Los ecologistas alertan de que el impacto ambiental en todo el trazado AVE es «muy crítico»

En Castilla-La Mancha, la línea afectará, según EA, a los Llanos de Albacete, la Sierra de Altomira y las Hoces del Cabriel, entre otras zonas  
(La Verdad de Albacete, 4 de Junio de 2.001)

La asociación Ecologistas en Acción (EA) de Castilla-La Mancha ha advertido de que el impacto medioambiental en todo el trazado del AVE Madrid-Levante será «muy crítico», en especial sobre los espacios naturales de interés, sobre los suelos, ríos y arroyos y sobre la vegetación y la fauna. En un concienzudo estudio realizado por esta organización ecologista, se alerta de que tanto la ocupación del «mucho» terreno que es necesario para instalar esta infraestructura de Alta Velocidad como el efecto de barrera física implica «un impacto medioambiental crítico muy grave» sobre el medio natural, la vegetación y la fauna.

«Con el objetivo de alcanzar velocidades de 350 Km/h, las características geométricas de los trazados de las líneas férreas tienen que ser muy rígidas, con radios mínimos de 7.000 metros y pendientes máximas de 30 milésimas, es decir, del 3 por ciento», señala EA, quien avisa de que este tren requerirá una plataforma muy ancha, estable y aislada del entorno por medio de un vallado, así como un tendido eléctrico de alto voltaje.

Por estos motivos entiende la organización ecologista que la infraestructura ferroviaria implicará un impacto crítico muy grave en todas las zonas por donde transcurrirá el trazado. En concreto, EA asegura que las zonas naturales más afectadas por el trazado del AVE serían, en Castilla-La Mancha, la Sierra de Altomira, los yesares de Huerte, la serranía baja de Cuenca, las Hoces del Cabriel, las zonas esteparias y los humedales de La Mancha y los Llanos de Albacete; en Madrid quedarían afectadas las vegas y carrizales del Tajo y la alcarria madrileña, mientras que en la Comunidad Valencia se dañaría la Sierra de Martés, Muela de Cortes y el entorno de Requena.

Por otra parte, Ecologistas en Acción reconoce en este estudio que si bien en la comparativa del tren con el automóvil y el camión, el primer transporte consume menos energía, genera menos gases de efecto invernadero, produce menos ruido, ocupa poco suelo y ofrecer más seguridad que la carretera, dentro del ferrocarril no hay que olvidar «que los trenes de Alta Velocidad realizan un consumo energético desproporcionado e insoportable». En este sentido, matiza que el AVE que circula entre Madrid y Sevilla a una velocidad máxima de 300 Km/h y a una velocidad media máxima de 209 Km(h, pues recorre 417 kilómetros en dos horas y quince minutos, tiene una potencia de 8.800 kW: «Este tren AVE, con ocho coches y dos cabezas motrices y que transporta 329 viajeros, consume tanta electricidad, medida en kilovatios/hora, como una ciudad de 25.000 habitantes».

Este profundo análisis de los ecologistas sobre el futuro trazado del AVE Madrid-Castilla-La Mancha-Levante afirma en este sentido que para circular a 350 km/h. -velocidad prevista por el Ministerio de Fomento en las nuevas líneas en construcción–, los trenes tendrán que tener una potencia superior a los 12.000 kW, lo que llevará a un consumo de energía semejante al de una ciudad de 50.000 habitantes, ya que la potencia necesaria para incrementar la velocidad de los trenes aumenta de forma equivalente al incremento de la velocidad elevado al cubo: «Elevar la velocidad de circulación de los trenes de 300 a 350 km/h significa multiplicar por dos la potencia», dice EA. Al respecto agrega que conviene no olvidar que la energía «no nos resulta gratis» y que el incremento de demanda energética que supondría la puesta en práctica de estos proyectos «tendría graves implicaciones sociales y ambientales de la mano de una más que previsible justificación de la oferta de energía nuclear y de la procedente de grandes complejos hidroeléctricos».

En el aspecto económico, Ecologistas en Acción se centra en el detraimiento de inversiones al resto de modelos ferroviarios, que son los más usados por los ciudadanos. No en vano, en el ámbito rural de las áreas metropolitanas (regiones urbanas como Madrid, Barcelona, Bilbao, Lisboa, París…), se utilizan para el desplazamiento de las personas los trenes de cercanías, el metro y los tranvías. Los denominados por Renfe trenes regionales pueden asimilarse perfectamente a los de cercanías, y de hecho, mientras que en Cataluña la red más tupida y numerosa en vehículos y servicios es la de regionales, en Madrid la red equivalente está atendidas por los trenes de cercanías.

Según los datos publicados en el Anuario del Ferrocarril 1999, Cercanías-Renfe transportó 367 millones de viajeros en 1998 y Regionales-Renfe 24 millones, es decir, casi 400 millones de viajeros en conjunto, con u na media de 1.200.000 personas al día. Mientras, los trenes de Alta Velocidad de Renfe (AVE y Talgo 200) dieron servicio a cinco millones de personas durante el año 1998, con una media de 16.000 personas al día, y los de larga distancia movieron 14 millones de personas. Los datos más recientes de Cercanías-Renfe, correspondientes a 1999, dicen que se ha producido un incremento de viajeros del 4% respecto a 1998, alcanzando 1.293.022 viajeros al día. Frente a estos datos que avalan el interés social del ferrocarril convencional, «choca la priorización económica que se están dando a los presupuestos ferroviarios», puntualiza Ecologistas en Acción, que incluye algunos ejemplos significativos:

El presupuesto de 1999 destinado al AVE Madrid-Barcelona fue de 129.000 millones frente a los 41.000 que se comprometieron para el resto de la red; ahora se está dispuesto a invertir no menos de 600.000 millones de pesetas en el AVE Madrid-Levante, cuando «históricamente» no se ha acometido el mejoramiento de las líneas convencionales por Cuenca y por Albacete que a precios actuales suponen menos de un tercio de esa inversión; por último, el plan director de infraestructuras previsto al horizonte del 2007, prevé disponer el 50% de la inversión a nuevas líneas AVE (1,4 billones de pesetas), en una relación de coste por kilómetro o por usuario desproporcionadamente desigual a lo que se invertirá en la red básica.

Sin consenso social a favor de la Alta Velocidad

En su estudio sobre la opción del AVE Madrid-Castilla-La Mancha-Valencia, la asociación Ecologistas en Acción alerta de que a lo largo del periodo de información pública «se ha puesto de manifiesto una importante oposición al proyecto ferroviario, que se ha hecho particularmente patente en diversas comarcas levantinas». Asimismo, en las jornadas que sobre el AVE celebró esta asociación quedó demostrando que para Castilla-La Mancha esta infraestructura «no es una necesidad» y que si se completarse y mejorase la red básica «estarían satisfechas la mayor parte de las demandas sociales en este terreno». Para EA, es «evidente» que entre los que dicen querer la Alta Velocidad hay una enorme «disparidad de criterios», que incluso ha derivado en enfrentamientos y amenazas, creando un clima de «tensión social». «Cada cual –agregan los ecologistas– ha defendido su trazado e, incluso, los pocos consensos logrados se han demostrado fugaces». Por ello, EA considera que esta «desunión y falta de criterios se ha mostrado especialmente preocupante en el caso de Castilla-La Mancha y el País Valenciano», comunidades en las que existe un numeroso número de colectivos, reunidos alrededor de las plataformas de defensa del ferrocarril, sindicatos, vecinos, ayuntamientos y «algún» partido político que «vienen demandando el mantenimiento y mejora de la red básica y la retirada de los proyectos AVE».

Un medio de transporte «elitista»

Debido principalmente a sus elevadas inversiones y mantenimiento económico, Ecologistas en Acción considera que el AVE es un medio de transporte «inaccesible para el común de los ciudadanos» y un servicio «elitista», de ahí que opine que el perfil del usuario de las líneas AVE responde al de una clase media-alta: «La puesta en servicio de la línea Madrid-Sevilla ha supuesto un incremento de los desplazamientos en autobús en ese mismo recorrido por dos razones fundamentales: el menor precio y la posibilidad de realizar paradas intermedias», subraya la organización ecologista, a quien le parece «evidente» que no todo el mundo tendrá la capacidad económica para pagar las cerca de 20.000 pesetas que costará el billete de ida y vuelta de Madrid a Valencia en AVE. Para Ecologistas en Acción, los tiempos del viaje en tren de Alta Velocidad no justifican el derroche de recursos económicos y materiales. Un buen ejemplo de esto –dice– es lo que ocurriría de concluirse las obras de mejora de la línea actual Madrid-Valencia para trenes 200 frente al tren AVE: el ahorro que en el mejor de los casos sería de unos 40 minutos, supondría un coste de más de 600.000 millones de pesetas, contando sólo la inversión de la obra.

«La menor duración de los trayectos no justifica el gasto, con mucha menos inversión, tanto Cuenca como Albacete podrían estar comunicadas entre sí y con Madrid y Valencia en tiempos más que razonables», asegura finalmente Ecologista en Acción.

 
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