2 de Febrero: "Día Mundial de los Humedales"

En esta fecha se firmó en 1971 el Convenio sobre los Humedales, a orillas del Mar Caspio, en la ciudad iraní de Ramsar  
2 de Febrero de 2.001


Uno de los principales logros de este Convenio, también llamado Ramsar, ha sido la creación de la lista de humedales de importancia internacional. Dicha lista está actualmente compuesta por 1.011 humedales de 117 países con una superficie superior a 720.000 kilómetros cuadrados, aproximadamente la misma superficie que las del Estado español y el Reino Unido juntos.

El Estado español se adhirió al Convenio en 1982, y hasta la actualidad ha incorporado a la Lista de Humedales de Importancia Internacional 38 zonas húmedas con una superficie de 158.216 has entre las que destacan parques nacionales como Doñana y Tablas de Daimiel y lagunas como Villafáfila, y Gallocanta.

Sin embargo, para Ecologistas en Acción resulta evidente la grave situación en que se encuentran la mayoría de nuestros humedales, los cuales durante siglos han sido considerados como eriales y zonas insalubres, por lo que fueron objeto de continuos planes de desecación. Concretamente
en los últimos 40 años han desaparecido el 60% de las zonas húmedas del Estado español, fundamentalmente mediante desecaciones y ocupaciones producidas por la actividad agrícola, la extracción de aguas fluviales y subterráneas, los vertidos de aguas residuales y residuos en general, y la construcción de infraestructuras de transporte y urbanizaciones en sus márgenes.

La mayoría de las zonas húmedas de importancia internacional, protegidas por el Convenio Ramsar, cuentan además con otras figuras de protección (parque nacional, parque natural o ZEPA), pese a lo cual sufren graves problemas de conservación.

Según Ecologistas en Acción, casi la mitad de las zonas húmedas se encuentran gravemente alteradas. Especialmente afectados se encuentran los humedales costeros, ya que buena parte de ellos fueron en su día ocupados en las ampliaciones de poblaciones, por infraestructuras turísticas y carreteras. Pero también los humedales interiores están actualmente muy alterados, principalmente por los cultivos, ya que una cuarta parte de los humedales están rodeados de cultivos y un 20% de ellos se encuentran cultivados parcial o totalmente. Otra grave amenaza para estos humedales es la mala regulación hídrica, ya que casi un 10% de los humedales dependen de acuíferos sobreexplotados.

Las Tablas de Daimiel, posiblemente la zona húmeda más importante del Estado español junto con las Marismas de Doñana, y también declaradas parque nacional, es uno claro ejemplo de las graves amenazas que tienen la mayoría de los humedales. La sobreexplotación del acuífero 23 por la agricultura, agravada por los proyectos de extender los regadíos, la contaminación por aguas residuales, o la canalización del río Cigüela son claros ejemplos que marcan el negro destino de esta importante zona húmeda.

La situación de los humedales es tan preocupante que hasta este momento ni siquiera se cuenta con un Inventario de zonas húmedas de interés ambiental. En la Ley 4/1989, de conservación de la naturaleza, se establece la elaboración de un inventario nacional de humedales, y pese a que han transcurrido once años de la aprobación de dicha Ley, hasta el momento dicho inventario no se ha realizado, aunque su inicio está previsto se realice durante el presente año.

Lamentablemente el único inventario existente es el realizado en 1991 por la Dirección General de Obras Hidráulicas, el cual se realizó atendiendo intereses hídricos en lugar de ambientales, y no incluye buena parte de nuestros humedales más importantes.

Si insuficiente es el estado de conservación de los humedales de importancia internacional el del resto de zonas húmedas españolas es lamentable. Actualmente sólo el 11% de los humedales incluidos en el Inventario de la Dirección General de Obras Hidráulicas gozan de alguna figura legal de protección, lo cual es considerado por Ecologistas en Acción totalmente insuficiente. Esta falta de protección favorece el actual proceso de degradación de la mayoría de estas zonas húmedas y la consiguiente extinción de especies.

Un claro ejemplo de esta situación es el Marjal de Peñíscola (Castellón), el cual no cuenta con ninguna figura de protección legal y está catalogado como suelo urbanizable y parcialmente urbano. La zona cuenta con una excelente vegetación palustre y de saladares; las mayores poblaciones naturales mundiales de peces en peligro de extinción como el fartet y el samaruc, además de la única población natural valenciana del espinoso; y aves en peligro de extinción como la garcilla cangrejera y el avetoro. Pese a todo ello, la zona sufre una enorme presión urbanística, ya que en sus terrenos están proyectadas macrourbanizaciones, campos de golf y carreteras, además de realizarse ya vertidos de aguas residuales y practicarse la caza furtiva. Incomprensiblemente, el Marjal de Peñíscola, al igual que un amplio número de zonas húmedas con similares valores naturales carece de cualquier protección legal.

Especies en extinción

Actualmente una parte muy importante de las especies de fauna que se encuentran en peligro de extinción dependen de las zonas húmedas. Concretamente tres especies de peces, fartet, samaruc y espinoso dependen casi exclusivamente de lagunas y marismas del levante español. El samaruc es posiblemente el más escaso de todos los peces continentales ibéricos, estando distribuido principalmente por determinadas lagunas litorales del levante español. En la actualidad una de sus principales amenazas es la destrucción de su hábitat por desecación de charcas y lagunas, igual que en el caso del fartet y el espinoso.

Las aves son sin duda el grupo más numeroso de especies afectado por la destrucción de las zonas húmedas, ya que casi la mitad de las especies que actualmente se pueden considerar en peligro de extinción dependen en mayor o menor medida de las zonas húmedas. Especial mención merecen ocho especies de aves: avetoro, garcilla cangrejera, cerceta pardilla, porrón pardo, malvasía, águila pescadora, torillo y focha cornuda. Todas estas aves se encuentran en peligro de extinción, entre otras causas por la alteración y progresiva degradación de las zonas húmedas. La caza de aves acuáticas y la intoxicación de las aves al ingerir perdigones de plomo son otras amenazas ligadas a la falta de protección de los humedales que están provocando la extinción de estas aves.


Día Mundial de los Humedales, 2 de febrero de 2001

 
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