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Deia 3 6 2001

"Hace falta un pacto de Estado que permita cambiar muchas cosas en Euskadi"

ODÓN ELORZA

En estos tiempos que corren, de grandes acuerdos PP-PSOE, el alcalde socialista de Donostia, Odón Elorza, dice que lo que hace falta es un pacto de Estado, sí, pero uno que "permita cambiar muchas cosas en Euskadi". Por eso, insta al PSE-EE a que inicie un "profundo" proceso de debate interno que plantee "la exigencia de abrir un nuevo ciclo político" en este país que culmine con ese pacto de Estado sobre Euskadi. El mensaje que los ciudadanos vascos han dado a la case política avalaría esa posición.

¿Le gusta el escenario que se está dibujando después de las elecciones?

El panorama está mejorando sustancialmente, en la medida que, primero, se prevé un gobierno que pueda desarrollar su labor con más facilidad y mayor libertad de movimientos. Y, en segundo lugar, porque parece que ha cesado el nivel de confrontación política tan dura que se ha venido observando entre los partidos políticos en Euskadi en los últimos tres años. Las elecciones han servido para afianzar un gobierno de acuerdo con la voluntad mayoritaria de los vascos, que han apostado fundamentalmente por la moderación y la profundización de la democracia. Y también se observa que los partidos perdedores, con más o menos capacidad de autocrítica, están asumiendo los resultados y, por tanto, girando hacia unas posicionesde oposición más constructiva.

Una vez dijo no tener mucha carrera política. ¿A la vista de que los resultados respaldan sus tesis, se mantiene en las mismas?

Por el momento no va a cambiar nada en absoluto. No tengo una trayectoria como hombre de partido. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que sienta ganas de participar en la política interna. Por tanto, sigo en mis trece.

No aceptaría volver a la ejecutiva del PSE, de darse la ocasión.

En este momento esa posibilidad no me resulta atractiva. Además, lo que se requiere en este momento no es que la ejecutiva incorpore más gente, sino abrir un debate muy en profundidad. Considero que las conclusiones del último Congreso, al día de hoy, en algunos aspectos no son para nada válidas. Y debería celebrarse una conferencia nacional que reflexione sobre lo que ha pasado en los últimos años y, tomando como referencia las elecciones, se plantee la exigencia de abrir en Euskadi un nuevo ciclo para la política que culmine en un pacto de Estado que permita cambiar muchas cosas.

¿Cree que ahora aflorarán otras voces críticas en el PSE?

Estamos en un compás de espera. Los debates en las agrupaciones del PSE se están produciendo ahora y espero que en breve se reúna el Comité Nacional, donde quizá se empiecen a plantear de un modo más rotundo las posiciones divergentes o alternativas a la que ha sido hasta ahora la estrategia de la ejecutiva. Por el momento, no se pueden observar grandes movimientos en el seno del PSE, que, a raíz de estos resultados, ha iniciado una reflexión interna que espero que sea profunda, para corregir radicalmente su rumbo y se plantee una política de izquierda más moderna, más vasquista y, por supuesto, mucho más federalista que la actual, como punto de partida.

¿Le parece que Nicolás Redondo Terreros será capaz de liderar ese cambio de estrategia?

Nicolás Redondo, representando a la mayoría del PSE, ha hecho una apuesta para formar un gobierno de cambio con el PP que ha resultado un cierto fracaso. Y, por tanto, no sé en este momento cuál puede ser su intención o su capacidad para abordar un cambio notable en la estrategia que debe seguir el partido en la confección de una sociedad vasca y en la recuperación de un espacio sociológico central dentro de lo que es la política vasca y la sociología de los ciudadanos y ciudadanas vascas. El pasado siempre lastra, siempre reduce la capacidad de movimientos y también las actitudes del pasado limitan la credibilidad de cada cual.

¿Debería haber asumido su responsabilidad en los resultados electorales de una forma más contundente? Esa pregunta prefiero no responderla.

¿Hasta dónde cree que puede el socialismo vasco modificar su estrategia?

Los cambios siempre requieren un tiempo prudente, además de un proceso de reflexión personal de los líderes, de los principales responsables de una fuerza política. En este momento los gestos de este largo periodo están muy presentes como para poder hacer un vaticinio de hasta dónde va a poder llegar el cambio de actitud de todos, del conjunto de los partidos. No sería justo situar al PSE como única fuerza que debe cambiar realmente sus actitudes ahora mismo.

¿Cómo valora las decisión de su partido de no entrar al Gobierno vasco y mantenerse en una oposición que ellos han llamado flexible y constructiva?

Desde mi punto de vista, se hizo un pronunciamiento un tanto precipitado al apostar por la oposición. Antes de decidirse nada, tenía que haberse reunido el máximo órgano del PSE-EE, que es el Comité Nacional. Pero, por lo que se ve, desde de la propia ejecutiva se marcó una línea a seguir, lo cual no me parece que sea la mejor forma de participación de los cuadros del partido socialista en la fijación de su política de futuro. Soy consciente de que hoy por hoy no ha pasado tiempo suficiente para que se vayan curando las heridas. Por tanto, hoy por hoy, no resulta posible hablar de la participación socialista en un gobierno de la mano de PNV-EA. Porque no se pueden hacer piruetas en el aire, ni giros de 180 grados. Eso requiere ir cambiando las actitudes, las políticas, e ir a la búsqueda de una relación política bien diferente. Eso no significa que el PSE tenga que votar en contra de la investidura de Ibarretxe: habrá que analizar su propuesta de gobierno, su discurso electoral. Pero sí creo que a Ibarretxe hay que darle un margen de confianza para iniciar una nueva etapa política en este país. Un margen de confianza amplio, porque así lo pide la gente.

¿Qué le parece que IU-EB entre al ejecutivo vasco con PNV-EA?

No me atrevo a establecer un posicionamiento sobre si es bueno o malo entrar al Gobierno vasco. Creo que hay que respetar su decisión, sea ésta la que sea. Pero sí creo que el PSE, sin mayor recelo y sin complejos, debería abrir alguna vía de mayor entendimiento y relación con IU-EB de cara al futuro. En su día ya se produjo, tarde y mal, el proceso de convergencia con Euskadiko Ezkerra. Este tipo de planteamientos a medio plazo no deberían abandonarse, no me parecen ninguna locura.

"Sería poco explicable que PSE no esté en la cita de Elkarri"

N. G. Donostia

El alcalde de Donostia piensa que se están poniendo unos cimientos adecuados para sostener, cuando llegue, algún tipo de instrumento de diálogo hacia la paz. Entre tanto, opina que la Conferencia de Paz impulsada por Elkarri será un elemento positivo y que su partido, que se ha mostrado crítico, debería estar allí.

¿Qué le parece la condición que ha puesto Ibarretxe al PSE de tener un acuerdo de fondo sobre pacificación antes de llegar a ningún acuerdo puntual?

Me parece imprescindible, es una premisa básica. Si en el problema más importante que tenemos no llegamos a un análisis compartido y a una estrategia básica común, el resto de previsibles acuerdos tendrían poca aplicación y poco desarrollo. Hay que partir de ahí, y dedicar a ello las horas de conversación necesarias. Y, a poder ser, que no trascienda cada día a la prensa. La labor de laboratorio requiere mucha discreción y tiempo para poder avanzar.

En esas conversaciones alejadas de los medios, ¿qué papel debe tener EH?

En este momento es imposible que todos los partidos hablen con EH. Sería absolutamente necesario que tuviera una autonomía política plena y rechazara el uso de la violencia, apostando por las vías de acción política y democrática, para que se pudiera dar ese diálogo transversal. Otra cosa es que lo haga bajo su responsabilidad EA-PNV. Pero para llegar a un gran acuerdo después del desarrollo de unas conversaciones en torno a un camino para llegar a la paz resulta necesario que rechace la violencia de forma clara.

En fases previas a ninguna mesa, ¿hablar con EH incluso si no se desmarca de la violencia no pondría un carril para que llegara ese momento?

En el Parlamento van a tener que hablar, algún nivel de interlocución se tiene que dar, pero en este momento no puedo dar otra respuesta a esa pregunta.

La decisión de EH de acudir al Parlamento vasco ¿no podría ser un primer paso de un cambio en su estrategia?

Soy escéptico. Creo que es una decisión forzada por sus malos resultados y porque saben que su presencia, o su no concurso al Parlamento, no va a tener incidencia en la estabilidad del gobierno. Pienso que han optado por esa estrategia porque les interesa a ellos para hacer política. En principio, esa decisión no tiene porqué representar nada de bueno, ni de malo.

¿Se están poniendo las bases adecuadas para un futuro foro de pacificación?

Con los nuevos planteamientos del lehendakari Ibarretxe y las nuevas posiciones del PP y PSE, entiendo que sí, que hay un cambio de escenario político que ojalá se viera acompañado por un cese de la violencia por parte de ETA. Pero eso es, hoy por hoy, un sueño.

¿Qué cree que aportará la Conferencia de Paz de Elkarri a todo este proceso?

Análisis de la realidad muy certeros, propuestas que cuenten con un denominador compartido por todas las fuerzas políticas, por elementales que sean, y también diseñar algunos caminos que se puedan seguir para alcanzar la convivencia en paz en Euskadi.

¿El PSE decidirá finalmente estar ahí?

Me parecería poco explicable que no estuviera. No sé a qué nivel de representación, pero sí debería estar más que como observador. Yo, desde luego, estaré.