Memoria viva de la resistencia:

Mártires Estudiantiles:

Heber Nieto y Líber Arce.

 

 

Agosto de 1968: luego de dos meses de Medidas Prontas de Seguridad y congelamiento de salarios, con una inflación galopante, los estudiantes y obreros jóvenes en las calles enfrentan a la represión. El 12 de agosto es herido Líber Arce y fallece dos días después, el 14 de agosto. Su sepelio contó con la participación de 300 mil personas. Era el primer muerto en las calles, asesinado por la policía. Aquel país ya no era el Uruguay del mate, el boliche, la caña y el fútbol los domingos. Había un pueblo luchando por un mundo distinto, contra un gobierno reaccionario, contra una Dictadura constitucional como se decía entonces. El avasallamiento de todas las libertades públicas, que ya venía de años anteriores, tomaba en 1968 un giro dramático. Una generación de militantes surgía en la pelea cotidiana en los liceos, Utus o en las fábricas. Allí aparecía “el Monje”.

Heber Nieto tenía 14 años en 1968 y 17 cuando fue asesinado por la represión el 24 de julio de 1971. Era de la ROE (Resistencia Obrero Estudiantil), militante de FAU, estudiante y obrero. Trabajaba en ese momento en la construcción de aulas en la IEC, que el gremio había ganado luego de una larga lucha. Eran tiempos de la Interventora en la Enseñanza y del conflicto de los obreros de CICSSA, una empresa papelera de capitales norteamericanos ubicada en Paso Carrasco. Mr. Brown, dueño de CICSSA, aplicaba una dura represión al sindicato, pero los obreros no cejaban en la pelea con el apoyo de FUNSA, y otros sindicatos de la zona. Muchos gurises de la IEC hacían cerca de allí un peaje en apoyo al conflicto de CICSSA. Aparecen dos “tiras” y comienzan a disparar contra gurises de 13 y 14 años que responden a pedradas y se repliegan hacia la IEC. Los compañeros que trabajaban en la Escuela al sentir los disparos paran las tareas, se asoman y al ver lo que ocurría responden también con piedras. Pocos minutos después la zona se llenó de milicos. Comienzan a disparar contra la IEC. Desde el edificio del BPS –que estaba en construcción- también dispara un francotirador hacia la azotea. Los compañeros atrapados entre las balas pasan por una puerta desde la azotea a la IEC. Al pasar “el Monje” por la puerta cae de un disparo en el pecho, muy cercano al corazón. Fue el primer estudiante asesinado no en un enfrentamiento callejero, sino directamente. Fue un asesinato premeditado.

Y esos que disparaban eran los “valientes” que luchaban “contra la subversión”. Le disparaban a gurises que no llegaban a los quince años con total desparpajo. Un “coraje” el de la Policía de aquel momento! Eran los prolegómenos del golpe de Estado y la dictadura militar y el autoritarismo avanzaba a pasos agigantados. Debieron matar y desaparecer a los mejores hijos de nuestro pueblo porque peligraban sus intereses, porque otro gallo cantaría hoy si “el Monje” estuviera con nosotros, otra sociedad estaríamos construyendo.

Por los mártires estudiantiles, exigimos justicia. Castigo a los asesinos de vidas tan bellas y nobles.

 

¡Salud Monje! ¡Salud Líber Arce! ¡Salud Mártires Estudiantiles!.