Adena encuentra 76 contaminantes en la sangre de los eurodiputados  
(WWF/Adena. Madrid, 21 de abril de 2004)

WWF/Adena ha realizado el análisis más amplio de Europa en busca de contaminantes peligrosos en el organismo humano. Los resultados han resultado preocupantes: 76 productos industriales tóxicos, persistentes y bioacumulativos estaban presentes en la sangre de las 47 personas sometidas a prueba.

WWF/Adena y el Co-operative Bank analizaron muestras de sangre de 47 ciudadanos de toda Europa. Entre ellos se incluyen 39 Europarlamentarios, 4 observadores de países en vías de acceso, 1 exeuroparlamentario y 3 miembros de WWF/Adena, que proceden de 17 países europeos. En una conferencia de prensa que ha tenido lugar hoy en el Parlamento Europeo (Estrasburgo, Francia), estas organizaciones han hecho públicos los resultados.

La toma de muestras de sangre se realizó en diciembre de 2003 y el análisis tuvo una amplitud sin precedentes, ya que se investigó la presencia de 101 substancias pertenecientes a cinco familias químicas: insecticidas, DDT incluido; PCBs; retardantes de llama bromados; ftalatos; y compuestos perfluorados (PFOS).

Los resultados han revelado que cada una de los individuos analizados está contaminado con un cocktail de substancias tóxicas, persistentes y bioacumulativas en el que se incluyen substancias de cada uno de los 5 grupos analizados. En total, en la sangre de las personas analizadas se detectaron 76 productos diferentes de los 101 investigados.

Karl Wagner, Director de la Campaña Internacional DetoX de WWF/Adena, expresó la preocupación de la organización: “La cantidad, los tipos y las concentraciones de productos químicos encontrados resulta inaceptable. La exposición continuada a un combinado de productos tóxicos no resulta segura para los humanos. El mejor modo de proteger a las personas (así como a las futuras generaciones y a la naturaleza) de esta amenaza insidiosa es que la UE adopte una versión reforzada de la propuesta de ley REACH, para identificar y prohibir las substancias químicas más dañinas”.

Los análisis han mostrado también que el mayor número de tóxicos detectados en un solo individuo es de 54, mientras que la media del número de tóxicos por personas es de 41. Como mínimo, los analizados portaban 13 de estas substancias dañinas. Se detectaron en todas las muestras de sangre substancias prohibidas en Europa desde hace más de 20 años, así como productos muy utilizados en la actualidad como ftalatos y compuestos perfluorados.

De modo sorprendente, se detectó en la sangre de una persona el retardador de llama HBCD. Según WWF/Adena es la primera vez que se encuentra dicho compuesto en la sangre humana. Otro retardante de llama (deca BDE) se detectó en los niveles más elevados jamás antes encontrados en un estudio europeo. Su concentración era mayor que las de otros dos productos similares prohibidos recientemente en la UE, en parte porque se había detectado su contaminación generalizada y creciente en humanos y la vida silvestre.

Sheila Macdonald, Directora Operativa del Co-operative Bank, añadió: “Los resultados de nuestros análisis muestran que, independientemente de dónde vivan, cada uno de los analizados está contaminado por una gran variedad de productos químicos industriales, incluyendo insecticidas prohibidos hace ya muchos años y otras substancias que aún se utilizan en la actualidad. A pesar de este descubrimiento tan preocupante, aún no conocemos con precisión los efectos que están produciendo en nuestros organismos, en nuestros hijos y en la naturaleza”.

Por su parte, Enrique Segovia, Director de Conservación de WWF/Adena, resumió así las conclusiones de esta iniciativa pionera de WWF/Adena: “Hemos demostrado que la falta de control de la industria química resulta inaceptablemente peligrosa. A partir de este conocimiento las únicas vías lógicas de acción son: aplicar una legislación fuerte que controle la liberación irresponsable de substancias químicas cuyos efectos adversos ni conocemos con precisión (en el caso de la UE sería adoptar un REACH en una versión más estricta que la actualmente en negociación) y exigir a la industria química que tome en serio su responsabilidad. Esto último por su propio bien, porque una industria que nos está contaminando nunca podrá ser vista con confianza por los ciudadanos”.

Artículo: Carlos Vallecillo

cvallecillo@wwf.es

 
 
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