Internacional:
coyuntura brasileña.

En este artículo trataremos de analizar someramente la coyuntura económica, política y social de Brasil, nuestro vecino gigante del norte, para saber a grandes rasgos, en qué marco regional nos encontramos. Para nosotros, habitantes de este pequeño país, se nos hace necesario saber qué cambios en el espectro social se han operado en Brasil para "predecir" de alguna forma lo que pueda suceder aquí. Tampoco debemos olvidar que Brasil cumple una función subimperialista en la región, y que gran parte de las industrias brasileñas del conglomerado Río de Janeiro y San Pablo están intactas, en medio de esta andanada desindustrializadora. Por lo tanto, echar una mirada a este gigante, nos abre las perspectivas para pensar nuestra realidad nacional con otros elementos.
No fue casualidad la asunción de Menem en Argentina, Lacalle en Uruguay y Collor de Melo (1989 - 1992) en Brasil. Este trío fue el encargado de profundizar las políticas neoliberales en la región; política iniciada ya por los militares en la década del ’70. El reajuste también le llega a Paraguay que por esos años ve caer al "eterno" Stroessner y comenzar una política de "democratización" para llevar adelante una nueva etapa de esta política. Collor de Melo es recordado por los escándalos de corrupción, pero también debemos recordarlo por la apertura del mercado brasileño a la economía mundial, acompañado de su política de privatizaciones y las fuertes rebajas del salario real de los trabajadores. Pero la cosa no terminaba allí. Al asumir Fernando Enrique Cardoso -ex intelectual de izquierda que trabajó para la CEPAL, al igual que Germán Rama- se trajo bajo del brazo el Plan Real (en Argentina Cavallo y el Plan Peso Argentino), impulsando así las importaciones para lograr mayor competitividad en el mercado interno y bajar los precios.
Evidentemente, se logró una mayor inserción del Brasil -y también de toda la región- en el mercado mundial, aumentando la dependencia del país y su posición periférica dentro del esquema capitalista. Esto no es más que un nuevo reacomodo del sistema capitalista posterior a la crisis de la década del ’70. Esto sin embargo, merecería un estudio a parte.
El gobierno del Brasil en esta coyuntura, apuesta a traer el capital "golondrina" -ese mismo que se va de un mercado a otro cada vez que hay crisis-, logrando captar grandes inversiones multinacionales, que en algunos casos se fusionan con empresas brasileñas; incluso compran empresas estatales. Las multinacionales son recibidas de brazos abiertos en Brasil: reciben beneficios fiscales, mano de obra barata, poca resistencia sindical, y por si fuera poco, no se gravan las remesas de dinero a la casa matriz en el extranjero, es decir que pueden saquear literalmente al Brasil y tienen permiso para hacerlo y no dejar siquiera migajas.
Pero esto tiene su correlato en lo político. Fernando Enrique Cardoso gobierna con un sólido bloque de partidos de derecha, y dentro de la izquierda, podemos decir que las cosas no van mejor. El PT (Partido de los Trabajadores) ve cada vez más reducida su actuación a los marcos políticos y legales burgueses (parlamento, prefeituras), rebajando los planteos y tomando una postura totalmente socialdemócrata, llegando a ser simplemente una oposición ficticia dentro del propio sistema burgués. Incluso ha ganado las prefeituras o alcaldías de San Pablo y Porto Alegre, recibiendo en San Pablo el apoyo del Partido Social - Demócrata Brasilero (PSDB), es decir, el partido del presidente Cardoso.

Algunos indicadores de la situación económico- social

Las medidas impulsadas por los gobiernos neoliberales solo trajeron mayor desempleo, mayor número de subempleados, un gran éxodo rural, aumento de la violencia social -es decir entre pobres-, y por supuesto el aumento de la carestía de vida, y un recorte bastante importante de los gastos en salud, educación y atención social. El desempleo oscila entre un 15 y un 20%. Pero analizado esta situación por sectores es más alarmante: en la periferia de San Pablo se encuentran el 70% de los desocupados de la ciudad, por lo que las zonas periféricas de la ciudad presentan una gran problemática de toda índole. Además a esto le debemos sumar que la mitad de la población trabajadora de San Pablo lo hace de manera informal, lo que aumenta aún más la miseria y la marginación.
Se calcula que un trabajador brasileño debe ganar R$ 1096 para satisfacer sus necesidades básicas (alrededor de 548 dólares), pero en realidad el salario mínimo es siete veces inferior a esta cifra.
Sin embargo Brasil es uno de los países que tiene la peor distribución de la renta entre su población a nivel mundial. El 20% de la población concentra el 60 % de la renta nacional, recibiendo promedialmente 18500 dólares al año. El 20% más pobre recibe 2,5% de la rente nacional, ganando 578 dólares al año (cifra a la cual no se llega como ya vimos). Pero el 10% más rico gana el 48% de la renta nacional y el 40% de la población más pobre solo recibe el 7,8% del total. Es así como de una población total de 170 millones de habitantes, cerca de 40 millones de hombres y mujeres están por debajo de la línea de pobreza, es decir, en la más completa miseria.
Sin embargo el gobierno no apunta a solucionar esta situación; solo propone una mayor represión de la delincuencia y un mayor control social. El gobierno que hizo votar en el parlamento el salario mínimo en 151 reales (cerca de 75 dólares), está dispuesto a invertir en el Plan Nacional de Seguridad 700 millones de reales (350 millones de dólares).

Cualquier semejanza con Uruguay y América Latina no es pura coincidencia

Como se puede apreciar este informe de coyuntura de la realidad brasileña nos ayuda a catalogar la situación actual como general, regional y hasta mundial. Es de acuerdo a lo expuesto en este informe, evidente la injerencia de los organismos de poder mundial en la política interior de cada país, ya que todos los países de la región llevan adelante la misma política económica y social. Estos gobiernos se han encargado de que aumente la miseria, la opresión y la desesperanza entre las masas populares. ¿Hasta cuándo continuará esta situación? No lo sabemos, pero es posible adivinar un cierto cambio de fachada (gobierno de izquierda socialdemócrata) para contener la situación otro poco más. Sin embargo, más allá de esto, los oprimidos de todos estos países de la región no podemos soportar más esta situación de hambre y resignación. Es hora de levantarse, de luchar, de tendernos la mano entre los distintos pueblos porque nos unen más cosas que la que nos separan. Es hora de unirse, de tomar la batuta, para que no nos continúen expoliando y convirtiendo el hambre de nuestros niños y viejos en ganancia de los capitalistas derrochada en inversiones o en lujo estéril. Porque tanto uruguayos como brasileros somos oprimidos por una clase que sí es solidaria entre sí sin importar las fronteras, porque ellos son los mismos que nos imponen gobernantes y dan los golpes de Estado tras las tanquetas, porque ellos han hecho desaparecer a nuestros compañeros y asesinado a miles de hombres y mujeres que solo ansiaban una vida digna. Porque nosotros somos más, somos quienes producimos o estamos desocupados aquí en Uruguay, Brasil o la India. Por eso, es necesario comenzar a romper las fronteras. Esperamos que este artículo haya sido un primer paso en este sentido.

 

Informe realizado a partir de documentos de discusión interna de la FAG-Federación Anarquista Gaúcha

A partir del ’60, la FAU, profundamente inserta en el movimiento sindical y en el entretejido social de la época, fiel a la vieja práctica del anarquismo histórico de forjar la unidad con los que dan la pelea todos los días; llega a una serie de acuerdos puntuales con otras fuerzas políticas que culminan con el acuerdo del diario Época en el año ’67. Estaban allí ademas de la FAU, el PS, el MRO, el MAPU ( luego GAU, luego IDI ), el MIR ( hoy PCR ) y un grupo de independientes nucleados en torno al semanario. Este acuerdo fué cuestionado e incomprendido por algunos cros., atrapados en un anarquismo doctrinario y ahistórico, afectados por el sectarismo estéril tan común a los «micros».
Hoy, éste texto de Malatesta, oportunamente citado por los cros.de FAU, como la aclaración en relación a un acuerdo puntual; adquieren vigencia y perennidad.