Artículos y Documentos

Moradiellos rebate en «1936.Los mitos de la guerra civil» las tesis del polémico libro de Pío Moa
ABC - 9 de septiembre de 2004

http://www.abc.es/abc/pg040909/prensa/noticias/Cultura/Cultura/200409/09/NAC-CUL-084.asp


ERNESTO AGUDO El historiador Enrique Moradiellos, ayer en Madrid durante la entrevista


Publicada por Península, esta obra está llamada a incorporar al debate desatado por Moa los avances de la historiografía reciente sobre lauerra civil
TULIO DEMICHELI/MADRID.

Aunque este libro se distribuye con una fajilla en la que se dice que está escrito «Contra las mentiras de Pío Moa», Enrique Moradiellos entiende que resulta «equívoca» porque su obra «es una interpretación historiográfica de la guerra civil, buena o mala, falible como todo lo humano, pero que no ha tenido como referente con el que tallarse a Pío Moa, sino al conocimiento acumulado durante más de treinta años de investigación historiográfica gremial, serena, no partidista y creo yo que bastante ponderada».

Pese a ello, destaca que Moa «ha tenido la virtualidad de haber llevado otra vez al público el tema de la guerra civil, aunque él no da una «nueva visión», sino una reactualización de la visión franquista más canónica de la guerra civil». Esta reactualización, a su juicio, se inscribe en una tradición historiográfica y publicística que recoge y argumenta la que quedó canonizada en la «Historia de la Cruzada» de Joaquín Arrarás y por la «Síntesis» realizada a principios de la sesenta para uso en las Academias y en la Universidad, según la cual, la República no era democrática, sino un régimen anticlerical y de masones que devenía en una república popular «avant la letre», sustentada por el comunismo soviético». En cualquier caso, Moa tiene precedentes de mayor prestigio intelectual, como son Ricardo de la Cierva, Ángel Palomino y otros autores».

Sobre los «mitos». Los mitos de los que Moradiellos habla no son los de Moa: «Hablo de mito no como falsedad o falacia -afirma el historiador-, sino como relato de algo sucedido en el pasado, que tiene trascendencia, lo protagonizan sujetos individuales o colectivos sobresalientes y se presenta con un carácter dualista (buenos y malos) que no deja lugar para el matiz».

Sostiene Moradiellos que la guerra civil produjo dos grandes mitos equivalentes. «En el bando franquista tuvo dos elementos conformadores: la Nación y la Fe. Se lucha por Dios y por España. Una guerra civil exige matar al hermano o al vecino y hace falta un motivo muy fuerte para romper los límites morales de derramar sangre en la familia. Por Dios y por España tenemos la Guerra de Liberación contra el Comunismo, la Cruzada contra el ateismo».

«En virtud de sus propias divisiones, en el bando republicano -prosigue Moradiellos- la lectura no fue nacionalista ni religiosa, sino clasista y político-ideológicco. La vertiente clasista, propia de los sindicalistas y anarquistas, veía que era una guerra de oprimidos contra opresores, de explotados contra explotadores, proletarios frentes a burgueses. Una guerra inevitable. Esta lectura se extendió durante los primeros meses, pero tuvo a su lado la ideológico-política, por la cual, la guerra lo era de la democracia contra el fascismo, del reformismo republicana contra la reacción».

A partir de los años sesenta aparece una nueva visión de la guerra, «también mítica y dualista, pero doliente, no épica, sino trágica y vergonzante, aunque tiene gran utilidad civil, porque saca el corloario moral: «Nunca más una guerra civil». Esta visión sustenta la Transición y tiene como soporte el inevitable reemplazo generacional y el desarrollo económico. A partir de ella se se desarrolla una historiografía no propagandística, sino que pretende ser imparcial y que analiza los hechos como tiene que hacerse desde Tácito: «Bona fides, sine ira et con studio», que trabaja con buena fe, sin apasionamiento y con estudio. Moa no cumple este criterio porque es apsionado, partidista y porque escoge sólo el material que refuerza su tesis y orilla el que no lo hace. Ese vuelo se emprende con Hugh Thomas, quien tiene la enorme virtud de rehuir los dos mitos sobre la guerra, el republicano y el franquista».

Las razones de la guerra. Para Moradiellos, los factores que explican la guerra son diversos y muy complejos. En primer lugar, «se vivía una situación muy grave de polarización, pero no de dos elementos, sino de tres, como ocurría en Europa. Son las «tres erres». De una parte, la Reacción autoritaria y totalitaria; en el otro extremo, la Revolución; y en el centro, el Reformismo. En España ocurrió que la potencia relativa entre las tres quedó equilibrada. El virtual empate entre las partes llega con la tercera conovocatoria electoral y unos y otros creen que sólo resta el recurso a las armas. ¿Por qué? Porque durante el quinquenio republicano se ha extendido la ideología de la violencia. La violencia como un factor de la vida política que la Restauración había eliminado y que no cabía en la tradición republicana asentada en el imperio de la ley». Por último, Moradiellos sostiene que el golpe militar se coinvierte en guerra civil porque fue faccional