Manifiesto de Valencia. Por un ferrocarril sostenible, público y social  
   
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(Coordinadora Estatal en Defensa del Ferrocarril. Valencia, 9 de Marzo de 2003)

En mayo de 2001 diferentes movimientos y organizaciones sociales coordinados en plataformas en defensa del ferrocarril y de oposición al AVE aprobaron en Guadalajara un manifiesto llamado "Tren sí, AVE no" que ha servido de referente reivindicativo a los citados grupos. Este documento analizaba las consecuencias de la política ferroviaria del gobierno, manifestaba su total oposición al AVE y formulaba una serie de propuestas alternativas a este modelo. Transcurridos 2 años desde aquella reunión, distintas organizaciones ecologistas, sindicales, sociales y plataformas en defensa del ferrocarril nos hemos vuelto a reunir en Valencia para analizar la situación actual y futura del ferrocarril. Queremos manifestar los siguientes puntos:

1- Denunciamos el actual sistema de transporte caracterizado por el crecimiento insostenible de la carretera. Este modelo origina unos altísimos costes ambientales (emisión de gases de efecto invernadero, contaminación, ruido, ocupación e impactos sobre el territorio.) y sociales (accidentes, congestión.) totalmente inaceptables para nuestra sociedad.

2- Reiteramos nuestra total oposición a la construcción de nuevas líneas exclusivas para la alta velocidad (AVE) por sus gravísimos impactos ambientales, sus desequilibrios territoriales, su altísimo coste económico, su elevado consumo energético y su escasa utilidad social. En este sentido asumimos plenamente lo manifestado al respecto en el manifiesto de Guadalajara, cuyo contenido consideramos plenamente vigente. El Plan de Infraestructuras 2000-2007, que prevé el gasto de casi 41.000 millones de euros (6'8 billones de pesetas) en líneas AVE hasta 2010, supone la desaparición del ferrocarril como servicio público para la mayoría y su transformación en un servicio privado destinado a una minoría pero pagado por todos y todas.

3- Denunciamos la progresiva implantación de una doble red ferroviaria en nuestro país: - Una de primera, en ancho internacional, exclusiva para los trenes de alta velocidad, que utiliza una minoría de usuarios con alto poder adquisitivo y dotada de fuertes inversiones. - Otra de segunda, en ancho ibérico, para trenes de cercanías, regionales y de mercancías, que utiliza la gran mayoría de usuarios del ferrocarril y con un gran déficit de inversiones.

4- Denunciamos el lamentable estado en el que se encuentra la mayor parte de nuestra red ferroviaria. Los numerosos accidentes y descarrilamientos ocurridos en los últimos meses, la eliminación de tan sólo el 5% de los 815 pasos a nivel de obligada supresión y el reconocimiento por el propio Ministerio de Fomento de que el 20% de la red ferroviaria no alcanza la calificación de aceptable (el porcentaje real es muy superior); están poniendo de manifiesto hacia donde nos conduce la política ferroviaria del actual gobierno: al abandono del ferrocarril concebido como tal al que se le niegan las inversiones y modernización necesaria mientras se dedican cantidades ingentes de dinero público a los proyectos AVE.

5- Nos oponemos al proyecto de liberalización / privatización del ferrocarril a través de la llamada Ley del Sector Ferroviario. El ejemplo Gran Bretaña, ha puesto de manifiesto a qué conduce este modelo: aumento del gasto público, encarecimiento de las tarifas, pérdida de seguridad y consiguiente aumento de la siniestralidad, destrucción y precarización de empleo y desaparición de servicios. La privatización supone poner en manos de empresas privadas, con el único argumento del beneficio económico, los servicios públicos que son de toda la sociedad. Nos oponemos al Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) de la Organización Mundial de Comercio por promover la privatización de todos los servicios públicos y en particular del ferrocarril.

PROPONEMOS:

1- La derogación del Plan de Infraestructuras 2000-2007 por ser antiecológico, antisocial y despilfarrador de recursos. La derogación de dicho plan tiene que suponer la renuncia a la política de construcción de nuevas líneas exclusivas para trenes AVE y su sustitución por otra de acondicionamiento de las líneas actuales para mejorar su velocidad media (con velocidades de hasta 200/220 km/h) en una red ferroviaria que ha de ser compatible con los diversos usos (larga distancia, regionales, cercanías y mercancías).

Las actuales líneas de trenes AVE tendrían que ser reconvertidas para hacer compatible su uso con distintos tipos de tráfico ferroviario así como para garantizar su utilidad social.

2- La apertura de un debate riguroso y transparente sobre el futuro del ferrocarril en nuestro país que analice su situación actual y proponga soluciones a las necesidades reales de la sociedad. Dicho debate tiene que contar con la participación de los diferentes sectores de nuestra sociedad: partidos políticos, grupos ecologistas, sindicatos, empresas, organizaciones sociales, plataformas en defensa del ferrocarril y ciudadanía en general.

3- La elaboración de un Plan Director de Ferrocarriles que surja como resultado del debate expresado en el punto anterior. Dicho plan ha de considerar la mejora y modernización integral de la actual red ferroviaria, la mejor integración de las líneas ferroviarias existentes, contemplar enlaces pendientes, favorecer las líneas transversales, crear nuevas redes metropolitanas en las principales áreas urbanas, reabrir las líneas cerradas (tanto por Renfe como por FEVE), potenciar la intermodalidad y, en definitiva, convertir el ferrocarril en la columna vertebral del sistema de transporte.

4- El mantenimiento del ferrocarril como servicio público de titularidad pública. El ferrocarril ha de continuar siendo propiedad del conjunto de la sociedad pues ha sido ésta la que lo ha financiado, ampliado y mantenido. El carácter público del tren es la única garantía de que éste tendrá una finalidad social y de servicio. Queremos un ferrocarril donde prevalezca la rentabilidad social frente a las políticas privatizadoras.

5- Corregir la tendencia del actual sistema de transportes hacia la insostenibilidad, con el establecimiento de planes y medidas que contribuyan a la reducción drástica del tráfico motorizado en general y del vehículo privado en particular, causante de graves impactos territoriales, ambientales, económicos y sociales. El objetivo sería cambiar la actual distribución modal del transporte, favorecer los desplazamientos no motorizados y alcanzar una mayor participación del ferrocarril tanto de viajeros como de mercancías transportadas. De esta manera se contribuiría a reducir el despilfarro energético y la contaminación que provoca el transporte, en el camino a una sociedad más justa y más sostenible ambientalmente.

6- En definitiva la potenciación y mejora del ferrocarril por sus indudables ventajas ambientales, económicas y sociales. Un ferrocarril de calidad, accesible físicamente y asequible económicamente, que cohesione el territorio y dé servicio a las diferentes demandas de la sociedad y a las necesidades de la inmensa mayoría de la población. Que potencie decididamente el transporte de mercancías. Que respete el medio y aproveche al máximo las infraestructuras existentes.

 
 
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