Política nacional:
Plan de emergencia. Dudas y certezas.
La situación de extrema pobreza en que viven miles de uruguayos, es
un tema de honda preocupación para toda persona que se plantea cambios en las estructuras sociales. Ha sido uno de
los puntales de la campaña electoral del Frente Amplio, el anunciado Plan de
Emergencia, destinado a atender dicho contexto crítico, la faceta mas criminal
del sistema capitalista, las 200 o 250.000 personas que no llegan siquiera a la
alimentación básica.
En concreto sobre este plan, es muy poco lo que se sabe. Algunos anuncios
de parte de las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (creado a tales
efectos), y un pequeño documento de seis hojas es todo lo que ha circulado al
menos en las organizaciones sociales a las que se convoca para debatir acerca
de dicho plan. Lo que sí se ha confirmado a nivel oficial es la implementación
del "ingreso ciudadano" de 1363 pesos a partir del 1° de abril para
aquellas familias que se inscriban.
El plan define seis áreas de acción, pero aún no se han dado
detalles de cómo se van a instrumentar y articular estas seis áreas. En los
diversos barrios y sindicatos el gobierno ha convocado para abordar el tema.
¿Qué función nos parece que deben jugar las organizaciones sociales
en este terreno?.
En algunos sitios, esta convocatoria ha servido para retomar contactos, como punto de encuentro y
reflexión acerca de las diversas facetas de la cruda realidad que vamos
atravesando. Todos somos concientes de la enorme trascendencia que tiene para
nuestra sociedad, aún sabiendo que es muy difícil la erradicación total de la
problemática en los marcos de esta sociedad capitalista, pero no podemos
ignorar que el paliativo es algo. No es lo mismo que los destinatarios logren
cubrir (al menos en parte) sus necesidades, a que se encuentren en el desamparo
total haciendo como que no existen y tratándolos como población sobrante. Es
una muestra, y por supuesto que compartimos la inquietud y la preocupación,
pero también convendría hacer un par de puntualizaciones.
Para que éste o cualquier otro plan en este sentido tenga algún
éxito, la orientación que tengan las organizaciones de base son cruciales.
Tampoco puede permitirse que las organizaciones populares de base sean tomadas
como simples sucursales de ningún ministerio. La gestión de los recursos del Plan
deberían estar bajo la égida de dichos grupos de base que son los que mejor
conocen la realidad concreta de cada lugar.
También hay que tomar en cuenta que este plan finalizaría en dos
años.
¿Y después qué?. El gobierno afirma que luego de dos años ya no
estarían las causas de dicha situación. Luego de dos años del "ingreso
ciudadano" y los "empleos transitorios", afirman que ya habría
una reactivación productiva. Nos reservamos el derecho a la duda.
Hay un tema central que es el trabajo digno y la justa distribución
de los ingresos, pero eso requiere de políticas mas claras que las anunciadas
hasta el momento. No podemos ignorar
que estas situaciones de emergencia social son el producto de años de
aplicación de las recetas de los organismos internacionales de crédito. Recetas
que por cierto, no están siendo cuestionadas por el nuevo gobierno.
Es que el cuestionamiento, la denuncia y el reclamo sólo serán
planteados correctamente por los directamente implicados. Siempre en el fondo
hay una cuestión de clase, y en esto hay que ser tajante. La independencia de
clase es una cuestión fundamental. Hay que seguir reclamando y peleando por las
soluciones. De estas situaciones de urgencia sí, y de otros temas también. Nos
interesa dejar claro que el "paliativo" de 1363 pesos para las
situaciones extremas en el hoy es un avance, pero no podemos resignarnos a
igualar hacia abajo, hay que proyectarse hacia el cambio de estructuras de la
sociedad. Y esos cambios fundamentales y necesarios sólo vendrán de la mano de
la lucha conciente y organizada del conjunto de los oprimidos.
En esa pelea, queremos estar siempre.