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Deia 6 10 2001

"Si todas las sensibilidades del país están en un proceso que avanza, el PP no va a quedarse fuera"

Tras medio año de preparativos, el Palacio Euskalduna de Bilbao acoge mañana el acto de arranque, la presentación en sociedad, de la fase de desarrollo de la Conferencia de Paz de Elkarri. Danielle Mitterand, presidenta de la Fundación France Liberté, será la encargada del saludo inaugural, como representante del Comité de Honor de esta iniciativa, integrado por seis premios Nobel de la Paz y cuatro reconocidas personalidades. Comenzará así una una nueva etapa en la que el respaldo social, materializado hasta ahora en 50.847 personas que han dado a Elkarri su firma y mil pesetas, "seguirá siendo necesario", al tiempo que un grupo de moderadores, "personas con independencia de criterio",sondeará a representantes de todos los partidos que participen en la conferencia, en busca de un acuerdo de base que pueda ser suscrito por todos, un "preacuerdo" que delimite las "reglas del juego" a partir de las que ir dando pasos concretos hacia una solución.

¿Qué primer mensaje quiere enviar Elkarri a la sociedad?

Que esta Conferencia de Paz es una reunión de esfuerzos, un proceso en el que, durante seis meses, tenemos que juntar muchas fuerzas para intentar salir de la situación de bloqueo. Si hemos llegado hasta aquí es porque la sociedad nos ha apoyado, y si queremos llegar más lejos en los próximos seis meses, vamos a seguir necesitándolo.

Tienen un punto de partida mejor que el que imaginaban.

Sí, y no tanto por el valor cuantitativo, que lo tiene, sino porque reflejan que el empeño de Elkarri no es el de varios cientos de personas que puedan estar organizadas, sino que es un empeño que comparte mucha gente.

Hasta el momento, ¿qué propuestas han recibido de la sociedad?

La demanda principal ha sido que la gente pueda manifestar sus opiniones en esta segunda fase, y eso es lo que vamos a tratar de hacer ahora desde distintas vías.

¿Y cómo se tiene que articular en adelante esa participación?

Durante estos seis meses habrá distintas formas de participación ciudadana, vamos a estar todo el tiempo volcados en que haya cauces abiertos.

¿Los partidos que han aceptado acudir, no han acogido la iniciativa con cierta frialdad?

Comprendemos la actitud de los partidos. Este es un tema muy complejo, y lo más fácil es ponernos todos exigentes con los políticos y decir generalidades. Nosotros no nos quejamos de la aceptación que ha tenido la iniciativa entre los partidos e incluso respetamos, aceptamos y entendemos la de quien decida no participar.

Pero reconoce que la decisión de PSE-EE y PP la ha dejado coja.

El PSE nos ha transmitido a nosotros lo que ha dicho públicamente, que su participación será a título individual de aquellas personas del partido que quieran hacerlo. Para lo que queremos lograr en esta conferencia nos parece bien, contribuye a que la conferencia salga adelante. Nos sigue faltando la respuesta del PP, porque sabemos lo que ha dicho públicamente, pero nos gustaría un contacto directo , como mínimo para poder tenerle informado del curso de la conferencia.

¿Si no lo logran no se desvirtúa el sentido de su iniciativa?

La conferencia no estará consiguiendo uno de sus objetivos. Nuestro reto es lograr que el PP participe de una u otra manera. Que, como mínimo la identidad política que defiende tenga reflejo, porque lo que representa el PP en Euskadi nos merece todo el respeto. Como estamos convencidos de que la solución hay que encontrarla entre todos, haremos lo posible y lo imposible para que eso esté ahí presente.

¿No participar no es autorretratarse?

Yo creo que si el resto de sensibilidades del país tienen representación en un proceso que avanza en positivo, el PP no va a quedarse fuera. Se tiene que buscar alguna manera de tener contacto con la conferencia sin que su forma de ver las cosas se vea amenazada.

Veo que no quieren interpretarlo como un boicot.

Somos conscientes de que lo que media en esta situación es una gran desconfianza y el prejuicio sobre lo que hay detrás de esta conferencia. Nuestro empeño es demostrar que nuestra intención es la que declaramos.

¿Cómo se restablece la confianza?

El "insistencialismo" es una buena vía. La experiencia demuestra que casi nada cae en saco roto, que hay cosas hoy parece que no tienen sentido pero que, al cabo de un tiempo, demuestran que sí lo tenían. Si hacemos un propuesta que no da resultado, buscaremos otra manera de formularla y otras alternativas.

En cualquier caso, la participación parcial, no parece lo ideal.

Pero hay que ser realistas y partir de las dificultades que tenemos a diario. Tenemos en la cabeza la imagen de otras conferencias, en las que hay una mesa con todos los actores firmando un acuerdo. Para llegar ahí ha habido un proceso, y eso es lo que estamos trabajando. Un equipo de moderadores inicia un proceso en el que van haciendo consultas con todos los partidos, intentando buscar un documento que pueda ser suscrito por todos. Hay seis meses para estudiar las posibilidades de consenso.

¿Cuál será el guión de esas rondas?

El que el equipo moderador establezca. Nosotros somos promotores de la iniciativa, pero tiene que hacer una reflexión propia que nosotros no queremos condicionar.

¿A qué perfil responden los moderadores?

Para el 15 de octubre estará conformado el equipo y entonces comunicaremos quiénes son. Queremos un equipo equilibrado, plural, que suscite la confianza suficiente. Personas con independencia de criterio, conocedoras de los problemas que tenemos aquí y de la diferentes sensibilidades. Subrayamos el papel de moderadores, no son mediadores porque no estamos en esa fase.

¿Por qué no se han planteado la participación de los Estados?

Después de los acontecimientos de los últimos años, la desconfianza lo condiciona todo. Para avanzar en cualquier dirección es necesario ser capaces de crear un mínimo espacio de confianza. Eso requiere una especie de preacuerdo. Nuestro objetivo es muy modesto: la conferencia no tiene la finalidad de buscar un acuerdo que traiga la solución definitiva, sino establecer ese preacuerdo que defina las reglas del juego. Saber que estamos de acuerdo en que podemos avanzar hacia una solución dando determinados pasos. Y todo esto es una función inicial dirigida a los partidos políticos.

Además del tiempo, ¿qué bazas juega Elkarri para confiar en que todo llegue a buen puerto?

Vamos sin red. No tenemos ninguna seguridad de lo que va a pasar dentro de seis meses, pero queremos ser transparentes y claros: nuestro objetivo es que haya un acuerdo, aunque no nos importan que esté firmado o no. Pero que no sea un acuerdo retórico que diga cuatro generalidades y no implique nada. Que aporte algo, por poco que sea, que permita avanzar en alguna dirección. Si no lo hay, no lo habremos conseguido.

¿Y entonces qué?

Habrá que evaluar las razones y qué tenemos que hacer. Pero la sensación que tengo es que, a veces, hay cosas que salen mal y son una especie de peaje necesario, porque se queman etapas que preparan otras nuevas.