Según el CSN, en el curso de la inspección llevada a cabo por sus técnicos a la planta nuclear José Cabrera de Zorita se detectó que el caudal de agua de los serpentines de la unidad de enfriamiento de la contención es, dependiendo de las condiciones de medida, entre 13,7 y 15,1 litros por segundo.

«En una primera clasificación del suceso de aporte de caudal a la unidad de enfriamiento y al sistema de aspersión de la cúpula de contención, motivo de la última exención (18 de enero pasado), se ha incluido en el nivel 1 de la escala internacional de sucesos notificables (INES)», añade la nota.

Con el cumplimiento de las especificaciones técnicas se garantiza que los sistemas de la planta mantienen sus características de diseño y cumplen las funciones de seguridad previstas.

De modo excepcional y por tiempo limitado, pueden concederse exenciones a las ETF, siempre que la seguridad de la instalación no se reduzca y se hayan establecido medios alternativos o efectuado cálculos adicionales que garanticen la misma.

Con este criterio, los análisis realizados concluyen que con esos caudales de agua se siguen cumpliendo las funciones de seguridad requeridas al sistema y, por tanto, «se consideran operables».

Márgenes de seguridad

El Consejo de Seguridad, explica la nota, ha comprobado los análisis presentados por el titular de Zorita «y ha verificado que hay suficientes márgenes de seguridad. Además el titular ha previsto llevar a cabo un conjunto de medidas correctoras y acciones para recuperar los caudales de refrigeración previstos en la ETF».

Al igual que en la anterior exención a Zorita, el CSN prolonga este permiso hasta su próxima parada de recarga de combustible, en agosto próximo. Respecto a Cofrentes, el CSN concede la exención pedida por la nuclear al cumplimiento de un apartado del Plan de Emergencia Interior durante seis meses.

Esta exención se refiere a la modificación de la ubicación de un punto de concentración del personal de Cofrentes en caso de situación de emergencia.

El CSN deberá aprobar una revisión de dicho Plan que incluya la nueva ubicación del punto de concentración, antes de acabar el plazo de medio año.

Por su parte, Greenpeace considera «preocupantes» estas exenciones concedidas por el CSN, ya que considera que las concesiones concedidas a Zorita y a Cofrentes hacen que estas plantas funcionen «con un sistema de seguridad bajo».

«Al decretar este tipo de permisos, el CSN no cumple sus propias normas», según el jefe de la campaña antinuclear de Greenpeace.

Bravo afirmó que «si, de repente, falla algún dispositivo, como estas centrales no cumplen todos los requisitos de seguridad, el riesgo sería mayor y se daría una situación grave».