IZQUIERDA  Y  ESPERANTO
SATeH
MALDEKSTRO  KAJ  ESPERANTO

¿ QUIÉNES  SON  LOS  LISTOS ?

Lanti

— Me cae bien vuestra historia y estoy de acuerdo en que el esperanto es necesario para la clase obrera; pero esa lengua sólo valdrá para algo cuando sea obligatoria en las escuelas de todos los países…

— ¡¡!! ¿¿??…

— Tranquilízate; hablo como quien tiene experiencia en asuntos obreros…

Así decía un importante líder del movimiento obrero. Y todos sabemos que esos argumentos son típicos en los que sólo son “simpatizantes” de nuestra lengua.

¡Simpatizar mola! Todo el mundo responde que es simpatizante de la paz, que rechaza la guerra —que causa tanto sufrimiento, ruinas, etc. La gente “importante” puede hablar elocuentemente durante horas sobre ese tema. Pero preguntad si para evitar la guerra aceptarían la desaparición de “su” patria, su disolución en una gran unidad.

Entonces os mirarán con aborrecimiento, como hereje al que hay que quemar y al que no hay ni que responder.

De palabra quieren la paz, pero de hecho preparan la guerra; quieren meter el esperanto en las escuelas, pero no hacen nada por conseguirlo. Incluso miran con lástima a los esperantistas, que pierden tiempo y energías en aprender la lengua —que sólo valdrá para algo cuando sea obligatoria en las escuelas… Lo nuestro es una fantasía, mientras que los “simpatizantes” del esperanto son prudentes, y se dedican sólo a asuntos prácticos y serios. Ellos se creen listos y nosotros somos tontos.

Estos listos de hecho son unos místicos. Creen que un buen día como por un milagro el esperanto se enseñará en las escuelas; por un milagro los profesores de esas escuelas podrán enseñar la lengua; por un milagro la gente podrá hablarla con fluidez; por un milagro aparecerán escritores capaces de dar a algo artificial alma, sentimiento y tradición imitable.

Ante esa apreciación debemos cada vez más confirmarnos en que somos nosotros los listos, porque hacemos racionalmente un trabajo positivo, porque construimos y no sólo planificamos futuras construcciones milagreras…

Texto escrito por Eugenio Lanti el 6-IX-1928
Traducción de Cani, el 6-IX-2008, 80 años después
Original en esperanto
Primera edición en español en “Revista CNT” (noviembre 2008)