Ecologistas en Acción ante la paralización de las obras del Centro de Tratamiento de Residuos Sólidos de Toledo

Considera que la no construcción del centro generará una verdadera emergencia ambiental en toda la provincia  
(ACMADEN - Ecologistas en Acción, 11 de Abril de 2.002)


La irresponsable actitud del Alcalde de Toledo puede provocar la reapertura de decenas de vertederos legales e ilegales por toda la provincia y la paralización del programa de recogida selectiva.

Ante el cariz que están tomando los acontecimientos en relación a la paralización de la obra del Centro de Tratamiento de Residuos Sólidos de Toledo, ACMADEN-ECOLOGISTAS EN ACCIÓN quiere hacer pública su postura en este conflicto a través del siguiente informe.

IMPACTO AMBIENTAL DEL CENTRO
El Centro de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos de Toledo (en adelante CTRSU) es una infraestructura absolutamente necesaria para asegurar una mejor protección de la salud pública y del medio ambiente en la provincia de Toledo y para cumplir de manera efectiva y definitiva las exigencias de la legislación comunitaria, estatal y regional en materia de RSU.

Los ayuntamientos de más de 5000 habitantes están obligados desde el 1 de enero de 2001 a disponer de un sistema de recogida selectiva en cumplimiento de la Ley Estatal 10/98 de Residuos. Asimismo, las directivas comunitarias y la ley estatal de residuos obligan a tratar adecuadamente los residuos bajo el riesgo de recibir severas sanciones en caso de incumplimiento. La falta de compromiso y responsabilidad de los ayuntamientos y de diligencia de la Diputación y de la Junta de Comunidades son las causas de los retrasos.

El CTRSU de Toledo junto con el CTRSU de Talavera resultan imprescindibles para empezar a garantizar el correcto tratamiento de los RSU en la provincia de Toledo y para terminar de sellar los cerca de 250 vertederos, entre legales e ilegales, a los que se ha venido vertiendo y quemando más de 300.000 toneladas/año de basuras sin las garantías sanitarias y ambientales exigibles. Ya sólo por esta circunstancia, la construcción y puesta en funcionamiento de los CTRSU, implicará un efecto muy beneficioso para el medio ambiente y la salud en toda la provincia.

La ubicación y diseño de los CTRSU es una cuestión fundamental a la hora de valorar los posibles impactos ambientales que generan estas instalaciones. En este sentido, el CTRSU de Toledo ofrece muchas más garantías que la mayor parte de las instalaciones existentes en la Región. Se ubica sobre terrenos poco o nada permeables, suficientemente alejados de cursos de agua y zonas habitadas. Sin embargo, lo que hace especialmente idónea su ubicación es que se reutilizan y recuperan terrenos que vienen siendo utilizados para el vertido desde los años setenta.

La proximidad de urbanizaciones, achacable en todo caso a la nefasta planificación urbana del municipio de Toledo y a la especulación favorecida desde el Gobierno del Ayuntamiento, no parece que vaya a suponer riesgos para sus habitantes. La planta de compostaje, como se ha demostrado en otras instalaciones, no producen olores si se da una gestión adecuada. Menos aun si, como es el caso, se instalan túneles de compostaje.

Por otro lado, los problemas de malos olores actuales son achacables al vertedero actual y a la presencia en él de gran cantidad de materia orgánica, a veces vertida irregularmente desde las depuradoras de aguas del propio municipio. Está garantizado que con la planta de compostaje la materia orgánica será en su mayor parte debidamente retirada y tratada.

Otras fuentes de molestias o insalubridad, como la circulación de camiones o los lixiviados, han sido adecuadamente previstos y resueltos en la evaluación ambiental del proyecto.

Lo que no es en absoluto de recibo es que las urbanizaciones de este sector del municipio de Toledo hayan crecido y se prevea crezcan hasta envolver el vertedero y el CTRSU despreciando la normativa del RAMINP, según la cual, las viviendas debieran haberse mantenido con carácter general a una distancia mayor de 2000 metros. Si esto es así, el responsable es el planificador, esto es Urbanismo del Ayuntamiento, y las administraciones que lo han consentido.

El planificador también es responsable de conducir la situación a un callejón sin salida, ya que, si se pretendía que el CTRSU o el vertedero se ubicaran en otros lugares, en el mismo momento en que se plantea el proyecto, la evaluación ambiental o, en último caso, en el momento que se paraliza la obra, hay que indicar cual o cuales son los lugares alternativos de ubicación, toda vez que la basura no se puede volver a esparcir por los campos de la provincia y se ha acometido una inversión mil-millonaria con dinero público.

TRAMITACIÓN DEL PROYECTO
Sin duda, la tramitación del proyecto no ha sido un modelo a seguir desde el punto de vista administrativo. Las principales carencias que se observan en el proceso son:

- La inexistencia de emisión expresa de una licencia de obra por parte del Ayuntamiento. Son los juristas y, en su caso, los tribunales los que deben aclarar si se puede dar por concedida o no.

- El comienzo de las obras sin que se hubiera emitido el preceptivo informe de la Comisión de Saneamiento.

- La inexistencia de un debate previo dentro de los órganos de gobierno y de participación del Ayuntamiento de Toledo sobre la idoneidad o no del proyecto.

- Las dificultades planteadas a los ciudadanos de Toledo para informarse y participar en las distintas fases de tramitación.

- La tardanza imprudente del equipo de Gobierno del Ayuntamiento en actuar contra las obras si creía que estas se estaban realizando de forma irregular o ilegal.

Desgraciadamente es habitual la existencia de irregularidades o defectos en la tramitación de proyectos y, en este sentido, es cierto que seguramente la tramitación del CTRSU no es muy diferente de cualquier otra, salvo en el asunto de la repentina paralización de las obras. Muchas obras, sobre todo aquellas en las que intervienen consensuadamente distintas administraciones y en las que no se ha manifestado algún grave conflicto del tipo que sea (social, ambiental, político, etc.), se ejecutan sin que se hayan cumplido rigurosamente los trámites administrativos, por importantes que puedan ser.

Hay que reconocer que, a veces, esta es la única forma de actuar para hacer viables los proyectos y cumplir los plazos de ejecución, pero ello no es óbice para denunciar como injustificable esta forma de actuar y pedir que el mal funcionamiento de las administraciones en asuntos como éste se resuelva de una vez para ofrecer tranquilidad y garantías a los ciudadanos.

RESPONSABILIDADES
Es absolutamente indudable que el proyecto y las obras no se ejecutan si no ha habido previamente un consenso total de las administraciones implicadas: el Ayuntamiento de Toledo, que tiene que ofrecer los terrenos y llevar allí sus basuras; la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, que ejecuta el proyecto; y la Diputación Provincial de Toledo, responsable de la gestión de las basuras a nivel provincial.

En este sentido, es el Alcalde de Toledo el que tiene que explicar a los ciudadanos su cambio de postura y las circunstancias que la motivan. Dado que el proyecto se ha ido ejecutando siempre con su apoyo expreso, debe explicar si su cambio de postura ha tenido que ver con las presiones urbanísticas existentes en la zona, a las que el propio Ayuntamiento ha dado pábulo con la calificación de nuevos terrenos hasta las inmediaciones de la planta; con la proximidad de las elecciones, y la exigua diferencia de votos que le permitió ganar la alcaldía en la convocatoria pasada; o con alguna otra razón que estaríamos todos muy interesados en conocer.

Ante la responsabilidad, o más bien gravísima irresponsabilidad, del Alcalde de Toledo, otras cuestiones que serían achacables a la Diputación o a la Junta quedan muy en segundo plano.

El conflicto generado, en el que afloran cuestiones políticas y económicas, y en el que se obvian o manipulan, según convenga, las inquietudes ciudadanas, la información y la realidad del impacto ambiental, está tensionando de forma grave a la provincia de Toledo y, muy en particular, a su capital. Es absolutamente necesario que los políticos responsables en este tema introduzcan en su lenguaje y en sus actitudes dos cuestiones básicas: racionalidad y responsabilidad. Son otras dos ERRES que añadir a la ya popular Regla de las Tres ERRES (reducir, y que han de dirigir la gestión de las basuras a través de la aplicación con todas sus consecuencias del Plan Regional de RSU consensuado por todos.

CONCLUSIÓN
Desde el punto de vista ambiental y en las circunstancias actuales la mejor opción es terminar de ejecutar y con urgencia la obra del CTRSU de Toledo en su ubicación actual.

 
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