El Foro
por la Memoria ¿Instrumento del PCE o Movimiento social autónomo
apoyado por el PCE?
Mándanos tu opinión, es necesaria
para mejorar el trabajo realizado hasta la fecha
El Foro por la Memoria nació en el año 2002 como expresión
de la Comisión de Memoria Histórica del PCE (que era
una comisión de trabajo y no un órgano decisorio del
Partido). El trabajo realizado en estos años, en el que se
han implicado muchas personas sin vinculación orgánica
con el PCE, cuya intervención ha sido de suma importancia
en el desarrollo del proyecto, ha transformado al Foro por la Memoria
en un movimiento social ideológicamente plural. El XVII Congreso
del PCE ha dejado sin cerrar un debate que ha quedado pendiente para
ser resuelto por el nuevo Comité Federal. Dos formas de entender
el trabajo en el movimiento por la Memoria Histórica, sustanciadas
en dos resoluciones distintas que fueron asumidas por la Mesa del
Congreso están en contradicción.
Las dos formas de entender el trabajo son las siguientes:
1.- El Foro por la Memoria debe ser un instrumento
del PCE y debe estar vinculado orgánicamente al mismo. El papel del Partido
es dirigirlo orgánicamente.
2.- El Foro por la Memoria debe ser una
organización soberana,
autónoma, ideológicamente plural, vinculada al PCE
a través del trabajo individual de sus militantes en el
mismo y al apoyo que reciba del Partido. El papel del Partido es
dinamizarlo y apoyarlo. (Lee la resolución)
Este debate puede ser de gran
interés para el desarrollo
futuro del Foro. Nos importa tu opinión. Envíala
a foroporlamemoria@nodo50.org
Foro por la Memoria
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LAS TAREAS DE LOS COMUNISTAS
EN EL MOVIMIENTO POR LA MEMORIA
Cuando en el año 2001 un pequeño y
muy reducido núcleo de camaradas tomó contacto con
lo que en aquellos momentos era sólo un movimiento emergente,
y la Dirección Federal del PCE decidió apoyar su
trabajo en lo que se ha llamado “movimiento por la recuperación
de la memoria histórica”, nada hacía prever
la dimensión que este movimiento iba a tomar. Vamos camino
de los cuatro años desde que los comunistas decidimos intervenir,
de forma organizada, en algo que nos afecta profundamente y, al
mismo tiempo, nos ayuda a recuperar nuestras raíces históricas
para sentirnos herederos de los y las camaradas que combatieron
heroicamente al fascismo y de toda una tradición de lucha
que había quedado sepultada, durante los últimos
años, por el manto del olvido.
A lo largo de este tiempo hemos ido descubriendo
lo oculto que se encontraba la lucha de la resistencia antifascista
en nuestro país, la importancia que los comunistas tuvimos
en la misma y cómo se iba desarrollando un movimiento social
que, por las cuestiones que trata es, también, profundamente
político e ideológico. Estamos hablando de un frente
de masas en el que los comunistas estamos intentando vincular la
construcción de la izquierda anticapitalista del siglo XXI
a las luchas del pasado, recuperando la memoria de los hombres
y mujeres que defendieron la II República frente al fascismo,
las oligarquías españolas, la Iglesia Católica,
el imperialismo nazi-fascista y el gran capital occidental. Se
trata, pues, de poner uno de los pilares básicos para construir
la izquierda a partir de la Historia.
El trabajo en este frente de lucha fue concebido
desde la filosofía de la praxis. Siempre se unificaron en él
la teoría y la práctica, intentando huir de la pasividad
de teorizaciones que, al no estar acompañadas de acción
social y política concreta, se quedan, en el mejor de los
casos, en una mera declaración de intenciones. Hemos organizado
decenas de actos, mesas redondas y homenajes, hemos realizado la
exhumación de restos de compañeros y camaradas asesinados
para rescatar sus ideas, denunciar al régimen franquista
y destruir el fascismo ideológico y cultural existente aún
en el Estado Español y hemos dinamizado en la medida de
nuestras posibilidades el movimiento.
Entendiendo que la tarea del Partido es globalizar
las luchas, nos dotamos de unos objetivos de trabajo que intentasen
dar respuesta a todos los aspectos que rodean la memoria histórica.
Había cuestiones profundamente humanas, al contarse por
centenares de miles las personas que se vieron afectadas por la
represión, por lo que también se cuentan por centenares
de miles las familias y supervivientes que buscan respuestas, satisfacción
moral y justicia; cuestiones culturales, a través de las
cuales se vinculaban especialistas de diversas disciplinas (Historia,
Arqueología, Antropología, Psicología, Literatura,
Cinematografía, Documentación, Derecho, etc.); y
cuestiones políticas, al hablar de personas que sufrieron
represión –en la mayoría de los casos– por
su ideología, porque el trabajo social y político
que realizamos afecta, profundamente, a los valores democráticos
de la sociedad española, porque recuperamos referentes y
ejemplo militante que fortalece ideológicamente al conjunto
de la izquierda, porque la actividad, para poder ser desarrollada,
implica la necesidad de realizar trabajo político y social,
tanto en la base de la sociedad, como en las instituciones, transformando
este frente de masas en un instrumento constante de formación
de cuadros, porque con nuestro trabajo concreto cuestionamos el
sistema de valores del pensamiento unipolar, porque el conocimiento
nos permite historizar las relaciones de dominio existentes en
la actualidad, porque suscitamos un profundo debate sobre la transición
y porque, al hablar de crímenes contra la humanidad, el
trabajo adquiere implicaciones jurídicas, relacionadas con
la defensa de los Derechos Humanos y la Lucha contra la Impunidad,
que ponen en entredicho todo el actual sistema jurídico
sobre el que se asienta el estado burgués español,
incluida la propia corona.
Al comprobar la pluralidad ideológica existente
entre los represaliados y, al mismo tiempo, entre las personas
que se acercaban al movimiento, vimos también la necesidad
de constituir un marco orgánico capaz de unir, a través
de objetivos y trabajos concretos, a un amplio abanico de personas
y colectivos. Esto nos llevó a la constitución del
Foro por la Memoria.
Inicialmente, el Foro por la Memoria nació,
a finales de 2002, como una expresión de lo que hasta aquel
momento era la Comisión de Memoria Histórica del
PCE -que venía trabajando desde finales del año anterior-
para actuar dentro del movimiento que, como hemos dicho antes,
aún era emergente. Comenzaron a unirse personas ilusionadas
con los objetivos que nos habíamos marcado y el Foro por
la Memoria fue tomando vida propia, siempre impulsado y ayudado
por el PCE, pero abriéndose a la sociedad y actuando de
vínculo entre el Partido y la misma.
La dimensión que el trabajo realizado ha
tomado, tanto a nivel social como político, se expresa día
a día en los medios de comunicación, la propia Web
del Foro por la Memoria (con casi doscientos mil accesos mensuales),
la recuperación de muchas de nuestras señas de identidad,
el debate social que ha suscitado sus actuaciones, los constantes
ataques que sufre por parte de la derecha española (que
se niega a ser, como su homónima europea, una derecha liberal
y antifascista) y la extensión del movimiento que, conforme
va pasando el tiempo va adquiriendo, día a día, una
mayor amplitud.
Las elaboraciones realizadas hasta la fecha (Manual
de Memoria Histórica y Protocolo de Actuación para
las Fosas Comunes, Batería de Propuestas respecto a la Memoria
Histórica), basadas todas ellas en el trabajo realizado
con mucho esfuerzo por los activistas y simpatizantes del Foro,
están permitiéndonos incidir social e institucionalmente,
al estar asentados sobre la experiencia que se ha ido adquiriendo
a lo largo de estos años con el trabajo concreto. Los documentos
se han basado en el acercamiento a cada una de las cuestiones planteadas,
no desde fuera del movimiento, sino trabajando cotidianamente en
el mismo, aprendiendo y conociendo. Nuestra apuesta, en este sentido,
es tratar de convencer a toda la sociedad española y sus
instituciones de lo correcto de nuestros planteamientos, en estos
momentos en los que el Gobierno intenta realizar una “segunda
transición” impregnándola de los valores hegemónicos
del pensamiento único, tratando de hacer un rescate de la
memoria histórica que, en la realidad, supone una forma
de revisionismo que liga la lucha desarrollada contra el fascismo
en defensa de la II República a los valores constitucionales
de la monarquía parlamentaria. No hay más que hacer
un seguimiento de sus actuaciones: sustitución del apelativo “republicanos” por “constitucionalistas” (expresión
utilizada por el Presidente Zapatero), intento de vincular la actual
bandera constitucional con la bandera tricolor (así ocurrió en
los actos de conmemoración de la liberación de Mauthaussen),
igualación de los antifascistas a los fascistas (el desfile
del Sr. Bono es prueba palpable de ello), retirada de símbolos
fascistas con vergüenza (la retirada nocturna de la estatua
ecuestre de Franco en Madrid muestra el verdadero carácter
del tipo de memoria que se quiere establecer), negativa a la judicialización
de las actuaciones, etc.
La idea inicial era construir una gran red de grupos
que, trabajando con autonomía, se vinculasen entre ellos
a través de objetivos y métodos de trabajo comunes
que homogenizasen todas las actividades, haciendo el mejor uso
posible de las nuevas tecnologías y las autopistas de la
información (Internet).
La forma de actuar fue la de crear un núcleo
central que realizase unas primeras actividades y que, posteriormente,
fuese transmitiendo sus experiencias a nuevos núcleos, de
tal forma que, a través de la red de colectivos, fuese fluyendo
y socializándose la información. Al mismo tiempo,
la visita a distintas organizaciones del Partido para que se involucrasen
en estos proyectos fueron multiplicándose, con resultados
muy variables que han puesto en numerosas ocasiones en evidencia
la debilidad orgánica e ideológica que sufre el PCE
en la actualidad. A las pruebas hemos de remitirnos, cuando después
de haber contactado con alguna organización del Partido,
a pesar de facilitar los documentos y manuales para trabajar y
estando abiertos, desde el núcleo central, a orientar, ayudar
y a compartir con ellos las primeras experiencias, incluyendo los
viajes necesarios para ello, los camaradas han sido incapaces de
poner en marcha ninguna actividad. Al mismo tiempo, se cuentan
por centenares las personas, sin vinculación orgánica
con el PCE, que están interesadas en incorporarse al trabajo
del Foro por la Memoria en distintas provincias, sin embargo, a
pesar del apoyo prestado en muchos lugares no se ha tenido ni la
capacidad ni el compromiso para actuar por parte de las organizaciones
territoriales del Partido. Por otro lado, hay provincias donde
la idea ha calado profundamente y la memoria histórica se
ha convertido en una actividad cotidiana más de la organización
del PCE en la zona. En este sentido, sería necesario iniciar
un proceso constituyente del Foro por la Memoria en todas las provincias
para que, si las organizaciones del Partido no son capaces de poner
en marcha la tarea, sean personas sin vinculación orgánica
con el PCE, pero que aceptan los objetivos y metodología
del Foro, las que la realicen. Familiares, especialistas, activistas
sociales y militantes antifascistas de diversas ideologías
están deseando incorporarse al Foro, si los camaradas que
se encuentran en los territorios donde esas personas viven no son
capaces de poner en marcha la organización, es obligación
nuestra dar todas las facilidades para que esas personas se organicen
a través del marco asociativo del Foro por la Memoria.
A pesar de la situación, la valoración
global del trabajo realizado es bastante positiva, si bien aún
se está muy lejos de los objetivos marcados, en todos los
sentidos. Lo que no se puede poner en duda es que el movimiento
por la recuperación de la memoria histórica ya es
un hecho y tiene una gran extensión. La estructura orgánica
del PCE ha servido a su construcción y, las aportaciones
teóricas realizadas por los comunistas en el mismo, sumadas
a su vinculación al trabajo concreto, han permitido que
el movimiento no quedase exclusivamente en cuestiones nostálgicas
y humanitarias, sino que lo ha llevado más allá,
dándole significados sociales y políticos vinculados
a la izquierda transformadora y al fortalecimiento de los valores
democráticos.
El papel de los comunistas hasta la fecha ha sido
el siguiente:
1.- Constitución de una Comisión
Federal de Memoria Histórica que analizase las iniciativas
que estaban en marcha y tomase contacto con las personas y entidades
que las estaban realizando. Vinculación a asociaciones
y fundaciones ligadas al PCE que estaban trabajando en este frente.
2.- Resolución de reconocimiento a los
camaradas veteranos y para impulsar el trabajo en el movimiento
en el XVI Congreso.
3.- Constitución del Foro por la Memoria
como asociación específica para intervenir en el
movimiento.
4.- Creación de una página Web que
sirviese como instrumento de divulgación y referente.
5.- Redacción de decenas de documentos
teóricos y publicación de artículos respecto
a la memoria histórica desde todos los puntos de vista.
Esto nos ha permitido, unido al trabajo de base, la posibilidad
de liderar una gran parte del movimiento.
6.- Elaboración de manual de trabajo para
la memoria histórica y protocolo de actuación para
la exhumación de fosas comunes. Lo que nos ha permitido
intentar dar homogeneidad en el trabajo y transmitir la experiencia
a los nuevos núcleos de trabajo.
7.- Organización de decenas de actos en
todo el estado (divulgativos, formativos y homenajes).
8.- Realización de varias exhumaciones
junto a otras organizaciones y en solitario como Foro por la
Memoria. Respecto a este tema, tenemos que decir que la mayor
excavación de una fosa común realizada por una
asociación, con trabajo voluntario, la ha realizado el
Foro por la Memoria en Santaella (Córdoba). Esta actuación
está considerada como pionera en todos los sentidos. Se
abrieron dos fosas paralelamente separadas por siete kilómetros,
con dos grupos de trabajo, el equipo multidisciplinar requerido
para una excavación (tal como se plantea en el Protocolo
de actuación para las fosas comunes) estuvo completo (abogados,
arqueólogos, documentalistas, historiadores, antropólogos,
psicólogos, fotógrafos, especialistas en fuentes
orales) y se cubrieron con creces todos los objetivos, tanto
humanos, como culturales y políticos.
9.- Establecimiento de alianzas del Partido con
la sociedad mediante el Foro por la Memoria, sumando a numerosas
personas sin vinculación orgánica con el PCE. Familiares,
supervivientes, especialistas de diversas disciplinas, militantes
de otras organizaciones y entidades sociales se han sumado al
trabajo.
10.- Elaboración de propuestas para dar
solución a los problemas generados por el olvido a que
se sometió a los antifascistas españoles víctimas
del franquismo, del fascismo y del nazismo.
11.- Iniciación de un proceso de intervención
institucional a través de reuniones con Amnistía
Internacional en el año 2003 y en el 2004 que posibilitó la
llegada de nuestras propuestas al Gobierno. Hay que indicar que
Amnistía Internacional envió observadores a nuestras
actuaciones con las fosas para que comprobaran, in situ, nuestra
forma de actuar. Esto posibilitó, primero, que el Gobierno
asumiese nuestra primera propuesta creando una comisión
interministerial, y segundo, la posibilidad de aportar documentación
y propuestas concretas a la misma.
12.- Lanzamiento de una campaña de retirada
de monumentos y nombres de calles que ensalzan el fascismo, con
una fuerte participación popular.
13.- Creación de una página Web
interactiva específica con listados de desaparecidos,
fusilados y víctimas del fascismo que está prestando
un servicio público a investigadores, familiares y asociaciones,
permitiendo una gran participación. Este instrumento del
Foro no tiene precedentes en nuestro país.
14.- Elaboración de varios documentales
divulgativos que han permitido que nuestro trabajo sea conocido
en todo el mundo, con grabación de numerosos testimonios
orales de veteranos y veteranas. El documental realizado en Otero
de Herreros está circulando no sólo por el Estado
Español, sino que ha sido proyectado en universidades
y centros culturales extranjeros.
Estos quizás sean los puntos mas importantes
a destacar, sin menospreciar cuestiones de no menor importancia
como la ruptura del cerco mediático a que nos hemos visto
sometidos, el impulso a la constitución de otras asociaciones
de ámbito territorial, tanto de familiares, como de veteranos
o de investigadores, la entrada en institutos, colegios y universidades
y la gran cantidad de grabaciones de testimonios orales que se
han realizado.
Hasta ahora el papel del Partido, en definitiva,
ha sido el de dinamizar y apoyar los trabajos del Foro por la Memoria
-y el resto de organizaciones con las que compartimos objetivos-
y dar dirección política (en el sentido gramsciano
del término: capacidad de propuesta, de compromiso con el
proyecto, constancia en el trabajo y ejemplo de los militantes)
al movimiento, transformando el Foro por la Memoria en un espacio
de trabajo político y social a través del cuál
el Partido se vinculaba a la sociedad. La rentabilidad política
del mismo no se medía en el corto plazo, sino en la incidencia
ideológica y orgánica que se sustanciase a largo
plazo mediante la construcción de movimiento popular que,
impregnando de valores e ideas que se rescataban, formase parte
del nuevo “bloque histórico”, de la izquierda
social y política del siglo XXI. Siempre se ha buscado la
hegemonía, entendida ésta como consenso con los aliados
y confrontación con los enemigos. El consenso con los aliados
se construía alrededor de los objetivos básicos que
marcaban el trabajo (humanos, culturales y políticos) y
la confrontación con el enemigo se producía en lo
ideológico, día a día, al mostrar los efectos
de la represión sobre los antifascistas españoles
y su defensa de los valores democráticos, marcando las contradicciones
existentes en el actual régimen constitucional español.
El trabajo realizado por el Foro durante este tiempo
han descansado sobre tres pilares: el componente humano (familiares
y víctimas), el cultural (especialistas de diversas disciplinas)
y el político (los militantes). Con la creación de
la Secretaría de Memoria Histórica, si no se matizan
sus funciones y se deja claro un plan de trabajo, el movimiento
corre riesgos. En primer lugar, el componente político partidista
del movimiento puede ser puesto por encima de los demás
componentes, con esto quedaría cuestionado el papel de las
familias, los especialistas y los compañeros de otras ideologías
que comparten con nosotros nuestra forma de entender la memoria
histórica, con lo cual la acción social y política
globales, que sirven de palanca para la construcción de
movimiento popular, quedaría imposibilitada. En segundo
lugar, nos podemos encontrar con camaradas que intenten buscar
la rentabilidad política en lo inmediato, provocando que
los objetivos iniciales, marcados en el manual de trabajo varíen,
exigiendo que la parte política se anteponga a las cuestiones
humanas y culturales, impidiendo con ellos que surja el elemento
Político (con mayúsculas) que representa la dinámica
del movimiento. Con esta situación, los elementos con los
que se había trabajado hasta este momento para conquistar
la hegemonía pueden verse cambiados y ser sustituidos por
otros, lo que nos llevaría al aislamiento y la paralización
del trabajo. En tercer lugar, la capacidad de propuesta puede llegar
a verse sustituida por el control, la generosidad mostrada con
los aliados, por intereses políticos banales; el ejemplo
y el compromiso con el trabajo por el “ordeno y mando” desde
la inacción; la búsqueda de unidad con otras fuerzas
sociales y políticas por el sectarismo; y los intentos de
construir un espacio de trabajo por el intento de transformar el
Foro por la Memoria en un instrumento de poder político
dentro del propio PCE, en vez de un instrumento de construcción
de contrapoder. Las contradicciones que se producirían provocarían
la paralización en las actividades al romper el consenso
existente con los aliados. Por otro lado, si bien el trabajo en
la memoria histórica ha sido capaz de atraer a varios camaradas,
la organización del Partido, en su mayor parte, aún
no ha asumido la importancia que este frente de lucha tiene y muchos
comités aún no se han planteado la necesidad de trabajar
en él. Tampoco en el ámbito institucional, en muchos
casos, se ha comprendido el carácter de la lucha que se
desarrolla, no entendiendo, numerosos camaradas que ejercen cargos
públicos, la importancia a todos los niveles que la memoria
histórica tiene, cuando no han apostado por actuaciones
desprovistas de contenidos ideológicos. De hecho, todos
estos problemas han surgido ya en el seno la permanente de la Comisión
de Memoria Histórica desde que se anunció la creación
de una Secretaría de Memoria Histórica en la Conferencia
de Organización celebrada en 2004.
La situación provoca, por un lado, la necesidad
de que este XVII congreso dé un fuerte apoyo al trabajo
en este frente, pero entendiendo que no es el Partido el que debe
sustituir al movimiento, sino que debe apoyarlo y darle dirección
política (en el sentido gramsciano del término, tal
como se ha dicho anteriormente) y, al mismo tiempo, evitar que
el Foro por la Memoria pierda la autonomía que le ha permitido
desarrollarse hasta ahora. Es más, sería necesario
y deseable dotar al Foro de un grado de autonomía mucho
mayor al objeto de que pudiese iniciar un proceso constituyente
en todo el Estado para poder abrirse más a la sociedad y
a otras organizaciones de izquierdas (sindicatos, partidos, asociaciones,
etc.). No se trata de que los comunistas instrumentalicemos el
Foro por la Memoria y el movimiento, sino de ganar la dirección
política y ser capaces de liderarlo a través de nuestro
compromiso (y cuando hablamos de compromiso, hablamos de constancia
en el trabajo) y nuestras propuestas. Si deseamos dirigir el movimiento
por la memoria histórica no será mediante el oportunismo,
el sectarismo, el dogmatismo, la prepotencia, el tacticísmo
y la falta de compromiso, sino mediante el trabajo.
Por ello, creemos en la necesidad de la creación
de una Secretaría de la Memoria Histórica en el seno
de la Comisión Permanente, pero no para instrumentalizar,
sino para dinamizar, impulsar y colaborar con los y las camaradas
que, desde hace años, están trabajando dentro del
Foro por la Memoria, cuyo trabajo está siendo referencia
en todo el Estado, asociación que debe ser vínculo
del Partido en lo relacionado con la Memoria Histórica.
Ahora bien, con ánimo de que esta nueva Secretaría
sirva para dinamizar el movimiento, sin romper con la autonomía
del mismo y evitar todos los problemas enumerados anteriormente,
proponemos el plan de trabajo siguiente, así como su organización
básica. También debemos plantearnos el perfil de
las personas que deben dirigir esa secretaría. La secretaría
no puede ser dirigida por personas ajenas al movimiento, tampoco
por camaradas que han mostrado una total falta de compromiso, ni
por aquellos que critican su falta de protagonismo desde la inactividad
más absoluta en el movimiento, aduciendo una supuesta falta
de organicidad, ni por los que analizan el trabajo ajeno desde
dogmatismos estériles para esconder su pereza en la acción.
La secretaría debe ser dirigida por camaradas de probado
compromiso con el trabajo, camaradas que han demostrado su capacidad
para establecer alianzas con personas ajenas al PCE, camaradas
que han entendido que no es cuestión sólo de reunirse
para hablar, sino de trabajar, pero no unas horas de vez en cuando,
sino todos los días.
Organización del PCE para apoyar
al Foro por la Memoria.
El PCE debe dotarse de una Secretaría de
Memoria Histórica que, a nivel federal, no debe estar compuesta
por más de tres camaradas. El perfil de los mismos debe
ser el siguiente:
a.- Deben ser personas que hayan mostrado un
fuerte compromiso con el trabajo en este frente de masas.
b.- Deben tener un profundo conocimiento del movimiento,
las organizaciones y personas que lo componen y los trabajos
realizados hasta la fecha.
c.- Deben tener un profundo conocimiento sobre
el trabajo de base y la construcción de redes de trabajo.
El plan de trabajo que debe desarrollar debe ser
el siguiente:
• Elaboración de un censo de camaradas
que estén –o hayan estado– trabajando en la
memoria histórica. Este censo debe ser constantemente
actualizado para conocer en cada momento la extensión
del avance del Partido en este frente de masas.
• Elaboración de un calendario de reuniones con cada Federación
para que en sus respectivos congresos constituyan las correspondientes secretarías
de memoria histórica que garanticen, a su vez, que el trabajo se extiende
a la base. De forma coordinada con los órganos de dirección correspondientes,
en el plan deberán estar incluidas reuniones a nivel de base al objeto
de garantizar que en cada agrupación se comprendan la importancia y necesidad
de trabajar en este frente de masas y los objetivos perseguidos.
• Elaboración de un plan de seguimiento para garantizar el punto
anterior.
• Elaboración de un plan de reuniones de ámbito estatal para
garantizar la cohesión del Partido en este frente de masas.
• Garantizar el uso de los locales del Partido a las asociaciones y fundaciones
que lo necesiten. Para ello se redactará un protocolo que deberán
firmar ambas partes.
• Dar dirección política al movimiento respetando la autonomía
del mismo.
• Coordinación del trabajo con otras secretarías del PCE.
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