GENOVA01 | Génova en Madrid
¡POR LA MUNDIALIZACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS y CONTRA LA MERCANTILIZACIÓN DEL MUNDO, CONCENTRACIÓN EN MADRID, SÁBADO 21 DE JULIO, 11 H., EN LA ESQUINA DE LA CALLE GÉNOVA Y COLÓN! |
Si crees que EL MUNDO NO ES UNA MERCANCÍA, si aspiras a la GLOBALIZACIÓN DE LOS DERECHOS
HUMANOS... VENTE A GÉNOVA, en Italia o en Madrid.
Violando el derecho a la libre circulación en el espacio comunitario, diversos gobiernos europeos
han tratado de evitar la llegada a Génova (Italia) de quienes desean expresar allí, frente a los
líderes del G-8, que OTRO MUNDO ES POSIBLE. Pese a todo, miles de mujeres y hombres
estarán/estaremos allí.
Si no has podido ir hasta Génova, debes saber que tienes/tenemos otra oportunidad de reclamar
nuevas reglas para la globalización, reglas democráticas y verdaderamente mundialistas no
sometidas a la lógica capitalista del beneficio a cualquier precio. Diversos colectivos sociales
y políticos convocan una CONCENTRACIÓN EN MADRID, SÁBADO 21 DE JULIO, 11 H., EN LA ESQUINA DE LA
CALLE GÉNOVA Y COLÓN. ¡Acude! Y de paso, mientras tendemos la mano a nuestr@s amig@s que se
manifiestan en Génova (Italia), le damos un toque a Aznar y a su partido, tan amigos de Bush y
Berlusconi.
A continuación, reproducimos el comunicado de la convocatoria:
Ante la reunión del G-8 en Génova:
NO A LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
Nuestro rechazo a esta nueva "Cumbre" del G-8 obedece a nuestra
convicción de que las grandes potencias, más allá de la retórica contra
la "pobreza", pretenden dar nuevos pasos adelante en la aplicación de
un proyecto y unas recetas neoliberales y privatizadoras de servicios
públicos esenciales, dejando además en segundo plano el problema de la
deuda externa. Su propósito es, una vez más, satisfacer los intereses
de las multinacionales y el capital financiero especulativo, en
perjuicio de la gran mayoría de la humanidad y del planeta. Su negativa
a dialogar y su intención de impedir la libre expresión, circulación
(suspendiendo incluso los Acuerdos de Schengen) y manifestación de los
movimientos que se oponen a la mercantilización de las personas y de
bienes comunes básicos revelan su temor a debatir y reconocer que
existen alternativas frente al mundo cada vez más desigual e injusto
que están construyendo. Por tales razones, es evidente que el G-8, por
lo menos, debería adoptar un funcionamiento democrático, no como hasta
la fecha. Además, a corto plazo está obligado, al menos, a incluir las
siguientes políticas en su agenda:
No más rondas negociadoras en la OMC sobre asuntos como inversiones
extranjeras directas, contratas públicas, biotecnología
o "transparencia", como se plantea en la próxima reunión de la OMC en
Qatar. Los compromisos incumplidos de la Ronda de Uruguay sobre
asistencia técnica, acceso a mercados y reformas institucionales
también deben ser completados antes de adoptar nuevas medidas.
Cada acuerdo internacional debe ser revisado para evaluar su impacto
económico, social y ambiental hasta la fecha y para ser reorientado
hacía la sostenibilidad y la reducción de la pobreza. Las "pruebas de
necesidad" en Las Barreras Técnicas al Comercio y Otros Acuerdos (que
se utilizan por la OMC para derribar "barreras restricciones
gubernamentales no-comerciales") deben ser reemplazadas por
otras "pruebas de sostenibilidad", por ejemplo.
Las políticas públicas y las leyes de los estados deben estar a salvo
de ataques por acuerdos comerciales y de las presiones de organismos
como el G-8. En particular, campos como la salud y la seguridad, la
educación, cultura, energía, alimentación y seguridad hídrica,
servicios públicos, transporte público y protección ambiental no deben
ser sujetos a las reglas del libre comercio internacional, que
adquieren un rango legal superior a los objetivos políticos nacionales
no comerciales. La prioridad en el derecho internacional debe ser la
aplicación de acuerdos y tratados multilaterales que protejan derechos
sociales, laborales y ambientales. No, por tanto, a la privatización de
bienes y servicios esenciales.
Comercio justo en lugar de Comercio Libre. El concepto de comercio
justo exige que las reglas del comercio deban reconocer y respetar los
derechos humanos y laborales fundamentales, incluidos los derechos de
los pueblos indígenas. Los productores locales, especialmente los que
cultivan alimentos básicos, deben recibir un precio justo por su
producción.
Se debe establecer un control democrático de los organismos
internacionales. Las personas deben tener el derecho a conocer y a
decidir sobre los compromisos internacionales adquiridos. La sociedad
civil se configura como un nuevo referente ineludible para la discusión
y adopción de decisiones, al tiempo que tales organismos acogen
mecanismos democráticos de los que hoy carecen.
Reforma de las prioridades agrícolas. Hace falta una reorientación
desde el actual "comercio en cantidad" hacía una política rural
integrada y sostenible, defendiendo la identidad de producción y
distribución alimentaria local/regional y preservando la soberanía y
seguridad sobre alimentos básicos y el agua.
Las necesidades humanas y la naturaleza no pueden ser tratadas como
meras mercancías. Las patentes de formas de vida deben ser prohibidas
por todas las instituciones internacionales y nacionales para proteger
la biodiversidad, la seguridad alimentaria y los derechos de los
pueblos, evitando el control de grandes multinacionales sobre los
recursos genéticos. Se debe renegociar el TRIP (Tratado relativo a la
propiedad intelectual) para conseguirlo. La bio-piratería, el robo de
conocimiento tradicional, debe ser prohibida por el comercio
internacional. Los agricultores deben tener el derecho de usar semillas
guardadas de cosechas anteriores.
Se debe abolir la deuda de los países del Sur. Además se debe parar el
uso de programas financieros de ajuste estructural para obligar a la
aceptación de la liberalización del comercio por parte de países del
Sur. Las políticas de las instituciones financieras internacionales
deben dar la prioridad al fortalecimiento de economías locales y
regionales en lugar de fomentar, por encima de todo, la competencia en
el mercado mundial.
Control democrático de la economía financiera. Se deben poner los
medios para un control por parte de los ciudadanos de la economía
financiera, cuyo único objetivo no sea el beneficio a cualquier costo.
La Tasa Tobin podría ser un mecanismo adecuado para evitar el
capitalismo de casino.
Renuncia a una nueva escalada armamentística. Como primer paso hacia un
progresivo desarme mundial se debe renunciar al incremento en los
gastos militares en los estados del G-8. Dentro de este aspecto es
fundamental no poner en marcha el plan estadounidense de creación de un
escudo contra misiles balísticos. Este proyecto hará incrementar las
tensiones a nivel mundial y supondrá un grandísimo incremento en los
gastos militares. Además, se deben poner los medios para el control
transparente y democrático del comercio de armas.
Firma del Protocolo de Kioto. Los estados que integran el G-8 son los
principales responsables de las emisiones de gases de efecto
invernadero. Por ello deben ratificar el protocolo de Kioto, como paso
previo a nuevas negociaciones que conlleven planes de reducción de
emisiones mucho más ambiciosos y necesarios.
No a la represión de los movimientos sociales. La criminalización que
está sufriendo el movimiento anti-globalización en todo el mundo debe
cesar de inmediato. Desde las élites gobernantes se quiere evitar el
imprescindible debate político mediante la estigmatización de
movimientos amplios, necesarios y democráticos. Olvidan, por tanto, que
su tarea como gobernantes debería establecer un diálogo con los
gobernados.
ATTAC, Colectivo Craled, Ecologistas en Acción-Madrid, Izquierda Unida-
CM, Los Verdes-Izquierda madrileña, STEs
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