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Un nazi en el Vaticano. El nuevo Papa Benedicto XVI sirvió a las órdenes de Adolf Hitler
Colectivo Cádiz Rebelde - 19/04/2005

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En la fotografía, pueden ver a los príncipes de la Iglesia con la cúpula del Partido Nazi alemán, entre los que destaca el mismísimo Joseph Goebbels


Colectivo Cádiz Rebelde.- Los príncipes de la Iglesia católica parecen estar dispuestos a blindar aún más su ya hermético búnker. La elección del más que reaccionario Joseph Ratzinger como nuevo obispo de Roma, así lo indica. No hay que ser adivino para augurar, sin riesgo de equivocación, que el papado de Benedicto XVI será una época dura, muy dura, para la razón. Teniendo en cuenta la gran influencia que la Iglesia católica ejerce en el planeta, podemos decir que hoy la Humanidad está de luto y que, sin duda, el Espíritu Santo es de extrema derecha. Hagan clic en "Leer más" para conocer la biografía de este hombre de 78 años que perteneció a las Juventudes Hitlerianas del Partido Nazi alemán y ver una inquietante fotografía tomada en aquella época.


Biografía de Benedicto XVI:


Joseph Ratzinger nació en Baviera (Alemania) el 16 de abril de 1927.

Perteneció a las Juventudes Hitlerianas del Partido Nazi y combatió a las órdenes de Adolf Hitler.

Estudió en la Universidad de Munich.

Fue ordenado sacerdote en 1951.

Ejerció como profesor de teología sucesivamente en Bonn (1958), Münster (1963), Tübingen (1966) y Regensburg (1969).

Publicó varios tratados de teología, entre los que destaca su "Introducción al cristianismo" (1ª. edición alemana en 1968).

Durante el Concilio Vaticano II, actuó como consejero del conservador cardenal Frings.

En 1977 fue nombrado por Pablo VI arzobispo de Munich.

En noviembre de 1981, Juan Pablo II le nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición).

Asumió varios y destacados procesos de investigación y control de la ortodoxia

Continuó la investigación sobre Schillebeeckx, iniciada en 1979 y criticó ferozmente la Teología de la Liberación.

El Panzerkardinal, como le apodan en Roma, fue uno de los colaboradores más estrechos de Juan Pablo II y, a menudo, considerado como el auténtico número dos de la Iglesia durante el mandato del papa polaco, por encima incluso del secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano.

Profundamente asociado al pontificado de Karol Wojtyla, Ratzinger fue el teólogo que le ayudó a poner orden en la Iglesia y a decapitar primero, y domesticar después, a la Teología de la Liberación.

En 1984, las condenas formales de la Teología de la Liberación realizadas por este "cancerbero de la Fe" permitieron a la derecha católica dejar fuera de juego a toda una corriente innovadora en el campo pastoral, teológico, catequético y social, abortando el embrión de la idea de una Iglesia más popular y más fiel al Evangelio de los pobres.

Impuso una rigidez doctrinal total a la vida intelectual de la Iglesia y una dinámica de control a ultranza de los teólogos. Y el miedo se instauró entre sus filas, hasta el punto de que amonestados, perseguidos, vigilados, en una institución intelectualmente inhabitable, los pensadores de la Iglesia optaron por marcharse (Leonardo Boff), callarse (Gustavo Gutiérrez) o romper la baraja (Hans Küng).

El culmen de la represión teológica por él auspiciada, se llegó a alcanzar con la publicación del Catecismo de la Iglesia católica y, sobre todo, con la Dominus Iesus, un documento elaborado por él, en el que se atribuye en exclusiva a la Iglesia católica la posesión de la verdad y de la salvación. La vuelta del axioma tridentino de que "fuera de la Iglesia no hay salvación". Un documento tan desafortunado que hasta protestaron contra él varios cardenales.

Silenció con medidas autoritarias todas las cuestiones teológicas debatidas: celibato de los curas, estatuto del teólogo, papel de los laicos, praxis penitencial, comunión para los divorciados, preservativo contra el sida o fecundación artificial.

Impuso la tesis del romanocentrismo, descafeinó la colegialidad y el poder de las Conferencias Episcopales, reduciéndolas a meras sucursales de la Curia, y zanjó casi como dogmático el eventual acceso de la mujer al sacerdocio. En definitiva, Ratzinger desactivó el Concilio.

En 1998 fue nombrado Doctor "Honoris Causa" por la Universidad de Navarra, que el Opus Dei tiene en Pamplona.

Ha calificado la homosexualidad como un mal moral intrínseco, y se ha manifestado en contra del aborto y la contracepción.

Durante la campaña para las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, instó a negar el sacramento de la comunión a los políticos pro ley del aborto.

Además de su pensamiento ultraconservador, Ratzinger ha sostenido siempre la idea de que la Iglesia debe mantener una estructura centralizada.