Movimiento Sindical:

Consejos de salario.

 

El funcionamiento de los Consejos de Salario han permitido crear muchos nuevos sindicatos o fomentar el desarrollo de otros. Por ejemplo, se han afiliado al SUEL (Sindicato Único de Empleados de Limpieza) 2000 trabajadores en seis meses. En el caso de gráficos, 120 compañeros de un taller se afiliaron en una sola oportunidad. Se formó el sindicato de los obreros del vidrio, los trabajadores tercerizados de la limpieza urbana de Montevideo, etc. Se procesa un avance organizativo de la clase trabajadora, sobre todo de sectores obreros, muy castigados y sobreexplotados.

Pero, los marcos políticos en los que se desarrollan los Consejos de Salario son bien limitados. Por un lado, las patronales que no quieren aflojar un ápice en los reclamos de los trabajadores. Sólo dos sindicatos han firmado convenios, el UNTMRA y los Curtidores (UOC), quienes ya gozaban de la negociación colectiva; además de la FUS, que lo hace con un aumento de la cuota mutual. Lo que hicieron fue ratificar convenios que ya estaban en vigencia.

Las cámaras patronales del agro niegan el derecho a la jornada de ocho horas a los obreros rurales, Alegan que “el trabajador rural se debe a la madre naturaleza”. En este punto se halla la principal trabazón para continuar negociando. Claro, con esa posición de las patronales no puede existir negociación alguna.

Esto demuestra que las patronales no quieren ceder nada. Poco aparentemente, será lo obtenido mediante los Consejos de Salario. Sólo depende de la movilización y la lucha de cada uno de los sindicatos y la coordinación de esas luchas. Sin duda que los tiempos que vienen van a ser de conflictos, van a ser de pelea.

 

Los funcionarios públicos.

 

A nivel de los trabajadores públicos la cosa no va mejor. El 2,5% de aumento –deberíamos decir pérdida salarial- es una burla a la dignidad de los trabajadores que esperan mejorar sus condiciones de vida. Esta pauta indica que el gobierno no pretende intervenir en los Consejos de Salario de la rama privada a favor de los trabajadores. Si no es capaz siquiera de brindar un buen aumento a sus empleados, va a dejar que los salarios se regulen por las leyes del mercado, evitando las “perturbaciones sociales” mediante la negociación colectiva, tal como lo indica la Carta de Intención del gobierno al FMI. Tanto COFE como algunos sindicatos de la Enseñanza vienen denunciando la pauta salarial y planteándose algunas movilizaciones. Más aún, cuando en el próximo mes se envía al Parlamento el Presupuesto quinquenal. Presupuesto que debemos decir que no está armado aún, o del cual no hay mayores datos.

 

Reducción de la jornada laboral.

 

El Instituto Cuesta – Duarte lanzó en su informe de coyuntura la propuesta, que en algunos boletines sindicales hemos manejado, de lograr la reducción de la jornada laboral a seis horas. Eso permitiría crear una gran cantidad de puestos de trabajo. Por supuesto, sin rebaja o pérdida salarial alguna. En Argentina, la experiencia del sindicato de trabajadores del subte fue exitosa. Una conducción sindical clasista, en un firme contacto con las bases, impulsó la lucha por las seis horas, beneficio que la dictadura militar les quitó. Esto propició la creación de un movimiento de lucha por las seis horas, donde se fueron encontrando sindicatos, agrupaciones sindicales, militantes, y a partir de allí se viene estructurando una tendencia clasista dentro del movimiento sindical argentino.

Dicha experiencia debe ser tenida en cuenta. Hoy, la lucha por la reducción de la jornada laboral puede ser un objetivo concreto y claro entorno al cual reunir trabajadores ocupados y desocupados, siendo este tema –por qué no- uno más a incluir en la negociación colectiva. Es una propuesta válida, porque apunta a tocar el interés de los patrones, no corta por el lado de los trabajadores, sino que es una forma de redistribución de la riqueza. Nos sirve para hacer avanzar posiciones de confrontación con el capital.

Recordemos, sólo la organización y la lucha abrirán paso a las conquistas de los trabajadores. No hay negociación que por sí sola valga; aquí hay que arrancar conquistas. Es tiempo de avanzar como clase.