Internacionales:

Piratas no, trabajadores.

 

 

Las recetas liberales.

 

Después del intento de lograr una constitución liberal en la Unión Europea (UE) que terminó en un rotundo NO, el gobierno francés no desistió del camino que tenia trazado y continuó con su política liberal con apenas el recambio de algunas caras que más que un recambio fue una reafirmación de su política de privatizar, privatizar y privatizar...

El nuevo primer ministro,  de Villepin, ha sido el ejecutor de esta política con los consiguientes efectos, ya conocidos en  esta Latino América: rebajas salariales, extensión de las horas de trabajo, inseguridad en el trabajo, rebaja de las jubilaciones, aumento de los años de trabajo, por citar algunos de los efectos. Ha aplicado insensiblemente todas las recetas del liberalismo generando entre los trabajadores un estado que iba desde la molestia hasta la indignación, sobre todo por el estado de sordera que mostraba el gobierno ante los reclamos de los trabajadores.

Al comienzo del año se lanza ante el mercado de inversores la venta de la Société Nationale Corse Méditerranée (SNCM), una empresa estatal de ferris que hacen el trafico desde la costa francesa hasta Córcega. Esta empresa con un, activo de 450 millones de euros, se trata de vender en 35 millones de euros (¿?) con113 millones de euros inyectados por el estado para recapitalización y que el estado pague el precio de las cargas sociales de 400 empleados, como condenados a ser despedidos, de los 2400 que tiene la compania.

 

La lucha de los trabajadores portuarios.

 

Esto ya fue demasiado para los trabajadores de los ferris, para los trabajadoes portuarios y para los trabajadores franceses que luego de arduas negociaciones y tratando de mantener la empresa en el nivel público, no iba para atrás ni para adelante.

Comienzan las huelga, ocupación y bloqueo de los puertos, manifestaciones y denuncias de la situación que no solo abarca Córcega sino también la costa francesa y que se

desarrolló a lo largo de tres semanas.

El martes 27 de setiembre, la ciudad corsa de Bastia y el puerto francés de Marsella eran lugares de enfrentamientos entre los trabajadores portuarios y marinos por un lado y las fuerzas represivas por el otro, donde no mediaban los golpe, las piedras, los molotov, petardos y bombas agrícolas (léase: de bosta) tratando de evitar que el puerto fuera desocupado.

El mismo día parte de Marsella, el puerto más grande de Francia que ya estaba ocupado por personal portuario, el carguero mixto “Pascal Paoli” con destino a Bastia. En alta mar cerca de esta es ocupado por una treintena de trabajadores del Sindicato de Trabajadores Corsos (STC) que comunican que recuperan así un “utensilio de trabajo que les pertenece” dando así un golpe espectacular y excepcional en el mundo marítimo.

La respuesta no se hizo esperar, helicópteros cargados de policías militarizados y militares abordaron inmediatamente el “Pascal Paoli” deteniendo a la treintena de trabajadores que habían ocupado el barco. Mientras tanto esto ya había pasado a conocimiento público. Otros barcos también fueron inspeccionados pensando encontrar en ellos la gestión de otras ocupaciones, no sucediendo así.

 

Apoyo de todas las centrales.

 

 Todas las centrales sindicales sin excepciones convocan a apoyar el conflicto y por la libertad de los trabajadores detenidos. Son liberados una gran mayoría dejando a cuatro, luego solo a dos i definitivamente a ninguno , en la intenciòn de calmar el ambiente. El intento de criminalizar a los ocupante del barco como secuestro, a los dos días queda en la nada mientras se llama a un paro general para el día 4 de octubre con paro y movilizaciones.

Este se realiza con la convocatoria de todas las centrales sindicales en 150 ciudades de las cuales 120 se hacen con manifestaciones poniendo sobre la mesa los elementos comunes que se han ido cogestionando por los efectos negativos de la política liberal.

Mas de millón y medio de personas participaron de los actos y manifestaciones que contó con el 60% de apoyo entre una población que generalmente es bastante medida para este tipo de apoyo. Es que la situación se va haciendo cada vez más insostenible.

Cuando vemos a dirigentes, burócratas, asesores y técnicos de la CNT mirando la política de la Unión Europea como gato a la fiambrera, es sorprendente que no entiendan que nos es fiambrera, que es trampero. El tema no es elegir entre UE y USA sino el tratamiento de los problemas de los trabajadores con una solución de trabajadores, que es a quienes hay que consultar, que se quiere y como se logra. La política de los gobiernos socio-liberales que se aplica allá es la misma que se aplica acá.

Para muestra otro botón.

Hoy, 7 de octubre, cuando se escribe este artículo, se está llevando a la practica un paro general de 24 horas en Bélgica. El paro es por la seguridad social, el sistema de retiro, seguridad en el trabajo, contra la flexibilidad de los horarios de trabajo, contra la desocupación, contra la privatización, etc. El mal de muchos no debe ser consuelo de tontos sino una valorización de lucha, que no nos lleve a andar corriendo detrás de falsas estimaciones.

Solo el 60,3% de 20 a 64 años tuvieron empleo en el 2004, contra el 63,3 de la media de la UE.

Es lógico que exista este paro general, como también es lógica la alta participación de la población del mismo porque este problema generado por el liberalismo y sus socios más o menos de izquierda dan los mismos resultados en todos lados.