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El País, 6 de octubre de 2001

JONAN FERNÁNDEZ COORDINADOR DE ELKARRI

'La Conferencia de Paz busca unas reglas de juego para la convivencia'

G. GASTAMINZA | San Sebastián

Jonan Fernández, coordinador general de Elkarri, ultima los preparativos de la Conferencia de Paz que comienza mañana. Durante seis meses tratará de promover el acercamiento de posiciones de los partidos vascos para así facilitar un clima de diálogo, tan reclamado por el lehendakari, que propicie soluciones de consenso al problema vasco.

Pregunta. ¿Qué sentido tiene esta conferencia ahora?

'El final de la violencia de ETA será una mezcla; tendrá, de alguna manera, elementos de diálogo'

 

Respuesta. Nuestro diagnóstico parte de que todo lo que hacemos en la sociedad vasca está dominado por lo que nos divide, mientras que ignoramos lo que nos une. Es bueno hacer un esfuerzo por intentar un acuerdo que plasme lo que nos une.

P. Elkarri estuvo en el Pacto de Lizarra, una iniciativa excluyente. ¿Cómo ve aquella experiencia con la perspectiva de los dos años transcurridos?

R. Nosotros asumimos plenamente que estuvimos en Lizarra, una opción que implicaba riesgos, pero a la que acudimos convencidos de que podía contribuir a la paz. Hubo cosas interesantes para el futuro, pero otras podían haberse hecho mejor. Tuvo una pluralidad insuficiente y se centró demasiado en los contenidos de la solución y no en acordar los caminos para llegar a ella.

P. Ya que alude a pluralidad, ¿logrará que asistan todos los partidos a su conferencia?

R. Hasta hoy tenemos una disposición positiva a la participación, aunque no una respuesta oficial, por parte del PSE y Batasuna, aunque esta formación tendrá una participación crítica porque es notoria su desconfianza hacia nuestra trayectoria. Nos falta ultimar un contacto con el PP. Somos conscientes de que este partido desconfía de esta iniciativa, pero nos proponemos demostrar que las pretensiones de esta conferencia no responden a intereses ocultos.

P. Precise en qué va a consistir.

R. Va a tener una parte reservada y otra pública. La reservada consistirá en el trabajo de una decena de moderadores que estudiarán los posibles puntos de consenso. Sin necesidad de convocar a los partidos a reuniones conjuntas, a escenarios no deseados, consultarán con ellos los borradores de consensos hasta llegar a un texto que tenga la aceptación de todos. La parte pública consistirá en mesas redondas para crear un clima de reflexión y debate sobre distintos aspectos de la paz.

P. ¿Qué función tendría la conclusión final?

R. Acordar unos puntos comunes que sean principios de convivencia y reglas de juego que nos ayuden a salir de la crisis actual, sin que eso signifique restar nada a la pluralidad ideológica ni censurar el pensamiento o la identidad. La opción óptima para nosotros sería que ese acuerdo abriera algún proceso de cara al futuro; la mínima es un acuerdo escrito, un folio.

P. Suponiendo que alcancen todos los partidos algún acuerdo, ¿no tiene la impresión de que a ETA le importa muy poco lo que decidan?

R. Es muy posible. Pero lo que nos importa ahora es superar la etapa negativa y de tensión social y personal que han vivido la sociedad y los partidos. Ésta es nuestra idea, muy modesta, porque no creemos que pueda salir un acuerdo de paz ni una solución política.

P. Pero la crispación tiene su origen en ETA y la sistemática amenaza que ejerce sobre un sector de la población, y no en la discrepancia política, lógica y legítima, por otro lado.

R. Esto nos plantea el dilema de si la existencia de ETA debe impedir que dialoguemos para que las cosas vayan a mejor. Nuestra conferencia no se dirige a ETA, sino a los partidos y a la sociedad.

P. Los partidos tienen ya su foro, el Parlamento vasco, para dilucidar sus diferencias.

R. Si observáramos que nuestra conferencia interfiere o estorba, nos retiraremos. Pero no creemos que ocurra esto; es más, es bueno que haya más de un canal en un proceso. La mejora de una situación como la que vive el País Vasco nunca depende de una única iniciativa o idea.

P. ¿Cuál es su opinión sobre esta ETA, tan autista? Usted, que siempre ha confiado en la posibilidad de una tregua, ¿la cree posible ahora?

R. Creo que se trata de un debate no resuelto en ETA ahora. Por otra parte, creo que ETA tendrá que aceptar, tarde o temprano, que si lo que piensa la mayoría de la sociedad vasca es el criterio rector para otras cosas, también lo será para reconocer que esa mayoría no quiere resolver sus problemas con violencia.

P. Hay dirigentes del PNV que afirman que a ETA hay que derrotarla.

R. ¿Qué quiere decir eso? En un proceso como éste no hay fórmulas de pizarra y el final de la violencia de ETA será una mezcla de cosas; tendrá de alguna manera cauces y elementos de diálogo. Si no, ¿por qué el Gobierno español fue a Suiza durante la tregua para hablar con ETA? No se puede descartar el diálogo como instrumento.