvación— y sus cadenas serán rotas para siempre. Como fin, la [falsa] igualdad política es un error, y como medio también es un error (As an end, the political equality it is there a failure).

Con la igualdad de los cambios, el beneficio de uno no puede ser pérdida para otro: porque todo cambio no es más que una simple transferencia de trabajo y de riqueza, no exige ningún sacrificio. Por tanto, bajo un sistema social basado en la igualdad de los cambios, el productor podrá llegar a enriquecerse por medio de sus ahorros; pero su riqueza no será sino el producto acumulado de su propio trabajo. Podrá cambiar su riqueza o donarla a otros; pero si deja de trabajar no podrá seguir siendo rico durante un tiempo más o menos prolongado. Con la igualdad de los cambios, la riqueza pierde el poder actual de renovarse y de reproducirse, por decirlo así, por sí misma: no podrá llenar el vacío creado por el consumo; porque, una vez consumida, la riqueza es perdida para siempre si no es reproducida por el trabajo. Bajo el régimen de cambios iguales no podrá ya existir lo que ahora llamamos beneficios e intereses. Tanto el productor como el distribuidor recibirán igual retribución [equivalente al valor creado por su propio trabajo]. Y el valor de cada artículo creado y puesto a disposición del consumidor, será determinado por la suma total del trabajo invertido por ellos (…). El principio de la igualdad en los cambios debe, pues, conducir por su propia naturaleza, al trabajo universal>>. (John Francis Bray: Op. Cit. Pp. 67, 88, 89, 94, 109 y 110.  Citado por Marx en “Miseria de la Filosofía” Cap. I Apartado II. Pp. 61. Ed. Progreso. Lo entre corchetes y el subrayado nuestros). Versión digitalizada ver: Pp. 26. (Últimos dos párrafos ver Pp. 27 y 28. El subrayado y lo entre corchetes nuestros).

 

        Dada la sistémica y ya tradicional desigualdad económico-social entre las dos clases universales antagónicas en la sociedad capitalista, apuntalada por la corrupción política en los distintos Estados nacionales, jamás será posible acabar con estas dos noxas sociales para siempre, hasta que las mayorías absolutas explotadas y oprimidas —sin distinción de patrias—, seamos suficientemente capaces y valerosos para comprender y asumir prácticamente la cada vez más imperiosa necesidad política, de globalizar nuestra conciencia emancipadora y así unificarnos internacionalmente, para poder erradicar una vez por todas de este mundo, a la maldita propiedad privada de los medios de producción y el dinero bancario. Porque sin duda son estos, los dos criminales flajelos urdidos por el opulento contubernio entre empresarios y políticos profesionales institucionalizados en todo el Orbe, que de tal modo han venido dando pábulo al capitalismo explotador y opresivo más aborrecible, ya hoy completamente caduco, que induce cada vez con más fuerza hacia un cambio revolucionario, donde la igualdad entre los seres humanos se conjugue universalmente para siempre urbi et orbe, con la libertad y la fraternidad. Tres principios irrenunciables de la convivencia humana mundial en paz, tras haber demostrado que la propiedad privada capitalista es taxativa y absolutamente incompatible con la vigencia de ellos.

                                                                                                                                                                 GPM:

       << ¿Qué vía de desarrollo tomará esa revolución? [—se preguntaba F. Engels aportando al trabajo que junto con Marx ambos publicaron en 1848, y en el apartado XVIII de “Principios del Comunismo” contestaba lo siguiente]: Establecerá, ante todo, un régimen democrático y, por tanto, directa o indirectamente la dominación política del proletariado [como clase social mayoritaria unificada en el poder]. Directamente en Inglaterra, donde los proletarios constituyen ya la mayoría del pueblo. Indirectamente en Francia y en Alemania, donde la mayoría del pueblo no consta únicamente de proletarios, sino, además, de pequeños campesinos y pequeños burgueses de la ciudad, que se encuentran sólo en la fase de transformación en proletariado y que, en lo tocante a la satisfacción de sus intereses políticos, dependen cada vez más del proletariado, por cuya razón han de adherirse pronto a las reivindicaciones de éste. Para ello, quizá, se necesite una nueva lucha que, sin embargo, no puede tener otro desenlace que la victoria del proletariado. La democracia sería absolutamente inútil para el proletariado, si no la utilizara inmediatamente como medio para llevar a cabo amplias medidas que atentasen directamente contra la propiedad privada.  Las medidas más importantes que dimanan de las condiciones [definidas por entonces en 1890] son:

1) Restricción de la propiedad privada mediante el impuesto progresivo, el alto impuesto sobre las herencias, la abolición del derecho de herencia en las líneas laterales (hermanos, sobrinos, etc.), préstamos forzosos, etc.

2) Expropiación gradual de los propietarios agrarios, fabricantes, propietarios de ferrocarriles y buques, parcialmente con ayuda de la competencia por parte de la  industria estatal y, parcialmente de modo directo, con indemnización en asignados.

3) Confiscación de los bienes de todos los emigrados y de los rebeldes contra la mayoría del pueblo.

4) Organización del trabajo y ocupación de los proletarios en fincas, fábricas y talleres nacionales, con lo cual se eliminará la competencia entre los obreros, y los fabricantes privados que queden, tendrán que pagar salarios tan altos como el Estado.

5) Igual deber obligatorio de trabajo para todos los miembros de la sociedad, hasta la supresión completa de la propiedad privada. Formación de ejércitos industriales, sobre todo para la agricultura.

6) Centralización de los créditos y la banca en las manos del Estado a través del Banco Nacional, con capital del Estado. Cierre de todos los bancos privados.

7) Aumento del número de fábricas, talleres, ferrocarriles y buques nacionales, cultivo de todas las tierras que estén sin labrar y mejoramiento del cultivo de las demás tierras en consonancia con el aumento de los capitales y del número de obreros de que dispone la Nación.

8) Educación de todos los niños en establecimientos estatales y a cargo del Estado, desde el momento en que puedan prescindir del cuidado de la madre. Conjugar la educación con el trabajo fabril.

9) Construcción de grandes palacios en las fincas del Estado para que sirvan de vivienda a las comunas de ciudadanos que trabajen en la industria y la agricultura y unan las ventajas de la vida en la ciudad y en el campo, evitando así el carácter unilateral y los defectos de la una y la otra.

10) Destrucción de todas las casas y barrios insalubres mal construidos.

11) Igualdad de derecho de herencia para los hijos legítimos y los  naturales.

12) Concentración de todos los medios de transporte público en manos de la Nación.

       Por supuesto, todas estas medidas no podrán ser llevadas a la práctica de golpe. Pero cada una entraña necesariamente la siguiente. Una vez emprendido el primer ataque radical contra la propiedad privada, el proletariado se verá  obligado a seguir siempre adelante y a concentrar más y más en las manos del Estado todo el capital, toda la agricultura, toda la industria, todo el transporte y todo el cambio [en dinero]. Este es el objetivo al que conducen las medidas mencionadas. Ellas serán aplicables y surtirán su efecto centralizador exactamente en el mismo grado en que el trabajo del proletariado multiplique las fuerzas productivas del país. Finalmente, cuando todo el capital, toda la producción y todo el cambio estén concentrados en las manos de la nación, la propiedad privada dejará de existir, de por sí, el dinero se hará superfluo, la producción aumentará y los seres humanos [libres e iguales] cambiarán tanto que se podrán suprimir también las últimas formas de relaciones de la vieja sociedad>>. (K. Marx-F. Engels: “Manifiesto del Partido Comunista”. F. Engels en: el subtítulo: “Principios del Comunismo”. Apartado XVIII. Ed. l’eina Pp. 86 a 89.  El subrayado y lo entre corchetes nuestros. Confrontar con Versión digitalizada en Pp. 117 a 119).

 

          En su trabajo escrito entre 1845 y 1846 titulado: “La ideología alemana”, Marx y Engels para referirse al ser humano viviente respecto de los animales irracionales, dejaron negro sobre blanco lo siguiente:

     <<Podemos distinguir a los seres humanos de los animales por la conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Pero ellos comenzaron a ver la diferencia tan pronto como produjeron sus medios de subsistencia……El primer acto histórico de estos individuos, merced al que se distinguen de los animales [irracionales], no consiste en el hecho de que piensan sino en que comienzan a producir los indispensables medios de subsistencia>>. (Obra citada. Cap. I Aptdo. 2. Ed. l’ Eima/1988. Pp. 11. Versión digitalizada Pp. 19-20).                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    

            Ya hemos dejado dicho siguiendo a Marx, que la propiedad privada capitalista, inevitablemente determina la competencia entre propietarios privados asociados que, a su vez, no menos fatalmente y sin mediar la voluntad de nadie, esa competencia induce al desarrollo tecnológico incorporado a los medios técnicos de producción sustitutos de trabajo vivo. Esta realidad, al mismo tiempo que el perfeccionamiento de la maquinaria, ha venido dejando a los obreros en la situación más precaria. Una realidad evolutiva que surgió y estuvo desde un principio en el proceso de concientización de los asalariados, acerca de lo que fue y sigue siendo necesario hacer:

       <<Los intereses y las condiciones de existencia de los proletarios, se igualan cada vez más a medida que la máquina va borrando las diferencias con el trabajo [humano] y reduce el salario, [en la medida que lo sustituye] casi en todas partes a un nivel igualmente bajo. Como resultado de la creciente competencia de los burgueses entre sí y de las crisis comerciales que ella ocasiona, los salarios son cada vez más fluctuantes [a la baja]; el constante y acelerado perfeccionamiento de la máquina coloca al obrero en situación cada vez más precaria; las colisiones entre el obrero individual y el burgués individual, adquieren más y más el carácter de colisiones entre dos clases sociales. Los obreros empiezan a formar coaliciones [sindicatos] contra los burgueses y actúan en común para la defensa de sus salarios. Llegan hasta formar asociaciones permanentes para asegurarse los medios necesarios, en previsión de estos choques eventuales. Aquí y allá la lucha estalla en sublevación…De tal manera, la burguesía proporciona a los proletarios los elementos de su propia educación [o sea su propia conciencia de lo que es necesario hacer para los fines de su emancipación humana]>> (K. Marx-F. Engels 1847-1848: “Manifiesto del Partido Comunista”. Cap. I: “Burgueses y Proletarios” Ed. L’eina/1989 Pp. 45/46. Versión digitalizada  Cfr. con Pp. 61/62).

 

             En 1858 Marx publicó su “Contribución a la crítica de la economía política” entre agosto de 1858 y enero de 1859 donde sacó a la luz que:

       <<El conjunto de las relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, su ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta [última formación social capitalista] se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana>>. (K. Marx: op. cit. Versión digitalizada. Ver texto en páginas 7 y 8. El subrayado y lo entre corchetes nuestro).

                                                                                                                                                                                                                                                                                             Marx fue consciente de que la burguesía trata de impedir que su clase social subalterna explotada se extinga y, que es preciso asegurarle unas condiciones de sobrevivencia que le permitan arrastrar esa su existencia de clase social sometida. Pero al mismo tiempo también fue consciente de que no puede impedir semejante deriva, porque la tendencia hacia su pauperización creciente es inevitable. De esta última previsión Marx dedujo la imposibilidad de que la sociedad capitalista sobreviva.  En tal sentido Marx ha considerado en esa época, que bajo el capitalismo “la ley general necesariamente determinada por la naturaleza de las relaciones entre capital y trabajo”, según aumenta la inversión en capital productivo constante [medios técnico-mecánicos de producción y materias primas], disminuye proporcionalmente la ocupación laboral y el sustento de los obreros”. Esta fatal realidad se sigue cumpliendo en nuestros días tal como es posible comprobarlo, sin que la tan cacareada “libertad” ni la “igualdad” entre las personas, de un mismo país, y menos aún la fraternidad entre todos los habitantes del Mundo desde que este lema fuera proclamado en 1791, hayan sido posibles sino al contrario. Y es que la propiedad privada de los medios de producción y el dinero bancario, ha estado y sigue prevaleciendo en la división y el enfrentamiento social entre las clases explotadoras y explotadas de cada país, a la vez que dividió y enfrentó a los habitantes de la comunidad mundial entre países, dejando en papel mojado el virtuoso lema que alumbró la Revolución Francesa.

 

¿Cuáles son los conflictos bélicos actuales en el Mundo que revisten mayor gravedad?

       <<La Organización de las Naciones Unidas se creó para recomponer el orden global tras los efectos desastrosos de las dos guerras mundiales. El objetivo presuntamente consistió en evitar que los conflictos armados y las guerras se repitieran en cualquier punto del planeta y, de esta forma, garantizar un mínimo de equilibrio. Sin embargo, las confrontaciones bélicas no han cesado. Simplemente, se han adaptado a contextos específicos como la Guerra Fría y la globalización. A partir de la Declaración de los Derechos Humanos aprobada en 1948, los conflictos mundiales han causado cerca de 52 millones de personas refugiadas, un dato que supera el registrado en la II Guerra Mundial.

       Los elementos económicos, políticos, ideológicos, culturales y religiosos continúan siendo las principales causas de las guerras que presenciamos en la actualidad. Muchas de ellas tienen raíces antiguas y son en realidad la prolongación de disputas que tuvieron lugar en momentos anteriores de la historia. Otras, en cambio, han surgido tras el orden mundial que se impuso desde 1948.

       Conflictos actuales en el mundo que amenazan la estabilidad

       La lista de conflictos armados actuales en el mundo es larga. Sin embargo, existen algunos que, dado su impacto regional y global o las crisis humanitarias que han originado, han adquirido especial importancia. Principales conflictos actuales en el mundo: 

1) Guerra en Siria

       Tras las manifestaciones de la Primavera Árabe que tuvieron lugar en 2011, grupos opositores y el Gobierno de Bashar al Assad iniciaron una serie confrontaciones bélicas que han motivado el éxodo de casi 5 millones de refugiados y el desplazamiento de 6,6 millones de personas. Ciudades como Alepo, Palmira y la propia capital, Damasco, se han visto seriamente dañadas. A lo anterior hay que añadir la presencia de grupos islamistas radicales en varias zonas del país. Turquía, Líbano, Irak y Grecia son en la actualidad los principales países receptores de refugiados sirios. De todos modos, cabe destacar que debido al conflicto de Irak, millones de personas protagonizan una de las mayores situaciones de desplazamiento interno a nivel mundial.

Aprende más sobre el conflicto de Siria descargando esta guía gratuita: ‘Testigos de la guerra: la historia de 6 refugiados sirios’

2) Conflicto en la República Centroafricana

       Las acciones bélicas que se iniciaron en el año 2012 son en realidad la prolongación de la guerra civil de 2004. En ella se enfrentan el Ejército del país y las fuerzas rebeldes agrupadas bajo una coalición conocida como Seleka. Estos últimos acusan al actual presidente, François Bozizé, de incumplir los acuerdos de paz firmados en 2007. Este conflicto ha dejado cerca de 215.000 personas refugiadas. Además limita con la República Democrática del Congo, otro país que sufre las consecuencias derivadas de los conflictos por controlar su gran riqueza mineral.

3) Guerra en Sudán del Sur

       Es el país más joven del mundo. Surgió en el año 2011 tras lograr la independencia de su vecino del norte, pero esto no ha sido motivo de estabilidad. Por el contrario, las dos principales etnias que habitan el territorio, los dinka y los nuer, llevan más de 4 años enfrentados en una guerra civil que ya deja 500.000 víctimas mortales, 1,5 millones de desplazados internos y casi 2 millones de refugiados.

4) Guerra en Yemen

       Las raíces de la guerra en Yemen se remontan a las luchas que desde hace décadas las principales ramas del islam que habitan el país asiático: los chiítas y los sunitas. Los primeros son minoría y reclaman el poder que ostentan los segundos. Desde 2014 ha habido un recrudecimiento de las acciones bélicas entre los dos bandos, además de la participación de Arabia Saudita, país vecino que apoya a los grupos sunitas. El más reciente coletazo de esta guerra ya deja más de 2,5 millones de desplazados internos y 173.000 refugiados que huyen a países como Etiopía, Somalia y Sudán.

5) Conflicto armado en Colombia

       Es el conflicto de América Latina más largo de la historia reciente. Se inició en los años 60, cuando las guerrillas de corte “comunista” y el Ejército se disputaron el control de ciertas zonas del territorio. Más tarde aparecieron los grupos paramilitares y otras bandas relacionadas con el narcotráfico. Las acciones armadas han causado cerca de 220.000 víctimas y algo más de 5 millones de desplazados internos. En la actualidad, el Gobierno negocia el fin del conflicto con el principal grupo guerrillero, las FARC>>. Confrontar con: https://www.esglobal.org/las-guerras-2018/ http://www.un.org/es/humanitarian/overview/conflict.shtml y https://psicologiaymente.com/miscelanea/paises-mas-violentos-peligrosos-mundo. https://www.eldiario.es/desalambre/DATOS-empresas-armamento-poderosas-mundo_0_738076920.html.

 

      Como ya hemos dejado dicho en uno de nuestros últimos trabajos, según Marx <<la “democracia” burguesa es el sistema más avanzado de la dictadura del Capital sobre la sociedad>>:   

       <<El actual derrumbe del capitalismo está poniendo al descubierto esa realidad que muchos prefirieron ignorar y se acoplaron a ella. Unas decenas, o quizás unas centenares de familias en todo el mundo, poseedoras de inmensas fortunas acumuladas a través de la especulación y la explotación despiadada, imponen su voluntad a seis mil millones de seres humanos. La necesidad de reproducción infinita de sus capitales pone en peligro a la humanidad y el planeta entero. No les importa que el cambio climático o la extinción de las especies sea ya una realidad que nadie en su sano juicio cuestiona. No les importa que hayan provocado una crisis económica sin precedentes que está hundiendo en la pobreza a millones y millones de trabajadores en todo el mundo. Nadie les va a pedir cuentas. Ninguna “honorable” institución los va a señalar con el dedo, ningún gobierno capitalista va a enfrentarse a sus designios. A través de sus imperios económicos ponen y deponen a los gobiernos “democráticos” y definen qué políticas se deben de llevar a cabo. A través de sus ejércitos mediáticos engañan y manipulan, creando corrientes de opinión conforme a sus intereses. Financian a los partidos y a la burocracia de los sindicatos para conseguir su complicidad, y de esta manera mantener la ficción democrática. La democracia burguesa se desenmascara cada vez más, para dejar al descubierto su verdadero rostro psicópata y brutal.
       El derrumbe capitalista ha hecho que las florituras de la democracia formal salten por los aires. La izquierda y la derecha del sistema tienen cada vez menos espacio de maniobra para diferenciarse. La izquierda del sistema clama por la intervención estatal, la derecha defiende el dejar hacer (la intervención del Estado tiene que limitarse a las guerras, a la represión y a los momentos en los que tenga que actuar en auxilio de los poderosos). La izquierda del sistema oculta que la intervención estatal y el aumento del gasto social, en un momento en el que caen los ingresos fiscales, aumentará el déficit fiscal y hará impagable la deuda. La derecha disimula que con el recorte de las ayudas y los subsidios, crecerá la pobreza y el desempleo, agravando la caída de los ingresos del Estado y volviendo también impagable la deuda pública. Todos los caminos conducen a Roma. El gran capital necesita liquidar las conquistas y los derechos de los trabajadores para aumentar su explotación. No existe otra forma para aumentar sus plusvalías>>
(“En defensa del Marxismo”. Partido Obrero Prensa obrera).  

.                                  GPM.