1974: FRAGMENTOS DE
El moderno sistema mundial: la agricultura capitalista y los
orígenes de la economía-mundo europea en el siglo
XVI.
"Este primer volumen se ocupa de los orígenes y las condiciones primitivas del sistema mundial, hasta entonces tan sólo un sistema mundial europeo. Las fechas aproximadas de esta etapa son 1450-1649". (página 17)
LA CONCEPCION DE PARTIDA DE I. WALLERSTEIN
"abandoné definitivamente la idea de tomar como unidad
de análisis tanto al estado soberano como ese otro concepto
aún mas vado, la sociedad nacional. Decidí que ninguno
de los dos era un sistema social y que solamente podía
hablarse de cambios sociales en sistemas sociales. En este esquema
el único sistema social era el sistema mundial... la unidad
correcta de análisis era el sistema mundial y que los Estados
soberanos debían ser considerados tan sólo como
un tipo de estructura organizativa entre otras en el seno de este
único sistema mundial". (página 12)
EL NACIMIENTO DE LA ECONOMIA-MUNDO EUROPEA
"A finales del siglo XV y principios del XVI, nació
lo que podríamos llamar una economía-mundo europea.
No era un imperio, pero no obstante era espaciosa como un gran
imperio y compartía con él algunas características.
Pero era algo diferente y nuevo. Era un tipo de sistema social
que el mundo en realidad no había conocido anteriormente
y que constituye el carácter distintivo del moderno sistema
mundial. Es una entidad económica pero no política,
al contrario que los imperios, las ciudades-Estado y las naciones-Estado.
De hecho, precisamente comprende dentro de sus límites
(es difícil hablar de fronteras) imperios, ciudades-Estado,
y las emergentes "naciones-Estado". Es un sistema mundial,
no porque incluya la totalidad del mundo, sino porque es mayor
que cualquier unidad política jurídicamente definida.
Y es una "economía-mundo" debido a que
el vínculo básico entre las partes del sistema es
económico, aunque esté reforzado en cierta medida
por vínculos culturales y eventualmente, como veremos,
por arreglos políticos e incluso estructuras confederales.
Por el contrario, un imperio es una unidad política...
los imperios fueron una característica constante del panorama
mundial a lo largo de cinco mil años. Existieron varios
imperios en diversas partes del mundo de forma contínua
en cualquier momento dado. La centralización política
de un imperio constituía al mismo tiempo su fuerza y su
mayor debilidad.... Los imperios políticos son un medio
primitivo de dominación económica. Si se quiere
plantearlo así, el logro social del mundo moderno consiste
en haber inventado la tecnología que hace posible incrementar
el flujo de excedente desde los estratos inferiores a los superiores,
de la periferia al centro, de la mayoría a la minoría,
eliminado el "despilfarro" de una superestructura política
excesivamente engorrosa.
He dicho ya que la economía-mundo es un invento del mundo
moderno. Esto no es del todo cierto. Existieron economías-mundo
anteriormente. Pero siempre acabaron transformándose en
imperios: China, Persia, Roma. La economía-mundo moderna
podría haber ido en la misma dirección -de hecho
esporádicamente ha dado la impresión de que iba
a hacerlo- pero las técnicas del capitalismo moderno y
la tecnología de la ciencia moderna, que como ya sabemos
están un tanto ligadas entre sí, permitieron que
esta economía mundo creciera, produjera y se expandiera
sin la emergencia de una estructura política unificada".
(Capítulo 1. Páginas 21 y 22)
Wallerstein acaba ese capitulo 1 afirmando que:
"En 1450, el escenario en Europa, pero no en otros lugares,
estaba presto para la creación de una economía-mundo
capitalista. Este sistema estaba basado en dos instituciones claves,
una división "mundial" del trabajo y en ciertas
áreas un aparato de Estado burocrático. Las examinaremos
sucesiva y globalmente. Después echaremos un vistazo a
las tres zonas de la economía-mundo por separado: lo que
llamaremos la semiperiferia, el centro y la periferia. Las estudiaremos
en este orden, en gran medida, por razones de secuencia histórica
que quedarán claras en la exposición del argumento".
(pagina 89)
ESTADOS DEL CENTRO, SEMIPERIFERIA, PERIFERIA Y ARENA EXTERIOR
DE LA ECONOMIA-MUNDO
"Por una parte la economía-mundo capitalista fué
construida sobre una división del trabajo a nivel mundial
en la que varias zonas de esta economía (lo que hemos llamado
centro, semiperiferia y periferia) tenían asignados papeles
económicos específicos, desarrollando diferentes
estructuras de clase, utilizando consiguientemente diferentes
modos de control de la mano de obra y beneficiándose desigualmente
del funcionamiento del sistema. Por otra parte, la actividad política
se daba primariamente en el marco de Estados que, como consecuencia
de sus diferentes papeles en la economía-mundo, estaban
estructurados de forma diferente, estando más centralizados
los Estados del centro". (página 229)
Es absolutamente crucial entender que las áreas favorecidas
de la economía-mundo están constituidas por los
que Wallerstein llama Estados del centro, que diferencia
radicalmente de las semiperiferias.
"En tales Estados, la creación de un fuerte aparato
de Estado unido a una cultura nacional, fenómeno a menudo
llamado integración, sirve como mecanismo para proteger
las disparidades surgidas en el seno del sistema mundial y como
máscara ideológica justificadora del mantenimiento
de tales disparidades.
Las economías-mundo están divididas, pues, en Estados
del centro y áreas periféricas. No digo Estados
periféricos porque una característica de las áreas
periféricas es que el Estado indígena es débil,
oscilando entre la no existencia (es decir, una situación
colonial) y la existencia con un escaso grado de autonomía
(es decir, una situación neocolonial).
Existen también áreas semiperiféricas que
están entre el centro y la periferia en una serie de dimensiones,
tales como la complejidad de las actividades económicas,
la fuerza del aparato de Estado, la integridad cultural, etc.
Algunas de estas áreas eran áreas centrales en versiones
anteriores de una cierta economía-mundo. Otras eran áreas
periféricas, promocionadas más adelante, por así
decirlo, como resultado de la geopolítica cambiante de
una economía-mundo en expansión.
La semiperiferia, no obstante, no es un artificio de puntos de
corte estadísticos, ni tampoco una categoría residual.
La semiperiferia es un elemento estructural necesario en una economía-mundo.
Estas áreas juegan un papel paralelo al representado, mutatis
mutandis, por los grupos comerciantes intermedios en un imperio".
(página 492)
Wallerstein distingue aún entre periferia y arena
exterior. Nos dice que:
"La periferia de una economía-mundo es aquel sector
geográfico de ella en el cual la producción es primariamente
de bienes de baja categoría (esto es, de bienes cuya mano
de obra es peor remunerada), pero que es parte integrante del
sistema global de la división del trabajo, dado que las
mercancías implicadas son esenciales para su uso diario.
La arena exterior de una economía-mundo está compuesta
por aquellos otros sistemas mundiales con los que una economía-mundo
dada mantiene algún tipo de relaciones comerciales, basadas
parcialmente en el intercambio de objetos preciosos, lo que a
veces se ha llamado `comercios ricos'". (página 426)
EL FRACASO DE ESPAÑA EN SU INTENTO DE CONVERTIR LA ECONOMIA-MUNDO
EUROPEA EN UN IMPERIO. Y SU CAIDA 1º EN LA CONDICION DE SEMIPERIFERIA
y LUEGO DE PERIFERIA.
"La economía-mundo europea que se estaba creando era
un gran premio, y es comprensible que los hombres buscaran su
control. La ruta de la dominación imperial era el camino
clásico, familiar para los hombres de esta era. Muchos
soñaron con esa posibilidad. Los Habsburgo, bajo Carlos
V, hicieron un valiente intento de absorber toda Europa. Hacia
1557 el intento había fracasado y España perdió
definitivamente no sólo su imperio político sino
también su papel económico central". (página
233)
"España, sin embargo, tuvo éxito ya en el siglo
XVI en la creación de un vasto imperio en las Américas,
tan grande como lo permitía el coste del transporte marítimo.
Esto supuso un relampagueante crecimiento del comercio transatlántico...
que vino acompañado por una espectacular expansión
política por Europa. Tras la coronación de Carlos
V como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en
1519, sus dominios en Europa incluían áreas tan
variadas y discontinuas como España (incluyendo Aragón),
los Países Bajos, varias regiones del sur de Alemania (incluyendo
Austria), Bohemia, Hungría, el Franco Condado, Milán
y las posesiones españolas del Mediterráneo (Nápoles,
Sicilia, Cerdeña y las Baleares). Por un momento este imperio,
paralelo en su estructura al contemporáneo imperio otomano
de Soleimán el Magnífico y al imperio moscovita
de Iván el Terrible, pareció absorber ese espacio
político de Europa. Parecía que la naciente economía-mundo
podría convertirse en otro imperio. Carlos V no fue el
único en intentar absorber la economía-mundo europea
en su imperio. Francisco I de Francia estaba intentado hacer lo
mismo y Francia tenía las ventajas de su tamaño
y su centralidad. Pero Francia tenía menos recursos para
el intento, y la elección de Carlos V como emperador por
encima de Francisco I, fue un gran paso atrás. No obstante,
Francia, localizada "en el corazón" del imperio
español, era suficientemente fuerte como para hacer que
la historia de los siguientes cincuenta años fuera la de
una guerra virtualmente constante entre los dos gigantes imperiales,
los Habsburgo y los Valois, una lucha que conduciría eventualmente
al agotamiento de ambos en 1557 y a la desaparición por
un largo período de tiempo de los sueños imperiales
en Europa". (páginas 240-242)
"Los imperios de los Habsburgo y los Valois fracasaron ambos,
y se hundieron juntos. No sólo España, sino también
Francia se declaró en bancarrota en 1557. Los Habsburgo,
no obstante, fueron los primeros, para subrayar su primacía
incluso en la derrota. Los dos fracasos financieros llevaron muy
rápidamente al cese de las luchas militares y al tratado
de Cateau-Cambrésis de 1559, que había de cambiar
durante cien años los términos de referencia política
en Europa. Estas bancarrotas fueron por tanto algo más
que un reajuste financiero. Todo un mundo se había venido
abajo.
Lo que se vino abajo no fue meramente una particular estructura
de Estado. Fue más que la trágica abdicación
de Carlos V en medio de las lágrimas de sus caballeros.
Lo que se vino abajo fue el sistema mundial. Durante cien años
Europa había estado disfrutando de prosperidad. Los hombres
habían intentado beneficiarse de ella a la antigua. Pero
los adelantos tecnológicos y la irrupción de elementos
capitalistas habían progresado ya demasiado para que fuera
posible recrear imperios políticos en correspondencia con
las áreas económicas. El año 1557 señala,
si se quiere, la derrota de tal intento y el establecimiento de
un equilibrio de poder en Europa que permitiría a los estados
que pretendían ser naciones (llamémoslos naciones-Estado)
llegar a sus propios términos y progresar en la aún
floreciente economía-mundo". (página 260)
"El nuevo sistema iba a ser el único que ha predominado desde entonces, una economía-mundo capitalista en la que los Estados del centro iban a quedar entrelazados en una situación constante de tensión económica y militar, compitiendo por el privilegio de explotar a las áreas periféricas (y debilitar sus aparatos de Estado), y permitiendo a ciertas entidades jugar un papel intermediario especializado como potencias semiperiféricas". (página 279)
"España no se convirtió en el primer poder
de Europa. Por el contrario estaba destinada a ser primero semiperiférica
y después periférica, hasta que en el siglo XX intentara
lentamente volver a ascender. Tampoco había declinado España
sola. Había arrastrado en su caída todas aquellas
partes de Europa que habían estado aliadas a su ascenso:
el norte de Italia, la Alemania del sur, Amberes, Cracovia, Portugal.
Con la excepción de Portugal, todas eran esencialmente
ciudades-Estado, sirviendo al imperio de los Habsburgo (y español),
así como a la economía-mundo como un todo".
(página 279)
Ya en el II Tomo de su obra, analizando el siglo XVII, Wallerstein
explica como, durante ese siglo, España realiza su papel
de potencia semiperiférica:
"España se convirtió todo lo más en una correa de transmisión bastante pasiva entre los países del centro y las colonias española. España importaba de los países del centro tejidos y pescado seco procedente de Terranova, consumiéndolos en España o, cuando no era totalmente soslayada por el comercio de contrabando, exportándolos a las colonias. España pagaba en parte en exportaciones de materias primas de la península, en tintes de las colonias y sobre todo, en oro y plata americanos". (página 235 del Tomo II)
Escrito en inglés y publicado por primera vez bajo el título: The modern world-system. Capitalist agricultura and the origins of the European world-economy in the sixteenth century, Academic Press, Inc., Nueva York, 1974.Traducido al español por Antonio RESINES y editado bajo el título: El moderno sistema mundial: la agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI, SIGLO XXI DE ESPAÑA EDITORES S.A., Madrid, 1979.