Declaración del Comite 119
(20-10-98)

En relación al arresto de Pinochet en Inglaterra, el Comité 119 declara lo
 siguiente:
 
 No deja de ser motivo de alegría ver al dictador con problemas en el
 extranjero, a sus incondicionales ladrando desesperados aquí en Chile, al
 gobierno complicado con explicaciones y a la Concertación imposibilitada de
 dar una respuesta coherente frente a este hecho. Además saludamos los
 esfuerzos de ese grupo de jueces progresistas, pero este eventual proceso
 representa también un peligro:
 
 1.- Ni la detención de Pinochet ni tampoco su eventual procesamiento por
 algún tribunal extranjero significan un avance para la lucha del pueblo
 chileno por la justicia y el término de la impunidad, y desconfiamos de sus
 futuras consecuencias.
 
 Lo sucedido es un hecho de carácter meramente simbólico. No está demás
 recordar el papel jugado por la justicia española e inglesa contra los
 compañeros que luchan por la autodeterminación de sus pueblos, el País
 Vasco e Irlanda del Norte respectivamente.
 
 En la complicada terminología del derecho internacional, el tipo de
 crímenes cometidos por las fuerzas armadas al mando de Pinochet recibe el
 nombre de "crímenes de lesa humanidad", pero  no debemos perder de vista
 que fueron emprendidos contra hombres y mujeres concretas de nuestro
 pueblo, contra nuestros combatientes y dirigentes populares y contra
 nuestras organizaciones. La justicia no es una cuestión de tratados, normas
 y leyes internacionales, sino una tarea urgente, propia y concreta del
 pueblo en su duro camino hacia la construcción
 de una patria popular.
 
 2.- No nos sorprende que el gobierno y los dirigentes demócratacristianos
 repudien el arresto de Pinochet.  Después de todo comparten con él la
 actual institucionalidad, su condición de agentes del capitalismo y de
 enemigos de los explotados y marginados. Pero tampoco nos sorprende ver a
 los socialistas y pepedés gritando desaforados que quieren ver a Pinochet
 procesado en el extranjero. Así pretenden encubrir la responsabilidad que
 les cabe en las tareas represivas emprendidas por los gobiernos de la
 Concertación contra las organizaciones populares, específicamente la
 traición, la delación y la creación de la "Oficina". Es su forma de
 blanquearse ahora que vienen las elecciones.
 
 3.- Lo fundamental para avanzar en la justicia desde la perspectiva de los
 intereses reales del pueblo  es dejar de una vez por todas de centrarnos en
 la figura de Pinochet, por muy simbólica que sea, pues así terminamos
 ingenuamente siendo funcionales a los objetivos permanentes de la clase
 dominante, esto es, la legitimidad de las Fuerzas Armadas y de toda la
 institucionalidad política impuesta por la Constitución del 80. Los milicos
 continúan siendo enemigos de clase del pueblo, sea Pinochet juzgado o no.
 Pinochet  es sólo el personaje visible, que al igual que Espinoza y
 Contreras en Punta Peuco, sirve para blanquear al resto de la institución
 militar y también a los criminales de la Concertación que desarrollan la
 represión actualmente.
 
 
 
 La dictadura de las Fuerzas Armadas, de la cual Pinochet fue sólo uno de
 sus protagonistas fue el instrumento del capital para detener al movimiento
 popular en auge y cualificar el patrón de acumulación. La actual transición
 es la continuación de esa tarea y por ello se ha limitado a ser un cambio
 en la institucionalidad y en el régimen político, desechando a los actores
 que ya no le son útiles.
 
 La justicia sólo será posible con un cambio radical, resultado del
 fortalecimiento de las organizaciones populares y su lucha intransigente,
 no con el mero juzgamiento de tal o cual sujeto emblemático o simbólico.
 
 5.- Las organizaciones institucionalizadas de DDHH, al centrarse en la
 figura de Pinochet nuevamente se alejan de la perspectiva popular y toman
 una postura que  es funcional  a los esfuerzos del gobierno por lograr la
 llamada "reconciliación nacional", conformándose con que se juzgue a un
 personaje visible -con el cual se identifican todos los crímenes cometidos
 por las instituciones de las Fuerzas Armadas- pero dejándolas en una
 impunidad ampliamente legitimada y además blanqueadas para que continúen
 cumpliendo su rol institucional al servicio de la clase capitalista.
 
 Estas organizaciones institucionalizadas de DDHH buscan que olvidemos que
 bajo el régimen democrático continúa la explotación y marginación
 capitalista, que los organismos represivos continúan defendiendo los
 intereses de los poderosos y que tras las apariencias nada ha cambiado.
 
 6.- Finalmente llamamos al pueblo chileno y a todas sus organizaciones
 intransigentes a no encandilarnos con el arresto del dictador, y a
 desarrollar y profundizar sus luchas contra el capitalismo y sus
 representantes, contra el olvido y la impunidad, por la memoria, la
 conciencia y la justicia.
 
 COMITE 119
 MEMORIA, CONCIENCIA, JUSTICIA.
 
 
 
 Correo electrónico:
 comite119@yahoo.com
 
 Hoja en el Internet:
 http://www.geocities.com/CapitolHill/Senate/8553/index.html