Ante la globalización de la miseria
Globalización de la Resistencia
Globalización es la palabra. En términos bíblicos casi podríamos decir: y
después fue la globalización. Por momentos el término aparece revestido de ropaje
fantasmal. Estaríamos ante un fenómeno sin forma, sin cuerpo, etéreo. Algo que
está afuera, que es inaccesible, misterioso y difícil de conocer.
No es redondo ni cuadrado ni oval y hasta puede ser algo que produjo la
civilización en su largo transcurrir. Presenta rostro de moderno se insinúa
como teniendo el ritmo de los tiempos que corren.
En su torno todo el aparato simbólico nos cuenta que es también productor de un
pensamiento virtuoso en su homogeneidad. Ha simplificado la vida intelectual y
ética, nos regala un pensamiento único. Lo globaliza todo. Fuera de este
circuito no existiría la vida real. Podemos repetir entonces, con los matices
que queramos, las sugerencias-exigencias implícitas en este fenómeno fenomenal.
Digamos a nombre de esta modernidad cuantas cosas dejaron ya de ser vigentes,
cuantos sueños y esperanzas ya caducaron y a nombre de la originalidad
arropémosnos con trajes de resignación, con practicas sociales ingenuas e
incoloras. Excluyamos del discurso un conjunto de conceptos que son agresivos y
viejos. Que finalmente aludirían a una realidad que se ha esfumado en el
tiempo.
Una vez más el fantasma inaccesible, complejo, tiene un rostro fundamental. Se
trata de abrirse camino a través de esa tupida red de conservación y engaño. Y
allí está. Es el viejo y cruel sistema capitalista en una nueva etapa de su
desarrollo. Rearticulado a la moda, a los nuevos cambios producidos en diversos
terrenos.
Un sistema que en esta nueva etapa presenta entretejidos nuevos. No se trata de
decir tontamente que nada ha pasado que esta etapa es igual a la anterior. Pero
si se trata de ubicar la continuidad histórica que posee. Esos rasgos
fundamentales que son inherentes a su funcionamiento y existencia.
Pronto veremos que es un sistema que ha perdido el pelo pero no las mañas. Que
no le sostiene una amorfidad de relaciones estructurales y sociales
"modernas" sino claros dispositivos de poder que tejen contantemente
beneficios crecientes para esa clase burguesa de amplio espectro y como contrapartida
miseria en aumento para una clase que, en esta etapa, debe ser pensada en
relación estricta con los cambios operados en el mundo del trabajo y en el
ámbito general de los pobres del mundo en esta coyuntura específica.
Sí, hemos dicho clases, también sistema capitalista, hasta debemos agregar
explotación, dependencia y dominación. Esto va contra los símbolos que circula
ese maravilloso y enigmático pensamiento único, ¿qué será lo nuestro?
¿nostalgia trasnochada? Al decir todos estos conceptos demodee no habrá que
descalificar todo este discurso.
La rosada ingenuidad de lo "nuevo" y cuando el lobo global
se come a los pobres
Las preguntas más pertinentes parecen ser: ¿como es el capitalismo hoy, cual
es su funcionamiento básico, como se articulan sus instancias, que papel asigna
a los pobres del mundo; que trato le dispensa a la naturaleza; cuales son sus
nuevos dispositivos de poder; sobre que conjunto de mecanismos y símbolos madre
se realiza su mantenimiento y reproducción, tiene capacidad de corrección hacia
lo justo, cual es su ética?
¿No podremos hoy leer sobre el "alma" del capitalismo "tanto más
fácilmente cuando hemos asistido al quinto acto"? Como nos diría
Bachelard.
No se nos pasa desapercibida la magnitud de las preguntas. Y que quizás no
tengan respuesta acaba en este momento.
Pero estudiosos en ciencia nos han dicho que un primer acierto es plantearse
las preguntas adecuadas. Este desarrollo es el que puede llevar a buen puerto.
Por el contrario establecer las preguntas y afirmaciones acordes con lo que
sugiere el ambiente, en base a puro empirismo preñado de la ideología que
campea, es ir hacia fracasos inexorables.
Lo nuevo y su compañía
Nada de lo que hemos afirmado lleva ninguna intención de negar los cambios
profundos que han ocurrido en estas últimas décadas. Cambios que obligan a
ajustes de estrategias y reconsideración de paradigmas. El manejo fuera de
tiempo del instrumental militante, no hay duda, llevaría a dar palos de ciego y
ser fácil pasto para la labor del conformismo y para sumergirse en la inserción
al ordenamiento existente.
Sabemos que vivimos tiempos de transformaciones, Especialmente en estas últimas
dos décadas hemos presenciado una nueva revolución tecnológica. La cibernética
ha entrado en la realidad cotidiana, el desarrollo incesante de las
telecomunicaciones a poco menos que borrado las distancias, los avances en el
campo científico y técnico abren nuevos y cada vez más amplios horizontes al
saber humano. La genética hoy nos regala la lectura del genoma humano. Pero todo
esto ocurre al mismo tiempo que por lo menos un cuarto de la humanidad carece
de los recursos más imprescindibles para sobrevivir. El ser humano ya ha
aprendido a pasearse por el espacio infinito, ya nos comunicamos al instante
con cualquier lugar del mundo, pero seguimos atado a formas de miseria que
cuestionan profundamente la forma de administrar el progreso. Los prejuicios y
la segregación racial, el fanatismo religioso, las diferencias de género, el
belicismo, las dictaduras, el despotismo político, la carencia de libertades,
la corrupción, complementan aquel cuadro de miseria que mencionábamos.
Como si lo enumerado fuera poco, esta forma de desarrollo del capitalismo, nos
trae peligros profundos para la sobrevivencia del planeta y de cada uno de sus
habitantes. En cifras globales el armamentismo consume mucho más de lo que
significaría cubrir las necesidades materiales imprescindibles de las
multitudes económicamente más relegadas. Las catástrofes ecológicas son bien
conocidas: ríos contaminados, aire irrespirable, cambios climáticos que
favorecen y aceleran el avance de la erosión y los desiertos, mientras los
saqueos prosiguen en los grandes reservarios del Amazonas, de América Central o
de África, convertidos por la furia depredadora en simples obrajes para mayor
gloria de sus multinacionales y de algunos propietarios nativos.
Los países "desarrollados", donde residen los centros capitalistas,
que han logrado plasmar avances técnicos formidables han sido incapaces de
salir de la lógica de destrucción y saqueo de la naturaleza. Y esto no parece
ser casualidad.
Es como si aquel incesante avance técnico y científico se complementara con
formas de degradación, como si la civilización creada de esta forma no fuera
otra cosa que la barbarie tecnificada.
Cuando los crueles no pueden ser buenos
Un estudioso norteamericano, el lingüista Noam Chomsky ha definido al
capitalismo como un sistema genocida. Veamos si le asiste la razón a través de
algunas cifras y del funcionamiento y decisiones de organismos internacionales
que asiste al neoliberalismo globalizador.
Cada vez más fuerzas económicas y financieras influyen de manera poderosa sobre
las decisiones políticas de los Estados. En función del poder económico y de la
voracidad de los grandes conglomerados transnacionales se trazan políticas
estatales. La liberalización económica y el mercado son palabras de orden.
Pero la apertura comercial no se ha dado de igual forma para regiones y países
del mundo. Casualmente son los países más dependientes y empobrecidos los que
han abierto sus economías mientras que los países dominantes y ricos han puesto
trabas en defensa de los sectores económicos propios. La Unión Europea, Los
Estados Unidos-Canadá Japón han tenido esa política.
Desde tres organismos internacionales, un centro de poder como el G7 diseña una
política económica mundial. Esos organismos que han sido designados como
"nueva trilateral" son el FMI, Banco Mundial y la Organización
Mundial del Comercio.
Los llamados Estados nacionales han pasado a un segundo plano y sus funciones
son más que nada de instrumentación de los diseños globales. Su juego de
decisión y democracia clásica son casi inexistentes en estos temas
fundamentales.
La OMC se constituyó en organización poderosa. Es autónoma y no pertenece a la
ONU. Su influencia es decisiva en materia de comercio internacional. Los
últimos sectores incorporados: servicios, propiedad intelectual, inversiones
agricultura le confieren aún más poder.
Con la siguiente muestra alcanza para ver la "igualdad" en las relaciones.
En la reciente reunión de Ministros de la OMC en Seatle, EE.UU. y la Unión
Europea que desequilibraron los mercados mundiales por subvenciones a las
importaciones y proteccionismo fueron autorizados a mantenerlas. Mientras que
los países del Sur que no han desarrollado política ni proteccionistas ni de
subvención, que más bien han tenido que desmantelar su actividad por las
imposiciones del FMI se les ha prohibido introducir tales medidas en el futuro.
Así de cruda y descarada es la relación de los países ricos, con sus
transnacionales a la cabeza, con los países pobres.
Las consecuencias para nuestras poblaciones son obvias. Crecimiento de la
dependencia y la miseria general.
Vayamos a algunos datos, ellos se encargarán de esclarecer los efectos
concretos de este funcionamiento económico-político del sistema.
Desde 1980 sesenta países se han estado empobreciendo constantemente.
Unos 80 países tienen hoy ingresos per cápita inferiores a los de hace más de
una década.
Las diferencias de ingresos entre la quinta parte de la población mundial que
vive en los países más ricos eran de 74 a 1 en 1997.Tengase en cuenta que era
de 30 a 1 en 1960.
1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario y mil millones no
pueden satisfacer sus necesidades básicas de consumo. 160 millones de niños
están desnutridos.
Mas de la cuarta parte de los habitantes del mundo en desarrollo no cuentan con
algunas de las opciones básicas: vivir más de 40 años, tener acceso al
conocimiento y a servicios esenciales. 1.300 millones carecen de acceso al agua
potable. Al mismo tiempo vemos como se agotan determinados recursos, por
ejemplo en el año 1900 se consumían apenas algunos miles de barriles diarios de
petróleo, y en 1997 se llegó a los 72 millones de barriles diarios.
A modo de ejemplo, tenemos también que si todos los habitantes del planeta
consumiéramos la misma cantidad de energía que gasta anualmente un
Estadounidense tipo, las reservas de petróleo conocidas se acabarían en 8 años.
Por otro lado está el hecho de que las exportaciones mundiales se triplicaron
entre 1970 y 1997.
Este proceso ha estado concentrando el poder y marginando a los países pobres,
y especialmente a la gente pobre. Algunas de las empresas transnacionales
facturan más que el PBI de países enteros.
Otro hecho brutal lo constituyen las multinacionales dedicadas al cultivo y
procesamiento de semillas transformadas genéticamente, esto trajo de la mano
consecuencias nefastas para bastas poblaciones que viven vinculadas al agro.
Ejemplo de esto son los países Africanos los cuales han visto disminuidas sus
cosechas en un 90 %. Además 82 países, la mitad de ellos en Africa, ya no
pueden producir ni importar el alimento necesario para su población.
Todos los datos indican que la brecha entre la riqueza y la pobreza se
profundiza dando saltos brutales. Nunca en la historia los ricos fueron tan
ricos ni hubo tanta pobreza.
Es un sistema que asesina de variadas formas, millones de ellos a través del
hambre y la falta de servicio y asistencia sanitaria. Destroza a la naturaleza
y a los cuerpos humanos.
A este sistema y su clase dominante, no hay duda la definición de genocida le
calza justo.
La resistencia a la opresión una constante histórica
Nos dicen algunos investigadores que siempre que hubo opresión hubo
resistencia. Junto a esto podría decirse que la historia indica que este
sistema nunca regaló nada a los pueblos, al movimiento obrero-popular. Todas
las conquistas relevantes pasaron antes por luchas diversas. Más tarde recién
se plasmaron en el plano jurídico. Y hoy, después de un periodo de desacomodo,
la resistencia popular comienza a manifestarse a escala internacional.
Son diversas las manifestaciones de resistencia al modelo global neoliberal,
digamos algunas: huelgas obreras, plebiscitos populares, huelgas estudiantiles,
luchas campesinas e indígenas, por la tierra, por la vivienda, contra la
desocupación, por el no pago de salarios, por el agua, contra la impunidad para
asesinos, en defensa de DD.HH. de género, ecológicas. Expresamente contra los
organismos que instrumentan el modelo hambreador, tal el caso de Seatle. Lugar
donde se dio la convergencia de este amplio espectro popular luchando en común.
Esta ola de respuestas a recorrido el mundo: Canadá, Francia, EE.UU.
Inglaterra, Perú, Méjico, Ecuador, Brasil, Argentina, Chile. En nuestro país,
en escala modesta, también ha estado presente.
Se va vislumbrando que la respuesta de los pueblos tiene que tener una común y
fuerte expresión internacional.
La historia de nuestro movimiento popular, especialmente el movimiento obrero,
tiene improntas internacionales. Nuestro movimiento obrero, productor de tantas
y trascendentes luchas y conquistas, nació vinculado a lo internacional.
Sintiéndose parte de los explotados y oprimidos del mundo.
Integrar y participar en una lucha internacional contra esta etapa capitalista,
no es más que reiterar un hermoso pasado histórico.
Cuando lo general no anula y sí fortalece lo particular
Tratar de coordinar, de sumar fuerzas a un objetivo común no significa
imitar lo que pasa en otro lado, no significa no tener los pies en nuestra
realidad. Será fecunda nuestra labor a partir de tener presente nuestra
cultura, nuestra historia, las características de nuestro movimiento popular.
Es a partir de ubicar cómo se expresa esa realidad general del sistema en
nuestra formación social, que tiene ciertos contenidos específicos, que nuestra
voluntad de hacer cosas, de resistir la infamia, de lograr reivindicaciones,
tendrá mayores posibilidades.
El trabajo militante pequeño, regular o mediano, el de todos los momentos,
construyendo o desarrollando espacios de acción social es el que forma el
potencial necesario para los logros. La acción participativa de la gente en las
diversas instituciones sociales, en los sindicatos, en los barrios. Rompiendo
compartimentos estancos, respetando la diversidad, creyendo en las propias
fuerzas, son un camino cierto.
Sin resistencia y solidaridad no hay esperanza. Nada podrá venir de la mano de
la resignación y los no se puede. Tampoco escuchando los consejos de la rutina
que nos dice que repitamos los caminos que se corresponden con una realidad que
ya no existe.
Pero rehacer el tejido solidario es una clave. Desde arriba, desde el poder,
hay una lluvia ideológica para fragmentar, para atomizar, las protestas
populares. Muchos pedacitos dispersos y divididos pierden eficacia, carecen del
potencial necesario, para arrancar tantas urgentes soluciones inmediatas que se
precisan.
Es necesario ir al encuentro de formas de organización que articulen lo que
está disperso, que todas esas luchas aisladas de hoy, más las que se
desarrollen en los tiempos que vienen, se respalden unas a otras. Que un lazo
solidario las una.
Es un proceso de encuentro y reconocimiento. Es una superación de prejuicios y
esquemas. Es un enfrentamiento al canibalismo individualista en un proceso de
construcción de una ideología de resistencia y solidaridad.
Todos los días y en muchos lugares hay espacios para el desarrollo de una
acción que enfrente el despojo, la arbitrariedad, la injusticia, la condena a
la miseria.
Hoy y aquí hay muchos realizando cosas o buscando un lugar. Quizás no sean
suficientes para el enfrentar el desafío de la hora. Pero mañana mismo pueden
llegar a serlo. Y con ese espíritu hay que trabajar. La dignidad de los pueblos
ha dado muchas sorpresas. Y en tal sentido el nuestro tiene una rica historia.
Objetivos de reivindicación hay muchos, algunos puntuales otros más
permanentes. Contra las diversas formas de discriminación, contra la desocupación
y por trabajo, con relación a la ley de presupuesto, denuncia y rechazo de los
ataques al medio ambiente, de enfrentamiento a esa política que ofrece cárceles
al problema de la miseria, de enfrentamiento también a ese intento de alimentar
la guerra entre pobres desde el ministerio del interior, contra esa impunidad
de los crímenes de lesa humanidad que desde arriba quieren que sea intocable,
en solidaridad con Colombia y contra esa nueva intervención norteamericana en
nuestro continente. Sabemos que señalamos solo algunas temáticas, que existen
muchas más que son igualmente importantes. En lo internacional, o regional,
sumar las fuerzas que podamos a esas instancias de repudio y enfrentamiento a
la globalización neoliberal.
Parecen ser tiempos y etapas de resistencia. Donde hasta la supervivencia está
en juego ante la ferocidad del sistema en esta nueva etapa. Se está caminando.
Si hay resistencia y solidaridad hay esperanza.
Con Lucha y Solidaridad
caminando hacia lo nuevo