La Región eliminará el 55% de sus residuos peligrosos

Para ello, la Consejería de Agricultura pondrá en marcha un plan dotado con más de 1.300 millones de pesetas  
(La Verdad de Albacete, 21 de Julio de 2.001)

La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente espera que la aplicación del Plan Regional de Residuos Peligrosos para el periodo 2001–2006 permita reducir los residuos peligrosos para eliminación final en un 55%. Según informó ayer la Junta de Comunidades en una nota de prensa, de esta forma se eliminarían 61.875 toneladas al año de residuos peligrosos sobre una producción total de 112.500, que es la cifra que se ha estimado para 2006. El Plan Regional de Residuos Peligrosos contempla una inversión de 1.389 millones de pesetas durante el periodo 2001–2006 para reducir en origen la producción de este tipo de residuos y fomentar la reutilización, recuperación y reciclado de dichos residuos en los casos en que sea posible. Entre las medidas para una mejor gestión de los residuos peligrosos se encuentran su reducción a través de la mejora de los procesos productivos, la reutilización, la recuperación o reciclado de los residuos generados, el aprovechamiento energético de los mismos y su eliminación segura.

El Diario Oficial de Castilla–La Mancha ha hecho público el decreto por el que se aprueba el Plan Regional de Residuos Peligrosos, al que la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente destinará, según informó ayer la Junta de Comunidades de Castilla–La mancha, 1.389 millones de pesetas durante el periodo 2001–2006, con el doble objetivo de reducir en origen la producción de este tipo de residuos y fomentar la reutilización, recuperación y reciclado de dichos residuos en los casos en que esto sea posible.

La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente espera que la aplicación de este plan dé como resultado que los residuos peligrosos para eliminación final se reduzcan en un 55%, lo que supondría tener que eliminar 61.875 toneladas anuales sobre una producción total de 112.500 toneladas anuales, que es la cifra que se ha estimado para el año 2006.

La estrategia en la gestión de residuos peligrosos se enmarca dentro de un nivel de prioridades que sitúan, en primer lugar, la reducción de la cantidad de residuos peligrosos que se generan mediante la mejora de los procesos productivos y, en segundo lugar, la reutilización, recuperación o reciclado de los residuos generados. Junto a estas dos prioridades, el plan establece, en tercer lugar, el aprovechamiento energético del residuo y, en cuarto, la eliminación segura del residuo.

El Plan Regional de Residuos de Castilla–La Mancha consta de dos programas y un conjunto de medidas de control, financiación, complementarias y de revisión.

El primer programa incide en la reducción o prevención en origen y pretende una reducción global del 15% en la producción de residuos peligrosos, lo que significa una disminución de 16.875 toneladas al año. El segundo programa es el de reutilización, recuperación y reciclado, con el que se pretende una recuperación neta de residuos de 45.000 toneladas al año, lo que supone una disminución del 40%, tanto mediante la recuperación como el aprovechamiento energético de los residuos.

La suma de ambos programas supondría reducir los residuos destinados a la eliminación en un 55%, lo que supone que de una producción total estimada en 112.500 toneladas al año, para eliminación quedarían 61.875 toneladas.

Otra de las prioridades del Plan Regional de Residuos es que Castilla–La Mancha sea autosuficiente en la gestión de los residuos producidos en la comunidad autónoma. En la actualidad, de los residuos peligrosos producidos en Castilla–La Mancha se están gestionando dentro de los límites de la comunidad el 14,6% de los mismos (8.657 toneladas). A esta cifra hay que sumar otras 11.986 toneladas de residuos procedentes de otras regiones, que se gestionan aquí.

Para lograr una gestión más racional de estos residuos se van a poner en marcha una serie de medidas que responden a criterios de autosuficiencia, costes asumibles, proximidad de centros productores y uso de las mejores técnicas disponibles.

En primer lugar, el plan contempla una serie de medidas de control sobre las instalaciones de recuperación, de forma que los residuos para aprovechamiento energético deberán proceder en, al menos, un 90% de productores ubicados en Castilla–La Mancha. En el caso de instalaciones para otro tipo de recuperación, el porcentaje mínimo de residuos será del 50%.

En el caso de las instalaciones para eliminación, los residuos que se traten deberán proceder en, al menos, un 80% de productores de la región. Este mismo porcentaje se aplicará también en el caso de las instalaciones de transferencia o de gestión intermedia. Además, la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente pondrá en marcha una serie de medidas complementarias encaminadas a este mismo fin. Se trata del establecimiento de acuerdos y convenios con otras comunidades autónomas para garantizar un destino adecuado de los residuos peligrosos, así como promover acuerdos con sectores determinados para incidir en la buena gestión de este tipo de residuos.

De esta manera se pretende eliminar más de la mitad de los residuos peligrosos no sin antes aprovechar todo su potencial energético.

El plan incluye la construcción de nuevas plantas de reciclaje

El Plan Regional de Residuos Peligrosos contará con un presupuesto inicial de 1.389 millones de pesetas, de los que 1.098 se destinarán a modificar procesos productivos para generar menos residuos, construcción de nuevas instalaciones, elaboración de estudios sectoriales ó construcción de infraestructuras de reciclado.

También se destinarán 291 millones de pesetas a financiar medidas complementarias, como convenios con instituciones o empresas, y procedimientos de revisión, aunque estas cifras son orientativas, ya que el plan estará sujeto a revisiones anuales para poderse adaptar a las nuevas situaciones que puedan presentarse

 
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