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Archivo Militar de El Ferrol. El otro Archivo de la Guerra Civil
El Mundo - La Coruña - 14 de noviembre de 2004



El Archivo Militar de El Ferrol alberga más de 300.000 causas administrativas y judiciales. / MIRIAM CHACON / ICAL


M. G. PEREZ / ICAL

LA CORUÑA.— Un documento puede cambiar la historia. Quizá no la mundial, ni siquiera la nacional, pero sí la de cientos de personas, probablemente miles, que desconocen múltiples aspectos sobre lo que pasó con sus padres, madres, hermanos, primos y demás familia durante la Guerra Civil española y que tampoco saben que algunos de los objetos personales de sus familiares pueden encontrarlas en un Archivo.


Quizá tampoco es conocido que una buena parte de las personas procesadas durante el conflicto y la dictadura franquista tuvieron juicios militares y éstos fueron recogidos palabra por palabra, punto por punto, en hojas que se graparon junto a sus certificados de nacimiento, cartas y otros muchos documentos que hoy se encuentran guardados entre miles de cajas colocadas en largas hileras de estanterías en la parte judicial del Archivo Intermedio de la Región Militar Noroeste situado en El Ferrol (La Coruña).


Este centro, dependiente del Tribunal Militar de la región noroeste y gestionado por el comandante Romero Batallán y el teniente Taboada, ofrece también causas abiertas de personas muertas durante los años de la represión franquista, declaraciones de espías detenidos por los guardias e incluso confesiones de hombres que trabajaron en la sombra al servicio de la guardia de Franco para denunciar a los rebeldes.


Todos ellos se encuentran entre las 300.000 causas que alberga el fondo judicial de este centro y de ese total, aproximadamente un 60 por ciento, es decir 180.000, son de la Guerra Civil. Estos documentos hacen referencia a las regiones de Castilla y León, Galicia, País Vasco, Asturias, Cantabria, Navarra y La Rioja. En concreto, de la comunidad castellano y leonesa hay de Burgos, León, Palencia, Salamanca, Soria, Valladolid y Zamora. Los de Ávila están en el Archivo militar abulense y los de Segovia en el Alcázar.


Ocho kilómetros de estanterías llenas de historias, de nombres propios unidos a un número de una causa en la que se habla de su vida, su presente, su pasado y su futuro, un futuro en muchas ocasiones negro ante las sentencias de muerte decretadas por los tribunales que los acusaban de bandoleros, contrarios al régimen y demás delitos que se redactaban con un 'Viva España' al final de cada uno de ellos. Franco y sus acciones se encuentran presentes también en este edificio con otros muchos símbolos como una gran talla de madera con el águila de la bandera franquista a la entrada del archivo judicial.


La información existente en El Ferrol es tan amplia que se puede encontrar, gracias a la información facilitada por el investigador Santiago Macías (vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), incluso una causa del abuelo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Rodríguez Lozano, en la que están todos los detalles del juicio que tuvo en 1934 por escribir en el periódico El Socialista. En esta carpeta está incluso la carta personal que él mismo envió al director de dicho periódico y su firma original al final de cada declaración. Encontrar esta carpeta, perdida entre miles de nombres y folios, hace recordar cómo se trató al abuelo de Zapatero durante los años de la Guerra Civil y antes de que fuera fusilado en 1936 por el régimen franquista. Así, y aunque la causa que se encuentra en El Ferrol no es la que determinó su pena de muerte, demuestra que se remontaron hasta 1934 para buscar delitos que pudieran acusarle de su oposición al nuevo gobierno de España. Con estos documentos, de cuya existencia y paradero está informado el propio presidente, según Macias, se demuestra una vez más el carácter de una de las personas que más influyó en el actual dirigente del Ejecutivo nacional y cuyo testamento, que le leyó su padre a él y a su hermano, provocó su entrada en la política.


Nombres mal escritos, faltas de ortografía en algunas de las causas redactadas en ocasiones a mano, detalles de la autopsia y del traslado de los cadáveres, «llevados en un carro de transportar vacas», se encuentran en cada uno de los documentos redactados y recopilados en este enorme y frío edificio, el único vestigio de lo que en su día fue la muralla que defendía a El Ferrol, ciudad a la que se conoció durante varios años con el sobrenombre 'Del caudillo'.


La presencia de fotografías, cartas y objetos personales, como trozos de pantalón y dinero falso, en estas causas es muy habitual en los fondos de este Archivo intermedio, en el que sólo se puede entrar tras la concesión de los permisos pertinentes. Así, una de ellas, que ocupa más de dos cajas de grandes dimensiones, contiene todas las instantáneas que un espía británico sacó de cada uno de los puertos de España y que fueron incautadas por la policía franquista cuando fue detenido.