Cuando por no cortar grueso no
se corta nada.
Ante las declaraciones del Sabalero que removieron el avispero el senador
Fernández Huidobro declaró en La República del 22/7/00 (declaración no
desmentida, ni precisada posteriormente)
¿Este no es el general que 5 meses atrás se lamentó no haber sido más
enérgico con la guerrilla?, provocando un pequeño revuelo.
No senador, también en política el Sabalero afina mejor. Pero como broche de
oro el diputado de la vertiente Bayardi declara que «muchos de nuestros
compañeros pasaron por esa institución». Para seguir desafinando así, a
veces es mejor no abrir la boca.
La pregunta ¿que sentido tiene frente a nuestra enseñanza pobre, de
alpargatas, un liceo militar con instalaciones e infraestructura de lujo;
ubicada en un predio de por si millonario?
¿Que sentido tiene educar un grupo de jóvenes en la guerra profesional, en
qué enemigo están pensando? No será nuevamente el pueblo movilizado o el temor
a que éste pueda volver a manifestarse.
¿Quien controla sus programas, que se enseña o como se enseña?
El liceo militar que tiene status de oficial está de vuelta haciendo caer la
cínica e hipócrita máscara de la laicidad.
Si a la vuelta, en noviembre, de la tierra que lo asilo y patria de su
compañera (Holanda); Carbajal se encuentra con la fantochada de un juicio, que
se sepa desde ya que van a haber muchos, no solo del lado del Sabalero sino del
lado de la verdad y el esclarecimiento y discusión de cosas sin sentido como la
existencia de una educación militar, cuya existencia contradice hasta al
imaginario justificativo y legitimador del sistema de dominación hoy imperante.