El 12 de diciembre de 1999, el petrolero de casco único Erika, de 25 años de edad, con pabellón maltés y fletado por TOTAL-FINA, se partió en dos a 40 millas de Bretaña. El Erika vertió más de 10.000 toneladas de petróleo pesado de las 30.000 toneladas que transportaba. Unos 400 kilómetros de costa resultaron contaminados por la marea negra, que causó graves daños a la fauna, a la flora y a las actividades pesqueras y turísticas, y afectó también a la salud pública.

Después de la tragedia del Erika la Comisión Europea inició las negociaciones para poner en práctica medidas preventivas y de seguridad conocidas como Erika 1 y Erika 2, que aún no han sido aprobadas pese al tiempo transcurrido. Ya que una vez pasada la impresión del accidente del Erika, los Estados miembros evitaron y retrasaron la toma de medidas vinculantes para la UE. Entre ellos el Gobierno español, que tiene además más responsabilidad ya que podría haber aprovechado su presidencia de la UE, del primer semestre de este año, para haber impulsado las medidas preventivas, pero su falta de interés por el medio ambiente consiguió retirar de la agenda todo lo que tuviera que ver con desarrollo sostenible y medioambiente. Ahora, Aznar quiere que el Consejo Europeo (Copenhague, 12 y 13 de diciembre) acelere la adopción de las medidas ya elaboradas.

Para Ecologistas en Acción estas medidas, aunque insuficientes, hubieran podido evitar el desastre del Prestige. Es por ello que la organización ecologista culpa a la UE y al Gobierno español de ser responsables por dejación del vertido del Prestige y hace un llamamiento a la movilización social como única forma de conseguir que estas catástrofes ecológicas no se repitan nunca más.

Teléfono de voluntariado: 656 92 50 80
"Donativos Marea Negra Prestige": cuenta corriente 2105 0026 27 0142002679