Ecologistas en Acción lamenta los acuerdos entre España y Portugal sobre la Alta Velocidad Ferroviaria  
   
Tendrán graves consecuencias ambientales y escasa utilidad social  
(Ecologistas en Acción. 10 de noviembre de 2003)


Ecologistas en Acción lamenta los acuerdos entre España y Portugal para el desarrollo de líneas exclusivas de alta velocidad ferroviaria, al considerar que tendrán graves consecuencias ambientales y una escasa utilidad social, a la vez que denuncia la situación de deterioro y abandono en que se encuentran las líneas férreas entre ambos países.

Ecologistas en Acción reitera su oposición a la construcción de líneas exclusivas para alta velocidad ferroviaria entre los dos países, como ya lo hizo junto a la Confederaçâo Portuguesa das Associaçòes de Defesa do Ambiente, en la 2ª Cumbre Ecologista Ibérica, celebrada en Salamanca en enero de 2001. Las organizaciones ecologistas consideran que la construcción de este tipo de vías, al tener radios de curvatura muy amplios y exigir pocas pendientes, exige la realización de grandes desmontes y de enormes movimientos de tierra, la construcción de inmensos taludes y numerosos túneles, provocando además un importante efecto barrera, que empobrece la vida natural y la comunicación ente los territorios que cruza, siendo un importante factor de pérdida de biodiversidad y de despoblamiento.

Por otra parte, este tipo de trenes de alta velocidad tienen un consumo energético desproporcionado por pasajero, similar –o superior para distancias mayores a los 600 km– al del avión, por lo que lo convierte en un gran emisor de CO2 y por tanto, en un transporte muy contaminante y poco eficiente. En este sentido, Ecologistas en Acción denuncia la falta de los más elementales criterios ambientales a la hora de decidir las políticas de transporte de ambos países y de la Unión Europea, si financia estos proyectos, a pesar de la retórica de sostenibilidad de la que hacen gala reiteradamente.

No menos importante es su incidencia en la ordenación del territorio. La alta velocidad tiene como objetivo unir grandes ciudades en poco tiempo, compitiendo con el avión, lo que se consigue a base de no realizar paradas intermedias. De esta forma, contribuye a aumentar los desequilibrios territoriales, al fomentar la concentración en grandes urbes y dejar sin comunicación al resto del territorio, por lo que contribuirá a marginar aún más las regiones de ambos países cercanas a la raya, que “lo verán pasar”. Esto es lo que ha ocurrido con la puesta en servicio de las dos líneas que existen en España, que han dejado al margen y sin comunicación ferroviaria a muchas poblaciones que antes sí la tenían. Si a este hecho unimos su alto precio, que ha desplazado a otro sector importante de viajeros a la carretera como única opción, llegamos a la conclusión de su escasa utilidad social. De hecho, el AVE (TAV) es un transporte elitista, utilizado en gran medida por viajeros que desean ir y volver en el día (ejecutivos de empresas y funcionarios) o por personas de alto poder adquisitivo.

Otra de las consecuencias más graves de la construcción de estas líneas exclusivas para alta velocidad es que sus elevados costes de construcción están dejando sin inversiones al ferrocarril convencional, que se va abandonando, con vías en mal estado, cierre de líneas y supresión de servicios, inutilizándose como medio de comunicación regional y estatal, a pesar de sus indudables ventajas ambientales y sociales y fomentando por tanto el uso del automóvil que queda como única opción. Este abandono es especialmente notable en las líneas que cruzan la frontera entre los dos países.

La organización ecologista considera que la opción por un transporte sostenible en un futuro inmediato, se halla precisamente en el desarrollo del ferrocarril convencional, que puede desarrollar velocidades de hasta 200-220 km/h, sin gran consumo energético y con poco impacto ambiental, un ferrocarril que, combinando cercanías, regionales, largo recorrido y mercancías, se convierta en la columna vertebral del sistema de transporte y en la alternativa al transporte por carretera, hoy convertido en uno de los mayores depredadores ambientales, tanto por la ocupación del territorio que realiza como por sus emisiones contaminantes.

Por todo ello, Ecologistas en Acción considera la construcción de líneas de alta velocidad un grave atentado al medio ambiente, a la vez que un despilfarro económico que no sirve a los intereses de la mayoría de la población sino que los vulnera. Defendemos la mejora de la red ferroviaria existente, que permita velocidades competitivas con el automóvil, un aumento de los servicios y su adecuación a las necesidades de los ciudadanos. Un ferrocarril que cohesione el territorio, que sirva a las poblaciones por donde pasa y que contribuya a mantener la economía y la vida en los pueblos y evitar el éxodo a las grandes urbes.

En consecuencia, Ecologistas en Acción exige:

- La retirada de los proyectos de alta velocidad existentes entre los dos países.

- La utilización de los fondos previstos para la construcción de las líneas de alta velocidad en la mejora y adecuación de la actual red ferroviaria.

- La reapertura de la Ruta de la Plata (desde Huelva y Sevilla hasta Gijón)

 

 
 
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