ODEP: Las Presas Politicas se pronuncian sobre Pinochet:

 

Queridos amigos: Nos parece interesante darles a conocer las opinión de las
presas políticas (actualmente son 10 en el COF y 3 en provincia).
Victoria-ODEP
 

A él lo secuestraron los aparatos represivos que nos detuvieron a nosotros.
A él no lo torturaron delante de sus hijos, no le pusieron corriente, no lo
golpearon, no le vendaron los ojos, no lo presionaron durante días de
interrogatorio. No lo torturaron como a nosotros.
A él no lo sometieron a la incomunicación de días interminables, a la
indefensión de no ver a nadie más que a los verdugos, a la incertidumbre de
no saber si saldría vivo o muerto... como a nosotros.
A él no lo han satanizado en el espectáculo público de los medios de
comunicación, ahora es un pobre viejo; en Chile no le han dicho ni
delincuente ni terrorista... como a nosotros.
A él no lo llevaron a la cárcel nuevamente incomunicado, amenazado,
buscando debilitarlo o derrotarlo... como a nosotros.
A él no lo han llevado ni a juzgados ni a fiscalías militares, no lo han
sometido a procesos aberrantes, no lo condenaron a cadena perpetua ni a
pena de muerte ni a 300 años de prisión... como a nosotros.
A él no lo llevaron a una cárcel de alta seguridad, no controlan sus horas
ni sus días, no lo observan con cámaras, no lo encierran con candado en
ninguna celda... como a nosotros.
A él nadie se atreverá a fusilarlo por asesino, por terrorista, por
genocida... aunque eso es lo que merece. seguro que por una u otra razón
quedará libre y no encerrado por años, como a nosotros.

Con mucho escepticimo vivimos al principio la detención del dictador
Pinochet. Hemos aprendido, sin duda, a no creer en la justicia de los
tribunales, a vivir en una aplastante impunidad. Supimos desde hace años
del pacto de la Concertación con los milicos y la derecha. Sabemos de la
incondicionalidad del Ejército con su general benemérito, lo sabíamos
intocable.

Pero no era tan así. Un país extranjero pudo, se atrevió. Hoy el mundo
entero lo juzga a 25 años del golpe militar quién le iba a decir al general
que la traición de sus subordinados le haría pasar un mal rato.

Del escepticismo hemos pasado al asombro. La dictadura se destapó un poco:
sus siniestras operaciones, los hombres que las encabezaban, la practica
terrorífica de 17 años nuevamente recorre el mundo refrescando la memoria.
Acá nadie dice que Pinochet es inocente, ahora resulta que tiene la
impunidad de la vejez.

Una transición pactada ha quedado al descubierto. Con alegría vemos la ira
de la derecha, el intento diplomático del ejército, el discurso ambiguo y
vergonzoso de la Concertación, al Frei hablando como si éste fuera un solo
país: el de la transición pactada. Vemos a los nuestros nuevamente en las
calles, celebrando, dando piedrazos y bombazos de felicidad: por una vez
estamos de fiesta, de carnaval, soñando con que Pinochet se haga inglés y
no vuelva nunca más.

Con ciero estupor (los sabemos capaces de cosas peores) escuchamos al
gobierno abogar por Pinochet. Resulta que hoy somos un sólo país, que
existe la justicia, que nos surgió un sentimiento nacionalista de
territorialidad. “Si hay que juzgarlo debe ser en Chile”. ¿Cuándo se ha
juzgado a los asesinos en este país?

Hoy se apela a los derechos humanos. La derecha habla de derechos humanos,
el gobierno habla de derechos humanos, quienes los han violado siempre,
para quienes jamás existieron, hoy resulta que son humanos y más encima
tienen derechos.

¿Y dónde están los derechos humanos de los marginados y pisoteados de ayer
y de hoy? ¿Dónde están los derechos humanos de los obreros del salitre, de
los mineros de Lota, de los niños que trabajan? ¿Dónde están los derechos
humanos de los cientos de desaparecidos, asesinados, torturados; de los que
a diario sufrimos la represión del Estado Policial creado por la
Concertación? ¿Dónde están los derechos humanos de los profesores, de los
probladores, de los mapuches?

¿Dónde están los derechos humanos de quienes legítimamente nos hemos
opuesto a la represión y miseria del modelo neoliberal?

¿Dónde están los derechos humanos de los prisioneros políticos encerrados
en cárceles de alta seguridad, procesados por fiscalías militares y
civiles, tapados de años de condena y sin defensa jurídica o costeándola
con mucha dificultad porque no tenemos plata? ¿Y los derechos humanos de
María Cristina San Juan, presa política que permanece desde hace 2 años en
el hospital penitenciario afectada de graves enfermedades orgánicas y
psicológicas y con condena a cadena perpetua? ¿Y los de Marcela Rodríguez,
que sufre de una paraplejia espástica, que está inválida y sin acceso a la
rehabilitación desde hace 9 años y con una orden de arraigo de las
fiscalías militares que le impide ir a tratarse en un país extranjero?
¿Quién habla de los derechos humanos cuando Gendarmería allana, roba,
golpea y castiga cotidianamente a los prisioneros políticos?

¿Pero de qué derechos humanos hablan estos carajos?

No sabemos en qué terminará el general. Por nosotros, que se muera. Por
ahora mantendremos la alegría de verlo jodido, aunque sea por un rato, al
general. De ver jodido al Ejército, de ver jodida a la derecha, de ver
jodida a la Concertación... aunque sea por un rato!

Desde la cárcel les decimos a todos ellos: ¡GO TO ENGLAND y quédense para
siempre por allá!

PRISIONERAS POLÍTICAS CÁRCEL DE ALTA SEGURIDAD-COF

Santiago, 26 de octubre de 1998