A siete años del Filtro, la
impunidad del Gran Hermano.
Cuando las balas certeras y
premeditadas de la fuerza del estado, segaron la vida de Fernando Morroni y
Roberto Facal; se aclaraba un poco mas para amplios sectores del pueblo los
límites de la "libertad de expresión" en la democracia capitalista.
En los meses sub-siguientes quedaría claro también, una vez mas, que en la
cacareada "igualdad ante la ley" algunos son mas iguales que otros.
La maraña jurídica del sistema diluyó responsabilidades, y quedó la memoria
militante y la dignidad de los de abajo, como único tribunal de apelaciones
donde reclamar por los caídos. Desde entonces y al amparo de una impunidad casi
sin fisuras para policías y militares, se han ido procesando modificaciones en
el esquema represivo. Se apunta a una vigilancia y control mas sofisticado y
sutil y al involucramiento de la propia gente, por la vía de planes como el de
"vecinos alertas". Se orquestan "cruzadas policiales" (
contra el contrabando, contra la droga, contra las bandas ) que apunta a
mejorar la imágen del instituto policial, a vender un mensaje de
"autodepuración"; en un ejercicio de "marketing" que no
descuida ni los uniformes, ni las leyendas de patrulleros y celulares.
Claro que éstos cambios que apuntan
sobre todo al uruguayo medio, no impiden que en los barrios marginales haya una
escalada represiva sobre todo contra los jóvenes. Aumentaron las razzias en
cualquier esquina y a la salida de bailes y recitales. Las llamadas "zonas
rojas" son feudos de las seccionales, donde tanto se transan
"negocios ilícitos" como se persigue cualquier foco de rebeldía. Ahí
está como muestra el ensañamiento contra los cuatro muchachos de Manga,
torturados y encarcelados desde hace dos años, sin pruebas verosímiles en su
contra, con una pena abusiva pedida por el fiscal; por el único delito de su
militancia barrial en torno a diversas causas populares.
El ojo vigilante del estado no
duerme, el Gran Hermano del sistema goza de impunidad para detectar y aplastar
cualquier cuestionamiento real al órden vigente.
Caza de brujas contra los
anarquistas.
Claro que, a pesar de la
tecnificación de la fuerza del sistema, el acallamiento de las protestas y las
respuestas, contra el aumento de la miseria de las mayorías; no les está siendo
nada fácil a lo largo y ancho del globo. El estado de rebelión generalizada en
Argentina, Bolivia y Ecuador, y las manifestaciones mundiales contra los amos
del mundo, son cada vez mas masivas; y en Génova han asesinado a un jóven
manifestante. Este hecho motivó respuestas en todo el mundo incluyendo Uruguay,
contra las sedes diplomáticas italianas. Apoyandose en éstos hechos, desde la
prensa de la derecha ( El Observador ) se ha desatado una campaña contra los
"grupos anarquistas" que estarían ensayando "nuevas modalidades"
de acción callejera violenta, que supuestamente habría despistado incluso a los
servicios. Diversos medios de prensa,que jamás
reproducían nuestras opiniones sobre
diversos temas; nos empezaron a ofrecer micrófonos al por mayor. Nuestra respuesta,
coherente con nuestra prédica de 45 años de historia, fué que nuestra
Organización alienta y alentará siempre la resistencia popular, ante la
opresión permanente que caracteriza a éste sistema; y que respetamos y
defendemos el derecho de los de abajo a enfrentar los intentos de seguir
agravando sus condiciones de vida, de las formas que crean convenientes. Y que
aquellos que se rasgan las vestiduras por los daños contra la propiedad
privada, ni se inmutan ante las muertes de niños por frío o quemados en los
cantegriles, consecuencia directa de la política de éste sistema.
No vamos a contar una historia de
sorprendidos. No es la primera vez que se intenta desvirtuar, distorsionar y
"criminalizar" a ésta doctrina social-política que, en el acierto o
en el error, a estado presente en las luchas de los de abajo en los últimos 150
años. Lo realmente preocupante es que se quiere crear un estigma que justifique
la represión desembozada, cuando la paciencia de la gente se termine y salga a
la calle. De ahora en mas cualquier movilización contra la carestía, por
DD.HH., por fuentes de trabajo, por salud y educación para el pueblo, que
desborde lo que el sistema considere como permitido; se lo querrá ubicar como
parte de un plan "desestabilizador de la democracia" orquestado por
"minorías violentistas". Piedra libre para una escalada represiva
contra los que resisten, contra los que no se resignan, contra los que
responden a la violencia del sistema con lo que tienen a mano. No faltarán
voces tampoco que, desde tiendas supuestamente progresistas, condenaran a los
"radicales irresponsables". Nos parece que no hay nada mas
irresponsable que fomentar la resignación y la adaptación, frente a un sistema
despiadado y expoliador, que está en situación de ofensiva.
Los "otros" Derechos
Humanos...y los Derechos Humanos de los "otros".
Frecuentemente se ha querido
minimizar la lucha en torno a los DD.HH., poniendola como algo relativo a la
militancia de izquierda y sus luchas contra el poder. Algo de responsabilidad
nos cabe, por poner el énfasis, a veces, en nuestra peripecia particular.
Lo cierto es que los Derechos Humanos
son una red integral de condiciones materiales y espirituales, necesarias para
que el ser humano se desarrolle en libertad en igualdad y en prosperidad; lo
cual por cierto no es posible lograr plenamente bajo éste sistema. Por eso la
lucha por los DD.HH. es inseparable de la lucha por un órden social nuevo,
libre e igualitario.
La realidad del conjunto de los
DD.HH. bajo el capitalismo en el Uruguay está a la vista. La desocupación que
se dispara ( 16% "oficial" ) con todo el drama social que conlleva.
Aumento permanente de los lanzamientos, de cortes de servicios esenciales como
agua y luz. Ocupamos los primeros lugares en el mundo en materia de suicidios y
en el consumo de sicofármacos. Las familias separadas, el tejido social
perforado, la solidaridad entre los de abajo que vá siendo transformada en una
"guerra entre pobres". Los Derechos Humanos...ausentes.
Con todo, hay un sector de nuestro
pueblo que tiene reservas para pelear, que mantiene una cultura y códigos de
clase y que posee un soporte familiar-afectivo que pone un límite a la
degradación.En el escalón mas bajo, sin embargo...la desolación gana terreno.
Allí la marginación vá destrozando los parámetros de la dignidad humana. En los
lugares mas humildes del suburbio montevideano y en los pueblos fantasmas del
interior, están los "otros". Los que ya ni se reconocen como sujetos
de DD.HH. Los que no integran los circuitos "normales" de la
sociedad. Para ellos no hay solidaridad, sino, con suerte, caridad. Son los
viejos parias que morirán por frío o hambre en una calle cualquiera. Los
hombres y mujeres quebrados, con un instinto cuasi-animal que ocupa el lugar
que era de la conciencia. Los jovenes alienados y destruidos por el novopren.
Las niñas y niños abandonados,
materia prima para las redes de trabajo esclavo, de prostitución infantil, de
tráfico de órganos. Su drama cotidiano debería ser un cachetazo a nuestra
propia dignidad, tanto como lo es la suerte de tantas cras. y cros.
desaparecidos. La impunidad de los responsables de éste genocidio silencioso,
debería despertar el mismo odio que la impunidad de los que asesinaron a
nuestros mejores compañeros.
Pinochet, Videla, Gavazzo...y
otros fusibles.
Se está hablando mucho de DD.HH. en
éstos tiempos. Casi no hay jornada en que no surja alguna noticia referida al
tema. La Comisión para la paz no conforma ni a tirios ni a troyanos. Una
comisión de "notables" haciendo ( mal ) lo que supuestamente es tarea
del poder judicial, o sea investigar, citar testigos, etc.; no se entiende mas
que mirándola como lo que realmente es: un tinglado para transar un punto final
sobre el tema de los desaparecidos. Las críticas de parte de Familiares, el
enfrentamiento con Sara Mendez, y el ultimatum del Congreso del PIT-CNT, por un
lado; y la camarilla militar-policial que no acepta ni que se hable mas del
tema, por el otro; la tienen contra las cuerdas. En realidad a los impunes los
preocupa, mas que la creciente movilización en el país por los DD.HH. ( que los
preocupa ), el avance del cerco internacional contra los mas notorios
protagonistas de las barbaridades contra el mov. popular en los setenta. No
pueden salir del Uruguay, y los pedidos de extradición a otros paises siguen
llegando. El ministro Brezzo, entre los reclamos de la justicia argentina y sus
subordinados que se afanan los arsenales, no dá abasto.
La ley de impunidad, refrendada por
el pueblo bajo la flagrante amenaza de una nuevo zarpazo militar, también ha
sido puesta en la picota. A la decisión de un juez argentino que resolvió en un
caso puntual la nulidad de las leyes de "punto final" Y
"obediencia debida" ( similares a la ley de impunidad de acá ) se
sumaron la opinión de una "eminencia" de derecho constitucional (
Gross Spiell ) y la resolución por aplastante mayoria del Congreso del PIT-CNT
de exigir su anulación.
Los impunes de otros lares están
corriendo suerte diversa. Pinochet aparentemente zafó del todo mientras que
Videla marchó en cana por tercera vez.
Mas allá de lo que puede y debe
ayudar a la movilización por DD.HH. de las organizaciones autónomas éstas
cuestiones, importa no perder de vista la bien armada jugada
ideológica-propagandística de la social-democracia internacional, que se
esconde atrás de ésta "caza de impunes". Dificilmente los pueblos
toleren otra vez una nueva escalada militar como la que sufrimos. Pero por otro
lado los planes de mayor expoliación capitalista contra las grandes mayorías,
precisarán aparatos represivos prontos para actuar cuando los mecanismos de
dominación ideológica del sistema se vean desbordados. Ese es el entuerto que
la "intelligentzia" capitalista tiene que resolver como una parte
esencial del próximo recambio de modelo. Las nuevas formas represivas se quieren
hacer pasar por atras del estrado donde actúa "la justicia
idependiente". La persecusión de los verdugos de ayer, distrae la atención
de los nuevos verdugos. La impunidad del aparato represivo de hoy, al que
precisan para mañana; se protege sacrificando lo mas quemado del aparato de
ayer. El legítimo deseo de justicia de la gente, no puede dejar pasar éste
"lavado de cara" del poder del estado que mas temprano que tarde se
volverá como siempre contra la resistencia de los de abajo.
Creando las formas de justicia
popular.
La ausencia de justicia, que no es
consecuencia de la debilidad del poder judicial, sino de su papel dentro del
esquema de dominación, de manejo diferenciado de los "ilegalismos";
plantea la cuestión de como enfrentar la impunidad. Respaldar el anhelo de
buena parte del pueblo, de que haya castigo para los torturadores y asesinos,
sin propiciar un reforzamiento del poder coercitivo del estado y sin hacerle el
juego a la estrategia de la socialdemocracia; no es tarea sencilla.
Está claro que no habrá justicia
verdadera en el marco del sistema capitalista. Pero ahí están, esas formas de
lucha practicadas por las organizaciones autónomas de DD.HH. en varios paises
como los "escraches", "señalamientos", "juicios públicos";
que nos dan pistas de como la gente intenta tejer una red de "justicia
popular". En esa línea de trabajo hay que apelar a la creatividad del
pueblo, que señale un camino propio de la gente, independiente del oportunismo
político, y no supeditado a lo que haga o deje de hacer la justicia del
sistema. Nos parece que éstas formas de justicia popular deben ser tomadas por
el conjunto de las organizaciones sociales populares. Debería plantearse su
puesta en práctica en las Asambleas sindicales, en las Asambleas estudiantiles,
en Asambleas barriales, y en cualquier ámbito donde el pueblo oprimido se
organize. Dejarlas circunscriptas a los grupos de DD.HH. encierra el peligro de
que ésta forma de lucha que debería ser cada vez mas masiva, termine en
pequeños "actos militantes", disminuyendo en mucho su eficacia como
metodología popular y exponiendo peligrosamente a las compañeras y compañeros
mas arrojados.
NO HABRA OLVIDO NI PERDON PARA LOS ASESINOS.
NO HABRA JUSTICIA VERDADERA BAJO EL CAPITALISMO.
SOLO UN PUEBLO FUERTE
PONDRÁ LAS COSAS EN SU LUGAR.