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Deia 9 10 2001

"Intentaremos que el PP conecte con esta iniciativa porque sin él no es posible avanzar"

Víctor Aierdi

Cirilo Dávila Bilbao

AIERDI coge una frase de Retegi para mostrarse a sí mismo: "Cuando vas ganando, las heridas no duelen". Y lo dice con una medio gripe encima, pero con el buen cuerpo que le ha dejado el inicio de la Conferencia de Paz. Ni siquiera la ausencia del PP, a cuya puerta seguirán llamando, ha perturbado este arranque.

Usted, de natural optimista, dirá que el pasado domingo todo salió a pedir de boca...

Y es que lo fue. Para no reconocerlo hay que tener los ojos vendados...

¿Qué destacaría?

El hecho de que fue acto participativo en cuanto a número, muy plural y con mucho calor humano.

¿Qué comentarios escuchó en los pasillos?

Que aquí empezaba algo importante, un proyecto con bases sólidas. Lo que queda pendiente es incorporar a los que faltan.

¿Lo cree posible?

Ahora es más fácil que antes del domingo.

¿Por qué se ha incidido en algunos sectores más en las ausencias que en las presencias?

No sé si es como consecuencia de una inercia mediática y política, y que lleva a subrayar más lo negativo que lo positivo, lo que desune más que lo une. Hay que relativizar también estas críticas.

¿El PP se ha quedado solo al dar la espalda a esta iniciativa?

Con el PP vamos a mantener sistemáticamente un actitud de respeto y de puertas abiertas. De respeto porque conocemos sus temores, sus prevenciones y su desconfianza. De puertas abiertas porque somos conscientes que sin el PP no es posible que este proyecto o cualquier otro relacionado con la paz tenga éxito, no es posible avanzar.

En los últimos años ¿se han utilizado determinadas plataformas cívicas o pseudopacifistas como ariete político?

El que ha sido utilizado es porque se ha dejado utilizar. Elkarri, al menos en lo que depende de él, ha colaborado con quien está de acuerdo y busca punto de encuentro con quienes discrepa. Elkarri trabaja para toda la sociedad y estamos en las coordenadas mayoritarias, es decir, coincidimos con la mayoría de esta sociedad.

¿Llamarán otra vez a las puertas del PP?

Seguiremos trabajando para intentar que el PP vea en este proyecto un marco donde sus intereses son tenidos en cuenta y que es incluido también su punto de vista. Quizás no lo hagamos de manera pública, pero sí de la manera que consideremos más eficaz.

¿Lo cree factible?

Lo que tenemos claro es que no vamos a parar hasta el último día en intentar que el PP mantenga un tipo de conexión o comunicación con este proyecto.

"Conozco premios Nobel admirables y otros que no lo son tanto"... Con frases como ésta de Mayor Oreja...

Bueno, uno ya está acostumbrado a que demasiada estridencia en la política vasca. Sin embargo, contamos con gran paciencia y mucha serenidad. Al final, hay que lograr que las cosas avancen.

¿No empieza a estar ya saturada la sociedad vasca de buenas palabras y pocos resultados?

Es necesario ir pasando a los hechos, sí. La paradoja que vivimos hace unos meses, viendo cómo la paz estaba en boca de muchos que luego hacían bien poco por ella, ha producido quizás una demanda añadida de menos palabras y más hechos.

Pues parece que se va hacia atrás. Ya ni siquiera existe conflicto político vasco...

Algunas palabras se han convertido en minas y cada vez que se topa uno con ellas parece que van a estallar. Eso ocurre con palabras como diálogo o conflicto político, que han sido demonizadas.

¿Cuál es la terapia?

Lo importante es que no reparemos sólo en la denominación. Sea conflicto, contencioso o tema pendiente, la verdad es que el País Vasco no es un país normal. No sólo porque haya una violencia de motivación política, sino porque tiene un problema no resuelto. Debemos utilizar una palabra que incluya a todos, pero tampoco autoengañarnos.