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Barcelona. La ruta de la infamia. Una propuesta cultural cuestiona la ética de nombres de calles y monumentos de la ciudad
El Períódico de Catalunya - 03/02/2005




El inquisidor secretario Coloma, el negrero marqués de Comillas y el militar Espartero están entre los personajes denostados

ROSARIO FONTOVA
BARCELONA

¿Le molesta que una calle de Barcelona lleve un nombre impropio, vinculado a un hecho moralmente reprobable? La memoria de Barcelona borrada, manipulada o maquillada tiene una oportunidad para aflorar de nuevo. El colectivo de artistas Turisme Tàctic propone una ruta de la infamia que señalice calles o monumentos dedicados a personas o hechos cuestionables desde el punto de vista ético. El secretario Coloma, Colón, el duque de la Victoria, el marqués de Comillas y el lápiz de paseo de Gràcia encabezan la lista de "infamias".
La ruta se articula mediante dos medios de divulgación. Por un lado la web en internet www.turismetactic.org, que funciona desde hace unas semanas como un foro de participación donde cada persona propone un lugar infame y lo argumenta. Para quienes no disponen de ordenador, Turisme Tàctic ha propuesto al ayuntamiento la colocación de unas placas de hierro de 1,20 de altura que llevarán una inscripción explicando un hecho o la historia de un personaje.
Si se aprueba esta instalación, las placas permanecerán en el espacio público durante los próximos dos o tres meses. Una serie de trípticos con el mapa de la ruta se distribuirán con la cooperación del Institut de Cultura de Barcelona (Icub) en su sede del Palau de la Virreina, en la Rambla. También se invita a las escuelas de arte a sumarse al proyecto para analizar de forma crítica el uso de los símbolos oficiales.

¿Genocida o descubridor?
El colectivo de artistas Turisme Tàctic, integrado por Maite Ninou, Xavier Manubens y Mariano Maturana, es consciente de que el concepto de infamia es subjetivo. "Como ya sabemos, la historia la escriben los vencedores. Así se ha ido creando una tradición fomentada en el olvido social que en algunos casos permanece en la memoria oral popular. Pero sabemos que es un concepto discutible, amplio, y que para unos Colón es un genocida y para otros un descubridor", señala Maite Ninou.
Abren la lista de infamias, según la propuesta inicial de Turisme Tàctic, tres monumentos y dos calles. Una de ellas está dedicada al Secretari Coloma que fue secretario de Juan II y notario de Fernando II El Católico. Joan de Coloma (1442-1515) fue partidario de la expulsión de los judíos y un feroz inquisidor que no dudó en ordenar torturas y condenar a la hoguera.
La otra calle está dedicada al duque de la Victòria, Baldomero Espartero (1793-1879), militar y político. Entre noviembre y diciembre de 1842 Espartero, para aplastar el descontento de Barcelona respecto a la política de quintas y la falta de libertades, ordenó nutridos bombardeos desde Montjuïc sobre la ciudad, que tuvo que rendirse y sufrió fusilamientos y deportaciones. Sólo en un día, el 2 de diciembre de 1842, cayeron más de un millar de bombas explosivas sobre Barcelona.
El monumento a Colón se incluye al considerarse al descubridor el iniciador de un despiadado genocidio de los pueblos americanos que se prolongó durante más de 300 años. El monumento al marqués de Comillas, Antonio López, se añade porque a pesar de su ferviente catolicismo fue traficante de esclavos y comerciante sin escrúpulos, lo que le valió el apodo de Domingo el Negro. Los anarquistas derribaron la estatua en 1936 para hacer munición. En 1940 el ayuntamiento franquista la repuso en piedra y allí sigue.
El monumento que hay en la plaza de Joan Carles se dedicó al presidente republicano Francesc Pi i Margall. En 1939 el escultor Marès lo dedicó a la victoria de Franco, colocándose una placa de agradecimiento "a los heroicos soldados de España que la liberaron de la tiranía rojo-separatista". La placa se retiró pero la escultura permanece.