Lamata, que compareció en la Comisión de Sanidad de las Cortes regionales, recordó que en Castilla-La Mancha hay un total de 1.647 antenas de las que 303 están en suelo rústico y 1.344 en suelo urbano. De estas últimas, 522 están ubicadas en lugares cercanos a centros sensibles –colegios, residencias de ancianos y centros de salud– y el 50 por ciento ya han sido inspeccionadas.

De las inspecciones efectuadas hasta el momento, sólo se ha detectado una antena que emitía radiaciones ionizantes por encima de lo estipulado en la Ley de Ordenación de Instalaciones de Radiocomunicación, concretamente en la localidad toledana de Sonseca, aunque según aseguró el titular de Sanidad esos niveles superiores ya han sido corregidos. No obstante, recordó que esa antena no superaba los niveles establecidos por la normativa que existe a nivel nacional y europeo.

El consejero, quien subrayó que cuando se habla de este asunto siempre hay que tener en cuenta de que se trata de «posibles riegos» para la salud ya que todavía no hay evidencias científicas de que esas radiaciones ionizantes sean nocivas para la salud humana, indicó que en las tareas de vigilancia epidemiológica que está llevando a cabo su departamento no se ha detectado ningún caso que pudiera estar relacionado con estas emisiones, aunque apuntó que la Consejería seguirá con esa vigilancia activa.

Lamata recordó que las Cortes regionales aprobaron el pasado mes de julio la citada Ley, en la que el nivel de protección establecido es el más avanzado de toda la normativa que se está haciendo en España. Desde su aprobación, dijo, el Gobierno de Castilla-La Mancha está velando por su cumplimiento realizando inspecciones, empezando por las antenas ubicadas en sitios cercanos a centros sensibles, y obligando a las operadoras a subsanar los niveles de emisiones cuando sobrepasan lo establecido en la norma.

Frente a todos los trabajos que está llevando a cabo la Junta de Comunidades, el Ministerio de Ciencia y Tecnología aún no ha puesto en marcha su plan de inspecciones.