De la exhibición a la reflexión. Sobre una comunidad blogger izquierdista.



Las plazas de Internet se están llenando de improvisados estrados donde los oradores se comunican con la masa y entre si. A voces. Cada día se abren un buen puñado de bitácoras que poco a poco van creando una retícula de discusión ciudadana. Esta suma de impulsos individuales, en cuyo origen seguramente juega un papel importante el exhibicionismo, puede ser la base de un movimiento amplio de reflexión ciudadana que la izquierda debería aprovechar.

No cabe duda de que el medio transforma el lenguaje. Las tablillas cuneiformes, pequeños rectángulos de arcilla donde había que rascar el mensaje en un espacio limitado evidentemente condicionaban el lenguaje de lo allí contenido (administrativo de ordinario). No es menos cierto por otro lado que a veces un tipo de lenguaje se adapta mejor a un formato: durante siglos la concisión de la lírica se depositaba “in octavo” y el peso de la historia “in folio”.

Internet también tiene su propio estilo, caracterizado por la economía del lenguaje (acaso por el hecho de leer en una pantalla y por la inmediatez del medio) y por el recurso del hipertexto.

Las páginas de HTML de la primera internet eran como tablillas de arcilla en las que se necesitaba tener conocimientos de escriba para plasmar algo. Esto le otorgaba un halo místico al asunto, una cierta referencia a la función sacerdotal. Por supuesto ni que decir tiene que el acceso a la red también era muy limitado, con lo que , salvo excepciones, no se podía hablar de cultura popular o de masas.

El desarrollo de CMS, pequeñas imprentas como aquellas de Maguncia, son germen para arrebatarle la exclusividad de la cultura a las élites, y los espacios socializadores, que alguna vez estuvieron representados en la taberna, se han visto sustituidos por los foros, con la dificultad de la deslocalización geográfica pero una potencialidad desconocida hasta ahora para reunir grupos de interés común.

Y de la misma manera que los panfletos circulaban por debajo de las mesas en la Francia revolucionaria los internautas abren ahora sus blogs en cinco minutos, sin necesidad de conocimientos informáticos de ningún tipo. La discusión desarrollada en los foros se formaliza, se convierte en palabras perdurables, maceradas, sopesadas…En hipertexto.

Ahora los polemistas son los ciudadanos, sin más rotativa detrás que un teclado. Ciudadanos más ciudadanos que nunca.

Surge una duda: ¿Les interesa a las élites de cualquier tipo esta red incontrolada y descentralizada de librepensadores? Al fin y al cabo los gobiernos siguen teniendo que ver mucho en la construcción de las “autopistas de la información”, y las élites empresariales de la comunicación (élites a secas) no pueden dejar escapar su tradicional monopolio de la información.

El bajo grado de conectividad les ha hecho despreocuparse pero en su reacción está la prueba de que intuyen que algo se mueve a sus pies: sólo es necesario observar los movimientos reguladores que los Estados llevan a cabo con los contenidos de la Internet y los intentos, palos de ciego a menudo, de la prensa tradicional de atraerse a los bloggers a su terreno.

Ante estos previsibles intentos de las élites por hacer suyo o controlar el potencial de la red cabe cuestionarse qué es mejor, que la “resistencia” ciudadana se agrupe en nodos potentes o que continúe con su estructura reticular. En mi opinión no hay porque renunciar a ninguna de las dos características: la coordinación de los aguijones es la clave. En la actualidad los grandes sitios de referencia de la izquierda social hispana (me refiero a la izquierda contestataria por interés personal pero es extrapolable a otros grupos) no están aprovechando el potencial ciudadano. Sitios como Nodo 50 o Rebelión, que son espléndidos depósitos de firmas de la izquierda y comunicados de organizaciones de diversa índole, estarían en una posición privilegiada para acoger un auténtico movimiento blogger izquierdista.

Se trata de aprovechar las nuevas imprentas, los nuevos estrados, las deslocalizadas tabernas, para construir propuestas sociales alternativas, construidas por la ciudadanía. En red pero conectados con intención.


Luis.