RESPONSO POR EMMA GANS,

PINTORA

Sólo los vendedores de colores tienen todavía

un poco de luz ante la puerta.

Blaise Cendrars

 

 

Matérica, final, evanescente

tiza tapada con fino

adobe de distancia.

Rayo de luz que cae al sol

como rebotado por los pequeños espejos

vivos de los ojos:

pintaste

como si mataras

la muerte

(tus veladuras

transparentaban al fondo

las duras velas de la muerte).

Así es el don

de toda belleza fantasma:

no acepta nombres

no quiere rasgos

ni líneas definitivas

(jamás el parecido

fue la identidad).

Tus esfumaturas

son la libertad

inapresable:

la frontera

entre ser

o perecer.

Buscar el más allá

en un aquí tan cerca,

tan prójimo,

donde alguien

- una vez más –

dona sus lágrimas

para diluir las témperas

de su tiempo violento

y así fijar

la rápida sequedad

de los barnices

de una edad que pasó,

que ya fué:

plena de sueños insomnes,

de vigilias encantadas,

donde uno mismo

es alguien

a quien descubrir,

tantear, plasmar,

depositarle toda la confianza,

confiarle todo el porvenir

sin preguntarle

por las vueltas

ni las yapas.

Pintaste como viviste

con lucidez rayana

en la ceguera:

negro del carbón de la noche,

blanco canción de mediodía,

amarillo solar con amplios brazos,

azul transfigurado

en cielo de la gracia,

rojo del corazón y la sangre

y la hirviente esperanza

insospechable.

Jugarse la vida

en la vieja madera musical

de lo no visto,

lo apenas intuído

como declaración de paz,

de amor y vínculos,

de caminos dejados atrás

donde la sal de los olvidos

quiere esculpirlo todo.

Emma, ya verás

( o así hubieras

querido verlo ) :

no habrá nada

que no pueda ser mirado

ni vendas sobre los ojos

ni mordazas en la boca colosal

de la expresión.

No habrá expresión perdida,

ni derroches ni vanidades

ni vanas edades.

Cada minuto valdrá un matiz,

cada hora humana será

un bodegón de jolgorio.

Cada día del hombre y la mujer

el rutilante paisaje de un goce.

Ya verás:

cada mes humano

no llevará firma al pie.

Cada año de todos

no será ese reflejo equívoco

ni esas sombras solemnes

que hoy dictan:

de rodillas
y a rezar!

Como gota de color

cada palabra que se hable,

manos que se estrechen,

corazón que decida

restregarse con otro corazón

hasta hacer hogueras

que iluminen los campos

fragantes y crecientes,

Emma, ya verás,

cada gota de color

barrerá el hambre crónica,

cósmica,

que hace de nosotros

monitos implorantes,

barcos llenos de llanto,

amargas maletas de rencor.

Esto lo digo y lo escribo

- once del doce de noventainueve –

porque con tu tajante fallecimiento

se me heló el de la zurda,

lavados con lejías fueron

día y noche

y los resguardadores

rostros de los amigos

parecían cera lívida,

sin calor sus manos

por más que hervían

de impotencia irreversible

y definitivo destierro.

Este responso lo digo

para desanclar tu recuerdo

y desde este efímero

muelle de las despedidas

desear que sea irisado

el mar de silencio

en el que ya

navegas

 

 

PONI MICHARVEGAS

Madrid

11.12.1999

 


IN MEMORIAN

GANS

Ahí cuando la mirada,

desencadenado el ser

a la tonalidad de lo creable,

devuelve al aire

las lucideces del corazón

en proezas liberada de la luz,

tus manos preferidas del sol,

desvelan retenidos secretos

irisando suaves magnolias

en la calma certitud

de todas tus pasiones.

 

AUSENCIA

He visto

desde tu alta ventana

el sol atardecido,

volatinero en las escarpas

de los tejados de tu larga calle,

rendir su luz embelezada

al embrujo de tus pinceles.

Y en las incipientes mañanas,

en la humildad de las macetas

las abigarradas plantas tremolar

abriendo colores a las flores,

Hechicera Sin Estridencias,

al agua paciente de tu voz.

Pero para siempre

las persianas están echadas.

El embrujo ausentado.

Hay silencio en el agua clara

Sólo perduran las horas

jamás habidas.

 

Adolfo Asensio Quirós

Poemas en una caja de cartón