ECOLOGISTAS EN ACCION CONSIDERA INSOSTENIBLES LAS POLITICAS DE TRANSPORTE DE LA U.E.  
(Ecologistas en Acción, Marzo de 2.002)

Ante la reunión del Consejo Europeo de Barcelona, Ecologistas en Acción considera insostenibles las políticas de transporte de la UE diseñadas en el Libro Blanco, en especial la liberalización y privatización del ferrocarril.

En el Consejo de Barcelona se van a discutir la política común de transporte, a partir de los criterios establecidos en el Libro Blanco. Ecologistas en Acción considera que estas medidas atienden más a los planteamientos de crecimiento económico y competitividad de las grandes empresas que a la consecución de un sistema de transporte sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Como el mismo libro blanco plantea el transporte motorizado crece a un ritmo más rápido que el del incremento del PIB, siendo los modos más ineficaces energéticamente y más contaminantes (el transporte por carretera y el aéreo) los que más crecen. Un planteamiento sostenible del transporte debe tender a disminuir el tráfico en estos modos y a transferirlo a los medios de transporte más eficientes, menos dañinos ambientalmente y socialmente más útiles, como son los transportes colectivos, en especial el ferrocarril.

Aunque la retórica de la UE afirma que el objetivo es cambiar el balance por modos en beneficio del ferrocarril, Ecologistas en Acción considera que las medidas propuestas no van a conseguirlo, en primer lugar porque el objetivo es demasiado corto: una cuota para el ferrocarril del 10% en el transporte de pasajeros y del 15% en el de mercancías en el 2020, cuando están previstos incrementos en el transporte por carretera de más del 40% hasta el 2010.

En segundo lugar, porque la supuesta revitalización del ferrocarril viene de la mano de la liberalización y la privatización. La apertura del mercado del ferrocarril a operadores privados provocará la desaparición del ferrocarril como servicio público y como una red integrada que conecta gran parte del territorio. La medida llevará consigo el cierre de las líneas y servicios consideradas no rentables para las grandes empresas que actuarán sólo en los corredores donde obtengan beneficios.

En tercer lugar, porque los nuevos proyectos de Redes Transeuropeas de Transporte, que tendrán financiación europea, se centran, no en potenciar el ferrocarril, sino en construir líneas de Alta Velocidad, que tienen un enorme impacto ambiental, por su alto consumo energético, cercano al avión, sus afecciones al medio natural, su enorme coste económico y su escasa utilidad social, ya que es un medio de transporte elitista que une las grandes ciudades y deja incomunicadas a localidades que hasta ahora cuentan con transporte ferroviario, acentuando de esta forma los desequilibrios territoriales.

En el caso de los proyectos presentados por el Gobierno español, además de los trenes de Alta Velocidad que unen Madrid con Francia por Cataluña y el País Vasco, y la red multimodal (autopista y alta velocidad ferroviaria) Portugal-España-Centroeuropa, ya aprobados anteriormente, se proponen para su financiación la construcción de nuevas líneas de alta velocidad ferroviaria en ancho internacional, lo que traerá consigo el problema añadido de dos anchos de vía diferentes y el abandono definitivo de la mejora de la red convencional, que lleva muchos años anémica de inversiones.

En cuanto al transporte aéreo, la política de la UE no se plantea limitar su desbocado crecimiento, sino atender a satisfacer una demanda que se piensa duplicar para el 2010. La consecución del Cielo Único Europeo no es sino una reforma de la gestión del espacio aéreo para aumentar su capacidad, sin excluir la construcción de nuevos aeropuertos y manteniendo las importantes exenciones fiscales sobre el queroseno.

En suma, para Ecologistas en Acción las propuestas para el Consejo Europeo de Barcelona refuerzan las tendencias insostenibles del sistema al apoyar los transportes a larga distancia y a alta velocidad, aumentando el crecimiento del sector en beneficio de las grandes empresas y apostando por la desaparición del ferrocarril como servicio público, en vez de solventar las necesidades de transportes de la población de la forma más barata y menos impactante posible, favoreciendo el desarrollo a escala local y regional, minimizando las necesidades de transporte y dirigiendo éstas hacia los modos más ecológicos.

 
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