22 de abril: Día de la Tierra

Ecologistas en Acción alerta de dos grandes riesgos para el planeta:
El Cambio Climático y los Cultivos Transgénicos

 
(Ecologistas en Acción. 22 de abril de 2004)

El 22 de abril se celebra mundialmente el "Dia de la Tierra". Desde Ecologistas en Acción, queremos alertar a la opinión pública en general, en este día tan señalado, que las dos lacras ambientales que pueden acabar con el planeta y la humanidad son: el cambio climático y los cultivos transgénicos.

Dos grandes problemas, que el hombre, continuamente, día a día, sigue provocando y aumentando sus riesgos para la la biodiversidad y todos los seres humanos.

El cambio climático se ha acuciado por la acción directa del hombre desde la era post-industrial, siendo las previsiones de subida de temperaturas de hoy al año 2100 de entre 4 y 6 º centígrados, según los científicos que trabajan en un programa internacional, el ICCP. El aumento de temperaturas previsto podría generar enfermedades, desaparición de especies, disminución de casquetes polares, etc. Este problema esta generado principalmente por las emisiones de CO2 que lanzamos desde la tierra a la atmósfera provenientes de nuestra actividad industrial y del sistema de transporte (vehíiculos movidos por derivados del petróleo). Si además sumamos el ritmo de deforestación anual, nos encontramos con una ecuación que provoca, origina o adelanta los cambios climáticos que sufre la Tierra. El actual modelo capitalista y globalizador de la economía esta aumentando los riesgos de algo que todavía es impredecible, pero que con un poco de lógica podemos imaginar. Los estamentos financieros como el FMI y el BM, como a continuación detallaremos, son los artífices de encaminar las políticas globlales.

Los transgénicos es el segundo problema mundial que puede acarrear consecuencias irreversibles a nuestra especie. La intransigencia de las multinacionales sobre el poder y control de la agricultura y la alimentación global, experimentando con ingeniería genética, está suponiendo a todos los ciudadanos de este planeta y muchas especies animales y vegetales, servir de "conejillos de indias" en un gran laboratorio llamado Tierra. Si no se pone freno al cultivo y la comercialización de estos productos, sin antes comprobar las repercusiones sobre la salud y el medio ambiente, este puede ser, sin duda, el mal de la humanidad.

Estos dos problemas globales los podemos trasladar a nivel local, regional o estatal, ya que todos somos partícipes de la situación del planeta. Los estados y los ciudadanos están obligados a garantizar la calidad de vida a nuestros descendientes, por lo que es sumamente importante un cambio de rumbo en las políticas y los hábitos de consumo.

Critica a la política ambiental del Banco Mundial

Este año el Día de la Tierra, 22 de abril, coincide con el 60 aniversario de la creación del Banco Mundial. Este organismo sigue siendo duramente criticado por su política social y ambiental. En concreto Ecologistas en Acción denuncia que los proyectos para reducir emisiones a cambio de créditos de carbono no ofrecen garantías y en muchos casos crean nuevos problemas ambientales.

El problema del cambio climático tiene relación con muchos aspectos de las políticas económicas, y uno de los más notables es el de la necesaria financiación de medidas de reducción de emisiones y de adaptación a los impactos que golpearán sobre todo a los países pobres. La Convención Marco de Cambio Climático y el Protocolo de Kioto establecen la obligación de las naciones desarrolladas y causantes del actual cambio climático, de aportar dinero a los países menos desarrollados. Pero estos aspectos de los acuerdos climáticos son habitualmente ignorados, retrasados o reinterpretados adecuadamente.

Donde los países no industrializados esperan ver algún dinero es en la puesta en marcha de los mecanismos de flexibilidad del Protocolo de Kioto, concretamente en el Mecanisno de desarrollo Limpio, la Ejecución Conjunta, y también en el fomento de sumideros. Todos ellos significan proyectos pagados por estados ricos y muy emisores de CO2 que se ponen en marcha en países en desarrollo y permiten a los primeros atribuirse reducciones de emisiones. El Banco Mundial es el intermediario, está estimulando un mercado de inversores públicos y privados a la búsqueda de proyectos de reducción de emisiones. Su "Prototype Carbon Fund" ya tiene fondos de seis gobiernos y 17 compañías (incluyendo compañías energéticas y petroleras europeas y de Japón) por valor de 180 millones de dólares. En Noviembre pasado abrió su fondo para sumideros, el BioCarbon Fund, que busca vender reducciones de emisiones atribuibles a bosques, gestión de pastos y tierras agrícolas etc.

El problema que se plantea es doble: los más generadores de CO2 no disminuyen su tasa de emisión, aunque les compute a efectos de cumplir Kioto, y no hay suficientes garantías en la elección de los proyectos según criterios ambientales y sociales. En primer lugar hay que asegurar que sin la intervención del Banco el proyecto no podría llevarse a cabo, y que va a significar una reducción de emisiones respecto a no realizarlo. Si no se cumplen ambas condiciones el resultado es, en cierto modo, una estafa a los objetivos del Protocolo de Kioto.

Es el caso de la fundición de Plantar en Brasil, donde se quiere evitar con 5,3 millones de dólares el cambio de carbón vegetal a coque en la fabricación de hierro, produciendo un ahorro de 1,25 Mt CO2. Pero ni siquiera parece probable que ese cambio fuese a suceder, con lo que los créditos que se obtengan por ello no responderían a una reducción real de emisiones, y lo que es peor, se financia la extensión de plantaciones de eucaliptos que ya han producido en la zona serios problemas de contaminación de aguas y de condiciones de trabajo semiesclavistas.

Lamentablemente este es sólo un ejemplo entre muchos. El Gobierno holandés ha suscrito un acuerdo con el Banco Mundial para que le facilite inversiones en países en desarrollo en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio para descontarse 21 millones de toneladas de CO2 equivalente entre el 2002 y el 2005. Dieciocho proyectos elegidos por dicho gobierno no se puede considerar que provean reducciones de emisiones que no hubieran ocurrido si no hay financiación externa. Por ejemplo, se podrá apuntar 4 millones de créditos de carbono por dos pantanos (Esti y Bayano) que estaban ya en construcción avanzada, y se hubiesen terminado de todos modos, como ocurre también con la planta geotérmica de Wayan Windu, en Indonesia, que estaba al 60% de construcción, y proporcionará 5,4 millones de créditos de carbono.

Para Ecologistas en Acción si el Banco Mundial no es más escrupuloso con la elección de proyectos de reducción de emisiones, habrá que evitar que participe en el negocio de los Mecanismos de flexibilidad del Protocolo de Kioto.

En el 60 aniversario del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), reclamamos a las instituciones y a los gobiernos que las controlan las siguientes medidas:

  • Apertura de todas las reuniones del BM y el FMI al público y a la prensa.
  • Cancelación de todas las deudas de los países pobres con el FMI y el BM, utilizando los propios recursos de las instituciones.
  • Fin de todas las políticas del FMI y el BM que dificulten el acceso de las personas a los alimentos, al agua potable, a un techo, a la atención médica, a la educación, y al derecho a organizarse (estas políticas de "ajuste estructural" incluyen la privatización y los programas de austeridad económica).
  • Fin de todo apoyo del BM a aquellos proyectos social y medioambientalmente destructivos -las actividades relacionadas con la minería, el petróleo y el gas- y a aquellos proyectos que implique la reubicación forzosa de las personas, como las grandes presas.

Queremos también llamar la atención sobre la crisis sanitaria más catastrófica del mundo, la pandemia VIH/SIDA. Señalamos la culpabilidad de las instituciones financieras internacionales por diezmar los sistemas sanitarios de los países del Sur Global, y rechazamos la tendencia de luchar contra las pandemias mediante más préstamos y condiciones impuestas por estas instituciones. Hacemos un llamamiento a los gobiernos del mundo para que hagan un despliegue de recursos destinado a financiar el Fondo Global para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. Demandamos la eliminación de las reglas del mercado que minen el acceso, a precios razonables, a medicamentos que pueden servir para salvar vidas.

 
 
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