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Diario vasco 8 10 2001

 

Entrevista a Danielle Mitterrand

"La auténtica constitución de Europa vendrá cuando se difuminen las fronteras"

Danielle Mitterrand fue una de las principales protagonistas de la jornada de apertura de la Conferencia de Paz de Elkarri. Amable y discreta, la viuda de François Mitterrand y presidenta de la fundación France Libertés está convencida de que la inteligencia y la razón pueden poner fin a la violencia Dueña de una biografía, cuando menos, tan atractiva como la de su marido, Danielle Mitterrand lleva años apoyándose en la fundación que encabeza -France Libertés- para defender la causa de pueblos desfavorecidos. Ayer estuvo en Bilbao para ofrecer su presencia a la conferencia de Elkarri, una de esas iniciativas que, según dice, ayudan a engrosar la gran "orquesta" mundial contra la violencia y la guerra. Porque la viuda del ex presidente francés se resiste a alejar la situación de Euskadi de sus reflexiones teóricas de aplicación universal.

LOURDES PEREZ/

-El llamado 'problema vasco' resulta, en ocasiones, muy complicado de comprender para nosotros mismos. ¿Qué cree que puede aportar alguien como usted, ajena al conflicto? -La reflexión de que en todo el mundo existen conflictos en los que, a menudo, hay hombres que quieren lo mismo pero que no defienden la misma estrategia; y que, incluso, están convencidos de que sólo hay una estrategia buena y que se mantienen cerrados a todos los discursos de conciliación, de solidaridad y de diálogo. Eso exacerba los conflictos. Sin olvidar que también están quienes tienen intereses políticos, mercantiles y económicos y que defienden, en definitiva, su territorio. Por eso es preciso usar la inteligencia cuando surge la violencia, aunque no sea fácil y aunque a veces los intereses sean más fuertes que la razón.

-¿Consideran los franceses a ETA un problema suyo?

-Hay muchos vascos en Francia, vascos franceses; pero, de todos modos, no me gustaría que habláramos de esto como de un problema esencialmente vasco. Quisiera comentarle una anécdota. En 1996, me entrevisté con varias personas que trabajaban en los campos de la paz de Chiapas. Cuando nos presentamos, uno dijo que era colombiano, otro francés, otro alemán... Y uno me dijo: "Soy vasco". "¿Vasco francés o español?", le pregunté. Y él insistió: "Yo soy vasco". Me bastó. Somos del país donde hemos crecido, donde hemos respirado su cultura... La auténtica constitución de Europa se producirá cuando se difuminen las fronteras.

-Así que aboga no tanto por el reconocimiento de nuevas nacionalidades como por la desaparición definitiva de los límites fronterizos.

-Se hará por sí sola. Si existe una aspiración de los pueblos de reafirmarse para buscar la paz, estamos dispuestos a apoyarla. Ese planteamiento quizá sea un paso obligado, pero a largo plazo la noción de nación irá difuminándose. Seremos vascos, pero sin fronteras.

Víctimas inocentes

-¿Le preocupa el aumento de la violencia callejera en suelo francés?

-Claro, porque la violencia siempre crea víctimas inocentes y un clima de miedo que no necesitamos, porque lo que queremos es construir un mundo de paz. Hoy en día tenemos todas las bazas para hacerlo y hay muchos pueblos que lo han entendido. Los indios de México, que han sufrido mucho, han apostado por un frente de paz y no de guerra. Y responden a los ataques ofreciendo diálogo.

-Usted apela a un mundo en paz cuando vivimos una crisis pre-bélica tras los atentados contra Estados Unidos.

-Sí, y es muy preocupante, porque no se sabe dónde está el enemigo. Hay un hombre capaz de hacer temblar al mundo entero y lo situamos en Afganistán, pero allí hay muchas personas que se van a convertir en víctimas.

-En un momento en el que se apuesta por una respuesta global frente a la violencia, ¿todos los terrorismos son iguales?

-Sobre todo, no hay que mezclarlo todo. Un terrorista es el que pretende alcanzar un blanco inocente. Y el terrorismo no sólo asusta al blanco al que se dirige, sino que crea un clima propicio para el miedo, para la violencia. En Francia, si tienes la piel oscura y el cabello oscuro eres, inmediatamente, un árabe, un asqueroso árabe, porque eres musulmán; y hay que tener mucho cuidado con eso. La cultura de la paz, si la desarrollamos, tiene que centrarse en hacer más lúcida a la gente, que no se confunda en su juicio.

-¿Cabe negociar con los terroristas?

-Hay que convencerles de que el terrorismo no les lleva a ninguna parte. Si sus reivindicaciones no han avanzado en casi 50 años, ETA debería replantearse su camino; quizá podríamos hacerles reflexionar sobre otro planteamiento. Porque aunque su forma de reflexionar no es muy sana, se puede curar.

-Usted escapó milagrosamente de un atentado perpetrado en el Kurdistán iraquí en 1992. ¿Alteró aquel episodio su manera de pensar?

-Realmente, llegué a morirme; resucité, me reanimaron en una mesa de operaciones. Pero no era mi hora y mientras siga viva, seguiré mi camino. Y aquello no cambió mi forma de vivir.